Mi Error
Escuchó una sirena en la lejanía y una voz a la distancia, pero no entendía qué era lo que decía, sólo le resultaba un sonido familiar. Abrió levemente sus ojos pesadamente y vio una silueta moviéndose rápidamente, luego pudo distinguir más, se movían rápidamente. –¡Muevan eso!– escuchó gritar. Cerró sus ojos nuevamente y sintió el suelo moverse a sus pies, estaba demasiado desubicada como para comprender por completo lo que estaba pasando. –¡Dalia! ¡¿Me escuchas?!– ese era su nombre, ¿Quién la llamaba?. Abrió sus ojos lentamente y vio una silueta rojiza enfrente de ella, poco a poco su vista se aclaró y lo vio, era aquel equidna –...Knuckles– dijo con pesadez para cerrar sus ojos de nuevo. En diferentes ocasiones abría sus ojos y notó algunos doctores con artefactos en sus manos que la hacían sentir dolor, eso la hacía despertar de golpe y luego perdía el conocimiento nuevamente.
–¿Dalia?... ¿Dalia?– escuchó, así que abrió los ojos de nuevo. –¿Cómo te sientes?– preguntó el equidna.
–¿Knuckles?– cuestionó con algo de dolor en su voz –¿Dónde estoy?
–En una tienda de ropa ¡¿Dónde crees?! ¡Estás en el hospital!– dijo alterado.
–Realmente no tienes tacto con los demás. Tuvo un golpe en la cabeza, ¿Qué esperabas? Es normal que esté desubicada.
–¿Rouge?– llamó aún desubicada, al ver a la chica murciélago en el marco de la puerta de aquella habitación.
–Creo que es la primera vez que te escuchó decir mi nombre o el de alguien en todo caso.
No era realmente su costumbre llamar a nadie por su nombre de pila, sólo lo hacía cuando les tenía la suficiente confianza. Se sentó con esfuerzo y al hacerlo vio sus brazos, uno de ellos tenía un yeso, ya que se había fracturado por culpa de aquel erizo plateado y el otro se encontraba vendado debido a las quemaduras que había sufrido.
–Exactamente, ¿Qué te pasó? Tenías más heridas de las que tuvo ese camaleón– citó Rouge.
–¿Camaleón?
–Sí, el camaleón púrpura.
–"Lo había olvidado, el cocodrilo y el camaleón terminaron gravemente heridos después del encuentro con Sonic y el erizo negro" ¿Sobrevivió?– preguntó curiosa.
–Sí, muy pronto empezarán a trabajar de nuevo- habló Knuckles.
–¿Y el cocodrilo?
Desvió la mirada ante su pregunta guardando silencio. Rouge se percató de la reacción del equidna, sabía que se sentía culpable. Kunckles sentía que tenía que haberlos protegido, que había fallado pues al final de cuentas era un policía.
–Aún no despierta, entró en coma poco después de que lo hospitalizaron. Los doctores no saben si logrará sobrevivir– dijo Rouge con seriedad.
–Por eso– dijo empuñando sus manos con fuerzas –¡Me encargaré de hacer pagar a esos malditos!– gritó Knuckles.
–Dinos– habló Rouge –¿Qué pasó?
0-0-0-0-0
Estaba increíblemente molesto, era muy difícil que alguien lo hiciera enojar, pero esta vez la eriza rosa se había llevado el premio; inmiscuirse así como así en su pasado, eso no era asunto de ella ni de nadie. Sonic llevaba tiempo sin pensar en su familia y eso era porque era el único tema que hacía que él perdiera toda compostura, se podría decir que era su talón de Aquiles. Siguió caminando, ya que no tenía ánimos de correr, pensó que una caminata haría que se calmara un poco.
En otra época él hubiera matado a cualquiera que se acercara a su pasado como lo hizo ella, pero esta vez no pudo hacerlo, sólo le dejó una advertencia, eso no era realmente su estilo ¿Por qué no había podido reaccionar como lo que era?... Un asesino. Sonic siguió caminado sumergido en sus pensamientos hasta que algo le llamó la atención
–¿Silver?– dijo al distinguir algo volar hacia un edificio en la cercanía.
Corrió lentamente hacia ese lugar y notó que era un edificio abandonado. Dio un fuerte puñetazo en la cerradura central y entró en el mismo. Sonic caminó con precaución en él sin saber exactamente en dónde se encontraba Silver, o más aún, qué hacía el allí.
–No lo entiendo ¿Por qué?, ¿Por qué me ayudas?– escuchó en un piso superior, era la voz de la presa.
–Porque eres lo más importante para mí...– esa era la voz de Silver, y no se escuchaba nada bien.
Corrió hacia aquel piso a gran velocidad y al entrar vio a su amigo en el suelo, quien parecía estar rodeado de sangre –¡SILVER!– gritó la gata lila desesperadamente. Ella lo sacudió suavemente en un intento de hacerlo despertar, pero eso no pareció funcionar.
–¡¿Qué rayos le pasó?!– gritó el erizo azul acercándose a él.
Blaze lo reconoció al instante, era uno de sus secuestradores, lo vio en el parque el día que se la llevaron. No habían convivido realmente con él, pero sí había podido escuchar su voz un par de veces detrás de aquella puerta, no sabía mucho de él, pero si recordaba algo, era muy veloz. No sabía qué hacer, ¿Debía atacarlo o dejar a Silver en sus manos? Quería ayudar a Silver, pero a la vez temía que él quisiera llevarla de regreso con el erizo negro, con el erizo al que ellos llamaban Shadow.
–¡Te hice una pregunta!
–...Fue el erizo negro– respondió en baja voz.
–¿Shadow?, ¿Por qué él le disparó?– preguntó Sonic confundido –"Dalia aún no llevó el cobro del rescate, aún no tenía por qué hacerle daño, ya que Silver no sería tan tonto de retarlo de no tener un buen motivo ¿O sí?"
–El disparo no era para él... era para mí– explicó Blaze desviando la mirada.
–¡¿Qué?! ¿Silver no pudo reflectar el disparo?– preguntó el erizo azul sin entender.
–No hubo tiempo... Él estaba ocupado intentando evadir mis ataques.
Eso tenía sentido, Silver tenía muy bueno reflejos, después de todo su vida dependía de eso, sin embargo si él se encontraba defendiendo la vida de ella Sonic sabía que no le importaría que le pasará con tal de protegerla. Aunque no había algo que él no entendía, ¿por qué ella lo estaba atacando? por lo que él sabía ellos dos llevaban una buena relación, algo no concordaba.
–¿Ataques? ¿Por qué rayos estabas atacándolo?
–¡¿Qué se suponía que hiciera?!– se defendió molesta –¡Él quería deshacerme de mí, quería matarme!
–¿Qué?, ¿Matarte?- repitió Sonic sorprendido –¿Has perdido la cabeza? Él jamás haría algo como eso, él quería liberarte– explicó.
–¿Qué?
–No sé por qué rayos quiso protegerte con tanto empeño– dijo en un tono molesto –Desde el mismo momento en que tuvimos que ir a traerte lo único que quiso fue protegerte.
Se sintió como la criatura más estúpida del planeta, todo había sido un gran mal entendido. Aún recordaba aquel día en el parque cuando el erizo negro quiso dispararle una vez más, de no ser por la rápida intervención de Silver, quien se paró enfrente de ella y le suplicó que no la lastimara más. También había sido quien le había sanado sus heridas, quien la había salvado al caer de una pila de cosas que colapsó en un intentó de escape y el único que realmente se había preocupado por ella. Para ser un asesino la había salvado demasiadas veces, y en ese momento la culpabilidad de haber lastimado a alguien que se había preocupado tanto por ella vino a ella, haciendo que un incontenible deseo de llorar viniera a ella.
–La bala aún sigue adentro, habrá que llevarte a un hospital– dijo el erizo azul revisando la herida en la espalda de Silver, quien no respondía a sus palabras –Eso te pasa por encariñarte con las presas.
Lo tomó como pudo cargándolo en su espalda, necesitaba que lo atendieran rápidamente. –¡Yo iré contigo!– dijo decisivamente la gata lila. El erizo azul la vio alzando una ceja ¿Acaso estaba loca? ¿Qué le hacía pensar que ella podía acompañarlos?
–Vete de una buena vez y agradece de seguir con vida– dijo Sonic dándose la vuelta.
–¡No!, ¡Yo iré contigo!
–¿No querías tu libertad acaso?
–Quiero asegurarme que él estará bien.
–Shadow no tardará mucho en encontrarnos, y si estás con nosotros ten por seguro que no podrás librarte de él, y créeme cuando te digo que yo no pienso protegerte, para mí eres sólo una presa más.
–No pienso irme hasta no saber que él estará bien.
–Bien, como desees.
0-0-0-0-0
Caminó de regreso a la estación cabizbaja pensando aún en el erizo azul y en sus palabras: –"...No necesito de tu ayuda" Ella sólo quería que él estuviera bien. Si realmente aquel archivo era su pasado, tuvo que haber sido muy difícil para él poder subsistir, quedarse huérfano tan joven, eso explicaba por qué él era lo que era, seguramente no tuvo otra alternativa. –¿Lo estoy justificando?– se dijo rápidamente, sin importar su pasado, nada de eso podía hacer que los crímenes que había cometido se borraran o la gente que él había lastimado o matado sanara.
–Pero estoy segura que él... que él no quiso hacerlo...– dijo como murmuro. Su teléfono celular sonó distrayéndola. –¿Aló?
–Amy, necesito que vengas, Dalia está en el hospital.
–¿Knuckles?, ¿Qué sucedió?
–Fue atacada por esos malditos.
–... ¿Por el erizo azul también?– preguntó Amy sintiendo un nudo en la garganta.
–No, por otro ¡¿Y eso qué tiene que ver?!
Amy dio un suspiro de alivio y esbozó una pequeña sonrisa –Bien, iré enseguida.
Corrió hacia el hospital, Amy estaba muy contenta, él no había lastimado a Dalia. Se tardó un poco en llegar a pies, y casi sin aliento logró distinguir aquel edificio blanco. Entró al lugar buscando a Knuckles sin verlo por ningún lado.
–Será mejor que pregunte por Dalia.
0-0-0-0-0
–¡Necesitamos ayuda!– dijo el erizo azul con su amigo en brazos.
–¿Qué le pasó?– preguntó una enfermera.
–Tiene una herida de bala en su espalda– citó la gata lila que los acompañaba.
–De acuerdo, ¡Una camilla!– gritó.
Pusieron al erizo inconsciente en ella y lo llevaron inmediatamente a urgencias. Blaze lo vio alejarse por aquel pasillo blanco, sólo le rogaba al cielo de que estuviera bien, que pudiera sobrevivir a aquella herida ocasionada por su culpa. –Estará bien– escuchó decir del erizo azul. Sonic se sentó sin decirle nada más con aquella expresión relajada y desinteresada, como si sólo hubiera sido un simple rasguño.
–Pero...
–Es un asesi... un erizo que resiste este tipo de cosas– corrigió. –Así que deja de preocuparte, sólo siéntate y espera a que digan que podemos verlo para demostrarte que está bien y así podrás irte de una buena vez .
No estaba contento con ella, por su culpa Silver había tenido que venir a este lugar, sin contar que a él este tipo de lugares no le traían buenos recuerdos, odiaba los hospitales. Muchas veces cuando él era un niño había terminado en un lugar como éste gracias al entrenamiento intensivo que Eggman lo había sometido para ser lo que era hoy.
Pasaron las horas y después de una espera interminable llegó un doctor a donde se encontraban ellos –Su amigo se recuperará muy pronto, la bala no tocó ningún órgano así que estará sólo un par de semanas– dijo con una sonrisa. Blaze dio un suspiro de alivio y el erizo azul sólo dio una sonrisa disimulada, como si aquella noticia hubiera sido algo más que obvio.
–¿Exactamente qué fue lo que le pasó?– preguntó el doctor.
–No lo sabemos– contestó rápidamente el erizo azul –Lo encontré así cerca de un edificio.
–Bien, bueno podrán verlo ahora si así desean. Se encuentra en la habitación 415, cruzando por el pasillo a mano derecha.
–Gracias– dijo la gata, empezando a tomar marcha.
–¡Espere!– dijo el doctor deteniéndola –¿Qué le pasó a sus manos?
Había olvidado por completo que tenía lastimada las manos, gravemente lastimadas. El doctor tomó sus manos y las vio algo asustado –Déjeme...– Ella se las quitó bruscamente y se dio la vuelta. –Iré a verlo a él primero... Yo estoy bien– dijo con aquella típica expresión inmutable. Caminó hacia donde él les había indicado, dejando al doctor muy confundido.
–Hágale caso, no querrá que se moleste– dijo el erizo azul con una sonrisa caminando detrás de ella.
–Vainilla– llamó el doctor a una enfermera
–¿Sí doctor?
–Siga a aquella gata y cúrela en el cuarto del erizo plateado si es necesario. No podemos dejarla así.
–Sí doctor– dijo asintiendo la cabeza la coneja.
0-0-0-0-0
Caminó en busca de alguna enfermera, pero todas parecían estar muy ocupadas. No estaba segura en donde debería de estar así que sólo caminó de habitación en habitación. –¿Te encuentras perdida?– escuchó decir a alguien detrás de ella. Amy volteó a ver y vio a una coneja con una sonrisa muy amigable, era una de las enfermeras del lugar, tenía en sus manos un par de vendajes con sangre, algo que la perturbó un poco.
–Yo.... Buscó a una amiga– respondió Amy reaccionando.
–Oh, ya veo, bien sígueme y veremos que podemos hacer.
–Sí.
–¿Cómo se llama ella?– preguntó viendo unos papeles en una de las estaciones de enfermeras.
–Se llama Dalia, Dalia the Cat.
–Sí, se encuentra en la habitación 416, es por aquí, sigue recto y a mano derecha encontraras la habitación de tu amiga.
–Muchas gracias– dijo sonriendo.
Corrió a aquella habitación lo más rápido posible, pero al llegar no vio a nadie adentro de ésta, eso le parecía muy extraño, hasta donde sabía ella debería de seguir allí.
0-0-0-0-0
Sonic la vio sentarse a su lado con esa expresión seria, pero a la vez muy preocupada; él por su parte sólo se sentó a la distancia, deberían de esperar a que él despertara, algo muy aburrido para su gusto. Bostezó aburrido y se acomodó en su silla, a la espera. –Disculpe, ¿sabe dónde se encuentra la chica de esta habitación?– escuchó en el pasillo, esa voz le parecía conocida. Sonic se paró de su asiento y vio hacia fuera, y efectivamente vio a aquella eriza rosa en el hospital, algo muy extraño. –Salió a los jardines con sus amigos, si no mal recuerdo dijo que estaba cansada del olor de hospital– le respondió la enfermera. La observó hacer una pequeña reverencia y salir corriendo para donde él asumía deberían de estar los jardines del hospital.
–Enseguida vuelvo– dijo el erizo azul con su mirada en el pasillo.
–¿No esperarás a ver a tu amigo despertar?
–Nah, es muy aburrido, además, no tardaré mucho.
–¿Qué harás?– preguntó la gata lila con suspicacia.
–Yo... Sólo quiero ver algo, no tardaré-– dijo por último yéndose del lugar.
Corrió a una velocidad moderada, no quería llamar mucho la atención. Se desubicó por un momento, pero luego encontró el lugar donde debería de estar ella. Sólo quería saber qué era lo qué ella hacía allí. Caminó por el lugar, era un jardín gigantesco, y luego de unos minutos la vio, parecía regresar muy molesta. Sonic se quedó parado en su lugar, analizando la mirada de la eriza percatándose que ella notó su presencia. Amy parpadeó un par de veces y se acercó a él curiosa.
–...¿Qué haces aquí?– preguntó ella con cierta timidez.
–Eso mismo venía a preguntarte yo.
–Yo sólo...
Un sonido familiar hizo alertar al erizo azul, ese sonido tan inconfundible. Se volteó lentamente y vio a un equidna rojo con un arma apuntándole, no se miraba feliz
–¡No, Knuckles!– escuchó decir a la eriza rosa –¡Detente!
–¡MUERE!– escuchó gritar al equidna a la lejanía. Su mente no parecía procesar todo lo que estaba pasando hasta que el sonido del disparó lo hizo reaccionar.
–¡NO LO LASTIMES!– gritó Amy poniéndose enfrente del erizo azul en un intento de protegerlo y luego sintió un ardor en su pecho, algo que la hizo caer y perder todo sentido de la realidad.
–¡AMY!– escuchó gritar su nombre sintiendo como algo suave la sostuvo antes de caer al suelo.
Empezó a sentir frío, y algo tibio descender por su pecho. Puso su mano sobre aquel lugar que sentía que quemaba y sintió como su guante blanco se mojaba rápidamente, levantó su mano observando su guante
–...Sangre– musitó cerrando sus ojos.
–¡Amy!, ¡Amy!– escuchó gritar a aquel erizo azul.
0-0-0-0-0
Llegó a un edificio abandonado y vio sangre aún fresca en el suelo. Shadow vio a ambos lados, y notó huellas en aquel suelo lleno de polvo; unas tenían que ser de aquella presa, las otras eran del erizo plateado, parecía que lo habían arrastrado antes de que éstas desaparecieran por completo, indicando que luego lo habían cargado, pero alguien lo había hecho y no había sido la presa –...Sonic– dijo con desprecio. Todo había sido un plan, parecía que el erizo plateado había tenido ayuda para liberar a aquella chica. Enfureció instantáneamente y caminó con rapidez, tenía que encontrarlos. Caminó hacia la salida cuando escuchó a su comunicador sonar.
–¿Sí?
–¡Shadow!, ¡¿Dónde está mi equipo?!. ¡No localizó a nadie! Dalia no ha cobrado el rescate y Silver no contesta al igual que Sonic.
–Yo también los buscó ¿Puede rastrear su ubicación?
–Déjame ver...– dijo tecleando –¡Listo! Esto es extraño.
–¿Qué cosa?
–Parece que todos están reunidos en un mismo lugar, el Hospital Central de Station Square.
–Yo me encargaré de ellos, no se preocupe Doctor.
–Cuento contigo Shadow.
–No se preocupe, jamás pierdo a una presa.
Terminó aquella llamada, por lo que a él le concernía, Sonic y Silver se habían convertido en sus nuevas presas; no sabía si Dalia era a alguien que debía de cazar o dejar ir, ya que al final de cuentas ella había sido lastimada por aquella gata lila, pero no entendía cómo había dado con su ubicación, y en cuanto concierne a la presa original, se encargaría de eliminarla después, por el momento sólo quería vengarse de aquellos traidores pues siempre había un precio que pagar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro