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10.

POV: Pedri.

Perdimos la final de la supercopa.

Incluso cuando más lo pensaba menos asimilado lo tenía. Había dado hasta el último esfuerzo, seguí las indicaciones del míster al pie de la letra e incluso llegué a alcanzar el tan ansiado gol. Pero nos marcaron otros dos goles casi en el minuto noventa.

¿Cómo es que perdimos? ¿Cómo era posible algo así?
¿Acaso nunca daría lo suficiente para este equipo? ¿Es que yo no era suficiente?

Las remontadas del Real Madrid me tenían hasta los cojones. Quería gritar, patear, romper todo a mi paso, pero simplemente disfrazé mis ánimos como siempre lo había hecho, con una sonrisa de labios apretados y dar la cara por el equipo.
Cuando la conferencia comenzó me preparé mentalmente para responder lo mejor que podía, todavía con los pómulos enrojecidos del calor de la corrida, e inhalando mucho aire.

-Sí bueno, fue un partido difícil, bastante competitivo, un resultado que creo que no refleja lo que se ha visto en el campo, en la primera parte tuvimos muchísimas ocasiones para ponernos delante, pero bueno, al final fue un duro palo porque no esperábamos ese resultado. Confío en nuestro equipo, y creo que hay que seguir trabajando para conseguir los mejores resultados.

La joven que me entrevistaba asintió mientras lanzaba más preguntas que respondía mecánicamente, sólo buscaban polémica, y era entendible, era un clásico, los fanáticos apoyaban a cada equipo a muerte. De todas formas no tenía ánimos para darles el gusto.

-Pues como ya dije, el Real Madrid es un rival complicado, pero bueno, todos hemos visto el resultado y creo que en un torneo de éstas características se espera que el equipo dé su mayor esfuerzo y así lo hemos hecho. Y pues hay que seguir trabajando para poder mejorar.

-Muchas gracias, Pedri -La joven finalizó la entrevista, y me permití respirar profundo.

Me acerqué al vestuario más rápido que ninguno, estaba preocupado por Leo, se había ido en camilla, la lesión parecía ser bastante intensa, incluso Xavi tenía el rostro contraído, y lucía muy inquieto.
Solo necesitaba saber que se encontraba bien y todo lo demás ya no tendría importancia.

-¿Qué tal está Leo? ¿Está bien? -pregunto mientras avanzo dentro del vestuario.

Cuando quiero darme cuenta, todos ya están cambiados, sólo al ingresar el panorama ya me deprime, los chicos se ven destruidos, algunos bajan la cabeza y otros -los más antiguos-, tratan de animar al resto, se dan palmaditas en señal de apoyo, incluso veo un montón de cosas tiradas por el suelo. A lo lejos, Frenkie De Jong me mira.

-No nos han dicho nada -responde el rubio, me mira como si comprendiera el sentimiento que me cruza el pecho.

Ambos somos quienes mejor relación mantenemos con Leo. Y ambos estamos muy preocupados, sabemos lo que se siente perder, pero mucho peor, salir lesionado.

-¿Tenemos que esperar? -pregunto, Frenkie asiente, luego se pasa una toalla de mano por la frente-. ¿Cuánto tiempo?

-No lo sé, ya nos dirán, lo están atendiendo -contesta.

Se hace un silencio, que solamente la llegada de Gavi lo interrumpe.

-Estoy muy jodido, ¿puedes llevarme a casa? -dice, puedo ver en su expresión lo mal que lo está pasando.

Gavi toma asiento a mi lado y observa a nuestro alrededor, el ambiente hace que apriete la mandíbula y se ponga aún más nervioso.

-Todavía no podemos irnos, hermano -respondo ignorando el hecho de que sus ojos me lo están rogando y soy muy fácil de convencer.

Primero teníamos que esperar que llegara Xavi.

-Pero yo me piro de aquí enseguida, te lo prometo -murmura mientras sus dedos alcanzan una botella de agua en la nevera portátil, y al abrirla, lanza la tapa al aire.

-Tranquilo -respondo, sujeto la botella de agua que se está por tragar y lo ayudo a beber mejor, sus manos están temblando.

Gavi tenía ciertos problemas de ansiedad que no le favorecían mucho en éste momento. Iba al psicólogo y todo ese rollo, pero su personalidad siempre había sido impulsiva y nerviosa. En éstos momentos necesitaba que yo lo llevara a casa o se pondría peor. Pero no sabía qué hacer, también estaba preocupado por Leo.

-Si yo estoy tranquilo -responde rápidamente, aparta mi ayuda y sigue bebiendo la botella de agua.

Lo miro con la misma mirada que Xavi le lanza cada vez que llega un poco tarde a los entrenamientos.

-Vale, sólo dame un minuto -digo sin mirarlo, estoy ocupado buscando con la mirada a Xavi, justamente él sabría decirme más información al respecto y también si ya podíamos irnos, porque por poco que lo aceptara tampoco quería seguir en el estadio.

***

POV: Lily.

-¡Lily! ¿A dónde vas? ¿Qué haces? -grita Clara mientras intenta seguirme el paso.

El encuentro había acabado, el Real Madrid subía a recibir el trofeo, ganaron la supercopa. Mi corazón podría estar feliz por ellos, porque era eso lo que mis padres me habían contagiado desde pequeña, alentar al Real Madrid... ¿Pero por qué lo haría ahora? No sentía ninguna conexión con ese club, con esos colores, aunque quisiera disimularlo, no me sentía feliz.

Porque lo único en lo que podía pensar era en si Leo se encontraba bien. ¿Por qué me preocupaba tanto? Ni siquiera éramos amigos, lo único que compartíamos era esa firma en mi libreta y una caja de pizza.

-¡Lily! ¡Qué haces! -insistía Clara, podía oír su voz amortiguada por el gentío que se retiraba de los banquillos, y un montón de encargados del Barcelona recorriendo por cada parte del sitio.

No sé hasta que punto es posible que alguien de la sección VIP pueda ingresar en donde los jugadores, o hasta qué punto uno podía hablar con alguno de ellos para saber si Leo estaba bien. Pero una necesidad me impulsó a abrirme paso hasta el vestuario, y al llegar me quedé helada.

-¿D-donde está? -murmuro para mí misma.

El panorama es tan triste que me contagia de esa sensación de impotencia por perder. Sé que nunca apoyé al Barcelona, y que tampoco tenía un club favorito, pero que me hayan permitido estar ahí dentro, y vivir lo que cada jugador expresaba después de un mal partido, no me sentaba especialmente bien.

No llegué a entrar al vestuario, pero de fuera podía ver a unos pocos recogiendo sus cosas.

Reconocí a uno de ellos, porque sus ojos me atraparon sin despegarse de los míos. Tal vez fue el único momento en que desperté de mi arranque de preocupación para darme cuenta que estaba metida en un sitio en el que no pertenecía ¿Qué hacía? Probablemente yo no debería estar parada ahí.

Di un giro, dispuesta a irme, de cualquier forma Leo no estaba allí, era más lógico encontrarlo en algún centro de paramédicos y no junto a los demás. Incluso todavía era muy temprano después del partido, los jugadores de la equipación blanca apenas habían recibido la copa para llevarla a sus respectivos vestuarios.

-¿Lily? -habla Pedri, sé que es él porque acaba de mirarme antes de que me fuera, además, reconocería su voz en cualquier sitio.

Trato de fingir que no lo oigo, y aprieto el paso.

-Espera -insiste, aunque mi paso es relativamente apresurado, él me alcanza con facilidad.

Odio a los deportistas.

-Eres tú -afirma, con la voz un poco más relajada.

Lo miro sin decir nada, advierto las gotas de sudor que se le resbalan en la coronilla, y sus pómulos enrojecidos, se ve diferente a como acostumbraba verlo, incluso lucía más serio.

-Lo siento, no sé qué hago aquí -respondo, hago otro intento más por huír de allí lo más rápido posible, pero no llego muy lejos, Pedri vuelve a detenerme.

-No, quédate.

Giro lentamente a mirarlo, está cansado, triste y con el pelo mojado, siento empatía por su equipo, pero no por él.

-¿Alejandro está bien? -pregunto, se me escapa antes de pensar en que es la primera vez después de mucho tiempo en que le dirijo la palabra sin insultarlo.

-Eh, sí, lo he visto por los vestuarios -afirma, noto algo de preocupación en su voz, lo noto en toda su cara, se ve igual a mi.

-¿Y... ése jugador que se acaba de lesionar? ¿Todo bien? -pregunto, trato de disimularlo.

Pedri me mira con más atención que antes, traga saliva y vuelva a desviar la mirada.

-No lo sé aún -responde, gira su cuerpo en varias direcciones, y noto que está buscando a alguien-. Pero no te preocupes, seguro que se encuentra bien.

No le creo, es muy malo tratando de calmar a alguien, pero él no sabe lo nerviosa que me siento estando allí en su búsqueda.

-Puedo llamar a Balde, si quieres, le digo que lo buscas.

-¡No! -me apresuro a decir. No quería que me viera nadie, ni siquiera entendía porqué estaba allí-. No... hace falta.

-¿Pero no estás aquí por él? -pregunta, sus cejas se arrugan de una forma chistosa cuando muestra confusión.

-Da igual el porqué estoy aquí.

Seguido de ello me doy vuelta tratando de huír por tercera vez. Mucho intercambio de palabras con Pedri me podía hacer mal. Esta vez no me detiene, pero siento su mirada sobre mí mientras me marcho.

Puedo sentir lástima por el Barça, sentir que realmente es feo perder sin merecerlo, la frustración de que el mejor del equipo haya sido lesionado, pero no puedo permitirme sentir aunque sea un poco de empatía por alguien que lastimó a mi amiga.

-Lo sabía. -Clara se ríe, pero su risa es seca. Choco con ella cuando al caminar intento girar una esquina.

La miro sin comprender. Sus ojos me acusan de algo.

-¿Eh? -balbuceo, la forma en que me está mirando me pone nerviosa.

-Pero deja de fingir, tía, eres muy obvia.

-No entiendo -respondo.

-Es que no lo puedo creer ¡Me mentiste! -alza la voz, siento que pasa algo de lo que me he perdido así que no puedo evitar arrugar la cara.

-¿Que yo qué?

-Tienes algo con Pedri, y aún así me mentiste... ¡Es que no lo puedo creer! Sabía que estabas rara, y que eras una pésima mentirosa, pero no me lo creía... Tenía una pequeña esperanza de que realmente decías la verdad, hasta que acabo de verte con él.

Mi rostro debió ponerse pálido. No. Lo último que necesitaba era que las cosas terminaran en un mal entendido.

-¿Qué? ¡No! Te lo juro, estás malinterpretando las cosas... No es lo que pien...

-Ni se te ocurra seguir mintiendo -interrumpe, nunca la había visto tan decepcionada-. Es que de verdad, ¿tanto te costaba confiar en tu mejor amiga?

No respondo, me quedo sin palabras. Aunque no quiero que las cosas se malinterpreten, ella tiene razón, no era capaz de decirle la verdad desde el principio. ¿Por qué? ¿Es que acaso quería guardarlo todo para mí sola? ¿Por qué cuando algo emocionante me sucedía no quería compartirlo con nadie?

Clara me mira y suelta un bufido.

-Yo paso de ti, haz lo que quieras, pero no esperes verme tirando puñados de arroz en la boda.

Acto seguido intento detenerla mientras se va. Pero ella no lo permite, me quedo atrás, sintiéndome como una mierda.

Me giro, tratando de buscar ayuda, alguien que me apoye, que le explique que no era lo que ella estaba pensando, pero solo veo a gente desconocida cruzar y seguir con su vida. Mientras yo me pongo en pausa, dándome cuenta de que nunca he servido como una buena amiga. Tampoco como una buena persona.

kylian me define después de este capítulo.
Y también despues de que el Barça se haya eliminado de la europa league :c

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