«Tu puedes, JungKook.» se repetía aquello en la cabeza, «¿Qué es lo peor que puede pasar? Ah, puede que ella me rechacé y me diga que soy super tonto por buscarla tan rápido o estar casi mudo de los nervios.»

—Bam —giró la vista a su perro acostado sobre el sofá, a su lado— ¿Qué debería hacer, chico? —era sumamente absurdo preguntarle al canino, pero de alguna forma le daba fuerzas. Cuando este giró su cabeza sin entender, suspiró para asi marcar el número de la mujer, fueron unos tres tonos los que tardó en responder hasta que se escuchó una frívola voz del otro lado.

—¿Sí?

—A-Ah, JiSul noona... habla Jeon JungKook, supongo que me recuerdas, ¿No? —sus manos comenzaron a temblar, al igual que su pierna.

Una suave risilla lo hizo levantarse del sofá para correr hacia el balcón, necesita de aire urgentemente antes de colapsar.

—Te recuerdo, Jeon. Te veo todos los meses.—se oyeron unos pequeños ruidos del otro lado antes de que ella volviera a hablar— Puedes decirme lo que necesites.

Oh, mierda. No ha pensado bien es aquello, ¿Qué necesita? En realidad, nada más que escucharla, sin embargo no podría decir eso, sería estúpido. JiSul es una mujer ocupada, llamarla a esas horas de la noches sin una causa más realista no haría ver como un patán sin nada que hacer más que jugar con su adorable perro. Inhalo, apretando el móvil en su mano derecha.

—Y-Yo...—la ciudad desde su altura le hizo tomar coraje, Seúl es una ciudad que le abrió puertas, no piensa cerrarlas en ningún caso, incluso ese— me preguntaba si quieres repetir la cita del sábado.

¡Lo dijo! Ahora, debe esperar una repuesta, las posibles que se asoman son infinitas: "No, lo siento, ya tengo a alguien." "No eres lo que espero." "Hueles mal." ¡Demasiados rechazos por afrontar! Aunque, puede que JiSul también haya sentido lo mismo, ella se había mostrado muy a gusto a su lado en el restaurante.

—Ahora que lo mencionas —dijo, dejándolo respirar con normalidad—, este sábado tengo un evento, no sé si te gustaría ir como mi acompañante.

—Encantado.—sonrió, deslizándose sobre la baranda para caer al suelo, viendo a Bam acercarse— Entonces...

—La pase bien, y me agradas.—mordió su labio, ansioso— Pero no quiere decir que me acostaré contigo ni nada por el estilo.

—¡No! No quiero eso, me gustaría salir y conocerte más.

—Soy aburrida, no tengo nada de interesante lo cual te entretenga.

—Escucharte hablar ya es suficiente para mi, si soy honesto.

Para JiSul, esto es demasiado, su pobre corazón no puede aguantar la agradable personalidad del joven, cada una de sus palabras o acciones la hacen encontrar un nuevo tipo de hombres con el que jamás se topo. Hasta el momento solo estuvo con idiotas que no se le comparan, ¿De qué forma saldrá con otros tipos si él ya le ha dejado expectativas altas?

—Idiota.—tiene la suerte de estar al otro lado de la pantalla, donde no puede verla, porque de lo contrario sus mejillas serían delatadas— ¿Leíste un libro sobre coqueteo? Eres muy bueno en esto.

—Digo lo que sale de mi corazón.

—¡Eso es aún más cursi! —ríe— Pareces salido de un drama, ¿Acaso estar todo el día en los estudios ya ha corrompido tu mente?

JungKook acaricio a su mascota, y suspiró- Tal vez.

—En fin -detuvo las risas, volviendo a su compostura inicial— podría hablarte toda la noche, pero tengo trabajo, tú también, así que...

—Entiendo. Gracias por... ya sabes, aceptar mi propuesta, prometo ir mejor vestido.

—Me gusta tu estilo, y por cierto, pasaré a buscarte en mi auto. Así que envíame tu dirección.

—Es como en las películas, solo que a la inversa. ¿Eres mi príncipe azul?

—Adiós JungKook.

—¡Era juego!

—Descansa.—bostezo.

El chico cerró sus ojos antes de hablar— Descansa, noona.