014.
xiv. la figura paterna ideal
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me haría muy feliz <3
omnisciente
Perseus iba tranquilamente bajando las escaleras hacia la sala común, cuando notó un pequeño círculo de estudiantes frente al tablón de anuncios.
Se alzó de puntitas, sólo para alcanzar a leer de mejor manera el encabezado. Sin embargo su acción se vio interrumpida en cuánto sintió que alguien tiró de su muñeca.
—¡Hay reunión urgente! —exclamó Samantha Doge mientras lideraba el camino.
—¿Qué reunión? —preguntó Perseus, sintiéndose bastante confundido.
El grupo secreto "Ejército de Dumbledore" —Perseus estuvo en desacuerdo con el nombre, pero nadie lo apoyó—, recién había conseguido el lugar ideal para llevar a cabo sus sesiones. Sin embargo, el joven estaba bastante seguro que era su día libre de tener que soportar a gente que no le agradaba del todo.
Samantha no le dijo alguna otra cosa, y mucho menos le dio una explicación. Simplemente caminaron por un par de minutos hasta llegar a la Sala de Menesteres dónde únicamente se encontraba el famoso "Trío de Oro".
Finalmente —y bajo la curiosa mirada de Harry—, Samantha soltó la muñeca de Perseus.
—Lo traje lo más rápido posible —aseguró la castaña, sonriendo victoriosamente.
—¿Qué sucede? —preguntó Perseus—. ¿En dónde están los demás?
—Es sólo una reunión entre nosotros —explicó Harry—. Creemos que Umbridge comienza a sospechar.
—¿Qué? ¿Por qué?
—¿No leíste el anuncio en el tablero? —le preguntó Hermione—. Ha colocado un nuevo decreto.
—¡Han disuelto el equipo de Quidditch! —lloriqueó Ron.
Perseus abrió la boca con sorpresa—. ¿Ella puede hacer eso?
—Al parecer sí —respondió Harry. Y Perseus recién notó lo molesto que se veía el chico frente a él. Tenía las cejas fruncidas, y sus orejas estaban ligeramente rojas, reflejando la ira que acumulaba por dentro—. Prohibió cualquier reunión entre más de dos estudiantes, así como también los equipos de Quidditch, y cualquier otro club estudiantil.
—¿Creen que alguien haya dicho algo? —preguntó Samantha—. Porque ese tal Zacharias Smith me dejó una muy mala espina.
—Es imposible que alguien haya dicho algo —respondió Hermione—. Les dije que si había algún traidor, lo sabríamos en seguida.
—¿Y cuál es la finalidad de esta reunión? —preguntó Perseus—. Pudieron informarme en cualquier otro momento.
—Es que se me ocurrió una idea —dijo Harry.
—No sabía que tenías esa habilidad desbloqueada —se burló Perseus.
Harry rodó los ojos—. Nosotros somos los que más avanzados estamos en cuanto hechizos, así que pensé que para evitar levantar más sospechas, y que noten la ausencia de más de treinta alumnos al mismo tiempo... sería una buena idea dividir el grupo en dos secciones, y que por ejemplo, Ron y Hermione estén con un grupo, y tú y yo en otro en diferentes momentos del día, o inclusive podríamos turnarnos los grupos.
—Me parece una idea estupenda —admitió Hermione—. Yo podría enseñarles un poco de lo que sé.
Harry se giró hacia el pelirrojo—. ¿Tú qué opinas, Ron?
—También me parece bien, creo que la opción ideal es turnarnos los grupos... aunque también de vez en cuando, que vuelva ser todo el grupo entero... por si queda alguna duda.
Harry asintió en acuerdo.
—¿Entonces yo para qué vine? —Samantha se cruzó de brazos.
—Porque si nosotros le pedíamos a Black que viniera, no lo iba a hacer —explicó Hermione—. Y tú tienes un raro efecto en él —hizo una mueca.
Samantha sonrió hacia Perseus—. Ya deberías confesar tu amor secreto por mi —bromeó empujándolo con su hombro.
Perseus sonrió con diversión—. Si ya lo descubriste, no tiene sentido hacerlo —le guiñó el ojo. Samantha lo abrazó de lado con una gran sonrisa burlona en su rostro.
Harry se removió con cierta incomodidad. Aún sin entender porque la idea de Perseus y Samantha juntos románticamente le parecía algo tan atroz.
—¿Y tú estás de acuerdo? —preguntó Harry a Perseus.
—No lo estuve desde un principio —se encogió de hombros—. Así que ahora me da igual.
Harry puso los ojos en blanco—. Bien, supongo que ya que todos estamos en la misma página, ya podemos ir a disfrutar nuestro fin de semana —dijo con algo de sarcasmo.
Hermione fue la primera en salir con Samantha —haciéndole preguntas sobre la asignación de Historia de la Magia— junto a ella. Después, les siguió Ron, quien aclamaba tener mucha prisa para llegar a la lechucería. De ahí, seguía Harry pero Perseus se interpuso en su camino.
—¿Por qué tengo que hacer equipo contigo? ¿Por qué no me mandaste con Granger o Weasley? —preguntó.
—Porque de cierta manera nosotros hemos estado liderando el grupo juntos, y te vas acostumbrado a eso de cierta manera —Harry se encogió de hombros—. Si te ponía con Ron, te ibas a frustrar; y si te ponía con Hermione, también te ibas a frustrar. Al menos a mi ya me conoces un poco más.
Perseus rodó los ojos—. Lo haces escuchar como si fuéramos amigos.
—¿Y no lo somos? —Harry alzó las cejas.
—No —le respondió Perseus—. ¿Tengo que volver a repetir todas las razones por las cuales no me agradas?
—Si quieres, pero las volveré a ignorar —respondió Harry—. ¿Sabes? A Sirius le alegra saber que nos estamos llevando bien...
—¿Y tú crees que eso me importa?
—Pues a veces parece que necesitas la aprobación de Sirius para todo.
Perseus se sintió ofendido—. ¡Eso no es cierto! ¡Quién hace eso eres tú!
Harry volvió a encogerse de hombros—. No lo puedo negar. Sirius es lo más cercano que tengo a un padre en mi vida... supongo que me agrada la idea de impresionarlo. No lo sé. Crecí sin un padre, así que no entiendo muy bien cómo funciona todo eso.
Perseus quería responderle con un sinfín de insultos, pero se contuvo.
—¿Samantha y tú son novios? —preguntó Harry de la nada luego de un largo silencio, tomando a Perseus por sorpresa.
—No —le respondió casi riéndose—. Es obvio que no.
—Pues parece que le gustas —Harry lo miró—. Y que también a ti te gusta.
Perseus soltó una risa—. Eso es imposible.
—No lo creo... Samantha es muy linda —dijo Harry—. Hay muchas razones por las que podría gustarte.
—No niego que lo sea, pero también hay una gran razón por la que no podría gustarme —dijo Perseus, burlándose de la clara confusión reflejada en el rostro de Harry.
—Cómo sea... —carraspeó el azabache—. Angelina se está encargando de conseguir el permiso para que el equipo de Quidditch regrese.
Perseus asintió lentamente, y antes de irse, volvió a mirar a Harry—. Potter, si a ti te gusta Samantha, créeme que tienes el camino completamente libre... bueno más o menos, porque a ella le gusta alguien más—dijo luego de unos cortos segundos en silencio—. Tanto hablas sobre querer que seamos amigos, pero eres el primero en volver incómodas nuestras conversaciones —se rió levemente.
Harry hizo una mueca—. No es así.
Perseus se encogió de hombros—. Tanto interés no es normal... —dijo mientras nuevamente se dirigía a la puerta. Sin embargo antes de salir por completo, se giró una vez más para encararlo—. ¿Potter? —lo llamó—. Por si no has caído en cuenta, yo también crecí sin mi padre porque mientras tu padrino jugaba a ser la figura paterna ejemplar contigo, yo le lloraba todos los días a mi madre preguntándole porqué mi papá no me quería.
Harry lo vio desaparecer tras cerrar la puerta, procesando la información recién recibida. Si bien, ya estaba consciente de la verdadera razón por la que no era del agrado de Perseus, fue go impactantes el golpe de realidad al escuchar las palabras salir directamente de su boca.
Perseus caminaba junto a Hydrus y Draco. Los mellizos parecían ir riéndose de la última travesura que probablemente le habían hecho a algún otro alumno de primer año.
A él nunca le parecieron correctas sus acciones, pero tampoco tenía la intención de darles una lección de moral y valores a sus primos. Simplemente le daba igual, como casi todo lo que le rodeaba.
—¿A dónde se supone que vamos? —le preguntó Perseus a Draco, quién llevaba un pergamino en la mano.
—A entregarle la notificación al profesor Snape que Umbridge le ha permitido a Slytherin reanudar con el Quidditch —sonrió con emoción.
—¿A ustedes no les disolvieron el equipo? —preguntó con indignación. Recordando nuevamente la discusión que tuvo con el Sombrero Seleccionador en su primera noche en Hogwarts.
—Fue gracias a nuestro padre —le dijo Hydrus—. Le escribiría para que también le ayude a ustedes, pero no creo que le tome la misma importancia —hizo una mueca, algo apenada.
Perseus arrugó la nariz. Siempre ha tenido el presentimiento de que tampoco le agrada mucho a Lucius Malfoy, pero si era honesto, aquello era un sentimiento mutuo. La única razón por la que le gustaba ir a la Mansión Malfoy siempre fue visitar a sus primos y a su tía Narcissa.
—Yo sigo sin comprender cómo es que quedaste en Gryffindor —Draco alzó sus rubias cejas.
Perseus se encogió de hombros. Nunca la había importado demasiado su casa, aunque en un inicio le hacía mucha ilusión ser de Ravenclaw como su madre, pero cuando el Sombrero Seleccionador lo mandó a Gryffindor no lo resintió mucho. Incluso en aquel momento llegó a pensar que así finalmente tendría una buena relación con su padre —aunque no fue así—.
—Yo el otro día pensé en que el asunto de las casas es muy innecesario —dijo Hydrus—. Sólo ha hecho que exista una estúpida rivalidad entre los estudiantes de Hogwarts.
Draco frunció el ceño—. El otro día también pensé lo mismo —miró con confusión a su hermana—. Aunque yo no pienso así, es decir, a mi me gusta ser de Slytherin.
Hydrus parpadeó—. A mi también me gusta ser de Slytherin —concordó la rubia.
Perseus rodó los ojos—. ¿Entonces para qué dijiste tu discurso barato sobre las casas?
Hydrus se encogió de hombro—. No lo sé, pero creo que es mejor así. Solo fue una idea tonta.
—No es una idea tonta —le dijo Draco—. Tienes algo de razón —murmuró mientras se rascaba el cuello.
Ahora fue Perseus quién frunció el ceño. Draco jamás diría algo así. A él le encantaba la exclusividad que recibía por ser miembro de Slytherin, y por rodearse de la mismísima élite de la comunidad mágica. Sin ningún mestizo o nacido de muggles en su círculo más cercano.
—Ustedes de por sí son bastante extraños, pero hoy no los entiendo para nada —refunfuñó Perseus.
Ambos rubios encogieron los hombros, y continuaron su camino. Perseus rodó los ojos, siguiéndolos.
—Cambiando de tema... —murmuró Hydrus, mirando a Perseus—. ¿Ya te has enterado de que Umbridge está reclutando estudiantes?
—¿Para qué? —le preguntó con curiosidad.
—Al parecer quiere formar un grupo de estudiantes ejemplares que vigilen al resto de los estudiantes —respondió la rubia.
—Pero para eso ya están los prefectos y los...
—El grupo de Umbridge tendrá un rango por encima de los prefectos y delegados —Draco lo interrumpió—. Hydrus y yo hemos entrado para evitar que sospechen sobre tu ya sabes... —lo dijo refiriéndose al ejército de Dumbledore.
—Y también porque fue parte del trato para que el equipo de Slytherin pudiera continuar jugando —mencionó Hydrus.
Perseus hizo una mueca—. ¿Creen que pueda hacer lo mismo para Gryffindor?
—Podrías intentarlo —respondieron ambos hermanos a la vez.
Y si Perseus era honesto, la idea no le pareció tan mala.
nota de la autora:
capítulo cortito sólo porque estaba triste de no haber actualizado en mucho tiempo. me perdonan¿ 😔
les prometo que ahora si no me desapareceré tanto tiempo (ya perdí la cuenta de las veces que he dicho esto).
aunque es de mi agrado informarles que ya anoté muchos puntos importantes que sucederán a lo largo del fic, y aunque este capítulo fue puro relleno, les prometo que el siguiente será muchísimo mejor 🤞
muchas gracias por leer este fic, significa mucho para mi ❤️🩹❤️🩹❤️🩹 y tmb muchas gracias por su GRAN paciencia.
les recuerdo que hay un grupo de WhatsApp, y que pueden encontrarme en ig y tiktok con mi mismo user (franciaxmalfoy) <3
nos leemos pronto (pinky promise 🩷)
all the love
ivana 💞
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