|Daily-Web News|
Di vueltas un par de veces en la cama, pero ya eran 7:30 a.m, y la alarma del móvil sonaba a tal punto de despertar a todos en este maldito edificio.
—Siempre olvido ponerlo en vibrador —murmuré mientras la desactivaba.
A duras penas e inundado de nervios me levantaba.
«Aquí vamos, primer día de trabajo, estoy listo» —Nací listo —escupía esa frase junto con mi pasta dental mientras lavaba mis dientes.
Quería impresionar a mi Jefe y compañeros, no podían culpar a un hombre por intentar sobresalir.
El DayleWeb-News estaba habitado por gente joven y los que no eran demasiado jovenes, se la rebuscaban para encajar y yo también debía hacerlo. Me consideraba bastante versátil y podía encajar con los de mi edad e incluso gente mayor.
Conseguí este trabajo gracias a un articulo que publiqué en la universidad sobre como era la vida de los Jóvenes que comenzaban su residencia en uno de los Hospitales más importantes de California.
Ese articulo fue impresionante, debo admitirlo, pero eso fue gracias a la intensa actividad que estos Jóvenes aspirantes a Cirujanos tenían.
Me gustaba escribir sobre las personas y momentos importantes de sus vidas, aún no decidí que tipo de periodismo hacer, porque suelo ser extremadamente cambiante, pero me agradaría interiorizarme un poco en todo, veré luego a donde me lleva la vida y que terminaré eligiendo.
Mudarme solo fue un paso agradable, fue difícil, pero son sólo un par de horas de distancia de mi familia. Muchas amistades tomaron caminos diferentes y yo me sumergí en esta nueva aventura.
Ahora ya estaba asentado en San Francisco intentando comportarme como un jodido adulto.
Una vez de considerarme presentable, emprendí vuelo tomando mi bolso más todo lo importante como mis notas, laptop y cámara, luego tomé mis llaves y salí. La ansiedad me carcomía hasta los huesos y los nervios querían obligarme a vomitar el café que había bebido junto con la cerveza de cortesía de la noche anterior.
Finalmente llegaba con mi auto al edificio más alto y llamativo de la cuadra donde sería mi nuevo lugar laboral, donde estaría trabajando por un largo período e iría aprendiendo cada día más y más.
«Este lugar es increible»
Desde la entrada ya irradiaba buena vibra alrededor, bien iluminado y gente corriendo hacia todos lados, «De acuerdo Jin ya estás aquí, sé un hombre grande»
—Nombre completo por favor —exclamaba la recepcionista.
—Seokjin Kim Park —respondí firme. Orgulloso de disimular los nervios.
Mientras la agradable señorita buscaba mi nombre en su computador, aprovechaba a acomodar mi corbata.
—¡Oh! tu primer día —exclamaba finalmente—. En el séptimo piso te esperan, adelante y bienvenido a DailyWeb-News —una chica amable y sonriente.
—¡Muchisimas gracias! —sip, eso había sonado más fuerte de lo esperado, me sentía nervioso y entusiasmado.
Adentrándome el ascensor presioné el 7 con manos temblorosas, «Perfecto, mi número de la suerte. Aferrate a las pequeñas cosas SeokJin»
Las puertas se abrieron y exhalando una última vez, salí—. Ok —exclamé intentando parecer relajado. Parecía demente, hablando solo.
David Guetta sonaba sin aturdir a las mentes jóvenes del piso, había fácil unas veinticinco personas aquí.
—¡Hola, extraño! —ojos color "café", perfección que me cegaba de repente y no estaba mirando un espejo.
—¡Mierda! —salté del susto que me había provocado, yo y mi boca más rápida que mi mente, a veces. Y suelo exaltarme con facilidad.
—Discúlpame, no quise asustarte —suaves palabras salidas de un atractivo chico.
No estaba seguro si mi "¡mierda!" había sido por el susto de que me hablarán cuando no lo esperaba o que me hablará alguien tan atractivo. Le concedía eso.
Sonreí con cara de idiota, sí, esa que no se puede disimular cuando alguien tan perfecto te está sonriendo. No me culpen por mirar.
—No... No me asusté, yo sólo. Umm... —«¡Diablos, Jin! Te dejaron sin palabras»
—¿Tú?... Eres nuevo —exclamaba en cámara lenta como si yo fuera un idiota que encima hablaba otro idioma.
—Seokjin Kim Park —extendí mi mano recomponiendome.
«Aquí no paso nada, gente»
—Muy bien Seokjin, me presento soy Hyungsik —sacudió mi mano devolviendo el saludo con una sonrisa que dejaba ver unos dientes perfectos.
«Creo que te detesto, Sr. Encantador de dentadura reluciente y pulgadas más alto que yo»
—El gusto es mío —respondí.
—Nunca dije que fuera un gusto conocerte —respondía con mirada arrogante.
«¿Deberia golpearlo o debería golpearme?»
No sabía si mi rostro se había tornado rojo—como de costumbre cuando me siento avergonzado o me toman por sopresa—o sólo sentía un calor por la gran incomodidad del momento.
—¡Seokjin, era broma! No lo dije, pero si es un gusto conocerte, finalmente —tocaba mi hombro en un gesto de "Relajate imbécil, estoy bromeando contigo".
—Perdón, sigo observando el lugar y sólo estoy un poco asombrado al respecto, discúlpame... ¿Hyungsik? —dudé al pronunciar su nombre, sólo una pequeña venganza a mi ego herido.
—Si es Hyungsik, ¡Doy Hyungsik! —soltaba esa frase divertido y abriendo sus brazos—. Seokjin, estoy a cargo de darte un mini tour por el piso, para luego llevarte hasta la oficina del Jefe. Si estás de acuerdo —exclamaba poniendo ambos de sus brazos detrás de él e inclinado su cuerpo sutilmente hacia mi.
«Sip, es encantador si se lo propone»
—Estoy de acuerdo con eso —respondí más relajado.
—¡Genial!, acompañame.
Hyungsik me había mostrado el piso, estaba rodeado por ventanales inmensos que dejaban contemplar un hermoso San francisco.
Hacia mi derecha se encontraban diez paneles, en cada uno de ellos escritorios con unas computadoras hermosas modernas e inmensas, todas bien equipadas.
En el centro una inmensa mesa con sillas, todo perfectamente decorado de manera abstracta.
Me había llevado por la cocina no muy grande ni pequeña, todo era genial y perfectamente proporcionado, hasta que llegábamos al fin del mini tour y a la oficina de quién sería mi jefe.
De nuevo los nervios me recorrían por todo mi metro casi ochenta mientras me encontraba frente aquella puerta de cristal borroso que no dejaba ver nada hacia dentro.
—Llegamos a la oficina del mandón. Al menos del mandón del séptimo piso —sonreía de manera muy adorable—. Voy a golpear la puerta y hasta aquí llego yo, pero no te preocupes, George es genial y le agradabas antes de siquiera confirmar tu puesto de trabajo aquí
—Sí, tardé mucho en responder a la solicitud de empleo. No fue mi intención, pasaron cosas y tuve que darle un segunda revisada a la oferta —exclamé excusandome.
—Es genial que hayas aceptado —respondía mientras se me quedaba viendo raro, agradable, pero raro—. De acuerdo, voy a golpear la puerta y te dejaré de una vez.
Nuevamente, estaba nervioso, quizás me cagaria en mis pantalones antes de tiempo. Tardé dos semanas en confirmar si deseaba o no un puesto en DW-N, pero todos en mi familia me obligaron a decir que sí, no es que no lo quisiera, sólo me gustaba que la gente a mi alrededor confirmara unánime que me encontraba en el camino correcto.
Finalmente mi nuevo Jefe abría la puerta invitandome a pasar.
George Black, quién me había contratado, había tenido la mejor paciencia que podría haber pedido, le estoy realmente agradecido. Esperaba encajar, esperaba ganar su respeto y esperaba vivir de esto y no cambiar a último momento de trabajo.
Tragué saliva sentándome frente a él, recordando el video de presentación que envié, había balbuceado demasiado, me veía bastante estúpido y ya daba por hecho que perdería el puesto y olvidaría el artículo por el cual había logrado impresionarlo.
Pero aquí estaba frente a George Black, «No dejes que los nervios se apoderen de tí, Jin».
Froté mis manos sobre la tela de mi pantalón, las malditas ya estaba sudando.
—Bien Seokjin, sé que tienes algunas opciones para escribir en tu primer artículo, ¿Cierto?
—Sí Señor, ten-...
— Llámame George
—Oh, es que siento que es muy pronto para tomarme ese atrevimiento —exclamé algo avergonzado, no suelo llamar a mis autoridades por su nombre de pila a la primera. Hijo de padre rígido, pero de corazón suave.
—Eso jamás, si me llamas George e interactuas conmigo de manera respetuosa, es suficiente. Hay gente aquí que me llama Sr. Black y murmuran a mis espaldas —soltaba con una risa adorable, pero sarcástica a la vez.
—De acuerdo, G-George, Sr. Black ¡Mierda!, lo intentaré. Lo siento —y mi cara roja como un tomate, lo podía sentir. Maldita piel delicada.
—Tranquilo, dime los temas que tienes en mente —al menos lo hice sonreír.
—Puedo tener una opinión sobre todos los temas en general, excepto política, eso no va conmigo —para ser honestos, odiaba esa mierda de tema, pero admiraba a quienes se dedican a escribir de ello—. Cuando decidió contratarme para este empleo ¿Qué esperaba que aportara aquí? —ya no sabía quién estaba entrevistando a quien.
«¿Qué mierda, Jin?»
—Leí varios artículos tuyos, todos diferentes entre sí. Me gustó la diversidad, no siempre abordas los mismos temas y eso me agrada. Entiendo que estás en un período de conocimiento, así que... ¿Qué historias tienes? —tengo a favor que realmente está interesado en mi trabajo.
Me sentía como un pajaro al que le abrieron la jaula para volar libre.
—Bien, estuve investigando y a unas calles de aquí hay un pequeño salón de baile. La persona encargada, Ahn Hye-jin, es una jóven de 30 años llena de diferentes títulos que ganó en diferentes competencias de baile, ella me contactó. Indague en su historia, trabaja de lunes a viernes, siete horas al día en una escuela de arte muy popular. Con el dinero que gana ahí l, decidió abrir su propio estudio de danzas totalmente gratuito para aquellos que no pueden pagar por esas clases y para sacar de las calles a todos aquellos que viven en los barrios bajos cerca de allí, sin dinero y familia. Creo que es una excelente historia con puro desinterés financiero y mucho interés en las personas. Me gus-..
—Hazlo —respondía.
—¿Sí? le parece inte-...
—Quiero que tu primera historia te llame primero a tí, para luego captar la atención del público. Quiero ver como te desenvuelves primero para luego imponerte mis reglas ¿Una semana te parece tiempo suficiente? —me observaba expectante.
—Suficiente y de sobra —exclamaba aún volando en una nube imaginaria.
George Black era el mejor Jefe que uno podría pedir, me había dado rienda suelta, al menos en la primer historia. Eso me quitaba cierta presión de encima.
Luego la charla fue random, y había tirado algún que otro chiste malo, pero no sé lo diría y luego me dirigía a mi escritorio donde todo oficialmente comenzaría.
—Bien Seokjin, siéntete libre de expresarte y contarnos esa historia y otra cosa... ¡Hyungsik! —, «¡Mierda por décima vez en el día!» que susto me había dado con aquel grito llamando al Sr. Encantador o más bien, Niño Encantador. Espero nunca morir de un infarto a causa de la facilidad con la que me asusto.
—George, aquí estoy ¿Qué sucede? —preguntaba asustado con rostro de "Van a matarme". Adorable.
—Seokjin, aquí Hyungsik es el fotógrafo a cargo de cada historia traída personalmente. Él te ayudará para que puedas corroborarla con algunas imágenes —George sonreía amablemente mientras nos observaba.
—¡Oh! Yo siempre suelo andar con mi propia cámara, estoy estudiando fotografía tambien para... Bueno, quiero tratar de ser más completo —me sentia un engreído, en ocasiones lo era, pero era cierto. Me encanta la fotografía y bueno, quería cubrir cada parte de mis historias. Mi pasión por el periodismo no era una broma.
—¿O sea que estás rechazando que seamos compañeros? ¿Creés que no soy bueno en lo que hago? —exclamaba el niño encantador con un tono sarcástico y divertido. George nos miraba algo entretenido con la extraña tensión entre nosotros o mi gaydar se estaba volviendo loco.
—No dije eso, Hyungsik. Sólo que puedo hacerlo solo, sin chaperon —sí, soy un engreído.
—Seokjin —el jefe tomaba la palabra—. Estoy seguro que eres bueno, pero por ser tu primera historia aquí, me gustaría que te encargues más de la parte redactada. Más adelante prometo que podrás tomar tus propias fotografías, pero por ahora hasta que entres en ritmo, te pido que dejes que Hyungsik se encargue. Pueden entre ustedes arreglárselas bien, espero —sonreía sin mostrar sus dientes y se alejaba.
Quedabamos Hyungsik y yo, más un silencio cargado de música de fondo.
—Bien, no seré una molestia. Te dejaré que trabajes en tu historia y cuando quieras ir al lugar me avisas y vamos ¿Te parece? —«Ya cree que somos equipo. Aún no me llega el memo»
—¿Tengo otra opción? —pregunté claramente insatisfecho.
—Claro que no, tu eres nuevo y yo estoy aquí hace un año y soy un excelente fotógrafo. Nos vemos en el almuerzo —me guiñaba un ojo y se retiraba.
«Agh sí, detesto al niño encantador»
La mañana iba según el plan, se acercaba la hora del almuerzo y tenía planeado acercarme al estudio para que el Niño Encantador tomara unas fotografías del lugar.
Pero la idea de escabullirme y hacerlo por mi mismo, se me metía en mi cabecita y decidía ir por ello.
Estaba listo para correr al momento que Hyungsik fuera justo a la cocina por su almuerzo, ya tenía mi bolso preparado y apenas desaparecía me levantaba para salir de allí.
Tenia una hora de almuerzo así que había aprovechado a comer una ensalada rápido y hasta el estudio de baile no me detuve.
Había agarrado por unas cuadras algo turbias, pero era pleno mediodía así que no me preocupaba. Hombre precavido salía de chat. Este barrio no era exactamente de alta categoría y había que tener cuatro ojos.
Sacando mi bebé, comenzaba a tomar fotos, había vuelto a leer el papel en la puerta que decía que las clases comenzarían a las 16:30 pm.
Para entrevistar a Hye-jin habíamos acordado a las 18:30 hs, mi trabajo terminaba media hora antes y ya estaba programada nuestra cita, ahí lograría mejores tomas.
Estaba embelesado observando el estudio desde afuera. Hye-jin había puesto amor en aquel lugar—. Será una gran historia —murmuré para mí.
Me había puesto a observar el barrio, recordando que por estas zonas han habido muchas desapariciones de personas de entre 16 a 30 años.
Esa historia era la primera que deseaba escribir, pero necesitaba más tiempo y hablar con el departamento de policías a cargo.
Era una historia más delicada.
Mirando y husmeando de aquí allá, me encontraba repentinamente a un fisgón viéndome desde el café en frente del estudio de danza.
Justo en la mesa que estaba cerca de la vidriera lograba captar la imagen de un hombre tomando su café y observándome o quizás solo miraba en aquella dirección, no lograba ver bien su rostro, sólo sabia que era dueño de una melena de color azabache y realmente se veía muy apuesto.
«Carajo, necesito lentes, así sería más fácil ver bien a mi acosador. También necesito un jodido revolcón»
Seguí observándolo y una absurda idea cruzaba mi mente. Sacando mi cámara traté de capturar al extraño observador, apreté el botón y-...
—¡Traidor! —Hyunsik se paraba justo en frente de mi panorama, unos segundos después de tomarla.
—¡Mierda, hombre! —me había asustado de manera horrible. Tengan jodida piedad de mí.
—¡Te fuiste sin mí! —decía en tono duro, algo ofendido.
Maldita sea mi suerte y curiosidad, había arruinado mi toma, seguramente. Quise luego visualizar a mi fisgón, pero ya no estaba, «Mierda, se veía caliente»
— ¿Qué haces aquí? —pregunté sorprendido.
—Se supone que yo sacaría las fotos —exclamaba golpeando suavemente mi cámara.
—Ah, sí. Eso te dejé creer —sonreí con sarcasmo.
—Oye, si no te agrado lo lamento, pero por tu bien te aviso que George te quiere concentrado en la historia. Que te hayas ido para tomar unas fotos y no dejarme hacer mi trabajo, te lo advierto, no va a gustarle
—¿Y tú vas a decirle? —me acerqué amenazante hacia él, me llevaba apenas unos centímetros, pero soy un provocador, demandenme.
Se me quedaba viendo unos segundos antes de añadir—. No lo haré —tragaba saliva, algo incómodo o nervioso por mi cercanía. Aunque dudo que me tuviera miedo—. Sólo te estoy advirtiendo que no le gustará y esto te llevará tiempo, debes editarlas luego ¿Y tu historia? ¿La entrevista con la dueña del estudio? —no tenía pensado cerrar la boca. Lindo, pero un maldito hablador.
—De acuerdo perfecto, relájate. Sólo tomé fotos de afuera, a la tarde luego del trabajo vendrás conmigo, ¿Feliz?
—Uh, no sé si podré a la tarde —tocaba su barbilla haciendose el interesante, «Un pequeño bastardo»
—De acuerdo, lo haré sin tí —dije sin sentir pena por su ausencia y encogiéndome.
—Tranquilo, niño bonito, sólo bromeaba —decía, mientras yo alzaba mis cejas por su apodo hacia mi—. Lo haré, porque se nota que no eres bueno, el estudio está aquí y tú apuntabas... ¿Hacía el café? —preguntaba ceñudo e irónico.
—No es de tu incumbencia, tenía un excelente ángulo y lo arruinaste con tu repentina aparición —giré volviendo decidido a la oficina.
La pequeña faceta mía de acosador, no sería descubierta hoy. Así que sin ánimo de recibir más preguntas de parte de mi compañero, sólo me dignaba a continuar mi camino e ignorar sus palabras. Huir con decencia, si señor.
El día había transcurrido bien, con algún que otra mirada peculiar por parte de Hyungsik que estaba pendiente de que no me escapara. O mi bonito rostro era una distracción. No lo culpo.
La gente comenzaba a recoger sus cosas para irse y de la nada el susodicho saltaba frente a mi con su hermosa cámara. Me costaría un mes de alquiler un modelo así.
—Estoy listo, "Jefe" —exclamaba con ese tono sarcástico.
—De acuerdo, déjame recoger algunas cosas y nos vamos —exclamé suspirando.
Una vez abajo estaba a punto de tomar mi auto, pero sólo serían un par de cuadras de la oficina al estudio, así que lo dejé donde estaba y decidimos caminar.
Al llegar estaba lleno, Hye-jin me había reconocido y se acercaba a saludarme.
—SeokJin, ¿Cierto? —preguntaba con una dulce sonrisa.
—Sí, un gusto finalmente conocerte en persona —exclamé estrachando su mano amablemente. Era bajita, con proporciones atractivas. Si tan sólo fuera hetero.
—Les propongo que observen la clase, tengo un receso a las 19:00, pacté media hora antes nuestra cita para que veas lo bien que bailan y puedas tomar algunas fotografías, si así lo deseas —exclamaba muy amable.
—Por supuesto. Hyungsik se encargará de las tomas —exclamé señalandolo y ella amablemente estrechaba su mano.
—Me encargaré de captar este momento —respondía encantador, Hye-jin era atractiva y mi compañero la observaba hipnotizado.
Él le sonreía con todos sus dientes perfectos y la observaba como caminaba hacia el centro del estudio para guiar a estos adolecentes en su coreografía. Sus ojos se desviaban por sus curvas y mierda, tengo una hermana menor, mi madre me enseñó que eso no se le hacía a las mujeres. Por suerte no dijo nada de los hombres.
Habíamos observado durante los siguientes treinta minutos y todos ponían su mayor esfuerzo en cada paso, aunque había varios que sobresalían más que el resto.
—Me dan ganas de bailar —exclamé moviéndome al ritmo de la música. Para ser honesto, en ocasiones no servía para estar quieto por mucho tiempo.
—¿Sabés siquiera bailar cómo para que te den ganas? —soltaba Hyunsik bastante sarcástico.
—Bailo muy bien para tu información, imbécil —el insulto había sido suave y en broma, lo juro.
—Okey, hombros anchos, no era necesaria le violencia verbal —exclamaba para nada ofendido.
Negando con una sonrisa preguntaba—. ¿Tomaste buenas fotos?
— ¡Sí, Señor! —él y su sarcasmo nunca se separaban.
—Niño bonito —le corregí. Si iba a ponerme un sobrenombre cada media hora, yo elegiría cuál.
—Niño bonito y bailarín —me tiraba en tono burlón.
—No permito que te burles, soy muy bueno bailando. Solía hacerlo de niño —expresé con mi frente en alto. De acuerdo, quizás había un poco de mentira allí, pero esto era una guerra de meadas.
—No me digas ¿Clases de Jazz? —levantaba sus cejas como si me conociera y me estuviera leyendo.
—Pff... No, me encantaban los programas que había con adolecentes bailando y cantando, mi hermana los miraba mucho y solíamos bailar, por ejemplo con High School Musical —me reía exageradamente al recordarlo.
—¡Oh por Dios!, no esperaba esa respuesta y esa risa —decía con sorna.
—¿Qué tiene? Sólo atrévete a compararme con el sonido limpia vidrio y podría empujar tu cámara sobre tu ojo cuando apuntes la próxima vez —decía con fingido tono amenazador.
—No diré nada —pretendía cerrar un cierre en su boca—. Pero con respecto al baile, no puedo creerlo a menos que te vea bailando —decía desafindome.
—¿Pretendes que me una a ellos o que baile "Get your head in the Game" y me crea Troy Bolton? —los señalaba y observaba a Hyunsik con mirada divertida.
—No, pretendo que aceptes mi invitación a tomar algo y quizás ¿Salir a bailar? —, «Y mi gaydar no estaba averiado, señoras y señores»
Aunque había observado embelesado con Hye-jin y de repente esta invitación, quzas mi gaydar vibraba en Bi+.
Pero no llegaba a responder que empezaban los aplausos, la clase había finalmente terminado. Hye-jin se iba despidiéndo y Hyunsik se perdía nuevamente en su perfecta figura, se había olvidado que estábamos conversando.
«Sip, definitivamente Bi+»
Finalmente, todos se habían ido y sólo quedabamos nosotros tres.
Hye-jin nos guiaba a un pequeño living al fondo del estudio para así comenzar con mi entrevista.
Gracias al cielo, no nos había llevado más de cuarenta minutos. Sólo diré que es una excelente alma caritativa y trabaja duro para enseñarles sin cobrarles un centavo. Se veía poco eso en estos días.
En toda la entrevista mi compañero estuvo hipnotizado con ella, no malinterpreten, no envidiaba que tuviera su atención, admiraba a quienes comían de todo y hasta los vegetales.
Volviendo a la mujer atractiva, quién ahora me había dado a conocer su apodo, "Hwasa", la hacía ver más poderosa de lo que ya parecía con esa presencia que manajaba. Sí, entendía la fascinación de mi compañero, pero no la compartía.
Finalmente nos despedíamos y Hyunsik había tomado un par de fotos de ella sola. Aunque más de la cuenta, diría. Alguien más necesita un revolcón y no es SeokJinnie.
Una vez fuera y listos para terminar este día, me había propuesto despedirme rápido de mi engreído compañero, puesto a qué mi ansiedad había descendido y mi cuerpo se daba el tupé de sentirse cansado.
—Ella es increíble ¿No lo crees? —preguntaba éste repentinamente.
—Sí, es generosa y desinteresada. Una persona genial, ya quiero ver esta historia terminada y publicada —respondí continuando con el halago.
—¿Historia? Ah, sí claro, eso que dijiste —Hyunsik se ruborizaba, el idiota me hablaba de ella y su físico. Hombre, no me llegó el memo.
—Eres un imbécil, yo hablando de lo increíble que es como persona y tú, ¡Babeando como animal! Al parecer alguien nunca ha visto una mujer hermosa —exclamé tratando de no reír.
—¡No estoy babeando! —intentaba excusarse.
—Sí, como sea, hombre. Hasta mañana. Luego me mandas un correo para ver que fotos elijo —me despedí y me puse en marcha.
—¡Oye, espera, espera! —me tomaba del brazo para frenarme—. No irás por donde vinimos, la siguiente esquina es muy oscura y peligrosa. Créeme
—Tu valentía es increíble —dije sarcásticamente conteniendo una risa burlona.
—No lo decía por mí, yo, yo soy un hombre muy valiente, tú en cambio... —me señalaba sin terminar la frase—. Te ves lindo y delicado. Con hombros grandes que sólo deben servir para lucir atractivo —decia con fingido puchero y tocando mi mentón—. ¿Dónde está tu auto? —aish, si recibiera un dólar por cada vez que me habían llamado bonito y delicado, sería jodidamente rico.
—Mi auto sigue estacionado en la esquina de nuestro edificio. Debo ir por estas cuadras, no pienso hacer más largo el camino, ¡Buenas noches, Hyungsik hombre valiente! —no le temía a un poquito de oscuridad en la calle.
—¡Detente! déjame acompañarte
—Nop, tu auto está a unos cuadras de aquí, yo estaré bien, y no soy delicado. Y estos hombros, tienen horas de ejercicio —exclamé orgulloso. Era mentira, odiaba la actividad física, déjenme con mis juegos de pc—. Sólo me llevas unos centímetros, no podrías hacer mucho por mí si se presenta el peligro, adios —giré para seguir decidido cuando gritaba:
—¡No me contestate! —sobre mis talones me giraba con el ceño fruncido.
—¿De qué hablas? —pregunté confundido.
—Te invite a bailar, nunca respondiste —insistia.
—No hablarás en serio ¿Cierto? —habia olvidado eso.
—Muy en serio. Si dices que no, te acompañaré hasta tu auto, no te dejaré ir sólo, es peligroso en serio, Jin —se veía extrañamente consternado.
—Exageras —decía esquivando como un rey la respuesta a su invitación.
—No lo hago, déjame acompañarte o te llevo con mi auto hasta el tuyo —se acercaba a mi para decirme esa frase mirando directo a mis ojos con un aire de preocupación en los suyos.
—Eso es ridículo —exclamé al instante. Sabía que la cuadra era peligrosa, pero ¿Por qué tenía que parecer jodidamente alarmante?
—Bien, caminemos —intentaba dar un paso, pero lo detenía con mi mano en su pecho.
«Alguien si había metido largas horas en el gimnasio»
—Puedo ir solo —contesté, quitando mi mano de su pecho.
—No te dejaré —contestaba firme y seguro.
—Dios, hombre. ¿Eres mi hermano mayor o que mierda? —arrugandonsu rostro negaba ante mi comparativa— Si acepto salir contigo ¿No actuarás cómo un hermano sobreprotector?
—Jin, trato de ser un buen compañero —lo sentí exasperado por lo irritante que puedo llegar a ser. Soy el peor para discutir o cerrar tratos. Sino pregunten a mi padre.
—No saldré contigo si pretendes que soy un delicado niño bonito que necesita compañía para cruzar una esquina oscura —decía fingiendo parecer débil.
—¿Bromeas, cierto? —preguntaba incrédulo.
—No me agrada el cliche de: "Esquina oscura, te asesinaran" —bueno, quizás en esta esquina sería posible, pero mi suerte no era tan mala
—¿Acaso ves las noticias? —me preguntaba ceñudo.
—Hyunsik, hay gente caminando en la calle, no es muy tarde. Ve a tu casa, hombre y yo haré lo mismo
—Seokj-...
—Viernes a las diez, acepto salir contigo y luego ir a bailar —quien sabia si eso sucedería, pero quería jodidamente volver a mi apartamento.
—¿Lo dices en serio?
—Sólo si te vas por tu lado y yo por el mío —me miraba dubitativo. Vamos amigo, sólo era una esquina semi oscura y aún concurrida. Sin mencionar que Hyungsik me estaba mareando con su extraño aleteo de pestañas—. Solo vete por tu lado, yo por el mío y el viernes queda asentada mi salida contigo, aunque no sé porque lo quieres, amigo
—Lo quiero y punto, niño bonito —soltaba suspirando—. Bien, de acuerdo —rendido, sabía que no me movería de ahí hasta irme solo—. Sólo mándame un texto apenas subas a tu auto —arrebataba mi móvil y me pedía que lo desbloqueara. Así lo hacía y él anotaba su número—. Sólo avisame cuando subas, ¿De acuerdo?
—¡Sí, Jefe! —ikitqba su tono de vos minutos atrás.
—No es gracioso, Jin—decía serio.
—Tampoco tu actuación de hermano mayor y bi-curioso —-hacía una mueca y antes que dijera algo lo volvía a interrumpir—. Ya vete de aquí, no empezaré a caminar para que me observes como fenómeno mientras me alejo
—¿Acaso no te dieron cariño tus padres?
—¡Sí, lo hicieron! —manotazo por idiota—. Sólo no tolero chaperones, fui un niño mimado y caprichosos. Ahora adiós, sal de aquí, vete.
—De acuerdo, rey de hielo —soltaba divertido levantando sus brazos en rendición—. Nos vemos mañana y mándame el texto en cuanto subas
—¡Adios, Hyungsik! —saludé como chiquillo, lo vi dar vuelta la esquina mientras giraba para verme una última vez, luego esperé hasta estar seguro que no volvería a verme.
Y fin de mi día, ¿Por qué tuve que dejar mi auto?
En marcha decidía avanzar en busca del mismo y terminar este primer y excelente día.
Sepan que este primer libro está lleno de místerio, y lo interesante entre Hwasa y Hyunsik es que el verdadero personaje bisexual era el de Hwasa, pero tuve que hacer un cambio como notaran.
En fin, ojalá y no les aburra, eran dos capítulos y los hice uno porque si no el primero era muy corto.
Pido perdón si se me fue el dedo en alguna parte, saben cómo es esto y me quedo ciega después de tantas revisadas jejeje.
Con amor niñita Nany💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro