|Búsqueda|
La búsqueda de Hye-jin se estaba volviendo un dolor de cabeza. La misma tierra se la había tragado, habíamos vuelto a recorrer los mismos lugares que ella recorría, pero no había nada.
Había vuelto a revisar a su casa y esta vez ya no había nada que perteneciera a ella. Gaspar había hecho guardia en mi ausencia, pero no había visto a nadie entrar ni salir, habían sido muy cautelosos.
Me sentía tentado de golpear a Gaspar por no haber visto absolutamente nada, pero no lo hice. Seguimos buscando, a través de las cámaras y las computadoras de la ciudad, Jungkook había intentado con el reconocimiento facial y tampoco la encontrábamos de esa forma.
Me sentía frustrado, Hye-jin estaba desaparecida y SeokJin saldría esta noche. Le advertí que no lo hiciera, pero ¿Quién soy yo para obligarlo?.
No quise hostigarlo en su horario laboral, pero no podía evitarlo, una vez que este había terminado, estaba predispuesto a vigilarlo de cerca.
—Jungkook, saldré un momento. Que cada uno tomé su puesto y vigila a Gaspar —ordenaba a mi amigo.
—De acuerdo —sin decir más obedecía.
A diferencia de Lisa que se encontraba en mi cocina y salia de repente para comenzar con sus preguntas—: ¿A dónde vas? creí que esta noche hacías guardia desde aquí
—Tengo cosas más importantes que hacer, Lisa —suspire, dando media vuelta y me disponía a salir.
Pero antes de retirarme Lisa añadía—: Espero, por el bien de este equipo, que lo que vayas a hacer esté enfocado en Hye-jin y no en ese chico.
Me di media vuelta y sin ánimos de empezar una discusión con ella respondí—: Lo que estoy haciendo tiene que ver con la causa, si sucede algo, me llamas.
Rápidamente, sin más que añadir y para no dejarla hablar, me retiraba, subiendo a mi auto, estaba más que listo para seguir de cerca a SeokJin.
—No deberías ser tan dura Lisa —exclamaba Jungkook—. Él cree que este chico corre peligro
—Él se está interesando en este chico, Jungkook —exclamaba seriamente la encantadora—. Es increíble que tú, como su mejor amigo, no lo hayas notado.
Jungkook rodaba sus ojos y la observaba fijo—. No es de mi incumbencia eso y tampoco la tuya, cariño.
Lisa lo miraba de soslayo y volvía a la cocina para terminar con su café.
Ya me encontraba fuera del lugar donde la parejita había ido. Puede que estuviera siendo ridículo, pero yo necesitaba saber que nada de esto giraba en torno a la vida de una inocente chico, hombre... Inocente hombre.
Solo quería llegar al fondo y asegurarme que no querían nada con él.
Luego de un tiempo largo, los veía salir y subir al auto, obviamente estaba listo para seguirlos.
«No perderé su rastro»
No sabía a dónde estaban yendo, pero pretendía no perderlos de vista. Iba siguiéndolos a la perfección, pero un semáforo me frenaba y una serie de autos colapsaban frente a mí.
Era viernes, todos querían irse a casa y yo perdía el maldito rastro de los dos. Comenzaba a conducir sin rumbo tratando de encontrarlos de nuevo, pero nada, así que me detenía y decidía contactar vía mensaje a Jinnie, quién de forma descarada me informaba estar yendo camino a Daly city.
—¡¿Qué carajos, niño?! —exclamaba de la furia, solo en mi auto golpeando el volante.
Volvía a mandarle un texto.
—Responde, responde, responde —pero no recibía respuesta alguna.
Había dejado pasar unos minutos dando tiempo a que lo leyera y quizás así se dignara a responder, pero nada.
Había comenzado a llamarlo una y otra vez, pero me salía apagado. Encendiendo mi auto, nuevamente enfurecido, me dirigía de vuelta a casa.
Una vez allí, Jungkook seguía en la computadora y yo entraba lleno de furia golpeando con rabia mi puerta.
—¡Hey, Tae! —exclamaba algo cansado mi amigo, luego notaba mi cara de perro—. Oye ¿Estás bien?
—No, no lo estoy —me liberaba de mi chaqueta y la arrojaba al sofá.
—¿Qué sucedió? —preguntaba preocupado.
—¡Perdí su maldito rastro!
—¿Hablas del chico o encontraste a Hye-jin? —preguntaba confundido.
—¡De SeokJin! —gritaba frustrado—. ¡Del chico!. Lo estaba siguiendo y lo perdí
—¿Estaba en peligro?
—¡Pues, no lo sé! se fue con ése imbécil
—¿Qué imbécil? —Jk no entendía una sola palabra. Estaba cansado y yo llegaba con mis revoluciones a punto de incendiar todo.
—¡Ay, Jk! —gruñí—. ¿Lisa sigue aquí?
—No, se acaba de ir ¿Por qué?
—Necesito que rastrees su celular —sabia que mi amigo al igual que Lisa, era bueno con las computadoras.
—Seguro ¿Es del chico?
—Jinnie —me corregí una vez más—. SeokJin, debo encontrarlo
—Debes calmarte —exclamaba Jungkook.
Fruncí mi ceño—. No me digas que hacer
—Si te digo, Lisa tiene razón. Debes, en todo caso, buscar a Hye-jin, no andar de acosador de este chico
—No soy un acosador —respondí.
—Estás obsesionado entonces —recalcaba.
—Él tiene algo que ver o quieren algo con él —exclamé más relajado.
—Oye, le paso algo grave, entiendo que estés preocupado, pero él es un chico común y corriente que está teniendo una cita y ¿has pensado que quizá necesita desprenderse de todo lo sucedido estas últimas horas?.
Sabía muy en el fondo que mi amigo tenía razón, pero también sentía muy en el fondo de mi pecho que algo querían con él.
—No quiero que nada le suceda —respondí calmado.
Mi amigo suspiraba, fregaba sus cansados ojos y exclamaba—: De acuerdo, dame su número para rastrearlo.
Asentí tomando mi celular para ver su número y mientras tanto añadía—: No contesta mis llamadas, lo tiene apagado
—Momento Tae, si lo tiene apagado no puedo rastrearlo —respondía mi amigo como algo tan obvio que yo debería saber.
Entre cerrando mis ojos maldecía al mundo entero, para luego sentarme y sentirme derrotado. Jungkook estaba en silencio sin querer añadir una palabra.
—Lo siento ¿Encontraste algo nuevo sobre Hye-jin? —exclamé intentando no pensar en SeokJin.
—Aún nada. Reconocimiento facial no la encuentra, su teléfono fue desactivado momentáneamente, no tenemos nada aún
—Carajos —fregué mis ojos, aún no había descansado bien.
—Deberías dormir, quizá si su cita salga mal, encienda su teléfono y te pida que lo rescates —exclamaba mi amigo con una sonrisa socarrona.
—No es gracioso
—No lo dije en tono de chiste. Ve y date una ducha que yo estaré verificando cada treinta minutos a ver si enciende su celular ¿Ok?.
Observándolo en silencio, asentía a sus palabras y tal cual como me había dicho decidía no pensar en SeokJin por unos minutos.
Tratando de mantener la calma, Hyungsik había recorrido a más no poder puntos cercanos, pero a SeokJin parecía habérselo tragado la tierra.
—¿Dónde demonios estás?.
Había vuelto inclusive a la puerta del club donde estaba el de seguridad.
—Charlie, ¿No viste pasar por aquí al chico alto que vino conmigo?
—¿El de labios carnosos que salio más ebrio que tú? —preguntaba el grandote con su vozarrón.
—Si, Charlie ¿Lo viste pasar? —Hyungsik estaba agitado y nervioso.
—Lo lamento H. lo vi salir contigo, no volvió por aquí.
De nuevo comenzaba a girar en círculos agarrándose los pocos pelos que tenía.
—H. ¿Necesitas que llame a la policía? —preguntaba Charlie, el grandote.
—No, ya, ya lo veo desde aquí —no sabía por que se había negado a la ayuda, pero se dirigía directo al auto.
Subiendo en él, tomaba el bolso de SeokJin buscando su móvil, pero no estaba en su morral.
—¿Qué carajos, Jin? —exclamaba revisando ahora la chaqueta y ahí si estaba—. Aquí estás.
Hyungsik lo prendía y comenzaba a maldecir que SeokJin no tuviera su móvil encima. Había notado que tenía llamadas perdidas de Tae y bastantes mensajes.
Suerte para él, SeokJin había sacado todo bloqueó de su móvil para usarlo con más rapidez, si una emergencia sobrenatural surgía.
—¿Quién demonios es... ? —el pelinegro no sabía quien era Tae, no por su verdadero nombre. Notaba, en total, 15 llamadas perdidas antes, durante y después de los mensajes—. Debo llamarlo.
Hyungsik marcaba y llamaba, ni siquiera él sabía porque contactaba a este tal Tae y no a la policía.
—¿SeokJin, estás bien? dime que estás bien —se oía preocupado, el pelinegro dudo en hablar —. ¿Jinnie?
—No soy SeokJin —contestaba casi en un susurro.
—¡¿Quién carajos eres y que le hiciste?! —se había alterado fácilmente.
—Soy Hyungsik su-su...
—Su novio. ¿Él está bien? ¿Por qué rayos tienes su móvil?. Traté de contactarlo toda la noche
—Él... Lo perdí —respondía nervioso, pero no por miedo a Tae, si no por miedo de que le pasara algo terrible al castaño.
—¿Qué dijiste?
—No puedo encontrarlo, estaba conmigo y...
—¡¿Viste quién se lo llevó?!
—...
—¡Responde, imbécil! —Tae estaba sacado, sabía que no era seguro dejarlo solo.
—Él estaba mal, estaba en una esquina vomitando y...
—¿Lo dejaste solo?
—Solo le di espacio. Yo solo... Tienes que venir —decía firmemente.
—Por supuesto que iré, mándame la maldita ubicación.
Cortaba la llamada y sin más que añadir, Hyungsik mandaba su ubicación, para luego quedarse en silencio esperando por Taehyung.
Cortando la llamada, me calzaba listo para bajar cuando de repente al salir del elevador Jungkook se me venia encima.
—¡Lo encontré!... ¡encendió su celular, lo encontré!
—No es él —respondí tomando mi chaqueta.
—¿Qué?... ¿Cómo que no es él?
—Su amigo Hyungsik me llamó, él está desaparecido
—¿Qué?... ¿Quieres que vaya contigo?
—No, quedate aquí. Has reconocimiento facial a ver si podemos ver dónde está y me avisas. Yo iré con este idiota que ya me paso su ubicación.
Jungkook me seguía hasta la puerta—. Si necesitas ayuda me llamas
—Si, Jk... Estate alerta.
Sin más que decir me dirigía a Daly city, estaba tratando de mantener el control y esperar información por parte de Jungkook.
Iba lo más rápido posible, no quería perder la calma, luego de unos minutos, de repente mi móvil comenzaba a sonar y atendía en alta voz.
—Jk ¿Hallaste algo?
—Salió de un bar, demasiado ebrio con su amigo —, «maldición, SeokJin» —Paró en una esquina a vomitar, no se ve muy bien, había algo de gente en la calle y no te va a gustar lo que las cámaras captaron
—Habla Jungkook —no estaba para juegos.
—El video se corta por una fracción de segundos y él ya no está. No se ve quien se lo llevo, ni nada Tae.
Suspirando daba otro golpe al volante—. Prepárate, posiblemente te necesite
—De acuerdo.
Cortaba la llamada y ya me faltaba poco, no quería maquinar nada de más, intentaba mantenerme calmado y enfocado, finalmente a la distancia vislumbraba el auto de Hyungsik.
Estacionaba detrás de él, más no lo encontraba ahí, pero lo veía a pocos metros y fue entonces cuando había perdido la poca calma que tenía
Estaba de espaldas a mí, así que sin titubear lo tomaba con fuerza para darlo contra la pared.
—¡¿Por qué demonios lo descuidaste?!
—Oye, calmate —exclamaba con un hilo de voz —. Te llamé para que me ayudes a encontrarlo. No fue mi intención que ésto sucediera... Creí que eras Noah.
Sus palabras, su imagen, todo en él me daba rabia, sin pensarlo mucho comenzaba a presionar con fuerza su cuello.
—Hey...
Lo estaba matando hasta que de repente lo soltaba.
«Debo calmarme».
—¡¿Estás loco!?
—Eres un idiota, ¡Se lo llevaron frente a tus narices!
—¡No fue a propósito! esta noche no debía terminar así
—¿No? ¿Y cómo debía terminar? —me acercaba amenazante una vez más —. ¿Con él desnudo en tu cama?
—No sabía a quién llamar, prendí su móvil y solo salían mensajes y llamadas tuyas, supuse que quizá tu sabias...
—¿Qué? ¿Qué estaría conmigo?
—Tú y yo somos sus únicos contactos cercanos en Cow Hollow, hay que encontrarlo.
Una mirada de desprecio se me pintaba en el rostro—. Yo lo encontraré, vete a su a casa por si vuelve. Si es que se fue por su cuenta
—No, no, dejame ir contigo. Es mi culpa, yo debo encontrarlo.
Lo empujé, por su bien, sería mejor que no me tocara—Exacto, tú lo perdiste, ya hiciste suficiente
—Tae...
—Lárgate o llamaré a la policía y diré que es tu culpa. Espera en su casa, si nada malo le paso, hay probabilidades de que vuelva.
Claramente no llamaría a la policía, solo necesitaba sacármelo de encima ya que no podía tenerlo conmigo y estar de niñero preocupado de que algo le sucediera.
Luego de ordenarle que se retirara, obedecía de mala manera y se dirigía a su auto.
—¡Hyungsik, espera! —exclamé cuando recordé que necesitaría a Jungkook.
—¿Quieres que vaya contigo? —ingenuo, cachorro perdido.
—No ¿Tienes algo que pertenezca a él?.
Me miraba confundido y exclamaba—: ¿Acaso tienes un perro que seguirá su rastro?
—Algo así —sonreí brevemente de lado.
Rápidamente enseriaba mis rasgos y me pasaba su chaqueta dejando a la vista su bolso.
—Esta es su chaqueta —exclamaba
—Dejame ver su morral —ordene.
Comencé a revisarlo para ver si encontraba mi cuchillo, pero no estaba ahí.
—Debió haberlo sacado en algún momento —susurré.
—¿Qué dices? —preguntaba curioso.
—Toma —dije estampando el bolso contra su pecho—, espera en su apartamento, yo me llevo la chaqueta. Si sabes algo me avisas.
Dando media vuelta, me dirigía a mi auto.
—¡Si lo encuentras, avisame! —gritaba a mis espaldas.
—Vete a su apartamento, es en serio. Ayudame como te pido o vete al carajo —sin más para añadir me subía al auto y me alejaba de allí para contactar a Jungkook.
Luego de varios minutos de espera, mi amigo no llegaba, así que volvía a marcarle.
—¿Jungkook? —más pasaban los minutos, más peligro corría Seokjin.
—Estoy llegando
—Apresurate.
Luego de interminables minutos, Jk aparecía golpeando la ventanilla de mi auto y haciéndome saltar del susto.
—¡Carajos!
—Abre la puerta.
Hacía tal cual.
—Dame lo que tienes —le entregaba la chaqueta de SeokJin y la empezaba a oler—. Rico perfume
—Concentrate —exclamé seriamente.
Este cerraba sus ojos y aspiraba con más intensidad, movía su cabeza y abría la ventanilla, yo solo lo observaba en silencio esperando respuesta.
—No esta lejos, arranca.
Instantáneamente acataba la orden.
—¿A cuánto estamos más o menos? —preguntaba mientras Jungkook seguía concentrado en el aroma de SeokJin.
Cómo vampiro, ese era su don y lo aborrecía, ya que se sentía como un "maldito" licántropo, pero a decir verdad tenía un mejor olfato que ellos.
—Continúa, es cada vez más fuerte e intenso
—Sigue vivo ¿Cierto? —pregunte con algo de nerviosismo por su respuesta.
—Si, está vivo, aún —Jk palmeaba mi brazo y añadía—: ¡A la izquierda!.
Solo quería encontrarlo, era lo único en lo que podía pensar. Solo en encontrar a SeokJin vivo y sano.
1/2 🌚
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