𝚝𝚑𝚛𝚎𝚎
Era su primer día laborar. El primero. Y se sentía como si nunca fuera a terminar. Quizá sea porque no estaba acostumbrado a un empleo de tiempo completo, o simplemente esto era pesado para su débil cuerpo, y el de su asistente, claro. Aunque había una mayor posibilidad que sea por el muy -demasiado- liviano desayuno.
Luego de haberle tomado las fotos a los modelos para la línea de ropa masculina de la revista de verano, las cuales eran muy bonitas al parecer de Eunwoo, tuvo que lidiar con la manga rota de una de las modelos, y para su colmo, era la modelo principal con el vestido que luciría en la portada, eso significaba que no podían cambiar el vestido o no fotografiarla. Genial, un complot del universo por ser nuevo ¿verdad?
—deberíamos posponer la sesión de fotos. El vestido es de una edición especial, hay que mandarlo de regreso para que solucionen el problema —comentó la jefa del equipo de estilistas, Nayeon, tratando de unir las dos piezas rotas. No quería que nadie de su equipo interviniera, ya que si al tratar de solucionarlo lo empeoraban, eso significaría que habría despidos y a estas alturas no era conveniente.
—no habrá tiempo. La revista se publicará en menos de dos mes y yo tengo la agenda muy apretada —la castaña mujer refutó, observando con desapruebo los inútiles intentos de la chica.
—no sé qué haremos entonces —. Soltó la tela y se llevó la mano a la cabeza, tratando de aliviar la migraña que amenazaba en aparecer —… Creo que este año lanzaremos tarde la temporada. No hay tiempo para buscar un nuevo vestido de la misma marca —llevó los dedos de la otra mano libre hacia su boca, para morder sus uñas en un claro acto de nerviosismo.
—puedo coserlo —un impaciente Tae Hyung dijo imperativo, apurado por irse a almorzar y saciar su ruidoso estómago.
—no, olvídalo. Cualquier tipo de puntada no va con este diseño —interrumpió Nayeon negando rauda —es importado, crees que-
—servirá —sentenció la modelo, recibiendo una mira confundida por parte de la estilista en jefe —. Si no quieres enfrentar a Kim y decirle que la revista se atrasará esta temporada, te sugiero que él nos ayude —usó un argumento convincente, nadie quería enfurecer a Namjoon y menos al director.
—está bien —suspiró resignada —. Pero si algo salé mal, le diré al director general que fue su culpa —la chica advirtió apuntando al peliazul.
—bien, iré a cambiarme —más que aliviada la modelo tiró de la larga falda blanca del vestido, adornada con muchísimas flores coloridas de satén, para poder caminar a su camerino.
—no hay tiempo para eso. Tardarías mucho en quitarte los accesorios y el vestido, y en acomodarlos adecuadamente luego —Nayeon era la más exaltada de todos, claro, toda la responsabilidad de la estética de los modelos recaía en ella, si una flor o un bolado quedaba mal arreglado, ella era la que debía ponerle el cuerpo al huracán, mejor conocido como el dúo Kim.
—puedo cocerlo mientras lo tiene puesto —el nuevo fotógrafo principal quiso ser el salvador de la pelinegra, todos lo supieron al oírlo decir aquello. Nadie entendía que Tae no estaba siendo caballeroso por gusto, quería ir a almorzar.
—¿podrías hacer eso? —abatida y esperanzada era la mirada que le daba la joven estilista.
—claro —. No se dijo más, estuvo de acuerdo con él casi de inmediato, aun dudando le dijo que lo hiciera.
Él se acercó a la alta castaña y su fiel asistente le dio lo necesario para unir los dos pedazos de tela con la certeza de que lo que le enseñó su progenitora no le costaría su pasantía. Después de todo, su madre fue nada más y nada menos que una de las más grandes costureras en sus tiempos, hasta fue asistente de costura en un desfile de París, eso no es poco ¿cierto?
Pasada tras pasada rogaba que ella le haya enseñado bien a su brusco hijo, porque si no debía abstenerse de las consecuencias. Su castaño asistente siempre alentándolo y consultando si necesitaba algo, comenzaba a fastidiarle, aunque no del todo.
Eunwoo era el tipo de persona simpática, esa que apenas conoces y te cae bien hasta querer hacerlo tu amigo, con una aparente ingenuidad encantadora que te hace querer protegerlo y un brillo optimista en sus ojos, como un niño pequeño. En pocas palabras, es un encanto de persona.
Pero para Taehyung, un ser poco interesado e inexperimentado en las relaciones sociales, ese tipo de comportamiento hacia él, viniendo de un desconocido, llegaba a ser atosigante. Cuando apenas conoció a Jimin, por al menos cuatro años sólo bromeaban, salían y eran buenos compañeros, no amigos cercanos, o siquiera amigos.
Ahora imagínense cómo se sentiría con alguien que apenas conoció hoy.
Trató de soportarlo, su mejor amigo le dijo que debía tratar de ser tolerante y hacer amigos nuevos –algo que le parecía innecesario, cabe aclara-. Se mantuvo callado y logró con éxito no pedirle al castaño que se alejase.
Cuando hubo terminado de coser, se apartó lo suficiente para ver cómo quedó y…
—hmm... Sopungo que es aceptable —la azabache analizó la costura de un lado a otro, buscándole algún defecto que remarcar.
—es perfecto —escuchó a alguien susurrar.
—gracias —sonrió complacida la castaña modelo, ella era muy bonita y esa sonrisa la hacía ver aún más radiante, cualquiera se fascinaría. Tae se preguntó cómo se llamaría, si le preguntaba directamente sería como insinuar algo, así que prefirió callar.
—creo que le agradas a la señorita Yura —Eunwoo se acercó a su lado sosteniendo una cámara para dársela. Asintió distraído, pensando que ese nombre lo había escuchado antes, o bueno, quizá sea porque es común.
Pudieron retomar la sesión de fotos y terminar a tiempo. Para su suerte, no hubo otro percance más, por lo que ahora estaba sentado en la minimalista cafetería del gran edifico, charlando de su día con Jimin, luego de haber rechazado amablemente la invitación de Eunwoo para almorzar juntos.
Está bien soportar su carácter unas horas durante el trabajo, pero en su descanso, cuando su mente se relajaba, no pretendía comportarse tolerante. El chico se desanimó un poco, no obstaste, su sonrisa no desapareció y le dijo que sería para la próxima, a lo que él asintió.
Volviendo a donde estaba, todo iba tranquilo hasta que le contó al pelinaranja la parte del percance que el resolvió gracias a las enseñanzas de su linda madre y éste comenzó a dar aplausos y porras silenciosas en el aire.
—señores, éste es Kim Taehyung, el hijo de la gran Kim Suran —alabó su mejor amigo tocándose el pecho, falsamente emocionado.
—callate, Jimin, nos pueden oír —se quejó, mirándolo fulminante lo obligó a que dejase de parlotear incoherencias innecesarias.
—¿y? que nos oigan. Si yo tuviera una madre así, la presumiría por toda la empresa.
—no es eso —su frente se arrugó molesta —. Sabes que a mi mamá no le gusta que mencionen lo de su trabajo—susurró en forma de secreto.
—ah eso —asintió tirándose en su asiento y mirando a sus lados, verificando si nadie lo había escuchado, aunque era imposible debido a que ellos estaban alejados de las demás mesas —. Lo había olvidado —terminó diciendo, una sonrisa apenada bosquejándose. Está no era la primera vez que se olvidaba de callar aquel preciado secreto familiar, al cual no le hallaba sentido en lo más mínimo, no obstante, era un simple amigo de la familia y no podía opinar del tema.
Luego de bastante tiempo en silencio, Jimin volvió a hablar —¿por qué tu mamá no quiere que nadie sepa de su carrera? ¿Fue tan mala diseñadora? —en un susurro curioseó, y Taehyung sólo nego sorbiendo del burbujeante refresco con cubos de hilo flotando en la superficie. —¿no se lo preguntaste? —. Jimin anhelaba encontrarle una respuesta a sus preguntas, pero que, repito, debido a su relación no le incumbía.
—sí, lo hice varias veces, pero ella desvía la conversación y termino olvidándome de lo que trataba — revolvió su bebida con la pajilla, considerando dez mil cosas y a la vez ningúna.
—ay TaeTae, er —se frenó de improvisto cuando su periferia captó a dos pares de ojos observando a su amigo —no mires hacia tu izquierda —advirtió inmediatamente —. hay dos hombres mirándote fijamente —se justificó.
—¿qué? ¿Por qué tendría que mirar? — se fastidió. Como si le interesara ver quiénes eran.
—porque es el jefe de diseño y el director general —dice el mayor tensándose.
—¿debería de importarme? —sus ojos se abrieron exagerados y sarcásticos. Sólo quería terminar de almorzar y marcharse a terminar con su trabajo para poder irse a casa a descansar.
—¡claro que sí! O planean tu muerte o quieren despedirte. Personalmente prefiero la primera —si de exagerar hablamos, entonces él se llevaría todo el mérito.
Queriendo saber que tan grabe sería, giró su cabeza y se topó con esos fastidiosos ojos oscuros que ya había visto antes. Un desagradable escalofrío ataca su espina, por lo que retorna a Jimin.
—te lo dije —su cabeza se movía asintiendo como la de un padre que siempre tenía la razón, e igualmente su caprichoso hijo nunca le obedecía.
—cállate —arrastrando su cabello hacia atrás exasperado y poniéndose cerio, ganó miradas de unas cuantas mujeres, y uno que otro hombre.
—comienzo a tener miedo de esto —el pelinaranja observó a sus alrededores, confirmando que hasta algunas de las mujeres casadas estaban viendo al peliazul.
—enserio, cállate —amenazante intimidó a Jimin, quien se encogió en su silla levantando sus manos en signo de rendición.
—está bien, está bien —hace un movimiento con sus manos, como si estuviera frenando algo —… Pero enserio, Jeon y Kim es-
—¿dijiste Jeon? —inquirió aturdido. El pelinaranja asintió lentamente, temiendo recibir una golpiza —¿quién es? —de pronto le entro la curiosidad de saber quién era el portador de ese apellido que le sonaba conocido.
—ese de allá —apuntó con su cabeza en trayectoria a la mesa de su lateral izquierdo —el de pelo negro y largo —describió al ver que su amigo no lo encontraba.
—ah —dijo una vez lo encontró. Era de nuevo el hombre con el que se topó varias veces en un día, y al que odiaba sin un motivo concreto, ahora de perfil y platicando con otro castaño, se apreciaba diferente. Las puntas de los renegrido y brillante cabello negros acariciaban los pálidos pómulos al estar más largo de lo habitual, por lo que no podía apreciar más que su cabellera, la graciosa nariz grande y el traje.
Mucho no tardó en contemplar completamente ese magnífico rostro cuando Jeon se giró a verlo. El reloj de oro en su muñeca, que resaltaba por tener las manos arriba superponiéndolas tranquilamente con los codos apoyados en la mesa, y el broche enganchado en el cuellos del saco resplandecían idéntico a sus ojos, observaba a Tae con altivez y antipatía unidos en un solo sentido, una mezcla digna de un desazón cosquilleando en toda su fisionomía.
—no habla mucho con los empleados de cargos inferiores al suyo si no es necesario, ya sabes, se maneja con los superiores y no con esclavos como nosotros — habló Jimin rebuscando en su plato casi vacío. Creía notar el interés del peliazul por el azabache, y sí, se equivocaba con lo que su intuición le decía, Taehyung no estaba interesado, estaba desagradado. Igual siguió advirtiéndole —a él ni le va ni le viene nuestra existencia. Lo sé porque en toda la semana pasada hubo mujeres y hombre que se le acercaron a hablar o invitarlo a almorzar pero él los rechazaba elegantemente. Además, hay quienes dicen que los motivos por los cuales lo despidieron y recontrataron fue por un pequeño incidente que tuvo en el pasado con uno de los modelos anteriores, y no cualquiera, sino el principal —abrió en demasía sus ojos, como si a través de ese gesto pudiera expresar la dimensión del problema.
—¿qué clase de problemas? —se acomodó mejor, listo para escucharlo voluntariamente, por primera vez en el día, ¿quién sabe? esto podría servirle en el futuro.
—no lo sé
—hm —carraspeó inconforme al ver la hora en el gran reloj de la pared, por desgracia se cumplió la hora de almuerzo y debía volver a su labor.
Duró todo lo que restaba de la jornada pensando en el tema por el aburrimiento de esperar a que los modelos se prepararan para cada sesión, a veces Eunwoo intentaba sacarle conversación de los temas más pequeños haciéndolos ver interesantes, si bien no le interesaba estaba atento asintiendo o negando, hablaba cuando era necesario diciendo palabras o frases cortas. Hasta que terminó la última del día y podía regresar a casa.
Obviamente nadie fue a buscarlo o algo parecido, esperó una una media hora entera y nadie llegó, ni llegaría tampoco, así que regresó en bus porque, además de tener pésimos hermanos, no tenía suficiente dinero para un taxi.
El transporte púbico era bueno, pese a viajar de pie amontonado con personas desconocidas y ser manoseado por ellas, era eficiente, aunque tenía una falla, no pasaba por su residencia, por eso lo dejó antes de llegar a destino.
Caminó las cuadras que le restaban, las cuales eran como cuatro o tres, hasta el lujoso edificio en el que vivía, cuestionándose que tal vez, sólo tal vez, si fuera posible, debería cambiar de hermanos por unos más atentos.
Y por si no las conocen:
Ella es Yura
Y ella Suran
Sólo pondré las fotos de los personajes que serán importantes hasta ahora para que tengan una mejor experiencía, por eso no puse una foto de Nayeon hermosa uwu
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