Lo que hEMos pasado
Evie
A la mañana siguiente, Jay y Carlos salieron a buscar cosas, no queríamos terminarnos la comida, el viaje quien sabe cuanto duraría y ahora estaríamos aquí hasta que Mal mejorara, por lo menos un día si perderíamos, y alguien tenía que quedarse a bajarle la fiebre, Carlos ya no quería hacerlo, porque cuando Mal despertó y sintió el dolor en su pierna se aferró al primer inocente que encontró y rasguñó su brazo.
—¿Por qué tienes esa cara? —me habló Mal en una especie de murmuró.
—No se de que hablas —solté un suspiro pasando el trapo mojado por su rostro.
—Parece que me odias más de lo usual —apreté los labios y la miré un segundo sin decir nada, aún estaba confundida, Jay me había hecho recordar el enojo que había tenido hacía Mal cuando era pequeña, aunque nunca podía parecer enojada, mi madre me regañaba porque decía que tendría lineas de expresión, así que simplemente aprendí a ignorarlo—. Supongo que me lo merezco.
Mal teniendo temperatura era un ente extraño, porque hablaba mucho más de lo usual y no se quedaba muy quieta, creo que la incómoda el trapo, pero es lo único que tenemos para bajarle la fiebre, eso y el remedio, pero necesito más ingredientes para hacerlo, Jay y Carlos están en eso.
—Si, tus rostros son graciosos —fruncí el ceño levemente ¿por qué siempre siento que se está burlando de mi.
—No hables más, no estás pensando —resoplé levantándome yendo por más agua.
—Tengo más claridad que nunca —volteó a mirarme—. ¿Me odias por lo de hace 10 años? Yo te odié por eso.
—Supongo —me encogí de hombros—. Si, pude notarlo mientras corría por las trampas del armario de Cruella —ella soltó una risa.
—Si, pero no te pasó nada —se encogió de hombros—. Pero ya no te odio por eso.
—¿Y ahora por qué me odias? —la miré extrañada—. ¿Qué te hice ahora?
—Me recuerdas a Harry —fruncí el ceño.
—¿A tu ex? ¿El pirata de Uma?
—¿Por qué todos mencionan a esa tipa?
—Más bien ¿Qué tengo que ver yo con Hook?
—Nada —fruncí el ceño y rodé los ojos—. Me gusta eso —me incliné a seguir pasando el trapo por su frente sentándome a su lado.
—¿Qué?
—Tus ojos —fruncí el ceño levemente—. Son cafés, los pones mucho en blanco cuando estás conmigo —solté un suspiro negando y pasé el trapo por su frente.
—Deberías dormir.
—Me recuerdas a Harry cuando lo conocí —fruncí el ceño levemente—. Ambos tenían la misma actitud desafiante, creo que eso fue lo que me gustó de él.
—¿Qué dices? —la miré confundida.
—Pues creo que Harry fue de los primeros en atreverse a desafiarme —me encogí de hombros—. No funcionamos porque se convirtió en el perro faldero de Uma. ¿Crees que tú y yo funcionaríamos?
—¿Tu y yo? —tragué saliva mientras ella me miraba y se sentaba—. No hay un tu y yo Mal, ni siquiera somos amigas realmente.
—Supongo que tienes razón, solo te traje aquí por mi proyecto malvado —apreté los labios y ladeé la cabeza confundida, ella solo río—. Yo quería que tú fueras quien tomara el cetro de mi madre para que te cayera su maldición y te durmieras por mil años —se encogió de hombros.
—¿Lo ves? —hice una mueca—. No somos amigas.
—Creo que te odio porque me haces sentir rara —me miró fijamente.
—No entiendo a lo que te refieres.
—Cuando vi a Harry coquetear contigo no me gustó —frunció el ceño.
—El es tu ex, tú me odias, debe ser normal —me encogí de hombros.
—No, no me entiendes —se acercó levemente a mi—. He visto a Harry coquetear con la mitad de las chicas de la isla —nos mirábamos fijamente, y tragué saliva, ya la había tenido así de cerca antes, pero todas esas veces lo ignoré porque suponía que ella intentaba intimidarme—. Harry Hook no me importa — iba a apartar la mirada y alejarme pero sentí su mano tomar mi mentón con suavidad y volteé a mirarla—. Creo que lo que me hizo molestar fue que fueras tú —ella se acercó lentamente, y si debo ser sincera, no podía moverme, más bien, creo que no quería hacerlo, pero estaba nerviosa, sentía una vibración extraña en mi estomago, y creo que hasta estaba temblando. Su nariz rozó con la mía y por un momento pude sentir su aliento chocando con el mío, cerré los ojos comenzando a acercarme y dejándome llevar por primera vez, por primera vez tenía una necesidad, y era sentir sus labios sobre los míos.
—¡Evie! Jay y yo necesitamos ayu... —Escuché la voz de Carlos que despertó de nuevos mis instintos y me separé de golpe de Mal, tragué saliva avergonzada y me levanté—. Creo que interrumpí algo, mejor me voy.
—No, Carlos —dije avergonzada—. Solo olvídalo, nada paso —le dije—. Yo soy una tonta y Mal está actuando bajo los efectos del remedio, no es nada, solo olvídalo ¿si? ¿Puedes? —el asintió haciendo una mueca.
—Jay y yo necesitamos ayuda porque robamos dos cajas de la barcaza de un duende por si algo servía —asentí y bajamos por las cosas.
Cuando subimos todo entre los tres, Carlos se dedicó a bajar la fiebre de Mal mientras de vez en cuando me miraba, yo aún seguía avergonzada por lo qué pasó, esa no soy yo, aunque realmente nada pasó, y solamente descubrí la razón por la que estoy aquí.
Le di a Mal el remedio para la fiebre y ella se quedó dormida como a los 10 minutos, Jay, Carlos y yo cenamos y estuvimos revisando las cajas para ver que servía y que no.
Los chicos se fueron a dormir y yo quise salir un rato a caminar, no podía dejar de pensar en lo qué pasó y me estoy volviendo loca, regresé no mucho tiempo después y vi a Mal levantada, tragué saliva nerviosa.
—¿A donde fuiste?
—Solo quería caminar —me encogí de hombros—. Te ves mejor que antes.
—Me siento mucho mejor —asentí algo incomoda—. Aunque no tengo recuerdos claros de desde hace dos días, son como un sueño muy borroso que sé que está ahí pero no sé qué ocurrió ¿pasó algo importante?
—No —apreté los labios soltando un suspiro—. Nada importante —sonreí levemente—. Iré a dormir, estoy cansada —ella asintió y yo fui a acostarme, bueno, supongo que no tenía que haber incomodidad realmente, ella no recuerda lo qué pasó.
Si soy sincera, no sabía si eso era mejor o peor, porque ahora yo era la única que recordaba lo que sucedió, y la única que cargaría con eso, porque es algo difícil de olvidar, aunque sé que solo debería dejarlo estar, no pasó nada y nada pasara, quizá dormir miles de años no suena tan mal ahora.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro