(05)
Kim Taehyung es caos. Una mezcla de desorden, arte y estilo.
Cabello castaño rebelde y jeans desgastados, una elegante camisa celeste y un par de converses blancos culminan el uniforme de guerra que lo ayudará a resistir el peor día del mes: Día de cita a ciegas.
Una de tantas, con otro de los miles de pretendientes que su madre considera adecuados para su persona y -sarcásticamente necesario- para el negocio familiar.
Kim Taehyung no quiere una relación, ni un compromiso, menos casarse. De hecho, no quiere nada con nadie y que su progenitora insista en algo tan ridículo como lo es asistir a insoportables citas con insoportables Alfas en insoportables sitios ostentosos, llena de cálculos biliares su vesícula.
Es su "deber" de cada mes, el soportar a otra persona lucirse frente a él como un pavo real y aunque quiera negarse, hay ocasiones en las que no puede tener lo que quiere.
Por lo que se resigna, revisando la hora en su teléfono y sonriendo complacido al ver que va treinta minutos tarde, tomando sus llaves y algo dinero que, la actitud conservadora y anticuada de algún neardental pasado de época le impedirá usar.
- Buenas tardes.
Escucha una voz tras el murmurar en cuanto cierra la puerta de su apartamento y al girarse ve a Jungkook sonreírle, con un par de bolsas de compras colgando de sus brazos.
Taehyung aprieta los labios para contener el puchero, resultándole malditamente injusto que deba desperdiciar en otra persona su tiempo libre cuando bien podría emplearlo besándose hasta el cansancio con el Alfa en el sofá.
Jungkook lo inspecciona con la mirada, Taehyung disfruta cada segundo en los que los ojos ajenos se pasean sobre él y por la manera fija con la que lo están mirando puede apostar uno de sus riñones que a Jeon Jungkook le gusta mucho lo que ve.
- Estás muy guapo. - El Alfa le dice y Taehyung puede simplemente agradecerle y ser humilde, pero le resulta mucho más natural el decir.
- Lo sé. - Afirma, y sus palabras hacen reír al Alfa.
Taehyung lo mira, a él y a su ropa predominantemente oscura. A las argollas plateadas en sus lóbulos, a sus músculos tensos por el peso de las bolsas y luego a su sonrisa preciosa y no es justo.
¿Por qué su madre no le arregla una cita con alguien como Jeon Jungkook? Con un Alfa que con solo mirarlo se le haga agua la boca.
Kim Taehyung no es masoquista, o quizás sí, porque se acerca hasta el Alfa, aprovechando que tiene las manos ocupadas para ir a su cuello y dejar una mordida juguetona.
Luego va a su boca, donde es bien recibido y se aleja una vez que se siente satisfecho y recarga energías para soportar lo que le falta de día.
- Nos vemos más tarde, Jungkook-ah. Pórtate bien o te castigaré a besos cuando regrese. - Le dice.
El Alfa lo mira alejarse unos pasos solo para retroceder y darle otro beso, esta vez más profundo.
- Ahora sí, me voy. Deséame suerte.
Jungkook parpadea confundido, viendo al Omega alejarse e ignorando a la vez a su sentido común gritándole que se preocupe por el hecho de que se andan besando donde quiera que se topen como si llevaran años con aquello y no un par de semanas.
Aún así, su curiosidad se desvía por causes que no debería ir.
- ¿Suerte con qué?
<Hush>
En cuanto pone un pie en aquella bonita cafetería, no le resulta difícil reconocer de entre tantas personas a su cita.
Cabello estilizado, reloj de marca y traje entallado a medida. Ojos cafés, expresión profesional y hombros tensos y erguidos. Es capaz de reconocer a los hombres de grandes corporativos con solo una mirada y la simple idea de acercarse clava sus pies en el piso.
¿Es en serio, su madre no ve más allá de semejante prototipo?
Realmente quiere desaparecer y ocupar su boca en otras cosas que no sea gastar saliva en una aburrida conversación sobre cómo el precio de las acciones ha decaído.
Aún así, termina por acercarse despacio, dedicándole su mejor sonrisa política al Alfa que se levanta para recibirlo.
- Taehyung-ssi, es un placer conocerte. - Realmente le gustaría decir lo mismo, más no es el caso.
Corresponde al saludo, extendiendo la mano y apresurándose a darle una sacudida fuerte de manos cuando ve al contrario con obvias intenciones de besar el dorso de la misma. Ni que vivieran en la época victoriana para semejantes tratos.
- Cha Woobin, director ejecutivo de DGST Corporation.
- Kim Taehyung, universitario desempleado. - Se presenta, viendo la expresión ajena vacilar por unos segundos. - ¿Nos sentamos? Estoy seguro de que te tomaste el atrevimiento de pedir algo por mí, ¿no es así?
La mueca de sorpresa ajena le confirma sus sospechas y pareciera que su madre los entrena a todos para hacer justo lo que más detesta.
Taehyung ya conoce el patrón y cómo será su comportamiento en consecuencia. Intentará resistir hasta que su paciencia se agote y termine levantándose e ignorando a su cita como hizo en el pasado con otras tantas.
A lo mejor le sostenga durante unos minutos la conversación si le llega a resultar interesante, más no es un hombre de negocios, al contrario, le gusta el arte y eso es algo con lo que ninguno de sus pretendientes parece tener anterior contacto.
Tiene el plan elaborado en su mente, el mismo modus operandi para cada cita más mientras esperan por su pedido su teléfono suena, la melodía invadiendo el espacio y se apresura en responder sabiendo que aquello le ahorrará unos minutos de conversación con la persona frente a él.
Sin embargo, se arrepiente al instante siguiente que escucha aquella voz ronca decir.
- Taehyung. - El tono severo de su padre se cuela desde el auricular hasta sus oídos, estremeciéndolo en el lugar. - Espero que hayas asistido a tu cita a ciegas. Tu madre y el señor Cha se veían muy emocionados con ella.
Taehyung frunce las cejas al oírlo, absteniéndose de comentar que, aparentemente, aquel par había pasado por alto el contagiarle un poco de su emoción.
- ¿Sabes quién es la persona que tienes al frente, no? Es hijo de un amigo cercano mío, un Alfa con un futuro prometedor y un gran contribuyente de nuestro negocio. Sería excelente si tuvieras una buena relación con él. - Taehyung desvió su mirada hasta dicho Alfa en cuestión, quien fingía estar ocupado con su teléfono para darle más privacidad.
- No veo como eso me afecta a mí. Si no es de mi agrado...-
- Si no es de tu agrado... - Su padre lo interrumpió, con la voz firme y cierto tono de mando mezclado con sus palabras. - Entonces busca una manera de que lo sea. Esta mañana firmé un importante acuerdo con él solo porque accediste a una cita. Es una pieza vital para la empresa, así que espero que sepas que debes sacrificarte un poco. No puedes seguir viviendo libremente mientras haces lo que se te de la gana. Tienes responsabilidades a las que responder.
- Padre. - Retó, más su silenciosa demanda no iba a ser escuchada.
Taehyung sabía que, si seguía insistiendo, lo próximo que escucharía sería una amenaza por parte de su progenitor.
- Llamé justamente por eso, porque sabía que ibas a hacer lo de siempre. Actúas sin meditar las consecuencias que tienen tus actos sobre los demás y creo que he tenido suficiente de semejante comportamiento. - Regañó. - Así que, espero la mejor de las opiniones de Cha Woobin respecto a ti cuando nos veamos en la reunión de mañana o de lo contrario...-
- ¿Qué harás? ¿Vas a castigarme en mi habitación acaso?
- No, eres mayor para eso. - Su padre le dijo, con la voz grave. - Te afectará mucho más que comience a quitarte las cosas que quieres. - Sinceró. - Espero que sepas que mi primera acción será deshacerme del bastardo.
Taehyung frunció las cejas al escucharlo, el repentino cambio de su aroma llamando la atención de su cita y del resto de las personas de la cafetería.
- Mi hermano no tiene nada que ver con lo que yo...-
- No me importa. - Afirmó. - Solo haz lo que te pido, de lo contrario, quiero ver cómo te la arreglas para ayudarlo y de paso, mantener a flote tu estúpido sueño de ser un artista. ¿Quedó claro?
Taehyung apretó los labios, sintiendo sus ojos arder y el corazón asfixiársele.
- Pregunté que si quedó claro.
- Sí. - Musitó bajito, apretando su agarre en el teléfono. - Más que claro.
- ¿Está todo bien? - La voz moderada de Woobin le preguntó y Taehyung fingió una sonrisa, asintiendo con suavidad mientras guardaba su teléfono en el bolsillo de sus jeans.
- Todo perfecto. - Mintió, apoyando su rostro en sus manos, adoptando una postura de total atención para el Alfa. - Así que, me dijiste que eras director ejecutivo, ¿no?
Los ojos ajenos brillaron entusiasmados y el Omega tragó el buche amargo en su garganta.
Tocaba morderse la lengua y aguantar.
<Better now>
- Eres tan buen muchacho. Mírate, tan alto y fuerte.
Jungkook la escucha decir y no puede hacer más que encogerse en el lugar, demasiado abrumado con la marea de halagos a la que está siendo sometido desde hace unos minutos.
Cuando se ofreció a ayudarle a la señora del apartamento en el mismo piso del suyo, nunca imaginó que iba a terminar bajo constantes adulaciones y una que otra recomendación para conocer a cada familiar soltero que la pequeña anciana recordaba que tenía.
- ¡Verdad! Mi nieta Sohee también está soltera. Es una chica tan dulce, seguro se llevarían de lo mejor.
Jungkook se mantuvo en silencio, siguiendo a la menuda mujer por el apartamento hasta la cocina, dejando luego las compras ajenas sobre la encimera mientras la oía decir.
- Solo dime un día que tengas libre y arreglaré una cita para los dos, harían una linda pareja.
- La verdad es que no estoy interesado en conocer a nadie por el momento. - Confesó, mostrándose apenado ante la anciana. - Terminé una relación hace un par de semanas y realmente no me veo intentando un nuevo compromiso con alguien. Solo...quiero relajarme y aprender. - Ella la miró con cejas alzadas.
- Relajarte y aprender. - Musitó pensativa, su expresión tornándose contenta al cabo de los segundos. - Hablando de relajarse, ¿quieres kimchi? - Jungkook sonrió, no pudiendo negarse y exactamente, ¿qué tenía que ver relajarse con el kimchi?
Salió del apartamento unos minutos después, con un recipiente lleno de kimchi dentro de una mediana bolsa y fue una mirada de reojo la que le hizo ver una figura delgada tambaleándose fuera del elevador.
Se mantuvo estático, esperando que el rostro de la persona que caminaba con pasos discoordinados se volviera más nítido y sus cejas se alzaron irremediablemente al ver a Kim Taehyung tambaleándose hasta él.
Sus ojos se encontraron, Jungkook comenzó a caminar al verlo sostenerse difícilmente en pie y cuando llegó a su encuentro, el cuerpo del Omega se desplomó sobre el suyo, abrazándolo por los hombros.
El Alfa se encogió en el lugar al sentirlo hundir el rostro en su cuello, comenzando a repartir besos regados por toda su piel.
- Taehyung. - Lo llamó, apartándose un poco para lograr incorporarlo y cuando logró enfrentarlo, sus cejas se fruncieron al ver la nariz y los ojos del Omega enrojecidos.
Sostuvo con fuerza la bolsa en una de sus manos, llevando la otra a su rostro para limpiar las marcas secas de lágrimas que habían sobre el maquillaje arruinado del Omega.
Jungkook suspiró bajito y Taehyung le sonrió, el alcohol en el aliento ajeno mezclándose con el suyo propio y se apartó, echando su cabeza hacia atrás cuando el Omega hizo amagos en acercarse a besarlo.
Quería preguntar si había sucedido algo malo, pero sería una pregunta estúpida teniendo en cuenta que la persona frente a él estaba algo borracha y con atisbos de haber llorado bastante.
- ¿Vas a negarme un beso, Jeon Jungkook? ¿A mí? - Taehyung le dijo con reproche, con la voz algo ronca y llorosa. Su expresión entristecida impidiéndole al Alfa tomarse en serio aquellas palabras. - Vamos a tu apartamento, ¿mhm? Quiero enseñarte un par de cositas.
Jungkook arrugó sus cejas, negándose al instante y Taehyung lo miró con escepticismo, la imagen del Alfa tornándose ligeramente borrosa.
- Mírate, te estás negando a mí solo porque estoy algo borracho, ¿no? - Acusó, más aquella suposición era más que obvia. - ¿Qué voy a hacer contigo, mhm? Si eres un buen chico, de esos que no me gustan. ¿Qué vas a hacer si me aburro de ti? - Jungkook lo observó seriamente, encogiéndose de hombros como respuesta.
- Si te aburres de mí y te alejas, no puedo hacer nada. - Confesó, viendo al Omega apretar los labios, apoyándose en él. - Vamos a tu apartamento para que te des un baño, ¿bien? Luego puedes ir a dormir. ¿No tienes ganas de vomitar? - Taehyung resopló, dejándose guiar por el Alfa.
- Puedes estar seguro de que si tengo ganas no te diré nada y te vomitaré encima en venganza. - Jungkook asintió, sujetando al Omega del brazo mientras caminaban.
- Me parece lo más justo. - Cedió, oyendo a Taehyung reírse, quizás demasiado alto y más ruidoso de lo permitido en el horario que se encontraban.
Se apresuró en murmurar un rápido "No hagas ruido." que hizo al Omega detenerse en medio del pasillo para mirarlo con las cejas alzadas.
"Si no quieres que haga ruido, cállame entonces.", le respondió en un susurro, enfrentándolo y Jungkook suspiró, desistiendo al percatarse de que Kim Taehyung borracho era igual que impredecible y espontáneo que el Kim Taehyung usual.
Logró a duras penas entrar al Omega dentro de su apartamento, haciendo malabares entre la bolsa con kimchi en sus manos y el mayor aferrándose de más a él, tocando partes que hicieron los ojos del Alfa abrirse sorprendidos y sus mejillas colorearse en vergüenza.
Kim Taehyung amasó su trasero sin pudor alguno y Jeon Jungkook jadeó escandalizado, apartando las manos ajenas, escuchando al contrario reírse a carcajadas.
- Eres incontrolable. - Le dijo, no encontrando otra palabra más exacta para describrirlo.
Apretó los labios, viendo a Taehyung mirarlo con ojos entrecerrados y brillantes, con el suave maquillaje arruinado y con el cabello castaño revuelto en rizos, todo un desastre a la vista y joder, se le antojaba hacerle un par de cosas a esa carita.
- ¿Qué estás pensando, sucio? Estás todo sonrojado.
Taehyung acusó, riendo al ver el sonrojo ajeno extenderse hasta las orejas del Alfa a donde fue a dejar una caricia con su lengua, haciéndolo encogerse en el lugar antes de apartarlo mientras lo sostenía por los hombros para crear distancia entre ambos y Taehyung no pudo evitar resoplar al oírlo decir.
- Vamos, date un baño y acuéstate. Será bueno que descanses. - Jungkook aconsejó, perdiéndose la mueca en el rostro de Taehyung provocado por sus palabras.
- Me puedo caer, estoy viendo todo doble. Llévame tú. - Pidió y sí, Kim Taehyung se estaba aprovechando.
¿Estaba borracho? Sí.
¿En ocasiones todo parecía duplicarse ante sus ojos? También.
Pero se las había visto peores, incluso estando por su propia cuenta y cuando Jungkook suspira derrotado, dejando la bolsa en sus manos sobre la mesita de café en la sala de estar; Taehyung sabe que tendrá la oportunidad de molestar un poco al Alfa y de paso, cobrarle el mal rato que le hizo pasar aquella vez en el bar cuando le vomitó encima.
Jungkook cede a su petición, yendo con él hasta el baño del apartamento, con Taehyung guiando gran parte del camino antes de abrazarse a él, caminando de espaldas y con sus brazos rodeando los anchos hombros del Alfa.
- Jungkook-ah, tuve un mal día. - Taehyung le dice en un murmullo, abrazado a él y con el rostro hundido en su cuello.
El Alfa siente la respiración suave contra su piel, sosteniendo con ambas manos las caderas del Omega y se atreve a dejar caricias sobre estas, colando luego sus manos bajo la camisa celeste, acariciando superficialmente con sus dedos, escuchándolo suspirar.
- ¿Sabes que me haría sentir mejor? - Taehyung le pregunta, y al parecer, en sus últimas semanas de interacción Jeon Jungkook ha aprendido también a captar las indirectas que antes pasaba por desapercibidas.
- No haré nada contigo estando borracho. - Le reafirmó, escuchando a Taehyung lloriquear en su cuello, separándose para mirarlo con desdén y molestia fingida.
- Me desagradas. - Le dijo y Jungkook sonrió amplio, viendo las mejillas enrojecidas del Omega, su expresión somnolienta por el alcohol y los labios fruncidos en una mueca de disgusto que se acercó a borrar.
Tomó su rostro entre sus manos, atrayéndolo para besarlo y Taehyung sonrió sobre sus labios, recibiendo el beso que Jungkook le dio agradecidamente y si todo seguía con el rumbo que iba, fácilmente podría volverse un drogadicto dependiente a los besos del Alfa.
- Una ducha y a la cama. Mañana puedes enseñarme todas las cosas que quieras, hoy descansa, ¿bien? No me siento cómodo haciendo contigo algo para lo que realmente no te sientes bien. - Taehyung asintió, cediendo medianamente a lo que se le decía.
- Una ducha, un par de besos y luego a la cama. - Negoció, sonriendo amplio cuando el Alfa asintió, dejando caer los hombros tensos. - ¿Tenemos un trato?
- Es un trato.
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