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|Sobreviviente|

13:00 pm, la luz del ventanal de mi habitación, me pegaba justo en el rostro.

—Tendría que haber bajado las persianas —susurraba para mí.

Levantándome a duras penas, se me partía la cabeza y recordaba que no tenia nada para la resaca.

Caminando directo a la heladera, me bajaba  entera una botella de agua de 500 ml, luego me ponia decente para salir de compras y tomar lo debido para mí asqueroso estado mañanero.

«Aunque viendo la hora, no sé si deba desayunar o almorzar»

Tomando mis llaves salía presupuesto, había un sol hermoso a pesar de que estabamos en temporada de temperaturas bajas, «estoy a salvo, los vampiros no salen de día»

Comencé a reír como imbécil ante mi pensamiento en el elevador mientras descendía, tenía a dos cuadras una farmacia así que caminaba con confianza, pese a que mis pies me pesaban una tonelada.

Una vez dentro decidía comprar una BeaBerry más ibuprofeno, una cuadra más habia un Starbucks, así que con seguridad y suficiente dinero, iba por un tostado y un Latte.

Volviendo finalmente a mi apartamento, en pleno elevador tomaba la pastilla con el jugó, haciendo malabares.

«Muy bien, Jinnie» joder, mis pensamientos resonaban con la voz de Taehyung.

—Buenas tardes, Señora Watson —saludaba a mi vecina. La vieja chusma del piso con mi mejor sonrisa falsa.

«Esta mujer me odia»

Ni siquiera me devolvía el saludo y salía del elevador casi corriendo, me le quedaba mirando sorprendido tratando de no reírme. Cuando llegaba a mi puerta encontraba una canasta de flores más unos bombones.

—¿Qué diablos?.

Abriendo la puerta y dejando mi café, el tostado mas el jugo, me disponía a entrar la canasta.

Mi curiosidad me obligaba a rebuscar por alguna tarjeta. Por un momento había creido que estaba en mi puerta por error, pero finalmente encontraba un papel que decía: "SeokJin" y a la vuelta: "Felicitaciones por tu historia".

No había firma.

De repente mi móvil sonaba haciéndome saltar del susto, tomaba la caja de bombones y los guardaba en la heladera.

—¿Hola?

Jin ¿Cómo estás?

—Hyungsik, hola... me siento bien

—¿Qué sucedió anoche?

—Solo un par de idiotas. Me subieron a su camioneta, quisieron robarme, pero logré escapar y llamar a Tae

—¿Por qué algo como eso me lo cuentas tan relajado?

—Porqué ya paso y no quiero que te culpes

—¿Que tal si te mataban por mi culpan, Jin?.

En realidad casi lo hacen, pero tampoco es culpa de Hyungsik, solo es mi mala suerte supongo.

—Relajate, estoy bien ¡Oh!... y gracias

¿Gracias?. Yo no hice nada, fue el tal Tae —cuanto veneno en un nombre.

—Me referia a las flores y a los bombones

¿De qué estás hablando?.

«Ok, si Hyungsik no me mandó la canasta entonces ¿Quién demonios fue?»

—Tú me enviaste flores y bombones por mi historia, ¿Cierto?

No Jin, debés tener más de un admirador

—Me felicitan por mi primer historia, creí que podrías ser tú

No, solo quiero ir a verte, me quedaré mas tranquilo. ¿Puedo ir?

—De acuerdo, te espero, adiós.

Si Hyungsik no había enviado esas flores entonces, dudaba de Taehyung, definitivamente no era su estilo y seguía creyendo que por esta estúpida historia estaba en el centro de una tormenta de chupa sangres.

Observando las canasta y las flores en ellas pensaba que, eran hermosas, aún no había probado los bombones, pero me parecía una excelente idea esperar por Hyungsik y degustarlos con él.

Mi móvil volvía a sonar.

—Hyunsik, dije que te espero

No vuelvas a llamarme por ese nombre.

«¡Ups

Era Tae, tan simpático como siempre.

—¡Tae! —se me escapaba una carcajada—. Lo lamento creí que eras Hyungsik, viene a verme por eso

—¿Ahora?

—Si, está en camino

Grandioso —exclamaba exasperado—. Tengo una amiga que quiere verte

—Gracias, pero por ahora me gustan los hombres —después del dolor de cabeza mi buen humor se hacía notar.

Que hilarante eres, Jinnie. No lo había notado.

Suspiraba ante sus palabras, no había caso en que me llamara Seokjin.

—Era un chiste, señor amargo ¿Qué quiere tu amiga conmigo?

Es una bruja —exclamaba dejandome en silencio—. Ella puede recuperar ese tiempo perdido en el que estuviste secuestrado

—¿Que tan peligroso es? —quería recordar lo sucedido, pero no quería morir en el intento.

No es peligroso, solo debes estar de acuerdo

—Está bien —exclamé despreocupado mientras aspiraba el olor de las flores que me habían traído.

Avisame cuando Hyungsik se vaya, debemos hacerlo hoy —carraspeaba su garganta y añadia—: Cuanto antes mejor

—De acuerdo, espera mi llamada y nos vemos luego.

Cortando me dignaba a ordenar un poco mi apartamento, que suerte que no tenia muchas cosas, como me había mudado hacía poco, no lograba llenar este lugar aún.

Subiendo la música e intentando olvidarme de todo lo sucedido las últimas horas, me disponía a limpiar sumergido en el ritmo.

Luego de unos minutos razonables, unos golpes a la puerta me sacaban de mi trance de limpieza.

—¡Jin! —mi compañero eufórico al verme abrir la puerta.

—Hyungsik.

Le hacía seña de que podía pasar, tenía cara de preocupado y se me abalanzaba encima dándome un caluroso abrazo.

—Okey —devolvia algo incómodo el abrazo, no lo esperaba—. Hyun-... ¿Hyungsik?

—Casi te pasa algo horrible anoche por mi culpa —seguía abrazándome.

Estaba comenzando a asfixiarme, así que lo empujaba bruscamente.

—Ay, joder. Perdón —me disculpaba por haber sido tan brusco—. Es que me estabas asfixiando e incómodando —respondí arrugando mi rostro.

Éste suspiraba—. Se nota que estás bien, volviste a ser tú.

Lo notaba levemente exasperado, pero al menos ya estaba más relajado, no quería hablar sobre mis últimas horas.

—Claro, volvió el insensible —dije socarron.

Me sonreia sarcástico mientras chequeaba  las flores.

—¿Esto mandó tu admirador secreto?.

Suspirando pesadamente asenti.

—Me felicita por mi historia —le mostraba la tarjeta—. No se trata de un "admirador secreto"

—Puede que sea George —exclamaba.

—¿El Jefe hace estás cosas? —pregunté confundido.

—No lo sé, yo solo soy el fotógrafo —se encongia de hombros—. Pero es probable.

«Pensándolo bien, tiene sentido»

—Estaba a punto de hacer café para degustar los bombones ¿me acompañas? —con mi mano en su hombro aplicaba presión y le sonreía.

Necesitaba agradecerle que se hubiera preocupado por mi. No era tan insensible.

—Seguro.

Sonreía y me acompañaba a la cocina mientras comenzaba a preparar el café.

—Sé que no quieres hablar sobre anoche, pero podríamos llamar a la policía —mierda, no se olvidará fácilmente—. Lo que te paso puede pasarle a alguien más

—No será así —fingí una sonrisa—. Tae no vino solo, la policía vino junto con él. No volvera a pasar —mentí y añadí para relajarlo—: La pase genial anoche, sacando el alcohol y el secuestro —sonreí sincero.

—Lo lamento —estaba apenado.

Le ofrecí la caja de bombones.

—El chocolate te reanimara, ya no seas idiota y prueba uno —exclamé palmeando de nuevo su hombro.

Me sonreía y me acariciaba la cintura para luego tomar un bombón. Estaba intentando ser amigable, no quería confundirlo de más.

De repente mi móvil sonaba con un mensaje.

—¡Ay, mierda! —Hye-jin me había mandado la canasta.

—Eshtos bombonesh eshtan genialesh —Hyunsik se había metido dos bombones juntos y sorprendido por la expresión de sorpresa en mi rostro, preguntaba—. ¿Qué shushede? ¿Quien e-...?

"¡...!"

—¡Hyungsik! —el cuerpo del grandote se desplomaba hacía el suelo.

Lanzandome encima de él, verificaba entre mi desesperación que aún estuviese vivo, aunque totalmente inconciente, pero respiraba, lo había golpeado y movido, pero no se despertaba.

Tomando el móvil con algo de nervios, llamaba a Taehyung.

¿Qué sucede?

—¡Hyungsik... se desmayó en mi sala!

¿Y qué quieres que haga, SeokJin? llama a un paramédico o tírale agua encima

—¡No entiendes! —gritaba histérico buscando las palabras mientras seguía golpeando a Hyungsik, pero no despertaba—. Comió los bombones que me envió Hye-jin

¿Hye-jin está en tu casa?

—No, me dejó una canasta con flores y bombones, n-no sabía de quién era y recibí su mensaje hace poco y lue-luego Hyungsik cayó inconciente

De acuerdo cálmate, voy hacía allá.

«Mierda, la muy zorra quería matarme»

Mi compañero no despertaba, había probado de todo y no se despertaba, aún respiraba y tenía pulso, pero seguía igual de inconciente.

Unos golpes en la puerta me sacaron de mi desesperación, corriendo hacía la misma iba agradeciendo que Tae fuera tan rápido.

Al abrirla casi me ahogaba con mi propia saliva.

—Tú —dije en un susurro.

—Te dije que volveríamos a vernos, bonito.

La imagen de Hye-jin frente a mi puerta aceleraba mi pulso.

Tae dijo que no era vampiro aún, pero yo la veía muchísimo mas pálida que la última vez
 
Así que solo atinaba a gritar—: ¡No puedes entrar, no te dejo entrar! —soltaba recordando que sin invitación los vampiros no pueden ingresar a una casa.

Alejándome de la puerta, la veía reírse a carcajadas.

—¡Ay, cielos, eres tan lindo! —ponia un pie dentro de mi casa—. Pero es de día y yo no soy vampiro... —enarcando una ceja, añadia—: Aún.

Con su figura completamente dentro de mi apartamento, sacaba de su espalda un enorme y filoso cuchillo o quizás era una daga. No lo sabía con exactitud, pero hacía un brusco movimiento para luego abalanzarse sobre mi con aquella arma. Tenía actitud y era rápida, pero de igual forma lograba esquivarla y tomando las flores de la mesa se las arrojaba encima.

Había sido estúpido, pero me daba tiempo a tomar una cuchilla de la estantería mientras ella venía hacía mi caminando relajada y sensual.

—¿Siquiera sabes como usar eso? —me decía en tono burlón.

—Haré lo que tenga que hacer —se acercacaba hacía mi y yo lanzaba un manotazo con el cuchillo en mano.

—¡Wow!, tranquilo nene. No pretendo lastimarte

—¿Ah, no? ¿Y porqué el cuchillo, eh? —volvia a tirar otro manotazo.

Al ser ella más rápida y pequeña que yo, se me escabullia y me tomaba del antebrazo, jalandome hacía ella y estampaba un codazo en mi nariz.

Había chillado del maldito dolor, pero rápidamente pisaba su pie y soltaba el cuchillo. Dejando de lado la caballerosidad con la maldita fiera, aprovechaba a contraatacar y comenzabamos un forcejeo mientras nos golpeabamos reiteradas veces.

Jamás había golpeado una mujer, pero la perra sabía algo que yo no, ella sabía pelear, yo en cambio estaba tirando manotazos de ahogado.

En una de esas me daba en las piernas tirándome de rodillas al suelo, para más o menos igualar estaturas, cerca de donde había caído justo había una silla, la tomaba sin soltarme, la acercaba a mi para luego estampar mi rostro sobre esta.

Me había dejado tan idiota y perdido, jamás me habían golpeado así, sentía mi vista nublarse y un dolor agudo. Luego me tiraba al suelo y me dejaba boca arriba.

—Me diste pelea bonito, pero aún te falta mucho.

La veia como sacaba de su chaqueta una soga y comenzaba atarme las manos.

—Se supone que los chocolates eran para tí —la escuchaba decir, a mi me dolía todo el rostro. Creo que había roto mi nariz y sentia que no paraba de sangrar—. Como él los probó, tuve que ser violenta contigo —añadía.

Hacía un nudo increíblemente fuerte y de repente escuchaba que volvían a golpear la puerta.

Hye-jin se alarmaba y tensaba toda su anatomía, no esperaba que tuviera compañía.

—¡SeokJin!

—Sshh, cierra la boca —posaba su mano en mi boca y mi nariz. Estaba presionando fuerte con sus pequeñas manos y sentía que comenzaba a ahogarme, así que comenzaba a moverme.

La muy perra era delgada, pero tenía todo su peso encima mío, quería moverme pero me costaba.

—¿SeokJin?.

De repente mi espíritu de supervivencia se apoderaba de mi, devolviéndome un poco de fuerza y lograba quitarmela de encima.

—¡Tae! —grité desesperadamente.

—¡Hijo de p-! —Hye-Jin pateaba mi rostro con su bota haciéndome ver las estrellas, otra vez.

Taehyung no tardaba en derribar la puerta y vislumbraba a Hye-jin en el piso, se abalanzaba sin preámbulo hacía ella, pero esta corria como el aire y se lanzaba por el ventanal.

—¡Maldición!.

La amiga de Taehyung, al parecer, una mujer de unos veinticinco años, desataba mis manos—. Tae, olvídala y ven aquí.

Este me contemplaba y se tiraba a mi lado observando mi rostro.

—Mierda, Jin.

Me levantaba y me llevaba a la cama.

—Hyungsik...

—Lisa esta con él, iré por el botiquín —me miraba ceñudo, con aire preocupado.

Mi rostro estaba hecho mierda, seguramente.

—Si, en el baño —respondí con dificultad.

Me dolía todo el rostro y algún que otra parte de mi cuerpo.

Trataba de vislumbrar a Hyungsik y a la mujer. La veia como sentaba al grandote desmayado y comenzaba hablar en un idioma que no entendía.

Movia sus manos y un destello blanco—apenas visible—salia de ellas, al instante Hyungsik despertaba.

—¡Hyungs-...!

—Sshh —Tae salía a tiempo del baño para callarme—. No hagas ruido

—¿Qué le está haciendo? —susurré junto con él mientras se sentaba a mi lado con alcohol, algodón, gasa y banditas que sacaba del baño.

Siempre fui tan boy scout, pero jamás creí que lo necesitaría tanto como ahora.

—Se ve que los bombones tenían un antídoto fuerte para dormirte, solo lo está limpiando

—Ahora, Hyungsik —le decia la chica, mientras sus ojos brillaban—. Irás a tu casa y solo recuerda que, Seokjin está bien y nada de esto, ni de las últimas horas pasó.

Lo ayudaba a levantarse mientras que con Tae mirabamos la escena intrigados.

—Saliste con él y lo llevaste a casa. Ahora ve y duerme —lo hacía salir y cerraba la puerta tras él, la misma la arreglaba de forma milagrosa, ya que estaba rota gracias a Tae.

Estaba anonado, de repente el chico azabache frente a mí, pedia mi atención y comenzaba a limpiarme.

Mi rostro estaba bañado en sangre.

—Ssss, auh, auh —chillé por el ardor del alcohol.

—No exageres... —exclamaba y me miraba ceñudo—. ¿Uh?

—¡¿Qué?! —pregunté horrorizado—. ¿Hizo mierda mi rostro?.

Taehyung negaba aún con algo de sorpresa y confusión en su rostro.

—La sangre que tienes no encaja con las heridas —exclamaba al limpiarme—. Apenas tienes marcas —limpiaba mi ceja que había sufrido el pequeño corte en el ataque anterior—. Tampoco tienes la cicatriz de aquí —tocaba apenas con su dedo.

—Es algo normal —suspire aún con cierto dolor en mi nariz y frente—. No solía lastimarme mucho de niño, pero cuando lo hacía sanaba rápido —exclamé encongiendome de hombros.

Él seguía limpiando mientras estudiaba curioso mi rostro y yo siseaba bajo su tacto, el dolor y ardor.

—No seas un bebé, Jinnie —me reprendía.

—SeokJin —me encargaba de corregir.

—Aún herido te pelea Tae, me agrada. Tiene espíritu —exclamaba la joven bruja—. Soy Lisa —extendía su mano.

Con dificultad la estrechaba.

—¿Qué le hiciste a mi amigo? —pregunté curioso.

—Borré sus recuerdos, limpié su organismo del veneno que ingirió y lo envíe a casa. No necesitamos más involucrados.

Me sonreía de manera sincera y se acercaba al ventanal por dónde Hye-jin había saltado.

—Tae, ¿Viste a la donor huir? —preguntaba.

—Si, la maldita cayó sobre la basura y huyó.

Yo vivía en el segundo piso y el ventanal daba al callejón de la basura, solo un demente saltaría.

—La maldita arruinó mi rostro —dije sollozando.

Tae sonreía.

—No exageres, no arruinó nada —exclamaba con un apenas visible y adorable puchero.

Terminaba de limpiar mis heridas y Lisa me mandaba a darme un baño por la sangre de mi rostro y mi ropa, luego Taehyung cubria cada una de ellas.

—Jin, debes irte de aquí —exclamaba.

—¿Y a dónde se supone que iré? ¿A mi casa? —estaba loco, no pondría a mi familia en peligro.

—Iras con Tae —respondía Lisa—. Tomarás lo más importante y te irás, hoy.

Los observaba ceñudo, dolorido y sorprendido.

—¿Y mi trabajo? tengo que mantenerme, cuentas que pagar —respondía algo exasparado.

No con ellos, si no con la situación de mierda.

—Nuevos vampiros en San Francisco andan detrás de ti, las cuentas ya no importan  —respondia Taehyung. Yo solo suspiraba como un jodida bolsa llena de aire—. Oye, oye —me tomaba por los hombros haciéndome tensar—. No estás a salvo, si yo no llegaba a tiempo... —hacia una pausa—. Si no llegaba, te volvían a llevar y no iba a poder encontrarte de nuevo o quizás si  —me soltaba y se alejaba—. Pero quizás no te hubiera encontrado vivo.

Estaba tan nervioso que sentia que iba a vomitar, pero me estaba conteniendo, Lisa aparecía en mi campo visual apoyando su mano en mi hombro y mirándome fijo exclamaba—: Comienza a empacar Seokjin, nos vamos.

Los sonidos del motor del auto de Tae me despertaban.

—¿Cómo llegué al asiento trasero de tu auto? —pregunté confundido mirándolo a él y a Lisa.

—Fue culpa de Lisa —respondia el caradura mirándome por el retrovisor.

—¿Es en serio? —me inclinaba hacía delante—. ¡¿Me hiciste lo que a Hyungsik?! —preguntaba furioso a la rubia

—Niño, era eso o volverían a mandar a más lacayos o vampiros para atraparte —se giraba y me observaba con sus ojos en blanco—. ¿Acaso quieres eso?.

«Mierda», me alejaba hacía atrás del susto.

Taehyung se reia en pequeñas carcajadas, nunca lo había oido reirse antes, creo, al menos no así, tenía una peculiar sonrisa cuadrada.

Golpeaba su asiento de un manotazo.

«Bastardo»

—¿En serio, Seokjin?, ten un poco de humor —respondia.

—Me sacaron en contra de mi voluntad

—¿Quieres morir o prefieres saber qué quieren contigo? —preguntaba Lisa.

—¿A dónde se supone que viviré ahora? —o sea, en serio, me sentía algo así como un huérfano.

—Vivirás conmigo —respondia Tae.

—¿Y mi trabajo? ¿O piensas mantenerme? —preguntaba serio y cruzado de brazos.

 —Seguirás trabajando, no puedes simplemente desaparecer, pero te mantendremos con perfil bajo.

Estaba más que derrotado, ellos eran más y yo solo un idiota al que querían muerto.

—Está será tu habitación —Tae tenía un galpón entero solo para él.

No lucia como tal, estaba perfectamente ambientado. La parte de abajo era lo que se suponía cocina y comedor, una puerta de cristal nos dirigía a un pequeño laboratorio–oficina, con computadoras y diferentes artefactos científicos.

Solo Dios sabe que hacían ahí, un ascensor nos trasladaba al segundo piso donde iba a a quedarme, era grande y espacioso ya que había una cama y ropero.

—¿Acaso alguien estuvo viviendo aquí? —pregunté curioso.

—Si, Jungkook —respondía

El "Vampiro palido". Si lo sé, era una definición irónica.

—¿Lo echaste? —pregunté curioso intentando tantear que había entre ellos.

—Se mudó con Lisa —me miraba torciendo la boca—. Hay historia ahí

—Oh... una bruja y un vampiro, interesante

—Mi habitación está arriba. Sé que esto no es lo que quieres, pero es la mejor opción.

Me sentaba en la cama y lo observaba cruzado de brazos... ¿Esperando una pregunta? ¿Una afirmación?.
No tenía ni voz, ni voto, al menos podía seguir asistiendo al trabajo.

—Lisa y yo te esperaremos cuando estés listo —subia al elevador al ver que yo no diría palabra alguna.

El mismo, era de esos grandotes de galpones, de los que cierras de abajo y arriba para bajar o subir.

—¿Tratará de hurgar dentro de mi cabeza? —pregunté rápidamente.

—Solo si estás de acuerdo.

Lo observaba, asentía seguro caminando hacía él y me ademtraba al elevador.

—Voy contigo, debes enseñarme a usar ésta cosa —exclamé lanzándole una mirada rápida donde contemplaba una sonrisa torcida.

De esas que le quedaban tan bien, no pienses, Jin. No pienses.

Llegabamos abajo y me dirigía al sofá de la sala, Lisa nos esperaba ahí, tenía una especie de plato de madera con diferentes sustancias coloridas que a decir verdad olían bastante bien.

—¿Para que es eso? —pregunté mientras me sentaba con ella.

—Las cosas que necesito para hacer una poción que nos ayudará recuperar los momentos borrados.

Tae estaba parado en un rincón observándome en silencio.

—¿Eres una bruja buena? —dije sonando los suficientemente estúpido.

Ella miraba de soslayo a Tae, quién le hacía una mueca rara.

—No me agrada la definición de "Bruja" —volvia a mirarme—. Prefiero "Encantadora" ya que uso mi magia para cosas buenas.

Me sonreia de manera amable, Lisa era delgada y alta, cabello por la cintura de color rubio dorado y lacio, ojos grandes y grises, era una mujer bastante hermosa.

—Okey ¿Será doloroso? —pregunté con temor.

Quería asegurarme que saldría vivo, ya lo dije.

—Un poco —abrí mis ojos grandes—. Pero es soportable, el viaje por esos recuerdos momentánea u oficialmente borrados son dolorosos... aquí.

Con ambas manos y dedos índices tocaba mis sienes.

—Y tensa tus músculos en todo el cuerpo  —ahora apretaba mis brazos—. Te debilita momentáneamente

—¿Y luego me despierto con mis recuerdos intactos?

—En el momento que estás en trance, es cuando empiezo con las preguntas. Necesito que te recuestes.

Me empujaba suavemente y yo hacía caso, recostandome boca arriba y poniendo mis manos sobre mi abdomen, pero Lisa las sacaba y las colocaba a cada lado de mi cuerpo.

—Hay una sola regla, que es importante que no olvides — «Ay, mierda»—No olvides que es un recuerdo lo que vas a estar viviendo, necesito que solo escuches mi voz, te recordaré que nada es real

—¿Qué pasa si creó que es real? —pregunté.

Me miraba y luego a Taehyung.

—Te perderemos en un mundo de fantasía que tu propia mente comenzará a crear para salir del dolor experimentado y no podrás salir de allí

—¿Cómo si quedará en coma? —mi voz estaba temblorosa.

—Y no habrá magia que pueda sacarte de ahí ya que te habremos metido con la misma. Sería irreversible.

Suspirando nervioso la observaba en silencio y añadía luego de unos momentos—. De acuerdo, estoy listo.

Lisa cerraba mis ojos con sus dedos y sin despegarlos de mis parpados comenzaba a hablar en un idioma que desconocía.

Sentía una energía recorrer mi cuerpo en pequeños voltios de electricidad, un olor a lavanda inundaba mis fosas nasales. Todo mi cuerpo comenzaba a dormirse y empezaba a sentir un cosquilleo placentero en la nuca.

Como cuando te rascan la cabeza para dormir. Mi madre solía hacerlo todo el tiempo cuando era más chico.

Placentero.

«Está todo oscuro, no sé donde estoy»

Intentaba abrir mis ojos.

—¡Jefe, está despertando!

«Esa voz»

SeokJin, empezamos

—¿Lisa?

Escucha mi voz, solo recuerda, no te sumergas.

Abrí mis ojos y me daba una luz blanca de lleno en mi rostro.

—¿Qué es lo que ves? —Lisa comenzaba su interrogatorio.

—Una luz blanca de lleno en mi cara, estoy atado a la silla de pies y manos —me sentía tan tenso.

¿Qué te dicen?

—Me preguntan si busco un cuchillo, el cuchillo de plata

Mi cuchillo —oía a Taehyung exclamar a lo lejos.

Sshh —Lisa lo chistaba—. Solo concentrate en mi voz

—Me duele —exclamé.

«Mi cabeza está empezando a doler, pareciera que va a explotar»

Tranquilizate nada es real, nada es real —sentia como apretaba mi brazo—. ¿Qué más te dice esa voz?

—Que si me amordaza jugaría en desventaja, ¡Ah!—, «duele, duele, duele».

Calmate ¿Qué mas dice?

—Quiere saber quien me lo dió

¿Qué respondiste?

—¡Nada! —mi cabeza sentía puñaladas no punzadas, sentía que moriria del dolor—. ¡Duele!

¿Qué mas, SeokJin?

—¡Quiero parar, haz que pare! —quería moverme, no lograba hacerlo al menos no en este recuerdo. No sabia como era en la realidad.

Pero mi cabeza explotaría en cualquier momento, el dolor era horriblemente agudo, potente. Realmente me estaban apuñalando la jodida sien y la nuca.

Un poco más, escucha mi voz, nada de esto es real —me repetía Lisa.

—¡El dolor si lo es! —movía mi cabeza, era lo único libre en el recuerdo.

¿Qué más te dice?

—¡Planes! —dije entre dientes para surpimir de forma alguna el punzante dolor.

—¿Qué?

—Planes para mi, tiene planes —repetí, quería mantenerme enfocado.

¿Qué más? ¿Reconoces su voz?

—Lo escuché antes, lo escuché, pero no sé donde.

«Estoy sudando, esto duele»

Quería parar.

«Siento que me voy a otro lado, ya no estoy atado a la silla, no estoy en ese galpón»

—Ya no estoy en el galpón —susurré, el dolor se estaba yendo.

No, no, no, SeokJin sigue mi voz, no es real, lo que estés viendo ¡No es real! —exclamaba Lisa con desesperación.

Yo solo sentía paz, estaba en el bosque, en la casa del lago. El clima era cálido, llevaba mis zapatillas de Spiderman y mi bermuda azul. Era...me sentía más—

—¡Seokjin, vuelve! debes volver a la bodega, al galpón, a tu secuestro. ¡Seokjin!, Tae lo perdemos —exclamaba Lisa en un hilo de voz.

I'm back y perdón si se aburrieron. Plus...que bonitos nuestros bebés en los MMA2019.

Un gracias inmenso a los que siguen está historia sin tener tanto acercamiento entre Seokjin y Taehyung 🤧🤧

Con amor niñita Nany 💜

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