33. DECISIÓN
*Nota: este es un capítulo muy importante para Myre, así que espero que le den muchísimo amor 🧡
Voy a dar un gran paso. Y lo haré en un impulso, a pesar de saber que eso es arriesgado. Si me siento a planearlo, seguro me arrepentiré con cobardía. Por eso, he decidido arriesgarme y que ocurra lo que deba ocurrir. Las consecuencias negativas ya no son tantas como las que hubiese podido tener hace algunos meses. ¿Qué es lo peor que pueda pasar?
Mis manos tiemblan.
En mi bolsillo tengo algunos papeles importantes: mis viejas reglas, un listado de cosas por hacer, otro de temas importantes que no quisiera dejar fuera.
Desde el balcón del cuarto, veo la parte trasera de la ciudad, que se aleja hacia el interior del continente y cada vez muestra casas más pequeñas y humildes hasta deshacerse a lo lejos entre árboles y pasto. El humo de mi cigarrillo se deshace con prisa en el viento, que pega más fuerte de lo que me gustaría. Tengo frío. Al mismo tiempo, el aire fresco me ayuda a luchar contra la jaqueca de la madrugada.
Nina duerme a pocos metros, en el interior del apartamento. Ni se ha dado cuenta de que me levanté. Tiene el sueño muy pesado, por suerte. Aprovecharé eso para mi travesura. Voy a quitarme un peso de encima y, quizá, luego de ello me sea más sencillo descansar en las noches.
Apago el cigarrillo y regreso al interior con sigilo, por si acaso. Descalza, entro al gran ropero y, con la luz de mi teléfono, escojo un atuendo bonito y sencillo: mis pantalones cargo preferidos y una camiseta sin mangas corta y ajustada blanca. De mis accesorios tomo tres o cuatro brazaletes negros, un choker barato y un cinturón enorme que suelo usar colgando hacia uno de los lados.
Llevo todo al baño y me arreglo, solo me pongo maquillaje básico: delineador, máscara de pestañas y labial púrpura. Soy Myre, después de todo, tengo que verme como mi personaje.
Conforme con la apariencia, veo la hora. Son las dos y cuarto de la madrugada. Tengo un par de horas antes de que Nina se levante, como a las siete. Estoy lista.
Camino por el corredor hasta el estudio y me doy cuenta que no escogí calzado. Maldigo. No estoy dispuesta a correr el riesgo de hacer ruido, tendré que asegurarme de que no se me vean los pies y ya.
El espacio está bastante limpio, lo he usado poco en los pasados meses.
Cierro la puerta con llave y sonrío, aliviada de haber puesto paneles de goma para aislar el sonido. Luego, conecto la cámara y el micrófono inalámbrico que adhiero al borde de mi camiseta, apunto al sillón, me siento con los pies descalzos ocultos para que no se vean en el video, respiro hondo y comienzo a grabar.
—Buenos días, tardes o noches, donde quiera que estén —saludo, intento no sonar demasiado animada—. Por el título del video seguro se habrán dado cuenta de que esta no es una actualización normal. Me haría mucha ilusión que pudieran prestarle atención a lo que tengo que decir y quedarse hasta el final. A decir verdad, me ha costado horrores tomar el valor para sentarme esta madrugada frente a ustedes para conversar o... —dudo—, bueno, supongo que más bien para hacer un monólogo. —Hago una pausa—. El video de hoy no tiene un guion, lo estoy improvisando porque quiero que sea natural y sincero. Lo único que editaré será para cortar silencios extensos o... yo qué sé, estornudos y similares. Lo demás, así como lo ven es como ha salido. Y sí, hubiese preferido hacerlo en vivo, no obstante, son casi las tres de la mañana y dudo que muchos de ustedes estén levantados. En fin, tengo que dejar de dar tantas vueltas.
Respiro hondo, cerrando los ojos por algunos instantes antes de continuar.
—Muchas cosas han cambiado en mi vida en los últimos... no sé, cinco o seis meses más o menos. Y si bien hablo principalmente de cosas de mi vida personal, también lo digo como artista. Algunas cosas ya las saben, aunque sea en parte. No voy a adentrarme en el tema de Wisp hoy porque no tengo toda la información al respecto aún, eso lo conversaremos cuando mi manager y mi abogado me permitan dar detalles que, de momento, deben permanecer privados por temas legales que van más allá de mi deseo de explayarme. —Suelto una risa nerviosa—. Ay, me estoy yendo de tema otra vez. Perdón... Tal vez hubiese sido buena idea hacer ese guion. A ver... dejen que busque el papel en el que anoté los asuntos más importantes que quiero mencionar hoy.
Llevo una mano al bolsillo del pantalón y desdoblo todas mis anotaciones. Las leo en silencio con cuidado antes de volver a hablar. Este fragmento lo cortaré.
—Lo primero que les quiero contar es que hace pocas semanas perdí a mi padre, que era la única familia que tenía. Este golpe ha sido más duro de lo que me permito admitir y estoy sumamente agradecida de tener el apoyo de mis otros seres queridos, que me han ayudado a navegar la incertidumbre y me han dado la mano cada vez que me caía. Estoy fumando más de la cuenta y casi no duermo, mi cabeza está llena de miedos, de preguntas, de arrepentimientos y más. Me siento como una niña pequeña que se separa de su familia en el centro comercial y no sabe hacia donde ir. No sé si eso tiene algún sentido, pero es la mejor forma que se me ocurre de explicarlo. —Suspiro, tratando de no llorar todavía—. E-este cambio en mi vida personal también se refleja y se seguirá reflejando en mi carrera, es inevitable. Llevo más de diez años separando ambas vidas por completo, pero soy una única mujer y lo que pasa por un lado golpea también en el otro.
Trato de encontrar las palabras adecuadas, no obstante, sin importar cómo lo diga, creo que lo siguiente va a sonar mal.
—Mi padre... era una persona con un corazón enorme, pero también pertenecía a otra generación. Estaba muy aferrado a sus creencias y a costumbres con las que yo no adhería. Nuestro lazo siempre fue bueno y colmado de amor, pero... hubo cosas que nunca tuve el valor de decirle a él y, por lo tanto, tampoco a ustedes. Porque si las hacía públicas, se iba a enterar. Y no quería lastimarlo u ofenderlo. Les pido que no lo juzguen con dureza y que traten de entender su trasfondo. —Me tiemblan las manos—. Mi padre apenas hablaba inglés. Nació en México en el centro de una familia muy religiosa y tradicional, pero por cuestiones económicas, decidió perseguir una oportunidad laboral que le surgió en este país. Y sí, yo también sé hablar español, aunque mi acento es chistoso —digo esto último en el idioma de mi familia.
Es hora de encarar el segundo tema.
—Por muchos años escondí una parte de mí. La escondí de él y de ustedes, mis fans. Esa parte solo la han podido conocer mis amistades más cercanas y quienes han trabajado conmigo por bastante tiempo. —Me llevo una mano al pecho, agitada. Siento que un ataque de ansiedad se aproxima, así que intento controlarlo lo mejor que puedo, contando despacio por varios segundos antes de continuar—. Soy bisexual, siempre lo he sido.
"Ya está, lo dije. Lo dije al mundo", pienso.
—Sé que hay mucho estigma con esto, por eso me gustaría responder a preguntas que seguramente tienen —hablo pausado mientras trato de relajarme—. Esto no lo digo solo por decir. Desde mi adolescencia he mantenido relaciones afectivas y físicas tanto con hombres como con mujeres. Y no, no estoy en una relación formal con nadie desde hace casi diez años porque, con mi trabajo, no podría mantener una relación sana y tranquila. Hay días en los que quisiera eliminar este canal, desaparecer de la faz de la tierra e irme a vivir en pareja a una isla desierta sin que nadie pueda encontrarme —bromeo—. Necesito vacaciones... y un poco de paz mental.
Momento de hablar del próximo asunto.
—En cuanto a eso... mi salud mental no está bien. Llevo tiempo con ataques de ansiedad recurrentes. Estoy medicada y con terapia, el asunto de Wisp y la muerte de mi padre han empeorado mi equilibrio. Sin embargo, todos los días me esfuerzo para salir de la cama y reencontrarme conmigo misma. Y, si bien algunos de los últimos cambios en mi vida han sido una pesadilla, creo que poco a poco estoy acercándome al balance que necesito. Estoy aprendiendo a quererme y a ponerme como prioridad, a dejar de separar tanto mi vida privada y pública porque tener dos personalidades comenzaba a fracturarme la cabeza. —Mis piernas también tiemblan, no puedo ocultarlo—. Considero que abrirme con ustedes sobre estos temas es un gran paso para amigarme conmigo misma. Contarles estas verdades es quitarme un peso enorme de los hombros, es desatar varios nudos que llevaba en el corazón.
Comienzo a llorar, siento las lágrimas que caen. Me apresuro a hablar antes de que ya no pueda hacerlo.
—No quiero que me tengan lástima. No quiero que piensen que estoy buscando excusas ni que intento que se hable de mí en internet. Al contrario, lo que más deseo es un poco de paz. Les cuento esto porque lo merecen. Porque me apoyan desde todo el mundo y merecen conocerme mejor. Merecen saber qué es lo que ocurre conmigo, por qué no estoy tan activa, por qué se han cancelado eventos, por qué... estoy tan rota. —Trago saliva y hago una pausa larga para calmarme—. A partir de ahora, quiero ser más sincera con mi comunidad. Quiero... ser más sincera conmigo misma. Quiero asistir al próximo pride parade, quiero hablar sobre mi sexualidad en la música, quiero cantar una canción en español, quiero hacer menos conciertos y dedicarme más a componer. Quiero... volver a ser la misma mujer a la que conocieron por internet, encerrada en su cuarto cantando con una vieja guitarra. No busco convertirme en una gran celebridad ni recorrer los escenarios del mundo, si bien me encantaría poder conocerlos a todos ustedes. No busco escándalos, entrevistas, sponsors ni nada de eso. Lo único que busco es expresar lo que siento, lo que pienso y lo que imagino a través de la música. Para mí y, si les interesa, también para ustedes.
Me llevo ambas manos al rostro y dejo que el llanto fluya por algunos minutos, con movimientos espasmódicos y quejidos que intento ahogar.
"Lo hice. Lo dije", me repito, orgullosa.
No sé cuánto tiempo transcurre así, bastante creo yo, hasta que recupero la compostura lo suficiente como para cerrar la grabación.
—Les quiero. En serio. Y espero que puedan entenderme un poco mejor. Se aproximan muchos cambios, tanto a nivel personal como profesional. Me asusta pensar en lo que se avecina, pero voy a mirar al miedo en la cara mientras lo enfrento. Es una promesa. Saldré adelante y me reencontraré con esa adolescente que abrió su canal sin sospechar que a tanta gente le gustaría su música. Solo les pido paciencia. —Me limpio las lágrimas con las manos porque estoy viendo borroso—. Intentaré hacer una grabación como esta, a modo de conversación con ustedes, más o menos mensualmente. No prometo nada porque todavía no puedo ver el futuro, pero... creo que me hace bien a mí y que también es una forma de reconectarme con esta hermosa comunidad que hemos formado. En fin... llevo un buen rato hablándoles. En resumen: me han pasado muchas cosas de las que no estoy lista para hablar en detalle. Soy bisexual. Estoy soltera y hablo español. Mierda, cuando lo digo así suena... mucho más sencillo de lo que realmente es para mí —río, incómoda—. Gracias. Gracias por estar al otro lado de esta pantalla, por haber escuchado el video hasta el final y por todo el amor que siempre me brindan. Aunque no responda sus mensajes a menudo, intento leer la mayoría. Lo prometo. Y... pues para cerrar el video, quisiera invitarlos a hacerme preguntas en comentarios. Voy a escoger las más interesantes o las que esté lista para contestar, y en el próximo post que haga en el canal responderé a unas cuantas. Les amo. Adiós.
Apago la cámara, nerviosa. Tengo los labios y la garganta tan secos que me pongo a toser, debí haber traído un poco de agua conmigo, no se me ocurrió. Todavía no estoy lista para ir a dormir. Necesito editar y subir el video ya mismo, porque, de lo contrario, podría arrepentirme y eliminarlo. Deseo postearlo. Sin que Richie sepa. Sin que Nina sepa. Será una sorpresa para todos, si no les gusta ya me podrán gritar en la tarde.
Descargo el archivo en la laptop y voy con sigilo a la cocina a buscar un poco de jugo de manzana. Preferiría un café, pero sé que sería tonto de mi parte ingerir cafeína cuando necesito descansar.
En más o menos media hora, hago todos los cortes necesarios, improviso una portada y lo empiezo a subir al canal. Tomará casi dos horas antes de que esté disponible. Ya está. Lo hice.
Salgo al balcón a fumar y prometo que luego me iré a la cama otra vez, aunque sea por un par de horas. Incluso si no puedo dormir, necesito un abrazo con urgencia.
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