Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

06.


POV: Lily.

Clara no volvió a hacer ni una sola pregunta acerca de lo ocurrido, ni una, se puso tan pálida que tampoco tuve ganas de seguir tocando el tema. Si no le sentaba bien hablar de ese hijo de puta, no sería yo quien lo nombre de vuelta.

Y me venía de locos, mi objetivo estaba hecho. Algún día le contaría la verdad sobre lo que acababa de sucederme, pero para que ése día llegara, ella tendría que estar en una situación diferente. Si acaso sedada y con velas aromáticas alrededor para que no se pusiera toda loca.
Al final a quien se le bajaría la presión sería a Clara y no a mí. Eso era más probable.

Arranqué los siguientes días indecisa entre ir o no ir el domingo al partido, porque sí, averigüé rápidamente a lo que se refería Lionel acerca de la invitación que me hizo, jugarían el clásico contra el Real Madrid. Ni siquiera tuve que esforzarme mucho, Alejandro lo subió a todas sus redes, y hasta Clara estaba ansiosa por ir. Se jugaban un final de la super copa. Incluso mi hermano menor iba estar presente.

Si iba ¿Qué esperaba que sucediera de todos modos? No es como que Leo Messi se diera cuenta de mi presencia desde la cancha rodeado de un millón de personas, era imposible, ¿por qué lo pensaba tanto? Sólo era ir y ya está.

-¿Al clásico? ¿Estás segura? -preguntó Alejandro una vez me decidí a decírselo.

-Sí ¿Por qué? No creas que me he olvidado del mal rato que me has hecho pasar, no te lo perdonaré de gratis.

-Vale, vale, te consigo las entradas, si eso te hace sentir mejor -accedió, sospeché que sonreía desde el otro lado del teléfono-. Además, ¿cuántas veces tengo yo que pedirte perdón? De verdad, tía, que cuando os fui a visitar la última vez, tú casi me arrancas la cabeza.

-Y no lo he hecho por respeto a tu hermano Eddie, no me toques los cojones -respondí todavía nerviosa por lo que tuve que sufrir gracias a su "bromita".

-¡Pero ya te expliqué que sí estaba en el Camp Nou, tía, que te lo juro, te esperé y no llegaste!

-Sí, hombre, y qué más. ¿Viajaste a la luna?

Escuché un suspiro de resignación desde el otro lado de mi móvil.

-¿Por lo menos irás a la fiesta el domingo? -preguntó Balde.

-Eddie ha tratado de convencernos pero no estoy segura de que lo logre al paso que va.

-Por favor, Lilita.

-¡No me cambies de tema!

Discutimos toda la tarde acerca de que nadie estuvo luego del entrenamiento cuando fui a buscarlo, o al menos eso fue lo que Lionel me había dicho, y si lo decía él es que era verdad. Lo que pasaba es que a Alejandro le costaba un poquito aceptar que se olvidó de esperarme y se largó a su casa. Si es que era un tonto. O muy probablemente me tendió una trampa para encontrarme con su amigo el fifas del que tanto evitábamos hablar Clara y yo. De Balde podrías esperar cualquier cosa.
Era un gilipollas.

-Sí no me crees allá tú. Pero que sepas que sí te esperamos durante horas, y como no venías, nos fuimos. No habrás buscado suficiente.

-Vale, ya, consígueme las entradas, y a Clara también, que quiere ir a verte, está que se muere de ganas.

Obviamente estaba mintiendo, así que ambos nos echamos unas risas.

-Ojalá, pero es una lástima que tu amiga esa sea tan ciega y tenga tan mal carácter. Es que flipo con lo tonta que es, ¿llamarme a mí el más malo del Barça? Si soy el mejor.

Rodé los ojos, por supuesto que su maldito ego iba aparecer en cualquier momento, y antes de que comenzara a dictarme cada una de las razones por la cuáles él se consideraba buenísimo en lo que hacía, le colgé dejándole una última advertencia.

Las entradas, Alejandro, las entradas.

No es la primera vez que le pedía esa clase de favores, pero sí una de las más inusuales, hace bastante tiempo que dejé de apoyarlo con su carrera de futbolista profesional, lo quería mucho, y estaba orgullosa de todo lo que había logrado a su edad, pero sus amigos, todos ellos me caían pésimo, simplemente decidí dejar de cruzármelos.

Y tampoco sabía qué decirle sobre mi repentino cambio de decisión, inventé que solamente quería ir a apoyar al Real Madrid por los viejos tiempos. Claro que Alejandro me insultó unas cuantas veces, pero se sintió mejor cuando le prometí que sólo iba alentarlo a él y a ningun otro jugador más.

No iba contarle jamás que la única razón por la que pensaba ir era porque Lionel Messi me había invitado, era capaz de morirse, él estaba obsesionado con ese chico.

-Lily, necesito preguntarte algo, y prométeme que me dirás la verdad. -Clara se acercó a mi habitación luego de escucharme colgar la llamada, su triangular y simétrico rostro se torció en un gesto de incertidumbre, parecía muy preocupada, aunque intentaba ocultar cualquier emoción.

Tragué saliva asintiendo ¿Ahora qué le sucedía?

-Venga dime.

-Lo de ir al clásico... Ya sabes, yo estoy enamorada de Ter Stegen y quiero mucho al FC Barcelona, pero tú... Me estaba preguntando...

Su silencio me puso un poco nerviosa.

-¿Qué pasa, Clari?

Sus ojos se desviaron hacia el piso laminado de mi habitación.

-No, nada, sólo quiero que me aclares algo, y necesito la verdad, ¿Vale?

Tomé su rostro y la obligué a mirarme a los ojos.

-Claro, Clarita, somos amigas. -Ambas reímos un poco.

-Lo de ir al clásico ¿Realmente te interesa alentar al Real Madrid? ¿O es que... te interesa alguien más?

Probablemente mi respiración se me atascó de una forma que pude disimularla, porque Clara me miraba sin entender.

-¿A qué te refieres?

Clara soltó un suspiro, y se aclaró la garganta antes de hablar.

-¿No será que te interesa...? ¿Pedri?

Sentí cómo el alma se me regresaba al cuerpo en un instante. Involuntariamente comencé a burlarme de su pregunta. Dios, esta chica no se enteraba de nada.

-¡¿Qué dices, por Dios?! No, ni un poquito.

-Lily, si te interesa Pedri, quiero saberlo... No quiero hablar sobre lo que pasó, pero tampoco quiero secretos entre las dos ¿Me entiendes? Tampoco voy a enfadarme por eso, te lo juro, sólo cuéntamelo.

Me reí con la boca abierta de la indignación.

-Joder, Clari, tan raro es que quiera ir a un puto partido de fútbol.

Clara pareció más aliviada.

-¡No es eso! Es que con todo lo de que Pedri te trajo hasta aquí el otro día, y tú pidiéndole entradas a Alex, repentinamente interesada en el Barça, que no sé, tía, todo muy raro.

-Clara -la tomé de los hombros obligandola a mirarme-. No es lo que piensas, a mi ese Fifas no me puede interesar menos. Ya te dije que no le he dirigido la palabra en todo el camino. Lo único que hago es ir a echar porras a Balde, si yo sólo quiero ver un clásico, joder.

-Ya lo sé, Lily... Lo que digo es que a lo mejor tú no tienes por qué odiarlo.

La miré incrédula desde mi posición, ella parecía contrariada, nerviosa, pero yo no podía sino tener ganas de reírme de la situación. Además, mi pobre amiga no tenía ni idea del verdadero conflicto que me tenía tan extraña los últimos días, y en parte, ese hecho me hacía sentir algo mal por mentirle.
Decidí que tenía que cerrar ese capítulo de una vez antes de que comenzara a sospechar más de la cuenta.

-No me interesa ninguno de los amigos de Alejandro, tampoco me importa el Barça, solamente quiero despejarme de la universidad y darme un día tranquilo con mi mejor amiga. ¿Estamos?

Clara me sonrió con agradecimiento.

-Te quiero, tonta.

-Yo igual, tontísima. Y sí que tengo porqué odiarlo; cualquiera que lastime a mi amiga es mi enemigo número uno, que no se te olvide.

Clara torció el gesto posando una mano en mi muslo.

-No, Lily, tampoco hace falta que seas así, yo ya lo superé y no quiero que tú lo odies por mi culpa. No se lo merece.

-Clarita, cariño, no seas tonta, claro que se lo merece. Y me da igual que a mi no me haya hecho nada, te lo ha hecho a ti, y eso es suficiente, fin del tema.

-Liliana... -me advirtió apretando mis muslos, tomé sus manos y las aparté.

-No, estoy hasta los cojones ya, Clara. Iremos el domingo al clásico y no quiero escuchar más sobre el tema, y por cierto, alentaremos a Alejandro, que se lo prometí.

-¡No, ni loca, eso sí que no!

Sonreí de vuelta a mi amiga. Nunca cambiaba. Ni siquiera podía juzgarla por caerle tan mal Alejandro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro