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El Pasado de Sonic


Sonic se quedó atónito al escuchar la petición tan inusual de su amigo. ¿Distraer a Shadow? ¿Acaso él estaba loco? Sonic exhaló un pesado suspiro, ya estaba convencido de que Silver había perdido la cabeza. Sonic ahora debía de elegir un bando, o seguía el loco plan de Silver y si éste no funcionaba aceptar las consecuencias que vinieran con éste, o detenerlo en ese mismo momento y evitarse cualquier tipo de problemas.

–¿Cuento contigo?– preguntó Silver.

–De algo estoy seguro, y es que realmente estás loco– respondió Sonic seriamente –Pero... si se trata de riesgo, ten por seguro que te ayudaré– dijo con un guiño y levantando un pulgar.

Silver sonrió aliviado. Sabía los riesgo que él tomaba al aceptar hacer eso y por eso valoraba más a su amigo. Vio a la habitación de aquella gata pensando en lo que tenía que hacer para poder ayudarla a librarla de la maliciosa venganza de el erizo negro.

–De acuerdo, dime exactamente ¿Cuál es el plan?– preguntó Sonic

–Sacarla de aquí.

–Librarte de ella, eso fue lo que me dijiste antes ¿Acaso piensas no verla más?

–Será lo mejor– asintió con una tristeza intrínseca en sus ojos –Acéptalo, soy sólo un asesino. Nosotros no podemos tenerle estima a nadie, no podemos enamorarnos de nadie.

–Mmm– exclamó Sonic pensativo.

–¿Tú alguna vez te has enamorado?– preguntó Silver viéndolo directo a los ojos.

–¿Yo?– repitió algo sorprendido.

–Sí, ¿Nunca has sentido nada por alguna chica especial?

Sonic rió divertido –Por supuesto que no Silver. Esas bobadas románticas no son para mí. Además, como tú bien dijiste, nosotros no podemos tener estima por nadie- dijo con una sonrisa de desinterés.

Silver le desvió la mirada nuevamente con aquella expresión de tristeza y preocupación grabada en su rostro. Sonic lo observaba con aquella sonrisa; él sabía que su amigo esperaba un sí, algún indicio de que él no era el único, pero Sonic amaba demasiado la libertad como para quererse atar a alguien, sin importar el reto que la chica podría ser... aunque fuera una policía. La imagen de la eriza rosa pasó por su cabeza haciéndolo sonreír. Le encantaba verla molesta y más aún cuando la miraba sonrojada con aquellos pucheros infantiles que ella tenía.

–Amy– murmuró con aquella sonrisa.

–¿En qué piensas?– preguntó el erizo plateado, haciendo regresar a la realidad al erizo azul.

–¿Ah? ¿Qué? ¿por qué?

–Es sólo que...

Silver lo observó minuciosamente, él conocía esa sonrisa, es la sonrisa que él tenía cuando pensaba en Blaze y de ser así, eso significaba que Sonic estaba pensando en alguien "especial".

–No, nada, olvídalo– dijo Silver dando por concluido el tema.

–Bien, dime algo ¿Tú quieres sacar a la chica de aquí? ¿No?

–Sí.

–Bien y ¿Ya pensante en la llave?– cuestionó Sonic.

–¿La llave?, ¿Te refieres a la de las esposas?

–Obviamente. Esa llave, por si no te acuerdas, la tiene uno de nosotros, y no soy yo.

–¡Demonios! Lo había olvidado. Necesito aquella llave y la tiene...

–El erizo que ansia ver a la presa muerta– completó Sonic –Creo que necesitaremos algo más que un "por favor" para tenerla.

–¿Tú puedes quitársela?– preguntó Silver con una luz de esperanza en su mirada.

–¿Yo? ¿Quieres que yo intente robar una llave, que por cierto, la tiene uno de los más peligrosos asesino en su cuello?

–Yo...– dudó el erizo plateado.

–¡Eso sí es un reto!- dijo Sonic saltando de alegría –¡Cuenta conmigo!

–Sabes algo, eres la criatura más extraña que conozco.

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Caminaba por las aceras de las calles sin un destino fijo. Amy se mantenía preguntándose ¿Dónde podría estar él? Qué era lo que hacía un asesino cuando no estaba asesinando. Realmente estaba en una encrucijada, era él quien se topaba con ella no a la inversa. –Supongo que tendré que caminar así hasta encontrarlo– se dijo sin mucho animo, sin embargo después pensó un poco mejor las cosas y decidió que en vez de quedarse sentada en algún lado esperando a que él decidiera aparecérsele, ella haría algo al respecto.

–Bien Sonic the hedgehog, ahora sabrás de lo que soy capaz– dijo Amy con una sonrisa.

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Salió en busca de aquel erizo negro. Tenía que ser más rápido y astuto que él si no quería que Shadow lo matará por robar su llave. Eso era realmente un verdadero reto, para Sonic, las presas normales no eran realmente un desafío, eran más bien algo divertido, pero con Shadow él debería de mostrar todas sus técnicas y habilidades que había desarrollado a través de los años, eso lo emocionaba mucho.

Como Shadow estaba molesto, Sonic sabía que él debería de estar en un lugar con mucha vegetación o con una gran vista, ya que eso siempre lo tranquilizaba, pero la pregunta era ¿En dónde?

No se te olvide lo que te he dicho y tendremos esas esmeraldas antes del anochecer– escuchó decir no muy lejos de él.

–Esa voz... ¿Eggman?– se dijo viendo a diferentes partes.

–¡Bien, bien, bien! Una vez que llegue al edificio yo le avisaré– escuchó decir a una gata de color gris.

Dalia cortó la comunicación con Eggman. Estaba muy irritable, se encontraba muy cansada y sólo quería ir a dormir. –¿Dalia?– escuchó decir su nombre. Se volteó y vio a un erizo azul con gafas verdes encima de su cabeza, playera blanca y unos pantalones azul oscuro viéndola fijamente. –¿Sonic?– dijo ella al reconocerlo. Llevaba mucho tiempo sin ver al erizo azul, y desde la última vez que lo había visto ahora se miraba diferente, mejor, mucho mejor, haciéndola sonreír pícaramente.

–Tiempo sin verte Sonic.

–Lo mismo digo- dijo sonriendo –¿Tú estabas hablando con Eggman?– preguntó confundido.

–Oh, cierto, pensé que el erizo negro les había dicho ya.

–¿Decirnos qué?

–Decirles que soy el nuevo miembro de su grupo– sonrió Dalia.

–¿Qué?

–Sí, yo me encargaré de traer el pago por el rescate y...

–¡¿QUÉ?! ¡¿Quieres decir que ya van a pagar el rescate?!

–Sí, pensé que ya lo sabías. Ustedes son los secuestradores después de todo.

"¡Demonios! Una vez que ella tenga el pago, Shadow irá a matar a la presa..."– pensó preocupado –"Entonces, eso significa que Shadow va para la casa." ¿Vas a recogerlo ahora?

–Hmph, sí, Eggman lo quiere ahora– dijo un poco molesta –No me dejó ni dormir un poco.

–Y por qué no descansas un poco, no creo que afecte mucho si espera unas cuantas horas– sugirió Sonic para intentar ganar un poco más de tiempo.

–¿Uh? Pensé que ya estarían ansiosos para librarse de ella...

–Ah, bueno... Sí, pero...

"Pareciera que aún no quisiera que pagaran el rescate ¿Querrán tener más tiempo?" Bueno, supongo que podría ir después, decirle que me perdí o algo así.

–¿En serio?– cuestionó el erizo azul con una pequeña sonrisa.

–Sí, si me llevas a donde está la chica.

–¿Por qué?

–Quiero descansar y que mejor lugar que ése, además, aún no conozco al otro miembro del equipo. ¿Te parece?

–Bueno...– dijo Sonic desconfiado

–Pero claro, si no, puedo hacer directamente el mandado que me encomendó Eggman y descansar después.

–¡No! Yo te llevaré.

No estaba seguro del porqué ella quería ir a conocer a Silver, o la presa, pero si eso les daba algo de tiempo podría llevarla allá, decirle a Silver que la entretuviera tanto como fuera posible y así encontrar a Shadow antes de que ella pudiera cobrar el rescate.

–Es por aquí– dijo guiándola por las calles. –Así que... con que ahora eres The Black Dalia, una de las ladronas más buscadas– dijo Sonic para entablar una conversación.

–Sí, la mejor en mi área– dijo con presunción.

–¿Y aún compites con tu Extreme Gear?

–Claro que sí, aún invicta.

–¿Invicta? Ja, que yo me acuerde alguien te ganó, el ser más veloz en la tierra– dijo con una sonrisa presuntuosa.

–Eso fue sólo suerte– le habló Dalia desviando la mirada, haciendo que él riera divertido.

–Aún no has cambiando.

Sonic sabía de su gran orgullo, era implacable, lo que más la caracterizaba. Siguió caminando en dirección donde se encontraba Silver hasta que algo le llamó la atención. Vio una de esas señales que se encontraban sobre los edificios que poseían anuncios digitales, generalmente de aguas gaseosas o cosas así, pero esta vez lo que decía le llamó la atención –Te propongo un juego... Encuéntrame si puedes... Amy– Sonic sonrió divertido, esa tenía que ser la policía con la que había jugado hace tiempo atrás. Si era un reto lo que quería, él no diría que no.

–¿Qué tanto miras?– preguntó Dalia.

–¿Ah? Nada– respondió sonriendo.

Dalia subió la mirada hacia donde estaba aquel anuncio y no pudo creer lo que leía, ¿Era Amy quien estaba escribiendo eso? Y de ser así ¿Por qué? No lo entendía muy bien, pero si su objetivo era llamar la atención de Sonic, lo había logrado.

–Hey, debo de hacer algo ¿No te molesta que no te pueda guiar?– preguntó Sonic viendo aún aquel anuncio.

–No, claro que no, es decir no es como que necesite que me guíes a un lugar que no conozco– respondió con sarcasmo.

–Tranquila. Mira, te diré la dirección y tú podrás ir por tu propia cuenta.

"Mejor aún" De acuerdo, sólo porque no tengo opción.

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Las nubes pasaban con lentitud, y el suave viento hacía que sus púas danzarán con éste. Se encontraba arriba de la azotea, en la cual había estado con él tan sólo un par de noches atrás. Admiraba el hermoso paisaje de ese día, tan sólo esperando. –Tú si sabes como mantener a un hombre detrás tuya.– Amy se volteó al escuchar aquella voz. Lo vio parado allí, con aquella sonrisa y postura que demostraba seguridad y confiabilidad.

–Veo que me encontraste– habló Amy sonriendo con dulzura.

Era la primera vez que la miraba sonreír de esa manera, algo que lo inquietaba, quitándole el aliento. –Ah... ¿Y para qué me has buscado?– preguntó recobrando la compostura. Ella le sonrió dulcemente de nuevo, dejándolo desconcertado ¿Por qué ahora se miraba tan dulce con él?, ¿Acaso no quería arrestarlo o enviarlo a prisión para siempre?

–Sabes, no he podido dejar de pensar en ti...– dijo Amy al viento.

–Bueno, tengo ese efecto en las mujeres.

–Después de nuestra última conversación me dejaste muy intrigada y sabes que creo, creo que no eres el chico desinteresado y sin empatía que aparentas ser.

–¿A no? ¿Y por qué has de pensar algo como eso?– preguntó Sonic con una sonrisa.

–Porque... Conozco tu pasado– respondió con seriedad.

Aquella expresión de desinterés que siempre poseía fue arrebatada de su rostro y por un momento se quedó sin palabras.

–¡Ja!, ¿Y qué es lo que supuestamente sabes?

Bien, me alegro que me lo preguntaras– respondió Amy sacando un par de hojas de su bolsillo.–CasoNo.134783. Una de las más poderosas e influyentes familias de todo el país fue asesinada a eso de las tres de la tarde en su casa...– empezó a leer.

–No...– murmuró al escucharla hablar.

Mientras ella leía aquel pedazo de papel, en su mente el recuerdo de ese día se hacía presente, tan presente como nunca antes.

Inicio del Flash Back

Se levantó como siempre para ir a la escuela ese día, pero sus hermanos tenían planes diferentes, parecía que pretendían hacerse los enfermos para quedarse en casa. Sonic quería quedarse con ellos y jugar videojuegos todo el día pero ellos dijeron que no, que alguien tenía que ir, y él por ser el más pequeño había sido escogidos por sus hermanos para aquella tarea. Se fue muy molesto ese día a la escuela, no soportaba que sus hermanos lo trataran como un niño pequeño, él ya tenía doce años y estaba entrando a la adolescencia, eso debería ser suficiente prueba de que ya no era un niño.

Las clases terminaron temprano ese día y por consiguiente él salió antes de la hora, no quería llegar temprano a casa, no quería escuchar a sus hermanos regodearse de su gran día libre mientras él no podía escapar de sus bromas haciendo la tarea de ese día. Llegó a casa temprano de todas maneras y al entrar notó que la puerta no estaba bien cerrada; sólo necesitó poner su mano sobre el pomo de la perilla para que la puerta se abriera...

(–...Los policías encontraron los cuerpos con varios impactos de bala adentro de la gran mansión...escuchó a Amy a la lejanía)

–...¿Sonia?– llamó entrando al lugar –¿Manic?

Entró con cautela y al hacerlo vio algo que lo dejó horrorizado. Su hermana yacía en el suelo del recibidor y su hermano no se encontraba muy lejos de donde Sonia estaba. Corrió hacia donde se encontraban ellos y con lágrimas en sus ojos llamándolos a ambos por su nombre, pero no hubo respuesta. Sus ojos se encontraba abiertos y sin brillo alguno.

–¡Esto no es gracioso!– gritó con su voz quebrantada –¡Levántense!

Pero no lo hicieron, siguieron allí, inertes...

(...La familia compuesta por el padre, la madre, su hija mayor y su hijo medio yacían sin vida en el suelo cubierto de sangre...)

Estaba confundido, no sabía que hacer, entonces pensó que lo mejor era llamar a un hospital, de esa manera ellos harían que sus hermanos volvieran a la normalidad. Se paró deprisa y fue a buscar el teléfono, se acercó a éste pero no estaba en su lugar. El teléfono era inalámbrico y era extraño cuando se encontraba en el lugar. Presionó un botón que tenía la máquina para encontrar el teléfono emitiendo un ruido en donde éste se encontrara. Escuchó un *bip* detrás del sillón y corrió hacia él, al llegar encontró el teléfono en la mano de su madre, quien yacía sin vida detrás de aquel sillón. Al ver eso retrocedió unos cuantos pasos de la impresión, y al hacerlo se tropezó cayendo encima de algo. Vio lo que estaba debajo de él y notó que era su padre, y al igual que sus hermanos, sus padres tenía sus ojos sin brillo y sus cuerpos eran fríos como el hielo.

–¡Nooo!– gritó con desesperación.

No supo que hacer, no supo cómo reaccionar. Se alejó tanto como pudo de sus padres, pegándose contra la pared de la sala observando de nuevo aquel escenario, sus hermanos en la entrada de la casa y sus padres tan sólo a unos cuantos metros de ellos. Sonic vio a sus alrededores y las imágenes de lo que pasó tan sólo unas horas atrás parecían llegar a su cabeza, como si pudiera ver lo que sucedió...

Tocaron la puerta y Manic y Sonia pelaron por ver quien llegaba primero, pero no hubo tiempo; al escuchar los disparos su madre tomó el teléfono para llamar a la policía, pero antes de poder marcar le dispararon por la espalda y por último, su padre, quien corrió hacia ellos, pero un disparo certero en la cabeza lo hizo caer, luego... se fueron. Las lágrimas no dejaba de brotar de sus ojos, su familia se había ido.

(...El hijo más pequeño de la familia se cree que fue el único sobreviviente, pero se volvió un total misterio su paradero, ya que nunca regresó a su casa después de clases ese día. Se buscó por todos lados sin embargo nunca apareció, se cree que fue posiblemente secuestrado.)

Salió corriendo de la casa, pensó que si se quedaba lo culparían a él, así que decidió huir. Corrió durante horas sin destino alguno, sólo escapando, intentando dejar su realidad atrás. Por cada paso que daba sentía que la velocidad aumentaba y entre más rápido iba, mejor se sentía; quería ir más rápido quería olvidar lo que acaba de presenciar, quería tan sólo dejarlo todo atrás... Así que corrió más rápido, hasta llegar a su límite. Las luces en las calles pronto sólo se volvieron manchas blancas a su vista, los automóviles parecían tan lentos como tortugas, el sonido parecía ser único rival.

Paró al llegar a un parque, ya era de noche para ese entonces. Ya no podía correr más, se había quedado sin energía, nunca en su vida había corrido a esa velocidad.

–Corres muy rápido...– escuchó. Vio a los lados y vio a un hombre con un gran bigote caminar hacia él.

–¿Quién es usted?– preguntó secando aquellas lágrimas que no dejaban de correr con rapidez.

–Soy Eggman, el Dr.Eggman.

–¿Qué quiere?– preguntó Sonic de mala manera.

–Parece que te encuentras solo ¿no?

Calló al escuchar eso y eso provocó que las lágrimas se acumularan en sus ojos nuevamente –"Padre, madre... Sonia, Manic..."

–Yo te ofrezco un nuevo hogar... Sonic the hedgehog.

Fin del Flash Back

-...El paradero de ---- --- ------------ aún es un misterio.- concluyó Amy.

Sonic no dijo palabra alguna, sólo se puso aquellos lentes verdosos que tenía sobre su cabeza para así ocultar sus ojos. Amy lo vio detenidamente, nunca lo había visto tan serio, ni siquiera cuando había intentando matar a Vector. El erizo se acercó a ella imponentemente, esa fue la primera vez que Amy se sintió realmente intimidada por el erizo azul.

Sonic vio aquel documento que aún poseía la eriza rosa en su mano y se lo arrebató al instante –Mi pasado no es asunto tuyo– puntualizó él –No vuelvas a entrometerte– amenazó él. Después de aquellas palabras se dio la vuelta y se dirigió a la salida de aquella azotea.

–¡Espera!– detuvo Amy haciendo que él se parara en el marco de la puerta –Yo puedo ayudarte.

–...No necesito de tu ayuda– respondió cortante entrando al edificio y terminando con la conversación.

Y desapareció de la vista de la eriza. Amy se quedó pensativa y confundida. ¿Aquellas palabras acaso habían sido una amenaza?, ¿Qué pasaría si ella se seguía entrometiendo?, ¿Entonces al final ese pasado era realmente de él o sólo se había molestado por intentar descubrirlo? Esas preguntas rondaban la cabeza de ella, y por alguna razón, la necesidad de ayudarlo era más fuerte que nunca.

–...Yo te ayudaré.

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Llegó a la entrada de una casa que parecía que se caería en cualquier momento. Dalia tocó a la puerta con cautela pero nadie le abrió. –"Claro, por qué demonios pensé que un asesino me abriría la puerta"– pensó con sarcasmo. Giró la perilla y notó de inmediato que la puerta se encontraba abierta, así que sólo decidió entrar. Al hacerlo vio enfrente, lo que ella asumía que era la sala, sólo un par de sillones algo viejos en ésta. –Veamos... ¿Cómo era que se llamaba el otro?– se cuestionó a sí misma cuando sintió una extraña sensación sobre su cuerpo y luego una fuerza abrupta la lanzó contra la pared sin poder ella moverse; parecía que una fuerza invisible la estuviera reteniendo.

–Escogiste la peor casa para venir a robar– escuchó decir a un erizo plateado que caminaba desde el fondo del pasillo con su mano derecha levantada. Tenía que ser el telépata.

–E-Espera...– intentó decir. –N-No soy una ladrona "En realidad lo soy, pero eso no tiene porque saberlo ahora"

–No creo que seas una niña explorado vendiendo galletas.

–Soy...Soy– La fuerza con la que la tenía en contra aquella pared le hacía muy difícil poder hablar correctamente ya que la presión en su pecho le evitaba que el aire entrara correctamente. –Estoy con Eggman...– dijo con casi nada de aire ya.

Al escucharla nombrar Eggman la soltó haciéndola caer al suelo bruscamente. Silver vio como respiraba aceleradamente, por poco la mataba de asfixia. Se acercó a ella y la vio con sospecha

–¿Eggman?– preguntó. Ella aún intentaba normalizar su respiración, así que sólo asintió con la cabeza.

–...Él... me mando a cobrar el rescate– dijo aún hiperventilada.

Los ojos de Silver se abrieron por completo, si ella traía ese rescate él tendría que matar a Blaze y él no podría, no podría verla morir. Debía de detenerla de la única manera que conocía.

–...Lo lamento– lo escuchó susurrar.

–¿Ah?

Dalia no entendía a que se refería con eso exactamente, ¿Se disculpaba por haberla casi asfixiado? De nuevo aquella sensación que sintió antes recorrió su cuerpo para ser lanzada abruptamente contra la pared. Aturdida intentó levantarse sin lograr comprender qué pasaba cuando de nuevo sintió como se elevaba en el aire y era lanzada con mucha fuerza contra una de las paredes de la casa, haciendo que ésta se estremeciera.

–...Pero no puedo permitir que cobres el rescate– sentenció el erizo plateado con frialdad en su voz.

No era su intención hacerle daño a ella, pero si tenía que matarla para salvar a Blaze lo haría, al final de cuentas, él era tan sólo un asesino. La lanzó nuevamente contra la pared escuchando como un par de huesos se rompían en el transcurso. Un grito de dolor recorrió la casa y aquella expresión de agonía característico de sus víctimas estaba en el rostro de la gata gris.

No tenía idea de lo que se había quebrado, sólo sabía que dolía. Dalia se sentía completamente indefensa, no podía defenderse de sus ataques. Observó al erizo plateado quien sólo desviaba la mirada para no ver lo que le hacía, parecía que no quería matarla, pero eso no significaba que no lo haría. La lanzó nuevamente al otro extremo de la habitación y sintió como su boca se llenaba de sangre. Tenía una hemorragia interna. Dalia tosió con fuerza y vio como el piso se manchaba con su sangre; él la mataría por proteger a la chica. Parecía que ni él ni Sonic querían que ella cobrara el rescate, ni siquiera ella quería hacerlo y si no le hacía saber a él que ella estaba de su lado, él sólo necesitaría un par de golpes más para realmente causar un daño irreversible.

–...Estoy de tu lado– dijo intentado levantarse del suelo, pero sin ningún resultado.

–No– negó Silver viéndola sin piedad –Estás en el de Eggman.

Silver estiró nuevamente el brazo y una expresión de terror se posó sobre la gata gris –¡YO QUIERO SALVARLA TAMBIÉN!– gritó con rapidez, haciendo que Silver se detuviera por completo. La vio confundido, ¿por qué ella quería ayudar a Blaze? ¿Acaso la conocía?

–¿Qué?

–...Estoy de tu lado... quiero liberarla.

No sabía si eso la condenaría o la ayudaría, ya que después de todo, no podía decir con certeza que él no quería que ella cobrara el rescate para ayudar a la chica.

–¿Por qué?, ¿Qué es ella para ti?

Dalia se limpió la boca con su guate blanco, él cual pronto se tornó carmesí. Se levantó con dificultad y sintió que su brazo izquierdo le dolía más que cualquier otra parte de su cuerpo, eso era lo que se había quebrado. Lo vio a los ojos y pensó en qué decirle; no sabía si contarle que ayudaba a la policía u otra cosa, pero tenía que pensarlo rápido.

–No la conozco, pero me contrataron para ayudarla– explicó al fin.

–¿Qué?, ¿Quién?– cuestionó Silver incrédulo.

–Es una chica de una familia rica ¿Crees que su padres se quedaran sentados viendo como secuestran a su única hija?

–¿Y cuál es tu plan?

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Se sentó en su escritorio y cerró sus ojos para poder meditar sobre todo lo que acaba de ocurrir, sobre Amy, sobre el equipo Chaotix y sobre su actual caso que parecía haberse quedado estancado. Knuckles se recostó sobre su silla dando un suspiro de frustración. El sonido de su celular lo hizo sobresaltarse de su silla.

–¿Uh?– exclamó Knuckles viendo el número desconocido –¿Aló?

–Knuckles, he encontrado a tu chica.

–¿Qué?, ¿Dalia? ¡¿Encontraste a Blaze the Cat?!

–Sí, ella... ¿Qué rayos fue eso?– dijo del otro lado del teléfono.

–¿Dalia?– llamó.

–Pero qué rayos es... ¡CUIDADO!

–¡Dalia, Dalia!, ¡¿Qué está pasando?!

–¡Knuckl-- -

La llamada se cortó después de eso, algo había pasado en donde estaba ella, y fuera lo que fuera no había sido bueno. Tenía que encontrarla antes de que fuera tarde.


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