Capítulo 2
L A L I S A
Estaba vistiéndome con una licra deportiva negra y un top del mismo color cuando mi madre entró por la puerta de mi habitación con los brazos cruzados, acercándose a mí con pasos lentos pero seguros, su mirada recorrió mi atuendo de arriba abajo.
___Vaya, vaya. ¿Y a dónde vas?—preguntó con una sonrisa ligeramente traviesa en sus labios.
___Voy a caminar—contesté con decisión, mientras me colocaba mis tenis. Mi madre conocía mi rutina diaria de caminatas, un momento de reflexión y liberación de estrés que valoraba profundamente.
Sin embargo, la conversación dio un giro inesperado cuando mi madre mencionó lo que había notado la noche anterior en la fiesta. Sus palabras me sorprendieron.
___Vi cómo mirabas al Señor Jeon anoche, como si quisieras comértelo, Lalisa. ¿Acaso te gusta?—preguntó con su típica mirada interrogativa.
___¿Para qué negarlo? Él me encanta—dije encogiéndome de hombros. La franqueza con la que hablaba parecía desconcertar a mi madre.
Ella negó con la cabeza y me miró con dureza.
___Detén ese sentimiento, a tu padre no le gustará saber esto. Eres joven y...—No la dejé terminar. La interrumpí abruptamente.
___Madre, tengo veintidós años. Soy lo suficientemente mayor como para tener una relación con quien sea—afirmé con seguridad mientras tomaba mi bolso negro de la marca Celine. Antes de dirigirme a la puerta, me volví hacia ella para expresar unas últimas palabras—Y una cosa más, tendré a Jeon Jungkook, y cuando finalmente sea mío, Marco aprenderá a vivir con ello, porque ya no soy una niña— Mis palabras dejaron claro que estaba decidida a luchar por lo que deseaba y que no me detendría ante ningún obstáculo.
Salí de casa sin despedirme de nadie, subí a mi auto y me dirigí al gimnasio. Hoy no sería un día para caminar, sino para un entrenamiento más intenso. La idea de liberar el estrés en el gimnasio me impulsaba mientras conducía hacia mi destino.
[...]
___¿Ya hablaste con el Señor Jeon?—preguntó Jennie mientras estaba en la caminadora que estaba al lado de la mía. Había venido a recogerla antes de llegar al gimnasio para no sentirme sola en este lugar.
Negué con la cabeza y suspiré.
__No, no lo haré ahora. No quiero parecer una persona desesperada que necesita su atención de inmediato—le expliqué. La verdad era que mi mente estaba llena de pensamientos sobre Jungkook desde que nos cruzamos en la fiesta, pero no quería que Jennie pensara que estaba obsesionada o dispuesta a lanzarme sobre un hombre, especialmente alguien tan atractivo y deseado como Jeon Jungkook. Quería que las cosas se desarrollaran de manera natural, si es que iban a suceder.
Jennie me miró con curiosidad, notando mi dilema.
___Lisa, en serio, ¿cómo planeas hablar con él? ¿Vas a ir a la base militar?—preguntó, expresando su inquietud.
Le di una mirada cómplice antes de responder.
___Sí, tengo la tarjeta que me dio anoche. No puedo evitar sentir una atracción abrumadora por él, Jennie. Y sé que suena atrevido, pero siento que hay una conexión entre nosotros.
Jennie asintió con comprensión pero también con precaución.
___Entiendo, pero ten cuidado, Lisa. No sabemos mucho sobre él, aparte de que es guapo y poderoso. Asegúrate de que tus intenciones sean claras y que no te lastimes en el proceso.
___Lo tendré en cuenta—le aseguré, reflexionando sobre sus palabras—No soy ingenua, pero siento que esta es una oportunidad que no puedo dejar pasar. Si no intento acercarme, nunca sabré qué podría suceder.
Ella simplemente asintió, mordiéndose el labio mientras continuaba con su rutina de ejercicios. Al terminar nuestra rutina, nos dirigimos hacia las duchas para refrescarnos y asearnos.
Las dos salimos del gimnasio, yo llevaba puesto un elegante vestido de la marca Celine, una de las marcas de la que era embajadora y modelo, que había mandado a buscar con la ayuda de mi asistente. Jennie, por su parte, lucía un conjunto de la marca Chanel, derrochando estilo y elegancia a cada paso que dábamos. Ambas éramos conscientes de la importancia de mantenernos impecables en público, especialmente cuando nuestras carreras estaban tan ligadas a la moda y la imagen.
Hoy planeamos salir a cenar juntas en un restaurante elegante y caro de Seúl. Nos dirigimos a uno de los lugares más exclusivos de la ciudad, conocido por su ambiente lujoso y su exquisita comida. El restaurante estaba ubicado en una zona de moda, con una fachada imponente que destacaba entre los edificios circundantes.
Al entrar, fuimos recibidas por un ambiente sofisticado y una decoración impecable. Las luces tenues y la música suave creaban una atmósfera íntima y romántica. Las mesas estaban cuidadosamente dispuestas con manteles de lino y cubertería reluciente, mientras que las paredes estaban adornadas con obras de arte contemporáneo.
El menú ofrecía una amplia variedad de platos gourmet, desde la cocina coreana más tradicional hasta creaciones culinarias modernas. Los ingredientes frescos y la presentación meticulosa eran una muestra del alto nivel de calidad del lugar. Era un destino perfecto para una noche especial, y estábamos ansiosas por disfrutar de una deliciosa cena en este lujoso rincón de Seúl.
___ ¿Sabes lo que deberías hacer? —dijo Jennie mientras cortaba un trozo de su filete con elegancia—. Dejar de obsesionarte con cómo tener a Jungkook y mejor follar con un hombre guapo y caliente.
Sus palabras me tomaron por sorpresa, haciendo que me atragantara con un sorbo de vino exquisito que acababa de servirme. La miré con los ojos abiertos y un rubor en las mejillas.
___ Habla más bajo, Jennie, las personas pueden escucharte —susurré mientras me limpiaba los labios con la servilleta—. No voy a hacer eso, esperaré hasta que sea mío.
Ella dejó escapar una risa burlona, disfrutando de mis reacciones mientras bebía de su copa con gracia.
___ Bueno, olvidé que te estás guardando para el guapo y ardiente general —bromeó mientras limpiaba delicadamente sus labios—. Pero, tienes que admitir que suena un poco cursi.
Solo pude rodar los ojos, casi exasperada, mientras ella estallaba en risas.
___ No lo entiendes —susurré con un toque de determinación.
___ Oh, claro que no lo entiendo, yo tengo a mi hombre a mi lado, y follamos deliciosamente todas las noches —respondió Jennie con una sonrisa traviesa, exponiendo su descaro sin la menor reserva.
Sabía que su sinceridad a menudo rozaba lo atrevido, pero esa era una de las razones por las que la adoraba como amiga. No había filtro entre lo que pensaba y lo que decía, y eso a veces me hacía cuestionar mi propia cautela.
___ Y hablando del rey de Roma... —la voz de Jennie se desvaneció en un susurro mientras su mirada se centraba en la entrada del restaurante. Mis cejas se fruncieron de inmediato y también dirigí mi mirada hacia el lugar al que ella estaba mirando con tanta atención.
Mi boca se secó al verlo entrar al lugar. Jungkook lucía impecable y elegante en un traje negro que acentuaba su figura imponente. Cada paso que daba irradiaba confianza y carisma, y no podía evitar que mi corazón latiera con fuerza ante su presencia. Sin embargo, no venía solo. A su lado caminaba una mujer rubia con un vestido corto de color rojo que realzaba sus piernas, y parecía estar íntimamente conectada a Jungkook, con su brazo enganchado al suyo. Su apariencia era deslumbrante, pero no pude evitar sentir una punzada de celos al verla junto al hombre que ocupaba mis pensamientos.
Apreté mi copa de vino con fuerza, sintiendo el frío cristal presionado contra mis dedos mientras mi mirada se clavaba en esa escena. Mi mandíbula se tensó involuntariamente, y mordí mis labios con tal fuerza que temí hacerme daño. Estaba furiosamente celosa, y mi enojo se mezclaba con una intensa envidia que me consumía por dentro.
Cada toque de esa mujer rubia en Jungkook era como un puñetazo directo a mi estómago, haciéndome desear poder levantarme de mi asiento y caminar hacia ellos. Quería apartarla de su lado con brusquedad, golpearla hasta dejar su rostro hecho un desastre. Odiaba el hecho de que lo estuviera tocando, y cada roce, cada gesto de intimidad, aumentaba mis celos de una manera que me resultaba insoportable.
Pasaron junto a nuestra mesa, y Jungkook continuaba con su caminar imponente, mientras la mujer rubia, con una exagerada sensualidad, movía sus caderas con cada paso. Mi mirada se mantuvo inmutable, sin apartarse de ellos en ningún momento. Sentía un torbellino de emociones, una mezcla abrumadora de celos, enojo y deseo de arruinar ese momento.
Cada paso que daban parecía eterno, y el mundo a mi alrededor se desvanecía. En ese instante, tenía un deseo irracional de hacer que el mundo entero desapareciera, dejándonos solos en esa habitación. Mi necesidad de tenerlo para mí misma se hacía insoportable, y solo podía pensar en la forma de hacerlo mío, sin importar las consecuencias.
Sentí la mirada burlona de Jennie fijada en mí, como si estuviera a punto de soltar algún comentario sarcástico que solo empeoraría mi estado de ánimo. Mis ojos furiosos chocaron con los suyos, y antes de que pudiera abrir la boca, la interrumpí bruscamente con una advertencia llena de rabia:
___ Si una maldita palabra sale de tus labios, te aseguro que no lo contarás. Lo que estoy sintiendo ahora es suficiente tortura, no necesito tu sarcasmo.
Ella solo levantó sus manos en un gesto de paz, sin decir una palabra. Me levanté de mi asiento de manera brusca, recogiendo mis pertenencias con determinación.
___ Paga la maldita cuenta y vámonos de aquí —dije, dejando escapar esas palabras cargadas de frustración mientras comenzaba a caminar decididamente hacia la salida. No podía soportar estar en ese lugar un segundo más.
Mis emociones se habían convertido en un vendaval incontrolable. La necesidad de tener su atención solo para mí me consumía, y mis ojos estaban llenos de celos ardientes. Me sentía impulsada a tomarlo del brazo y sacarlo de allí, lejos de esa mujer que estaba a su lado. Era un tormento insoportable saber que él estaba con alguien más en ese momento. No me importaba si me llamaban egoísta; odiaba compartir, y esa sensación de posesión se había apoderado de mí con una fuerza abrumadora.
Las emociones que estaba experimentando en ese momento eran abrumadoras, y nunca antes había sentido algo similar. Me invadía un dolor profundo, como si hubiera sido traicionada, a pesar de que nunca había tenido ningún tipo de romance con él. Apenas habíamos cruzado algunas palabras la noche anterior, y sin embargo, me sentía herida y confundida. Mis emociones estaban fuera de control, y el sentimiento de injusticia me carcomía por dentro.
Y en la mente de Lisa empezó a sonar " New magic wand" 🤣☝️
Hoy, 30 de octubre, es mi puto cumpleaños número 18 🙂
Gigi.
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