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6

— ¿Te gustaría asistir a la asamblea? — Louis pregunta, parece tímido, juguetea con los dedos de sus manos omega con sus largos y huesudos dedos alfa.

La pregunta toma por sorpresa a Harry, han pasado algunos días desde la unión en la manada Holland y las disculpas del alfa, es decir él se ha disculpado, pero Harry necesariamente no lo ha perdonado aún. Eso significa que es extraño que Louis lo esté invitando a la asamblea de la manada Tomlinson porque normalmente las personas importantes, que cumplen un rol importante en su manada, o los mayores acuden a estas reuniones.

Allí se habla de los problemas que ocurren dentro o fuera de la manada y como los podrían afectar, posibles problemas futuros, comunicados de festejos o lazos, temas políticos generalmente. Entonces en opinión de Harry es extraño que Louis lo esté invitando a estar rodeado de toda esta gente que jamás lo ha tomado como un ser humano real e indefenso, sino más bien como un problema a la manada. Literalmente entrará a la boca del lobo.

— Quiero decir, ¿es eso necesario o...? — se remueve frente al alfa, una mueca de incomodidad se refleja en su rostro y Louis se encoge de hombros.

— Bueno, sé que es una tontería y que no te sientes parte de... mí manada y que, bueno, ya sabes...— se tropieza con sus propias palabras y parece verdaderamente incómodo, desde aquella noche Louis a reflejado sus verdaderas emociones y el omega no sabe como tomar todo esto. — Sé que no quieres enlazarte conmigo y liderar juntos, pero creí que tal vez... no lo sé, no sé lo que creí...— él niega con una mueca y suelta sus manos, rasca con una mueca su espalda.

Y Harry no tiene que ser un adivino para saber que siente indirectamente su rechazo, así que solo desvía su mirada hacia los cachorros que corren a su alrededor y sonríe en la lejanía hacia uno de los nuevos integrantes de la manada Holland. Durante el día siempre viene aquí a estar rodeado de personas que lo hacen sentir completamente cómodo, incluso aveces Niall lo acompaña y se ha comenzado a hablar con los demás.

— ¿Y cuál era la principal razón para invitarme? — mira sus manos y hace una mueca casi de forma inconsciente al no tener el tacto del alfa.

— Hablarán acerca de la unión entre manadas y la enemistad que hay entre mi manada y esta manada, pensé que te gustaría ir y estar al tanto. Mi padre te lo prometió, quiero asegurarme que su promesa se cumpla. — él dice y frunce su ceño cuando dirige su mirada al nuevo integrante. — Si no te sientes cómodo puedes estar siempre junto a tu padre o...

— ¿Junto a ti? — se burla y sonríe suavemente, Louis se encoge de hombros y cubre su rostro con sus manos, luego las desliza hacia su cabello y se rasca una picazón inexistente. — Lo pensaré, Louis. Gracias por tenerme en cuenta. — le regala una sonrisa sincera y él asiente correspondiendo la sonrisa.

Cuando Louis está a punto de hablar nuevamente, el nuevo alfa integrante de la manada Holland se acerca a ellos y oye resoplar al alfa castaño a lo lejos. Charles Leclerc es un alfa de ojos verdes, nariz respingada, rostro algo marcado y cabello de un castaño oscuro. Harry cree que Charles es definitivamente uno de los alfas más atractivos que alguna vez haya visto, incluso su aroma a jengibre es agradable, pero definitivamente no es...

— ¡Los cachorros son tan adorables! — el alfa ojiverde dice con emoción al llegar hasta ellos, puede ver como Louis rueda sus ojos de reojo. — Definitivamente unirme a esta manada fue una gran elección.

— Claro que lo fue, la manada Holland es increíble, siempre te reciben con grandes sonrisas y un ambiente tan cálido. Te será muy fácil adaptarte aquí. — sonríe con calidez, recordando las primeras veces que se escabulló para visitar la manada, todos lo trataban con tanta amabilidad que Harry siempre se quería quedar aquí.

Se para del tronco donde estaba sentado y Charles asiente con una gran y blanca sonrisa, él definitivamente aún no aprende nada acerca de cordialidales y respeto dentro de las manadas, pero Harry adora eso, adora ser tratado como un simple mortal más. El alfa vino desde Mónaco a unirse a la manada porque la vida de la ciudad comenzó a cansarlo y cuando su tía lo invitó a unirse a la manada, el alfa parecío no dudarlo mucho.

— Necesito que alguien me lleve a recorrer los alrededores, hay tanta tranquilidad aquí. Parece ser una bendición despertar con el canto de las aves y las risas animadas de los cachorros. — Charles dice con nada más que emoción y sus feromonas dulces a emoción comienzan a esparcirse en el aire. Louis parece notarlo porque en menos de un segundo lo tiene pegado a su lado envolviendo su cintura con un mano.

— Deberías pedirle a alguien de aquí que te muestre los alrededores. — Louis dice y lo recorre con su mirada, Harry se tiene que morder la lengua para no rodar sus ojos.

— ¿Harry no lo es? Tenía planeado pedirtelo a ti, Harry, y que me hables un poco de como funcionan las transformaciones y el conectar completamente con tu lobo...— Charles no lo sabe, así que parece alarmarse cuando de forma inevitable Harry hace una mueca con su rostro. Ahora mismo no es el más indicado para ello. — Oh lo siento, yo... ¿dije algo malo?

— No, no, está bien. — niega y sonríe intentando calmar al alfa, Louis presiona la piel de su cadera y traga saliva ante la acción. — Podría mostrarte, aveces los chicos me llevaban a cazar con ellos y yo me escondía entre los arbustos.

Era lo único que podía hacer después de todo. Los chicos lo ayudaban a cubrirlo con sus aromas y algo de lodo para que su aroma y feromonas no asusten a la caza. Harry solo admiraba encantado como todos se transformaban y corrían detrás de sus presas. Louis parece tensarse a su lado y su aroma a café comienza a hacerse cada vez un poco más presente.

— Eso es asombroso, quiero decir, no la parte sangrienta en la que descuartizas a un animal desde el cuello, pero lo demás...— él bromea y Harry ríe. Louis parece querer descuartizar al alfa frente suyo. — Dioses, ¿tu amigo se encuentra bien, Harry?

No tiene que mirar para saber a qué se refiere Charles, Louis definitivamente está siendo tomado por su lobo o actuando como un completo idiota celoso ahora mismo. Esto es gracioso en realidad, en todos estos años se había perdido la maravilla de ver a Louis Tomlinson, futuro líder de la manada Tomlinson, viendo a un simple humano como si fuera una presa.

Mucho antes, Louis solía gruñirles a los niños que se acercaban de más a él o robaban su atención por demasiado tiempo y podía admirar todas las cursilerias que hacía el pequeño ojiazul para hacerlo sonreír y reír. Harry haría lo que fuera para volver al pasado y que nada cambie, enfrentar a ese niño de doce inseguro, consumido por los ideales de su manada y decirle que jamás en toda su vida lo hubiera dejado como lo hizo su madre con su padre, pero en aquel entonces, Harry aún no conocía el verdadero motivo de su madre.

— Sí, creo que solo necesita algo de espacio... — sonríe con cuidado hacia el alfa ojiverde y tira de la mano del alfa castaño. Louis parece contener un gruñido entre sus labios.

— Oh, está bien, nos vemos luego entonces...— él dice y saluda alegremente con su mano. Eso hace que el gruñido del alfa escape de sus labios y Harry camine de forma más apresurada metiéndose en el bosque.

— Lunas, Louis, no puedes actuar de esa forma con Charles, él no conoce las reglas de las manadas...— lo reprocha y Louis vuelve a gruñir.

Se apoya de espaldas contra un árbol y sin aviso previo tira del alfa hacia su cuello, él envuelve rápidamente su cintura y comienza a indagar en su glándula de olor. Su aroma ahora mismo está mucho más dulce de lo normal, estar rodeado de cachorros siempre hace que su omega se sienta alegre, pero últimamente su aroma ha dejado de ser constantemente ácido, aveces también es algo amargo o salado y en momentos muy específicos como estos su aroma natural a coco se presenta.

Louis aspira casi con desespero y gruñe sobre su glándula de olor, muerde sus labios de forma desesperada para no dejar escapar ningún estúpido sonido ridículo, pero el alfa parece encaprichado en hacerlo enrojecer. Así que cuando comienza a chupar su glándula de olor, justo donde debe ir la marca, de forma inevitable un leve gemido espaca de sus labios y siente como un fuerte calor se instala en todo su pecho y viaja hacia su estómago. Lunas, Harry necesita un respiro.

— Louis...— se queja en medio de otro ridículo gemido cuando el alfa parece aprisionarlo contra el gran tronco del pino donde se encuentran. — No te atrevas a morderme o voy a tener que... ah...

Su voz se apaga cuando el bulto del alfa choca contra su pierna y sus ojos vuelan hacia las ramas de los pinos, todo parece ser borroso y tan caliente. Mierda, Harry lo sintió antes, especialmente en las mañanas cuando Louis los hace acurrucarse y no quiere soltarlo entre sueños. No debería calentarse tan fácilmente pero teniendo en cuenta que durante todo este tiempo no ha tenido un alfa que lo toque de esta forma no puede evitar sentirse mareado y necesitado cuando su destinado lo toca de esta forma y huele tan fuerte a alfa territorial.

— No me agrada ese idiota, ni siquiera se inclina, no respeta a mi omega. — Louis gruñe desde su cuello y Harry sabe que este definitivamente es su lobo hablando. — No me gusta como te mira, debe saber que ya tienes un alfa.

— Lou...— se queja entre un puchero cuando los brazos que envuelven su cintura lo aprisionan más. — Louis, deja de ser tan territorial por un momento, él solo quiere ser agradable...

— Está bien, pero solo déjame olfatearte un segundo más, hueles tan bien, tienes un aroma nuevo. — Harry se sonroja, sabe que ese aroma nuevo, es su aroma picante a exitacion y ahora mismo solo necesita que la tierra se lo trague o un ciervo lo pisotee.

— ¡No! — chilla y separa al alfa desde su pecho, siente su rostro caliente y Louis frunce su ceño en confusión. Él desliza su mirada a su cuello y la piel donde chupó ahora parece palpitar ante la mirada del alfa. Lleva su mano al lugar y rueda sus ojos. — Provocas a mi estúpido omega necesitado y encima de eso te atreves a dejarme una marca. Tienes tanta suerte de que nuestra unión no me permita matarte ahora mismo. — le gruñe apenas al alfa y toma su mano para volver a caminar hacia donde se encuentran los cachorros.

— ¿Pero qué es ese nuevo aroma? ¿Crees que debas ir con un médico? Nunca antes lo había sentido en ti, se siente tan bien, pero tal vez...— él habla de forma preocupada y Harry solo se permite chillar y negar mientras camina entre las raíces de los pinos.

[...]

(Louis pov)

El despertar es sin dudas su parte favorita del día y tal vez, hasta ahora, uno de los momentos favoritos que tenga en su vida porque un cálido y dulce omega descansa sobre su pecho y lo envuelve con sus piernas, parece engancharlo hacia su cuerpo cálido y pesado por el sueño. Louis ama despertarse de esta forma aunque el remordimiento siempre muerde su conciencia al recordar que se prohibió cosas tan simples y perfectas como estas durante tantos años por el simple hecho de comportarse como un idiota.

Harry suspira entre sueños, rebusca más de cerca su aroma, acurruca su lindo y afilado rostro entre sus claviculas, uno de sus brazos envuelve su pecho y su suave mano tira de su piel, el toque quema, pero se siente tan bien que Louis se dejaría arder por la eternidad con cada simple toque. Su alfa ronronea en su pecho y rueda sus ojos ante lo ridículo que puede ser, aveces no sabe quien es más patético, su alfa que cayó desde el primer momento en que salió a la luz o él que se clavó tan profundo por Harry desde el primer momento en que le regaló una pequeña sonrisa con suaves hoyuelos a sus costados.

Debería comportarse como un futuro líder y estar al tanto de su manada, pero ahora mismo la necesidad de curar a su omega y de ayudarlo a sanar todas las heridas que él mismo causó es su primera prioridad. Aún tiene esta estúpida esperanza de que, tal vez, si Harry se lo permitiera, podría ser su alfa y sería tan bueno. La Diosa Luna sabe perfectamente que esta vez lo dejaría todo por él y cuidaría tanto de ese bonito omega incluso en su propio lecho de muerte.

Negarse por tantos años el amor que le fue concebido, destinado, es uno de sus peores castigos. Pero el peor de todos es vivir sabiendo que su propio omega no confía en él lo suficiente como para enlazarse o siquiera para amarlo.

Un suave suspiro escapa de sus labios cuando el bonito ser se remueve entre sus brazos y sobre su pecho, su rostro se frota en la parte superior de su pecho, sonríe encantado al sentir ese suave y dulce aroma a coco, su aroma definitivamente estuvo mejorando y Louis no sabe por qué motivo, pero hará lo que sea para que todo siga yendo en este rumbo y su omega se componga cada día más.

— Hueles a preocupación. — Harry se queja con su voz ronca y áspera matutina. Su alfa se cosquillea en su pecho, se concentra lo suficiente para que su polla no se despierte.— ¿Por qué hueles a preocupación?

— Solo estaba pensando en mi manada, no es algo realmente importante. — susurra apenas, su voz también sale algo áspera, el omega se estira entre sus brazos asiendo un sonido de confirmación y satisfacción al relajar su cuerpo.

— Si no es realmente importante, ¿entonces, por qué me despiertas en medio de la mañana?— parece refunfuñar mientras se gira en la cama, dándole su hermosa espalda. Lunas, Louis no debería sentirse caliente con algo tan mínimo, pero su piel expuesta es fascinante.

Descubrieron que el contacto de pieles hace que de alguna forma todo sea más fácil y aunque sabe que no tiene el permiso de Harry para muchas cosas ni mucho menos su completa confianza, no parece quejarse mucho o incomodarse cuando el impulsivo de su alfa decide marcarlo con su aroma o chupar y morder su cuello. Mucho menos pone resistencia cuando se acurruca en su espalda como ahora y envuelve uno de sus grandes brazos en su delicada cintura mientras tira de sus cuerpos juntos.

Su pene definitivamente no está acomodado entre medio de las nalgas del omega.

— Yo no te desperté en ningún momento, estoy seguro de que apenas me moví. Si me hubiera movido mis costillas lo sabrían.— Harry gruñe levemente a su broma. Recuerda la vez que intentó escabullirse al baño y un omega gruñón que se veía tan caliente le clavó los dedos y las uñas en sus costillas cuando intentó huir. — No es importante, deberías preocuparte más bien por tu expedición en el bosque con Charles.

— Es demasiado temprano para que empieces con eso, solo... cállate y déjame dormir. — Harry se remueve y su trasero choca contra el bulto que parece insistir en propagarse. El omega se tensa por un instante en sus brazos y luego aclara su garganta. — Y deja de pensar en cosas de la manada mientras estás en mi cama, odio cuando hueles a preocupación.

— ¿Ahora estamos evitando el asunto de Charles? ayer parecías demasiado emocionado al respecto y no parabas de hablar de ello. — gruñe molesto, sabe que Harry no quiere ser su omega y no debe ser posesivo con él, pero su alfa no razona cuando se trata de este bonito rizado que ahora huele tan dulce, tan extrañamente dulce que...— Ese aroma de nuevo, ¿qué es? ¿por qué hueles así?

El zumbido de un gruñido nada en su pecho y se estira sobre el cuerpo delicado del omega, su pecho parece querer fusionarse con la piel expuesta del omega, su rostro se hunde lentamente en el cuello del omega y lo oye soltar un débil quejido antes de sentir que se remueve de forma inquieta entre sus brazos. Su lobo parece enloquecer en su pecho, anhelando aspirar el dulce aroma desde su fuente, pero cuando está demasiado cerca un fuerte codazo le quita algo de aire.

— ¡No hagas eso! — Harry chilla incómodo y se cubre de forma casi apresurada su pecho con una sábana. Esto es ridículo Louis vio su pecho muchas veces y aunque aún se siente muy afectado por la vista, ya comenzó a poder disimularlo. — ¡No me olfatees así de la nada! — un fuerte sonrojo recorre su bonito rostro y Louis se siente adolorido y confuso.

— ¿Ya no puedo hacerlo...? Pensé... pensé que habíamos acordado...— dice confuso, siente que las palabras se desvanecen a mitad de camino, el pánico recorre lentamente sus venas queriendo instalarse en su débil y tonto corazón. — Yo... lo siento...

— Está bien, no pasa nada, no es nada malo. — Él habla con una mueca en su rostro y aparta la mirada, parece casi avergonzado. — Solo es un aroma nuevo, no es para tanto...

¿No es para tanto? Eso debería explicárselo a su alfa que parece desgarrar su pecho mientras busca con hambre y necesidad la fuente de ese aroma. Es decir, nunca antes había olfateado un aroma tan dulce y atrayente que a la vez se siente cómodo y reconfortante. Es casi como el aroma que emanan los omegas al lubricar, una mezcla de ese tipo de feromonas, pero este nuevo aroma parece ser mucho más fuerte que eso y aunque su alfa le diga que todo está bien, su forma razonable aún teme cualquier mínimo cambio.

— Bien, pero no quiero que nadie más te olfatee cuando tengas ese aroma. — gruñe molesto, un reflejo posesivo de su alfa y el aroma se intensifica solo un poco más por ello. — Solo yo. — su alfa demanda y encoge sus propios hombros en una disculpa silenciosa porque su lobo es un bruto.

— Sí...— Harry susurra, una de sus manos cubre su boca y su rostro está mirando en otra dirección. Puede ver el leve sonrojo desde donde está sentado en la cama, las feromonas con una pizca de vergüenza vuelan a su nariz.

— Lo siento... ya sabes como es...— Harry niega suavemente y le quita importancia  con un leve movimiento de manos. — Creo que debería levantarme y prepararte un desayuno. — se levanta de forma torpe y tropieza con algunas prendas en el camino, el omega aún sigue sin mirarlo.

Antes de bajar toma unos shorts y una remera, tira de la tela fría y suave hacia su nariz porque huele a Harry, tan dulce a coco como cuando está con los niños y de alguna forma siempre se pega en sus prendas ese rico aroma. Baja el último escalón y el fuerte aroma a alfa llega a su nariz, Rick Styles es definitivamente una de las primeras personas a las que debe convencer de que fue un idiota y de que ahora mismo pretende cambiar.

— Buenos días, señor Styles. — saluda con respeto, su voz intenta denotar algo de confianza, pero normalmente siempre titubea. Rick definitivamente puede ser amenazante.

— Buenos días, joven Tomlinson. — él dice, un pequeño asentamiento con su cabeza mientras deja la taza que tiene un fuerte olor a café sobre la mesa.

— Sabe que puede llamarme por mi nombre, no es necesario que me salude de la forma tradicional, puede...— comienza con cuidado mientras busca la harina para hacer unos panqueques para Harry. Rick lo corta aclarando su garganta en un sonido molesto.

— He respetado a todos ustedes durante años y planeó hacer lo mismo contigo mientras no dañes más a mi cachorro. — su tono es monótono, con una pizca de un leve gruñido en la último. Y Louis lo entiende no es la primera vez que es advertido.

— Lo sé y lo siento, no sabe lo mucho que me arrepiento de ser un cobarde y no aceptar mi destino, por dejarme llevar por lo que se decía de... — él niega mientras toma el diario entre sus manos, lo corta con una de sus manos y da un gran suspiro.

— Solo hazle el desayuno a mi cachorro y demuestra que verdaderamente quieres cambiar. — es lo último que dice antes de levantarse de su silla y tirar el periódico sobre la mesa. Él camina escaleras arriba para despedirse de Harry y luego se marcha de la casa.

Mientras tira la masa de los panqueques sobre la sartén su alfa resopla en su pecho y le da la razón al alfa mayor, apenas a demostrado que quiere cambiar. Si no fuera por el arreglo que tienen con Harry definitivamente él seguiría actuando de forma automática. Aunque invitarlo a participar en la asamblea fue un gran paso, no cree que el omega asista a un lugar en el que estará rodeado de personas que lo juzgaron mal toda su vida.

La reunión se dará hoy en la noche y está ansioso por que llegue el momento, amaría que Harry asista porque está seguro que tendrá muy buenas ideas para poder unir a todas las manadas y finalmente terminar con esta estúpida enemistad que se creó por un gran malentendido. Pero también sabe que debe darle su tiempo y brindarle confianza.

Unta un poco de mermelada sobre la masa de los panqueques y prepara dos cafés, acomoda todo en un gran desayunador y da un gran suspiro antes de subir las escaleras. Sabe que tiene mucho que demostrar y mucho más que arreglar, pero aveces simplemente no sabe como limpiar toda su mierda. Le encantaría volver el tiempo atrás y obligarse a ser fuerte, a no darle la razón a todas esas voces que decían mierdas del que debía ser su omega.

Louis lo supo desde el momento en el que se presentó, apenas unos meses después de decidir alejarse del omega, cuando su celo de presentación terminó hubo un gran festejo en toda la manada y no paraba de recibir felicitaciones y sobre todo advertencias para que no se enlace con la persona equivocada. Esa misma noche luego de muchas felicitaciones y miradas de advertencia, su padre lo acompañó a su cuarto y luego de darle un suave beso de buenas noche le contó como funciona el beso de la Diosa Luna.

Como las almas se enlazan por años y años, siglos enteros porque una simple noche la Diosa Luna decidió dar su blanca y brillante luz cuando dos pequeños seres eran bienvenidos al mundo. La forma en la que eso era tan sagrado que la sola idea de rechazar el destino y la bendición que les brindaba la Diosa era doloroso para los lobos interiores. Su padre le dijo que debería ser más amable y comprensivo con el pequeño omega que había perdido a su madre porque el destino era mucho más grande que todo su entorno.

— ¿Irás esta noche a la asamblea? — pregunta con cuidado mientras le da una mordida a su panqueque, sus dedos están pegajosos por la mermelada de arándanos. Harry se encoge de hombros delante suyo.

— No lo sé, si mi exploración no lleva demasiado tiempo con Charles tal vez asista. — él le da un último mordisco a la masa y chupa el dulce de sus dedos. Incluso la vista no puede evitar que su ceño se curve de forma negativa.

— Bien. — asiente y le da un largo sorbo a su café. Su lobo resopla en su pecho y cree oírlo decir cobarde.— ¿Te gustaría ir este sábado a la ciudad conmigo y mis hermanas? — Harry se detiene a medio camino de llevar la taza de café a sus labios rellenos. Siente por un momento que fue un paso demasiado grande.

— ¿Estás intentando convencerme para que vaya hoy a la asamblea? — una de sus cejas se levanta y su rostro se contrae en lo que parece ser molestia. Harry es un omega demasiado fácil de hacer enojar aveces. Pero cree que su sola presencia le molesta. — Porque si es así...

— No, no... no lo pregunto con esa intención, es que se supone que yo...— ¿se supone que él qué? No entiende porque intenta engañarse aunque cambie Harry jamás lo querrá como su alfa. — Solo piénsalo, tal vez te diviertas, las niñas quieren conocerte adecuadamente y con respecto a la asamblea... entiendo si no quieres ir. No quiero hacerte sentir presionado con eso. — Harry está a punto de decir algo, pero el sonido de su alarma lo hace callarse.

Su dulce despertar se acabó y debe volver a su realidad, debe asistir a una reunión previa, a clases, clases privadas de como mandar una manada y volver a su realidad. Toma un suéter del suelo, se cambiará adecuadamente en su casa, se para torpemente delante del omega y aclara su garganta. Los inmensos bosques lo reciben y aveces siente que se asfixia bajo la atenta mirada del rizado.

— Eh...yo- debo irme, pero...— se mueve torpemente en su lugar y Harry sigue sus movimientos. — Que te vaya bien con Charles hoy, supongo que nos vemos en clases o no lo sé... — da una sonrisa algo tensa y él asiente.

[...]

Sabe que Harry no vendrá, pero aún así revisa nuevamente los mensajes que le ha enviado y da otro suspiro mientras se deja caer sobre el tronco de un pino. Estuvo todo el día ocupado y no tuvo tiempo de ir a la manada Holland para vigilar que el idiota de Charles no intente hacer ningún acercamiento extraño con él, su alfa está inquieto en su pecho, moviéndose de forma nerviosa de lado a lado.

Lo último que le queda hacer es dejar que su esperanza no muera y desear porque el omega asista a la asamblea que da comienzo dentro de cinco minutos, todos están dentro esperando por él y por el último invitado que parece no querer llegar. Su padre se asoma desde dentro de la gran tienda donde se da la asamblea y le regala una mueca cuando le pregunta de forma silenciosa con su mirada.

— Creo que ya es hora de comenzar, cachorro. — su padre dice, camina de forma lenta hacia él y frunce su ceño. Sabe que se merece esto, Harry pasó por mucho por culpa suya.

— Bien, ve con ellos, voy en menos de un minuto. — su voz sale apagada, es inevitable que su alfa saque a relucir su tristeza. El alfa mayor asiente y le da un leve apretón en el hombro antes de volver a adentrarse en la carpa.

Su alfa suspira en su pecho rendido, comienza a caminar hacia la carpa, sus hombros caídos y su aroma se siente algo agrio. Un sonido metálico lo sobresalta, sigue el sonido con su mirada, un omega de rizos danzantes con respiración agitada se acerca con su bicicleta. Él frena de golpe, provocando un sonido molesto, pero nada podría molestarlo ahora mismo porque su alfa aúlla de felicidad dentro de su pecho. Ya se acostumbró a la forma tan dramática en la que se comparta su alfa con la sola presencia del que debería ser su omega.

— Lo siento, perdí la noción del tiempo, Charles me llevó por el bosque y cuando quise acordarme ya estaba llegando tarde y no sabía si venir o...— él habla de forma atropellada, se escucha agitado y por las tenues luces puede ver un sonrojo en sus mejillas. Hay algo de sudor en su frente y sonríe ante la vista del omega casi destruido frente suyo.

— Está bien, llegas justo a tiempo. — una sonrisa escapa de sus labios mientras ve al omega dejar su bicicleta apoyada sobre el gran tronco de un pino. — ¿Entramos?

Harry asiente mientras parece arreglar de forma apresurada sus bonitos rizos despeinados, de forma inevitable lo acerca hacia su cuerpo y en cuanto lo hace nota que algo anda mal, el impulso de su alfa lo lleva a fruncir su ceño y retiene un gruñido molesto. Harry huele a otro alfa, a sudor de otro alfa, el aroma pica de forma molesta bajo su nariz y la posesividad parece volverse una burbuja de molestia en la boca de su estómago.

— Ya estamos todos, ahora sí podemos comenzar. — su padre anuncia, todos los reciben con una inclinación de cabezas. — Bien como sabrán, estamos aquí para hablar acerca de como uniremos a...

La voz de su padre se vuelve lejana, puede sentir el cuerpo inquieto del omega en su costado y bajo su mano, da un leve apretón a la blanda y cálida piel de su cadera. Sus miradas se cruzan y le regala la mejor sonrisa que puede ahora mismo, es algo tensa porque está peleando contra el impulso de su alfa de marcar a su omega con su aroma y quitarle de encima cualquier rastro de ese aroma intrusivo. Harry parece tenso, está seguro que es porque están rodeados de su manada y la gran mayoría no parece quitarles los ojos de encima a ambos.

— Creo que la mejor opción sería que ellos dos se enlacen. — alguien dice a lo lejos. No sabe cuánto tiempo lleva mirando atentamente al omega entre sus manos o cuánto tiempo estuvo recorriendo todo el lugar bajo su mirada azulada. — Muchas manadas creerán que es una trampa para conseguir nuevos aliados. Sobre todo la de los Hale que suelen desconfiar de todos.

— Sí, es lo único que podría funcionar, una gran celebración de forma simbólica. — otra persona dice. Louis busca con su mirada un rostro amigable y cuando la señora Brenfild se cruza con su mirada, una mueca se presenta en su rostro. Harry permanece cabizbajo a su lado.

— Estoy seguro de que hay otras formas de unir a todas las manadas, tal vez con una celebración de unión sin la necesidad de un lazo de por medio. — dice, su ceño está fruncido y su mano deja la cintura de Harry para poder expresarse mejor con sus manos. — Podriamos hacer una gran cacería e invitar a los líderes de todas las manadas a comer y a conversar sobre la paz entre todas las manadas...— algunas voces se escuchan por lo bajo.

Sabe que es ridículo, muchas manadas desconfiarian de su negociación y muchos líderes estarían a la defensiva, esperando cualquier tipo de ataque en cualquier momento. Una unión entre él y Harry es la mejor opción sobre todo porque ahora mismo el omega parece pertenecer más a la manada Holland que a su propia manada. Ese seria más que un simple símbolo de unión, sería la demostración perfecta para que todos entiendan que ya no hay ni habrá más enemistad entre sus manadas.

— Disculpe que lo diga de esta forma, joven Tomlinson, pero nadie querrá comer nuestra comida, la mayoría desconfiaria en dar un primer mordisco. No olvide que para muchas manadas somos los enemigos principales. — uno de los alfas habla y voces de acuerdo se escuchan, su alfato se agudiza y puede sentir la forma en la que el aroma de su omega cambia a uno más agrio.

— Bien, creo que ya es hora de que la reunión acabe, nos reuniremos la otra semana. Mientras tanto pueden pensar en mejores opciones. — Su padre corta a todas las voces que hablan sobre otras. Louis siente que la presión en sus hombros aumenta, ¿realmente encontrarán una solución?

— Preferiblemente una que no incluya ningún tipo de lazo. — su mano vuelve de forma posesiva a la cintura del rizado y presiona la piel bajo sus dedos. La necesidad de marcarlo con su aroma aún arde en su pecho. Todos se retiran dando inclinaciones de respeto cuando pasan por su lado y el de su padre.

— Lo siento, me gustaría tener una buena idea, pero no pude pensar con todos mirándonos como si esperaran...— el omega habla una vez que se encuentran solos. Él se sienta sobre la gran mesa que hay allí donde aveces suelen preparar las ofrendas a la Diosa Luna. — Ya sabes...

— Está bien, no quiero que pienses en ello, sé que la unión de un lazo no es la opción. — suspira mientras masajea su cien. Su alfa refunfuña en su pecho. — Oye... ¿crees que pueda olfatearte?

El rostro de Harry se descompone en completa confusión por unos segundos y luego asiente en silencio, el incidente de hoy en la mañana lo hizo sentirse inseguro acerca de olfatear al omega sin su consentimiento constantemente. Tal vez pensó mal todo este tiempo y Harry solo lo hacía por lástima, tal vez solo se deja olfatear para no discutir.

Da unos cortos pasos hacia el omega, rompiendo la poca distancia que quedaba entre ellos, Harry lo envuelve de forma tímida entre sus piernas mientras hunde su rostro en el blanco cuello. Su fuente de aroma, donde debería estar la marca de unión parece palpitar bajo el débil tacto de su nariz. El asqueroso aroma a otro alfa parece estar solo por los lugares superficiales y no proviene de la fuente de aroma. Su alfa gruñe en su pecho, encantado por el dulce aroma a coco que aún tiene un deje de tristeza, pero todo lo demás parece estar bien.

Sus manos envuelven la pequeña cintura del omega mientras inhala el aroma omega, su alfa gruñe en su pecho, dejando escapar el sonido por sus finos labios. Un leve quejido se escucha a lo lejos y en menos de un segundo toda su sangre parece dirigirse a todos los lugares más inapropiados ahora mismo. Acerca al omega y su semi erección choca contra el frente del pequeño omega.

— Lou...— su voz suena débil, sus suaves manos viajan a sus hombros, los suaves muslos del omega se presionan a los costados de su cadera. — Hueles muy fuerte a alfa, no creo poder soportarlo... yo... — un suave gemido escapa de sus labios y es lo último de lo que parece ser consciente.

Ese aroma danza bajo su nariz y siente que todo cobra sentido lentamente, es tan fuerte y atrayente que no entiende como no pudo notarlo antes. Harry huele a omega necesitado. Huele a un omega que desea a su alfa, un omega que quiere ser marcado y anudado, su alfa enloquece en su pecho y su parte racional simplemente no sabe qué hacer con toda esta información. Tal vez solo sea su parte lobuna queriendo ser reclamada, pero su parte humana, el Harry racional no quiere absolutamente nada con él.

Sin embargo eso parece quedar en un segundo plano para su alfa porque sus manos están apretando la piel suave de las blanquecinas caderas mientras chupa una marca justo en el punto de unión. Harry parece desvanecerse entre sus manos, su aroma se intensifica con cada segundo y una humedad parece brotar en sus pantalones. Reparte besos por toda la extensión de piel que se cruza en su camino, adorando la forma en que el omega parece empujarlo más y más hacia su cálido cuerpo.

— Hueles tan fuerte, omega. — gruñe sobre su nuca, los rizos le provocan cosquillas en su rostro. Un suave jadeo es lo único que recibe como respuesta.

— Alfa, por favor...— su voz suena tan melodiosa, tan dulce y envolvente.

Besa suavemente la marcada mandíbula de su omega, se separa apenas para contemplar la vista. Su omega tiene sus ojos cerrados, sus pestañas parecen revolotear, un fuerte sonrojo nada en sus mejillas y sus labios rellenos están algo entreabiertos. Una de sus manos se instala en la suave nuca repleta de rizos, su alfa ronronea en su pecho por ser nombrado. Une sus frentes puede sentir la fuerte y cálida respiración de su omega sobre su rostro, su lobo rasguña su pecho, anhelando besar al bonito omega de ojos jade.

Pero se detiene, Harry suspira debajo suyo, sus manos están presionando la tela de sus ropas justo detrás de su espalda, si se detiene más a admirarlo puede notar que parece tener más de una lucha interna. Su lobo aúlla es su pecho, quemando cada parte de su cuerpo por necesidad de tomar a su omega queriendo besar, anudar y hacerlo suyo. Pero no puede, Harry no lo quiere y lo sabe.

Solo lo estaría arruinando más y más.

— Mierda, lo siento. — dice, sus manos tiemblan en desesperación y necesidad cuando las separa del cuerpo ajeno. — Harry, yo... lo siento... no quise...— niega, su lobo gruñe molesto por su decisión.

Él lo suelta apenas, sus ojos se abren finalmente, están algo vidriosos y parece estar luchando con su omega interior, entre la lujuria y el asco. No espera una respuesta, camina hacia la salida con su lobo rugiendo en su pecho y la necesidad de besar y tocar a su omega.

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