El coMiEnzo dE una Era
Mal
Si, crecer en la isla fue duro, pero no volveré a repetir ese discurso, no, ya vamos muy adelante como para eso, porque esto ya no se trata de la isla, se trata de nosotros, de nuestra unión y de cómo un lugar nuevo puede cambiarlo todo en un segundo. Esta historia comienza con el futuro Rey Ben Florian Beast y sus innovadoras ideas de proclamas, pero no siempre las buenas intenciones traen cosas buenas.
Ben Beast
Pasado
Auradon
2 meses después del viaje fallido
Ser un futuro rey no es fácil, no cuando las esperanzas de todos están en ti, la presión sobre tus hombros desde el día en el que naces, esperas ser bueno para tu pueblo, porque tu gente lo merece, porque quieres ser alguien a quien admiren, a quien respeten. No podía pensar en otra cosa más que en eso, mi coronación sería en unos meses, y se sentía como el agua subiendo hasta mi garganta, quizá pronto no podría respirar. Miré al techo soltando un suspiro, inútil forma de perder el tiempo, porque todo se siente como eso, una perdida de tiempo, debía crear un cambio que pudiera hacer mejor la vida de las personas, eso hace un rey, pero mi mente estaba tan vacía de ideas como el reino de miseria ¿cómo haría mejor la vida de estas personas?
Me levanté de la cama por fin, buscando inspiración en cualquier lado, algo que me iluminara de repente. Nada, no había nada, el librero parecía aburrido, la computadora ni siquiera ayudaba realmente, solté un suspiro yendo a mi escritorio, y tomé lo único que jamás haría por gusto propio pero ahora no parecía tener otra opción, revisar las cartas que me han enviado. Resoplé dejándome caer en la silla, peticiones frívolas que mi padre me había dejado para checar, nada que fuera realmente a hacer un cambio social, ¿otro parque para niños? Hay por lo menos 5 parques de campos completos en cada reino, ¿bebederos para perros? Ya hay, en las calles de las ciudades, pero había una carta que llamó mi atención, el papel se deshacía un poco con tan solo tocarlo, y estaba sucio, la letra era difícil de comprender, pero una tarde transcribiendo el mensaje fue suficiente para descifrarlo.
"Amnistía para los duendes de la isla" era el resumen de la carta, amnistía, me levanté con el papel en mano y me dirigí a la ventana, la contemplé desde ahí, siempre ha estado ahí, por lo menos desde que tengo memoria, fue creada antes de que yo naciera, para proteger el futuro de la nación. Ignorada y desolada, solitaria, abandonada. Jamás me había puesto a pensar en la gente que vivía en la isla hasta ahora, y fue ahí donde se me ocurrió una idea. Les otorgaría amnistía a los duendes cuando me volviera rey, solo si antes ellos me ayudaban con una nueva tarea.
Escribí una carta en el papel más normal que pude encontrar, en ella les pediría a los duendes que me ayudaran desde adentro con una investigación secreta, que de ser divulgada cualquier plan de redención sería cancelado.
—Lumiere, manda esta carta a la isla con la más posible de las discreciones —sonreí y el asintió tomándola estando extrañado.
Si todo salía bien, podría tener mi proclama real antes de ser rey.
Mal
Actualidad
Y así fue como todo comenzó, el inicio de lo que yo llamo: "la decadencia". Pero no fue hasta meses después donde comenzó a surgir efecto todo, el plan del rey ya estaba en marcha, pero nosotros no lo sabíamos, así que por meses tuvimos lo que yo considero paz, a nuestro modo.
Pasado
La isla de los Perdidos
Un dia antes de la llegada de la carta
Los cuatro éramos destructivos para la sociedad de la isla, y era encantador. Nos habíamos apropiado de la mayoría del territorio de la isla y nadie había podido hacer nada contra eso; Después de la fama que nos crearon los duendes sobre el acto de bondad teníamos que redimirnos a nosotros mismos, nos volvimos la peor escoria en la isla.
Encontramos una "guarida" que se volvió nuestro lugar, más allá de nuestras casas o de la escuela. Se abría al lanzar una piedra a un cartel que irónicamente decía "PELIGRO: piedras voladoras". Era nuestro lugar, lo habíamos hecho para nosotros y era básicamente nuestra esencia, la de los 4.
—¿No creen que es raro que nuestros padres ahora sean "unidos"? —Carlos parecía consternado.
—Bueno, algo definitivamente los une y es que todos están decepcionados de sus hijos —dijo Jay amargamente.
Dejé la lata de pintura a un lado y sonreí, había pintado un mural en las paredes de nuestro lugar, se veía fabuloso.
—No hay que victimizarnos, mientras menos peleas tengan, menos mandan al exilio a alguien —bromeé soltando una risa acercándome a Evie.
—Que graciosa —dijo conteniendo una risa—. Intenta vivir con una mujer que finge ser un espejo.
—Oh, si, puedo ver que tienes problemas —solté una risa y la abracé por la cintura.
—¿Ya van a comenzar? Podemos darles su espacio —nos molestó Jay con una risa.
—Cállate —reí y fuimos a sentarnos a uno de los sofás viejos, ella se recargó y yo hice lo mismo en el cuerpo de ella estando abrazadas—. Aunque ya poniéndonos algo más serios, si es extraño que nuestros padres se lleven tan bien de repente.
—Son villanos también, seguro están tramando algo —dijo Evie mientras pasaba sus manos por mi cabello.
—¿Qué dicen si en vez de pensar en eso vamos al mercado a crear caos? —propuso Jay.
—Puede que necesite unas botas nuevas —bromeó Evie.
—Podemos conseguirlas —solté una risa—. ¿Oyeron sobre la fiesta de Anthony Trimane?
—¿Quieren ir? —nos miró Carlos.
—No lo sé, podríamos ir y ver que podemos robar —Jay tan entusiasta como siempre.
—¿Qué dices princesa mora azul? —bromeé molestándola y soltó una risa aireada.
—Supongo que suena bien, nunca se debe negar a una buena fiesta, podríamos ir con Dizzy a arreglarnos —palmeó mi hombro.
—Si no queda de otra —hablé resignada y los chicos soltaron una risa.
En privado, y solamente con Jay y Carlos presentes, Evie y yo solíamos ser algo efusivas, a pesar de no ser realmente una relación formalizada, más que nada porque un villano no tiene pareja, de por si ya era demasiado el tener amigos. Pero estábamos bien con nuestra dinámica, era suficiente para nosotras.
Los chicos se fueron al mercado para robar alguna ropa para ir a la fiesta. Evie y yo nos quedamos en la guarida.
—Así que ¿un cambio de look? —miré a Evie con diversión.
—Ya sabes, cortar puntas abiertas por lo menos —tomó un mechón de cabello entre sus manos y yo puse mis manos en su cintura.
—Eres tan rara —sonrió y me acerqué a ella—. Pero supongo que por algo eres la más bella —junté nuestros labios y ella correspondió.
Nuestros días en la isla eran simples, porque la isla misma lo era, no necesitábamos mucho realmente, estábamos condenados a ser escoria que vivía entre la basura y para nosotros ya era normal, estábamos bien con eso, hasta que sin saberlo, ese fue nuestro ultimo día "simple", porque al día siguiente, con la llegada de la carta del Rey, todo comenzó a cambiar.
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