Diario de Miles

9 de marzo de 2021.

Aquí estaba otra vez, escribiendo mis penas a una libreta que esperaré quemar en un futuro.

Ojalá pudiera sacarme de encima este rencor que tengo en el fondo de mi pecho, en lo más profundo de mis entrañas, pero la única forma es viéndola y dudo que lo consiga algún día.

Aún recuerdo cada momento que viví con ella y lo hermosa que estaba cada día que pasaba. Quizás estaba tan enamorado de ella, quizás me sentía como en una nube, antes de su marcha. Y el día que se marcho de mi vida... El tiempo fue curando poco a poco las heridas abiertas que ella me dejó en su día, pero no del todo. Si alguien escaldaba en la herida, podría abrirla de par en par nuevamente.

Intenté hacer mi vida, conocer nuevas personas, pero no funcionó. Seguía teniendo una espinita en mi pecho que necesitaba sacarla algún día y la única forma era encontrándola y que ella, cara a cara, me dijera porqué se había marchado.

Realmente necesitaba pasar página en esta parte de mi vida. Y mentiría si dijese que nunca intenté buscarla, porque lo hice, lo que me rendí en el proceso tras varios años.

7 años sin saber de ella, de aquel ángel sin alas que me enamoró desde el primer momento.

Lo que daría por volver a tener una conversación con ella, por un abrazo o, solamente, por una mirada. Pero estaba tan enfadado con ella y por eso ese rencor que tenía en el fondo de mi pecho. Estaba tan enfadado con ella porque me dejara sin decirme nada, por hacerme pasar los mejores días de mi vida y se esfumase como el humo. Sabía que era por algo, aunque mis padres me decían algo que no me gustaba y me negaba a creerles, pero por cada año que pasaba, más les creía.

Si el genio de la lámpara me ofreciera 3 deseos, yo solo pediría uno y era volver a verla. Solo para pasar página. Sabía que, con los años, poco a poco, me desenamoraba de ella, pero desde que ella se marchó, yo no ponía las manos en el fuego por nada.

Y aquí me encontraba, escribiendo en la soledad de mi piso, observando el anochecer y pensando en ese ángel que me robó lo que más me importaba y ahora estaba vacío. Estaba seguro que jamás volvería a enamorarme de nadie, ¿cómo lo hice de ella? No.

Así que solo me quedaba escribir cada noche en esta libreta para desahogarme y volver a reponer fuerzas para el día siguiente.

***

Aquí tienen el prefacio de esta historia.

Pronto tendrán capítulos y conoceremos todos los secretos ;)

Patri García