Sin perder más tiempo le había contado lo que deseaba saber, mi verdadera identidad, de dónde venía y lo que hacía.

No fue nada fácil, hacía mucho—realmente mucho tiempo—que no le contaba a nadie quien realmente era y a que me dedicaba.

Me había relacionado de manera superficial con muchos allí afuera que se enteraron de diferentes maneras sobre este mundo escondido bajo diferentes fachadas.

No todos salían vivos después de verlos con sus propios ojos, pero otros si, algunos perdían la cordura mientras que otros pretendían hacer justicia por mano propia.

Y esa era la clase de gente con la que me rodeaba y no necesitaban explicaciones sobre mi verdadera naturaleza. Solo necesitaban saber que estaba de su lado y que mi trabajo era eliminar a aquellos sucios vampiros que eran una maldita amenaza para la humanidad.

No necesitaba presentarme como Taehyung Kim, el Dhampir, solo necesitaban saber que era Tae y era cazador de esos malditos chupa sangres.

Pero SeokJin, él debía saberlo todo de mí y no información a medias que lo pondrían en peligro. Por una extraña razón todo dentro de mí quería decirle quien era, aunque cabía la posibilidad de que él se horrorizara, pero realmente deseaba ser honesto. Algo dentro de mi lo deseaba así.

Le había contado toda mi historia, bueno en realidad la de mi padre, de como y por qué soy esto que soy y él sentía rechazo por mi naturaleza.

El mismo que yo siento constantemente hacia mi mismo, pero no es más grande que mi rechazo hacia esos sucios vampiros. Son despreciables, son animales que crean otras abominaciones antinaturales como lo que soy yo, pero al menos podía tomar esta maldición y hacer algo bueno de ella.

Los vampiros me temían y si les ordenaba, ellos obedecían y la raza humana seguía intacta.

Debido a que no puedo envejecer no me involucro de manera sentimental a nadie en mi vida y por sentimientos me refiero a todo tipo de sentimientos.

Amigos y familia, a todos los contaba con la mano, por eso no debería estar aquí hablando con Jinnie... SeokJin, no debería involucrarlo, no debería involucrarme, pero eso ya no dependía de mí, porque él se encontraba en el centro de esta tormenta y yo tenía o mejor dicho debía saber como salvarlo y sacarlo de esto.

Había sido sincero, en pocas palabras me había abierto casi por completo, también le hablé sobre él, mi hermano Jae Joong Kim.

Aunque eso era una historia aparte, le había contado como mi propio padre llevó a su único hijo a la muerte, al menos era el único hasta esa noche en que estuvo con mi madre por última vez.

La noche en la que fui concebido, la noche en la que una horrible maldición había caído sobre mí, al ser esta abominación.

Solo le había explicado lo que era necesario que supiera para entender y por qué poseía estas habilidades. Leer mentes lo había heredado de mi padre ya que él tenia la misma habilidad. Cuando se trata de padre biológico, se hereda la misma habilidad y así fue conmigo.

Aunque los Dhampir desarrollamos una habilidad más aparte que era propia de nuestra naturaleza, en mi caso era entrar en la mente ajena, tomar recuerdos y borrarlos de manera permanente. En los humanos era de manera permanente, por eso las vidas que salvaba no quedaban con secuelas de un momento de horror, por eso no me cerraba el por qué el efecto no había durado en SeokJin.

Una vez lo había intentado con Jungkook, pero no duraba más de doce horas. Estaba intrigado con Jinnie, no podía evitarlo. Él había creído que al principio quería lastimarlo.

«Jamas te lastimaría» no era el enemigo aunque tuviera similitudes.

De todas formas él era terco y lo volvía a preguntar para asegurarse y yo respondía:

—Jamás, mi trabajo es cuidarte de
ellos, pero hay algo que me estoy perdiendo aquí —me acerqué para observarlo de cerca. Como si fuera a encontrar eso que parece hacerlo especial en esta situación—. Hay algo diferente en ti, algo que ellos saben y yo no.

No entendía por qué lo habían atacado sin matarlo al instante, tampoco entendía por qué Hye-jin lo había contactado, si de secuestrarlo para hacerlo "picadillo" se trataba, eso ya lo hubiese logrado, pero solo alargaba la cuestión con todo esto de la historia a escribir.

Debía cuidarlo y protegerlo hasta saber que quieren con él.

—¿Qué es lo que ella quiere de mí, Tae? —preguntaba con esa voz dulce que poseía y usaba muy poco. Sus ojos estaban llenos de un brillo inquietante al verme y eso desprendía toda una sensación de escalofrío que me recorría toda la espina dorsal.

Debía alejarme un poco y mantener el espacio personal de cada uno. Pero me despertaba todos esos instintos protectores.

—Es lo que debo saber, pero no puedo simplemente secuestrarla y sacarle información mediante el arte de la tortura, es humana estoy en contra de lastimarlos —respondí algo frustrado quitando mi vista de su rostro tan perfecto.

—¿Y si yo sigo cómo si no supiera nada al respecto hasta ver que pretende conmigo? —ofrecía.

—No es una buena idea —exclamé.

—Bueno, secuestrala para sacarle información, entonces —replicaba.

—Está comprometida con los vampiros y cualquiera sea su causa, si yo la secuestro no dirá absolutamente nada y solo perderé el rastro del verdadero Líder del nido para el cual ella trabaja.

Estaba frustrado y estresado, no quería involucrarlo más de lo que ya estaba.

—Oye, yo no puedo leer tu mente, pero estás entre la espada y la pared —con franqueza y algo de miedo exclamaba—. Déjame terminar mi historia, ver como termina esto, seré tu chivo expiatorio

—Jinn~... —me fruncía el ceño inmediatamente obligándome a corregirme—. SeokJin, perdón, pero a pesar de que quie~...

—Déjame ayudar —seguía con miedo, pero su alma de reportero quería llegar al fondo—. Si tú estarás cerca para cuidar de mí, puedo hacer esto. Déjame ayudarte.

Sus ojos amielados eran honestos y era hábil para apagar sus pensamientos y que no supiera lo que pensaba.

Había puesto un rostro angelical para intentar convencerme «Hermoso» este tipo era peligroso para mi salud.

Con voz firme y grave exclamé—. Prométeme que no volverás a verla.

SeokJin dejaba escapar un sonoro suspiro—. Es que si tú no estuvieras aquí, quién sabe que me hubiera pasado. Terminemos con esto —acortando la distancia entre nosotros, nuevamente, añadía—. Seguiré en contacto con ella para que tú puedas llegar al Líder y yo te tenga como mi guardia personal

—Hablo en serio, no volverás a involucrarte —puse de forma algo titubeante mis manos en sus anchos hombros—. De ahora en más comienzas de nuevo. Yo me quedaré esta noche para estar tranquilo y tú también

—¿No me dejarás ayudarte? entonces ni lo sueñes, vete —soltándose de mi agarre comenzaba a empujarme hacia la puerta—. Gracias por ser honesto, te lo pedí y me diste lo que quería —exclamaba de manera honesta—, pero yo vivo solo, tengo una vida y seguiré como si nada de esto hubiera pasado, pero tú no dormirás aquí, hombre

—Solo será para cuidarte, por las dudas —insistí. No quería alejarme.

—Me reportare contigo si es necesario, pero no serás mi niñero las 24 horas. Solo vete, yo estaré bien y necesito descansar de tanta información —decía presionando su sien.

Era honesto, pero yo no quería irme—. Seokj~...

De forma decidida tomaba mi nuca descolocándome por completo. Sus ojos amielados me miraban con dulzura y nuestra respiración se mezclaba.

Este tipo de nerviosismo no lo sentía hacía ya mucho tiempo. Él estaba cerca, muy cerca.

—Por favor —rogaba de forma suave viendo mis ojos y bajando a mis labios—, debes irte.

No podía oír nada de lo que pensaba, pero si me permitía delirar podía asegurar que él también me quería lejos porque no tendría sentido ser más que su simple protector.

No dije más, realmente había recibido mucha información de mi parte, pero estaría cuidado y lo tendría vigilado de cerca.

Sin chistar y tragando el nudo en mi garganta exclamé—. Ten cuidado, ya tienes mi número, por lo que sea me llamas y recuerda, no te invol...

—Que no me involucre, entendido —me soltaba de repente y tanto él, como yo, volvíamos a respirar con normalidad—, adiós —que terco, carajo—. Estaré bien, ve y descansa.

Me daba media vuelta para abrir la puerta, pero antes de salir sentía como volvía a tomarme del brazo obligándome a girar de inmediato.

—¿Qué? —lo observé fijamente.

—Muchas gracias por haber estado ahí —su voz llena de dulzura había sido renovador para mí.

Solo sonreí de lado y sin pensarlo mucho tome su nuca para atraerlo y depositar un beso en la comisura de sus labios carnosos.

Me estaba muriendo de deseo, algo dentro de mí extrañamente incontrolable y me sentía un jodido adolescente que no podía mantener en calma sus instintos.

«SeokJin, no pienses nada»

Un deslicé en sus pensamientos dibujaba una sonrisa en mí, no había podido evitarlo, luego de leer su mente sin querer queriendo lo observé y exclamé:

—Relájate más y juro que nada malo volverá a sucederte.

Sin esperar más nada y muy en contra de mi voluntad, me retiré. Si me quedaba más tiempo me arrepentiría. No podía meterme en su vida más de la cuenta, no debía. Aunque algo dentro de mí lo quisiera y anhelara de forma demente y extraña.

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