SIX
RAQUELLE
. . . . . .
—¿Y luego que sucedió?.
—Scott tenía una bengala y estaba lleno de gasolina a su alrededor. Decía siempre lo mismo; "no hay esperanza, ni otra ti ni para Stiles."
—Idiota. Idiota el Darach, idiotas todos.—Digo enojada mirando a la pantalla del telefono.—¿Allison?.—Preguntó en los segundos de silencio que quedaron.
—Estoy bien...Fue algo raro pero sobreviví y eso es lo importante.
—¿Segura?, por que puedo ir ahora y les voy a...-
—Raquelle, estamos bien. Dormiremos y luego nos iremos. Llegaré con los chicos mañana.
—Bien.—Acepto no muy convencida.
—Te tengo que colgar, iremos a dormir. Adiós, Quelly.
—Adiós, Ally.
Al escuchar el pitido de la llamada, me muevo hacia mí cama y tomo la chaqueta.
Salgo de allí y me dirijo hacia donde él estaba. Necesito saber en qué puedo ayudar.
[...]
—Dos veces en este mes. Hoy es día de festejo.
—No te emociones mucho, viejo decrépito.
Escucho cómo gruñe y luego se gira mirándome, su nariz se encuentra negra.
—No has cambiado nada, nieta.
—No me llames así.—Murmuro mientras mi mandíbula es tensada.
—Eres la hija de Kate...
—Kate está muerta.—Él mueve su cuerpo en la estúpida silla que me dan ganas de tirarla para que Gerard se caiga.
—...Mi hija, por lo tanto tú eres mi nieta.
—Lo era.
—Por más que no quieras, lo seguirás siendo.
Sus palabras me hacen cerrar los puños con fuerza. Tomo aire y lo miro a los ojos. Esos ojos celestes como los del tio Chris. Solo que los de él demuestran cuanta maldad almacena.
—No me importa, Gerard.—Digo su nombre con disgusto.—Necesito, lamentablemente, tú ayuda.
—Claro.—Acepta a lo que me sorprendo.
—¿Cual es el truco?, ¿qué quieres a cambio?.
—¿No puedo simplemente ayudar a la única persona de mi familia que viene a visitarme?.
—No sin algo a cambio.—Respondo cruzandome de brazos.
Suspira con cansancio antes de seguir con su fase de abuelito bueno. —¿De qué quieres saber?, ¿de tu madre, tu familia, tú...-?
—¿Que es un Darack, específicamente?, ¿y cómo se puede deshacer de él?.—Su rostro se torna sombrío al escuchar la seriedad de mis palabras.
—¿Para que requeririas esa información?.
—¿No era que me "ayudarías" sin conseguir nada a cambio?, pues no necesito que sepas.—Le aclaro.
Sus ojos se cierran por unos segundos y escucho su respiración hacerse más fuerte. Trata de mantener la calma.
—El Darach es...—Sacude la cabeza y carraspea ordenando ordenando palabras en su mente.—El Darach es un druida que se fue "por el camino equivocado".
—¿Camino equivocado?.
—Si, cómo la venganza, ira, egoísmo.
—Dime más, no se como...Cómo asesina, de que forma ataca.
—Bien, su forma de ataque es bastante peculiar. Lo llaman "la muerte triple":, utiliza tres diferentes tipos de muertes mortales para cada victima.
—¿Por casualidad esas triples muertes tiene un patrón, osea golpe en la cabeza, garganta cortada o estrangulamiento?.
—Si...Veo que has estado investigando.
—No, me he cruzado con uno.—Digo en voz alta sin darme cuenta de su presencia.
—Wow, debes tener cuidado.—Ruedo los ojos.—No siempre tienen su mismo modus operandi
—¿No?.
—No, a veces lo cambian a ahorcamiento-crucifixión.
—¿Eso es todo?.
—Siempre eres tan tú. Desde pequeña lo eras...Tu impaciencia a veces frustraba a tu madre y nos dejaba a tu cargo para que pudiera descansar. Tu abuela siempre apoyó esa curiosidad, esa impaciencia pero no los gritos. Ella los odiaba.—Dice con una sonrisa nostálgica.
Mis pies se dirigen al sillón que está a unos metro de donde está el viejo y me siento allí. Mis piernas duelen.
Carraspeo y él agrega;—Claro que no es lo último. Usan un ritual, en ellos siempre se sigue un patrón;—Deja un silencio que me está estrenando.—Tres victimas por categoría. En sí son un total de cinco categorías. Y, si mi memoria no falla, son necesarias quince muertes.
—¿Cuáles son las categorías?.—Pregunto con duda.
—Vírgenes, Guerreros, Sanadores, Filósofos y Guardianes.—Me dice.
Con desgano me levanto acercándome a la puerta. —Bien, creo que...
—Antes de que te vayas, necesito que me prometas algo.—Él habla, parece una súplica, algo debe querer.
—¿Que?.—Pregunto con un poco más de brusquedad de lo que pensaba.
—No te entrometas con un Darack.—Su voz suena firme y un escalofrío recorre mi espina dorsal.—Por favor.—Agrega en un susurro mientras toce con fuerza.
—No es de tu incumbencia.
—No quiero perder a la única descendiente de mi hija.—Me dice, puedo sentir como mi corazón se calienta por sus palabras hasta que recuerdo con quien hablo.
—No te prometeré nada por que no eres parte de mis asuntos.—Con eso giro la llave de la puerta y salgo de allí con apuro.
Al salir me pongo a un costado de la puerta y dejo que mi cuerpo caiga en el piso.
—¿Quien es?.
—Raquelle, ya llegamos. ¿Donde estás?
—¿Lyds?, ¿no se supone que llegarán más tarde?.
—Si pero hubo un problema y se canceló.
—Bien. Estoy yendo. Tenía unas...Cosas de Scott que le quería dar.
—Okey, Allison y yo te esperaremos aquí.
—Bye.
Cuelgo la llamada y suspiro. Me levanto y camino hacia la salida pero antes giro a ver la puerta en donde se encuentra el ultimo Argent mayor vivo.
[...]
Al llegar a casa noto como está todo en silencio y las luces están apagadas.
Extraño.
Camino con cuidado y me dirijo a la habitación de Allison. Su puerta está semiabierta, la muevo un poco y allí veo la escena más tierna en la historia de los Argent's; Allison y Lydia están juntas en la cama durmiendo. La luz de su velador está encendida y con eso puedo verles el rostro.
Allison tiene la boca ligeramente abierta y Lydia tiene los labios en forma de pato. Una risa silenciosa escapa de mi.
Vuelvo a dejar la puerta como estaba antes y camino hacia la oficina del Tio Chris.
La abro y Chris está con unos anteojos mientras sus manos mueven unos papeles.
—Hola.—Murmuro en voz baja haciendo que levante la vista y me mire. Él frunce el ceño a lo que hace que yo le copie el movimiento.
—¿Donde estabas?.—Pregunta con un tono de preocupación tintado de un poco de molestia.
—Fui a...—Piensa Raquelle, piensa.—Comprar cosas para mi habitación.
—¿Y las cosas?.
Mierda, di algo más creíble, tonta.—La mayoría de las cosas estaban muy costosas y yo solo tenía para comprar unas galletas.
El tio Chris enarca una ceja con la mirada seria. Si, yo también lo haría si mi sobrina aparece a una hora no muy común con una excusa de mierda.
—Raquelle.—El tono de advertencia hace que suspire y me siente en la silla delante del escritorio donde están los papeles.
—Fui a verlo. Necesitaba verlo.
Chris se levanta y se acerca a mi, me está escaneando. —¿Te dijo algo...Malo?.—Ruedo los ojos y suspiro.
Nunca dejaría que me manipulara, no soy tonta. Lo siento, Allison.
Vivir con mi madre y ver a Norah cambiar hizo que yo me haga "a prueba" de manipulaciones. Es algo que no sabría explicar.
—No, ni tampoco tendría que decirme nada. Se todo en está familia.—El mayor desvía la vista. —¿Tio Chris?, sé todo en está familia.—Digo con un tono de duda y puedo notar como él traga en seco.—¿Hay algo que deba saber sobre esta familia?.
—No, nada.—Miente.
—Tio Christopher, estás mintiendo.
—Como tú recién.— Trata de cambiar de tema a lo que yo me paro y me pongo delante de él.
—No me venga con esas mierdas.
—Vocabulario.—Me riñe a lo que yo bufo.
—¿Que me estás ocultando?.
Él me mira y gira su cabeza para ver algo. Le sigo y el cuadro de mi madre, Norah, Allison y yo está ahí.
—¿Que pasó con mi madre?.—Digo mirandolo. Mi tio se remueve incomodo.—Tio, necesito saber la verdad. Prometimos que despues de todo lo que pasamos las mentiras, las importantes, no existirían. Dijiste que a partir de ahora las mentiras no existirian y la verdad mandaria.—Uso sus palabras en su contra, su cabeza se baja para ver al piso.
—Es sobre Kate, pero no está cien por ciento confirmado. Es solo una teoria que
—Al grano.
—Puede que ella...No este en la tumba.
—¿Sacaron su cadáver?
—Algo así.
Mi cabeza se alza y lo miro. Todo encaja.—Mi madre puede no estar muerta.—Chris asiente y me mira con ojos de disculpa.—Mi madre no está muerta, ella es...Dios, ella es un lobo.
Peter clavó sus garras en su garganta, los lobos pueden convertirse a partir de una mordida, rasguño o herida muy profunda.
Siento como los brazos de mi tio me envuelven y trato de no llorar. Mi madre está viva.
—¿Hace cuanto lo sabías?.—Mi voz sale entrecortada.
—No importa eso.
—Si, importa. Y mucho.—Digo separándome del abrazo.—¿Hace cuanto sabías eso?.
—Unos meses.—Susurra y un jadeo de sorpresa se escapa de mis labios.
—Unos ¿meses?, ¿Meses?.
Mis pies se van alejando hasta toparme con la puerta.
—Raquelle.
—Necesito...Tiempo. Solo dame...Tiempo.
Me alejo de ahí yendo a la puerta de entrada otra vez. Lo siento pero necesito aire.
[...]
—Raquelle, ven al hospital. Necesitas atendernos, estamos preocupados.
La voz de Scott sonó en el contestador, estoy en la puerta del hospital pero no me animo a entrar. No quiero decirle a Scotty lo que sé.
—Raquelle.—El llamado de Scott me hace dar la vuelta, no me di cuenta de que estaba caminando hacia adentro.
—Scott.—Sonrio.
—¿Que suce-?
—Cierra la boca y dame un abrazo.—Corto la frase de mi amigo y seguido a eso me envuelve en sus brazos. Estoy cómoda, con Scott lo estoy. Es mi mejor amigo.
—¡AYUDA!, ¡AYUDA!. ¡ALGUIEN AYUDEME!.—Un grito nos hizo separarnos y girar a ver.
—¿Ethan?.—El gemelo de Aiden está con los brazos alrededor de un Danny sin aire.—¡DANNY!
Me acerco a él y lo sostengo.—¿Que pasó?.
Melissa se acerca y me ayuda a sentar a Danny en una silla.
—¿Qué le hiciste?.—Dice Scott a la defensiva.
—Nada, dijo que le dolía el pecho y que no podía respirar, pero cada vez es peor.
—Melissa, esto no parece bueno.—Le digo a la madre de mi amigo, tratando de ignorar la pelea de Ethan y Scott
—No lo es. Para nada.—Me afirma la señora McCall.—¿Cuando llega la doctora Hilyard?.—Pregunta a la enfermera de recepción que estaba con el teléfono, la señora niega dando a entender que no sabe nada.—Tiene la laringe hacia un lado. Creo que es un neumotórax a tensión.
Y apenas finaliza la frase, Danny se abalanza hacia al frente y lanza todo lo que, aparentemente, comió. En el vómito logro distinguir unas bolitas pequeñas de color blanco.
—Muérdago.—Digo a la par de Ethan, ambos nos miramos con el ceño fruncido. Scott se gira a vernos.
Unos minutos más tarde, otro enfermero trae una camilla y todos ayudamos a subir a Danny en ella. Con un poco de apuro, Melissa y el otro enfermero junto a nosotros empezamos a caminar.
—¿Puede volver los tres a la sala de espera?—Pregunta Melissa con un tono de reproche, pero como somos Scott McCall y Raquelle Argent, le ignoramos.
—¿Y las enfermeras y los médicos?, ¿donde están todos?—Pregunta Ethan ignorando todo.
—Está repleto hoy. Están atendiendo a otros pacientes.—Responde Melissa.
—Mamá, ¿como podemos ayudar?.
—Cariño, no pueden. Su pulmón colapsó.—Dice mientras vemos a Danny tratando de respirar, sus ojos están llorosos. Con mi mano tomo la de él, Danny me mira tratando de generar una sonrisa.—Tiene el corazón presionado contra la caja torácica.
—Va a morir, ¿cierto?.—Pregunta mi amigo con los ojos abiertos. Ethan lo mira preocupado al igual que yo.
Melissa nos mira y luego al moreno, con un suspiro mira hacia atrás y vuelve a mirarnos.—No. No morirá.—Dice con autoridad.—Scott, toma la cinta. Tú toma esas tijeras y cortarle la camiseta. Raquelle, alcanzame la aguja del segundo mueble.
Me muevo con prisa soltando la mano de Danny. La encuentro y se la doy a la madre de Scott.
—Mamá no está respirando.
—Ya lo se. Ya lo se. Bien.—Suspira, alzando la aguja preparada y la clava en el pecho de Danny. Con cuidado va subiendo hasta sacarla completamente y hacer que Danny vuelva a respirar.
—Gracias.—Dice Danny con dificultad. Melissa le asiente con la cabeza.
—No fue nada.—La señora McCall se da cuenta de nuestra miradas.—¿Qué?.
—Eso fue asombroso.—Dice Scott.
—No fue...No hay problema. No es gran cosa.—Niega tratando de no restarle importancia el acto anterior.
—¿No es gran cosa?. Melissa, por dios. Acabas de salvar a una persona, eso fue...Heroico.—Sonrio y Scott me apoya. Hasta veo a Ethan asentir.
Con Scott no quedamos un tiempo más acompañando a Danny hasta que nos dimos cuenta que él quería estar con Ethan. Así que decidimos dejarlos solos e irnos.
—¿Estás bien?.—Me pregunta antes de que nos montemos en su motocicleta. Yo asiento distraída mientras empujo una roca pequeña con mis botas.—Raquelle.
Lo brazos de Scott me sostienen antes de que me pudiera caer, no vi la bajada en donde marca el final del estacionamiento de vehículos. Él me gira hasta que nos quedamos cerca, mis ojos van a los suyos, quiero que me suelte de lo contrario lloraré como antes y no quiero hacerlo.
—Podemos hablar cuando quieras.—Me murmura. Yo asiento.
—Lo se,—Sigo asintiendo.— pero no quiero hablar de eso ahora. O al menos no en este momento, en este lugar.
—Bien.—Acepta con una sonrisa apretada. Respiro aun estando cerca de él.
Bien esto ya se está poniendo raro, no me está soltando.
—¡Chicos!.
Dios te salve Ethan.
Scott se separa de mi pero me sigue manteniendo a su lado.
—Se que no me van a creer pero yo no hice nada.—Se pone frente a nosotros y nos mira a ambos.
—Lo único que sé es que desde que llegaste fuiste tras Danny. Y tu hermano, tras Raquelle.—Mis ojos se dirigen al suelo con incomodidad. No me relaciono con el enemigo...En su mayoría.
—No le haremos daño, y menos Aiden.—Dice Ethan mirándome.
—¿Por que debería creerte?.—Pregunta Scott tensando la mandíbula.
—Por que sabíamos que uno de ellos sería importante para ti, y ahora sabemos que es Raquelle.
—¿Que?.—Scott pregunta en un susurro.
—Chicos, ¿ese carro no está-?, ¡MIERDA!.—El automóvil que menciono se estrella contra otro. Automáticamente, Scott, Ethan y yo salimos corriendo a socorrer.
Scott llega primero y abre la puerta. No hay nadie dentro.
Muevo a Scott y observo con cautela, mis ojos paran en el asiento del conductor.
—¿Qué es eso?.—Pregunta Ethan a lo que yo tomo lo que veo. Una mariposa disecada.
Las patrullas no tardan en aparecen y con ellos el Sheriff y su hijo.
—Raquelle.—Saludo a Stiles con un sonrisa, se acerca y con Scott le dejamos un espacio entre medio.
—Dos desaparecidos.—Dice Scott, el sheriff le frena y lo observa.
—Espera un minutos, ¿ambos estaban en el mismo auto?.
—No, papá. Lo que intenta decir es que fueron dos secuestros separados, ¿si?.—Dice Stiles y yo sonrio en grande, sin duda el será un buen oficial de policia.—Dos médicos desaparecidos.
—Bien, pero ¿de quien es este auto?
—De la doctora Hilyard. La médica de guardia. El jefe de emergencias nunca llegó—Agrega Melissa mirando a el sheriff.
—Dejame entender tu historia primero, ¿si?
—Si.
Los adultos nos miran.—Muchachos, déjennos solos.
Aceptamos y nos movemos a un lado.—Definitivamente son sacrificios, ¿no?.
—Si, es lo que mencionó Deaton. Curadores.—Dice Stiles, yo lo miro y luego a Scott.
—¿Que hay de Danny?, Vomitó Muerdago. No es una coincidencia y de no haber sido por Ethan...
—Probablemente haya muerto.—Termino la frase al ver a Scott tragar duro.
—Danny no es un sanador.
—Yo...—Stiles se queda sin palabras, creo que sobrecargamos su cerebro. Su vista se desvía a detrás mío.—¿Puedes escucharlo?.—Señala a su padre.
—Encontraron un cuerpo.
—Bien, creo que debemos descansar o al menos yo necesito por me mi cerebro explotó.—Digo luego del silencio que hubo. Stiles asiente y Scott le sigue.—Chicos.
—¿Si?—Preguntan al mismo tiempo, ambos quieren saber que me sucede.
—Me pelee con Chris por que me ocultó algo...Familiar.—Trato de evitar decir mi madre. Ambos asienten y se acercan.
—Estamos aquí para ti, Quelly.—Dice Scott
—Para lo que sea.—Le sigue Stiles.
—Mis chicos,—Me rio por lo bajo.—¿que haría sin ustedes?.
Ambos me vienen a abrazar.
Me gusta esto. Nosotros tres contra el mundo. Me siento segura con ellos, estoy...Estoy en mi hogar.
[...]
—Buenos dias.—La profesora Blake hace acto de presencia y mis ganas de tirarme por la ventana aumentan cada vez más. Algo me da mala espina en ella.—Como saben el profesor Harris sigue desaparecido, digo enfermo. En fin, lo sustituiré mientras esperamos y rezamos por un sustituto más calificado para ocupar mi lugar. Bien, empecemos.
Stiles y Scott se sentaron junto mientras que yo me senté sola. Necesitaba un poco de espacio y ellos lo saben.
Mi celular suena avisando que me llego un mensaje, con algo de disimulo lo pongo sobre mi regazo y abro el mensaje.
Bufanditas
¿Tienes ganas de hacer algo increiblemente estupido y heroico?
Chica letal
Depende, Eso incluye oreos?
Bufanditas.
Arruinas toda la diversión. Pero si, si lo incluye.
Chica letal.
Te espero en la salida.
Bufanditas
No te tardes.
—¿Señorita Argent?.—Me llama la profesora a lo que yo la miro, tiene un celular y lo mueve de lado a lado.
—Mierda. —Susurro.
—Entreguemelo.
—Profesora Blake, me siento mal.
Ella se acerca, mientas yo tomo mis cosas y me levanto.—¿Que pasa?
—Estoy en mis días y la jaqueca me mata
—Oh, ¿quieres que llamemos a-?
—No.—Digo rápidamente.—No hace falta. Solo necesito ir al baño.—La miro con ojos de cachorro. Ella asiente y me abre la puerta, me doy la vuelta y giro a ver a mis amigos, les sonrio y guiño un ojo.
Al salir empiezo a caminar con total naturalidad. Soy libre, al fin.
—Te has tardado.—Dice Isaac mientras toma mi mochila y se la acomoda en sus hombros.
—Bueno, ahora tengo jaqueca y cólicos.—Digo rodando los ojos. Boyd se acerca a nosotros.—Boyd, ¿que tal estás?.
—Raquelle,—Me saluda cortamente pero con una sonrisa, supongo que no quiere que crea que está enojado conmigo.—bien. ¿Ya te dijo del plan?
—No.
—Los alfas amenazaron a Derek, dejaron un símbolo en la ventana gigante.—Él saca su celular y me muestra la imagen. El triskelion de los Alfas.
—Esos perros, le declararon la muerte a Derek, o algo así.—Frunzo mi ceño mientras nos dirigimos al auto de Isaac.
—Si, lo sabemos. Es por eso que creamos el plan.—Dice Isaac encendiendo en auto, Boyd está a su lado mientras que yo estoy en el asiento trasero.
—Hablen de una vez.—Digo rodando los ojos ante tantas vueltas.
—Recuerdo cuando Gerard nos encerró Érica y a mí, nos ató con cables eléctricos dándonos descargas. Y me preguntaba si podíamos hacer algo así.—Boyd suspira y mira por la ventana, las casas se van desapareciendo y con el resto del camino en silencio, cada uno pensando en este plan, llegamos a donde se encuentra Derek, el loft.
—Bien, esto está más que claro de que no es cien por ciento seguro. —Dice Isaac mientras nos acercamos a la puerta corrediza.
—Lo sabemos, Bufanditas.—Digo mirándolos antes de que Boyd abra la puerta.
—Vuelvan a la escuela.—La voz del alfa hace que yo ruede los ojos.
—Hola a ti también, Hale.—Derek me mira y luego a sus dos betas.
—De hecho, no podemos. Nosotros estamos increible y terriblemente enfermos.—Los tres pasamos al loft, yo complet comodidad me acerco al sofá y me siento en la punta de este.
—¿De qué, daño cerebral?.—Derek me mira con el ceño fruncido. Mi mano se levanta y lo saludo como alguien normal hubiera hecho.
—Bueno, yo tengo migraña, Boyd tiene diarrea explosiva, y Raquelle está con cólicos.—En cuanto dijo mi nombre y mencionó mi excusa, toco mi estomago y suelto un gemido de dolor para luego dejarme caer en el sofá.
—Vinimos a protegerte.—Dice Boyd.
—Y yo a escapar de la aburrida clase de quimica.—Levanto mi cabeza y sonrio, acomodándome mejor en el sofá para poder ver los lobos.
Derek bufa y rueda los ojo mientras baja de las escaleras, en las cuales se sentó antes.—¿Vinieron a protegerme a mi?. Wow, entonces estoy en problemas.
—Bueno, de hecho, Boyd tiene un plan.
Mi teléfono suena y sin dudarlo lo miro.
Scotty.
Deaton desapareció
Quelly
Igual que los otros.
Scotty
Me llamó antes de eso. Estoy yendo junto a Stiles.
Quelly
Mantenme al tanto. Estoy metida en el plan de Isaac, Boyd y yo;
#EvitarqueDerekHaleseaasesinadoporalfasintolerables.
Scotty
Prometeme que te cuidaras y que no haras ninguna estupidez
Quelly
No te puedo prometer eso, pero si te prometeré que trataré de salir ilesa.
Bien, cuidate. Te dejo por que la acción está casi por comenzar.
Besos y suerte.
Y con eso me despido de mi mejor amigo.
—Pero a gran escala.
—Bien,—Aplaudo llamando su atención—que empiece la acción.
[...]
—En una piscina de agua electrificada, un humano normal necesita cincuenta miliamperios para morir, menos de lo necesario para encender una bombilla.—Dice Boyd mientras echa agua por todo el loft.
—Recuerdame llamarte para cuando tenga dificultad en física.
—Que reconfortante.—Dice Derek encima de mi.
—Si desactivamos el interruptor del cuarto de electricidad, la corriente seguirá pasando y quien quiera que ponga un pie aquí...Recibirá una sorpresa.—Boyd sonrie ladinamente lo que me hace ver como se le marcan los hoyuelos, se ve adorable.
—En especial alguien descalzo.—Dice Isaac con una sonrisa.
—Iugh.—Digo al recordar a la alfa, Kali.
El agua sigue corriendo por lo que yo trato de alejarme un poco de allí, no lo diré pero tengo un poquito de miedo. Soy humana, y no tengo sus superpoderes. Lo mínimo que puedo hacer es lanzar dagas con una exquisita y envidiable puntería.
Mi respiración se acelera en cuanto me levanto de mi sueño. Si, me había dormido en el sofá de Derek Hale, esperando a que los alfas llegaran. Isaac está al frente mio jugando con mi celular, Boyd mira a la ventana y el dueño del loft lee un libro.
Barro con mi ojos el lugar y con mi mano tallo mis ojos tratando de ver si mi vista no me está haciendo una mala jugada.—Oigan,—Los llamo a lo que los tres chicos en la sala me miran.—¿no se supone que esa luz debería estar encendida?—Digo mirando a la luz de la alarma.
—Si.—Responde el mayor de nosotros y su tono refleja un poco de preocupación.
—¿Que significa que no lo esté?—Pregunta Isaac, yo lo miro y luego a todos los presentes.
—Que alguien cortó la electricidad.—Digo mirando a la puerta.
—La auxiliar.—Corrige Derek.
—¿Y la principal...?—Y la electricidad se corta tan rápido como la otra.
Todos nosotros nos paramos estando alerta. Derek mira al agua y con el ceño fruncido pasa por esta sin ser electrificado.
—Derek.—Trato de advertirle, puede que sea una falla del edificio y que él termine cayendo en nuestro propio plan.
Él se pone en el medio del lugar frente a la ventana grande.
—¿Que hacemos ahora?.—Pregunta Isaac a lo que Derek lo mira cambiando sus ojos a rojos.
—Pelear.
Asiento, con mi mano lista en mi bota de goma y saco mi daga, espero que no crean que traje una sola y simple daga. Oh, no, no. Esta daga es una de mis bebes, tiene por lo menos siete baños en acónito y muérdago, bueno...Su esencia.
La puert empieza a ser pateada con fuerza y se abre mostrando a la descalza. Lo siento Kali.
—Seré honesta Derek, cuando Ennis murió, pensé que lo haría rápido. Quise buscarte y matarte, donde quiera que estuvieras, pero luego recordé que te rodeas de adolescentes, y te ocultas detrás de ellos.
—Ey, podré ser adolescente pero mis pensamientos van más allá de lo que todos ustedes pueden lograr.—Digo sosteniendo con fuerza mi daga.
—Claro, cazadora.—Se burla de mi titulo. O bueno...Futuro titulo.—Pero Derek, pensé; "¿Que tiene que hacer una chica para tenerte a solas?".
Suspiro dramáticamente.—No lo sé, la verdad, me lo vengo preguntando desde que lo conocí.
Kali gruñe con molestia antes de recomponerse y que unos pasos se escuchen. Aiden, Ethan y la ¿profesora Blake?.
Al verla, Derek muestra una expresión de preocupación. Mierda, ya se conocían.
Aiden levanta su vista y me ve a mi, su boca es ligeramente abierta de la impresión. Ethan mira a su hermano y le sigue a donde este mira, osea yo. Ethan abre los ojos en grande por unos segundos y luego los cierra acordándose de con quienes está.
Ambos están sosteniendo entre sus brazos, la profesora Blake parece querer desmayarse.
—Tú y yo, Derek, o la destrozarán.—Dice Kali, lo que me dan ganas de ir y lanzarle a la cabeza una daga para que se calle y deje de molestar.—¿Que dices?. ¿Crees que puedas vencerme?
—Oh, creeme, Derek te pateará el trasero en cinco idiomas diferentes, perra.—Susurro y ella lo escucha, por lo que me vuelve a gruñir.—Vamos, ladra, perrita. Guau, Guau.—Le digo en voz alta con una sonrisa. Derek le hace un movimiento de cabeza a Isaac para que me lleven con ellos, es muy probable que termine siendo la pelea conmigo más que con él.
—Te arrancaré la garganta con los dientes.—Dice Derek una vez me los chicos me llevan al fondo.
Él sabe que podré ser pequeña de altura pero peligrosa.
Derek y Kali empiezan rugir de una forma tan fuerte que hace eco por todos lados, no, enserio, no bromeo, creo que hasta en mi cerebro hizo eco. La pelea inicia.
Derek ataca primero, tonto.
Kali le lanza un zarpazo y Derek lo esquiva, entre rasguños y más logran atraparlo.
—Mierda.—Digo en cuanto veo como la electricidad funciona, Derek y Kali se electrifican de una manera en la cual juraría que puedo ver pasar toda esa electricidad por sus cuerpos.
Una idea muy loca se me ocurre, bueno, es normal en mi al fin y al cabo soy una Argent. Con un respiro tomo impulso y corro hasta saltar a la siguiente pieza de madera sobresaliente. Caigo y me sostengo de ella, luego hago lo mismo con la mesa de vidrio. Trato de no golpear mucho ya que puede romperse.
Y sin darme cuenta estoy tras Kali y Derk, un poco más ejos, pero tras ellos. Ahora es mi momento.
Mis pies se encogen y se van hacia atrás, cierro los ojos y siento el impulso y como mi corazón late en mi yugular.
Mis ojos se abren en cuanto caigo arriba de Kali, lo logré. Sin dudarlo, mi daga se clava en el pecho de ella y rasga muchos músculos de su espalda, de eso estoy segura. Su rugido hace que casi tiemble el lugar.
Boyd se trata de acercar para sacarme pero se electrifica. Isaac corre y llega hasta la de apellido Blake.
Kali me trata de herir pero, la otra daga que tenía en mi mano se clava en su pecho, mis manos van a sus hombros y mis pies suben por su cuerpo, como si de una escalera se tratase. Mis piernas se enrollan al rededor de ella y la empiezo a ahorcar. La alfa trata de soltarse pero las dagas están haciendo el efecto que esperaba. Pue, olvidé mencionar una partecita de algo. Las dagas no solo tenían muérdago y Acónito, no se si recuerdan al Kanima...Pues puede que hay puesto algo de su veneno en ellas, no mucho por que no había y no quería que se terminara pero si algo.
Con una sonrisa, apreto más mis piernas pero mi vista me falla y siento como mi cuerpo es estampado contra el suelo. Dios, ¿por que siempre es en el suelo?.
La electricidad desapareció y Kali también. Cuando me levanto a ver, Derek está en el suelo, arrodillado con las manos forzadas a estar arriba con sus garras salidas y toman a Boyd... No, no puede estar pasando esto.
—¡BOYD!.—Grito cuando veo como ponen a Boyd sobre las manos de Derek y estas traspasan.
Los ojos de Boyd se tornan llorosos y su ámbar brillante comienza a titilar hasta desgastarse.
Ethan y Aiden se giran a verme, lo se por que también los miro, solo que esta vez es diferente. Ellos con pena y yo con tristeza. Quisiera que haya ira pero no lo hay. ¿Por que no la hay?.
El cuerpo de Boyd cae en el suelo.—Te daré hasta la siguiente luna llena, Derek. Toma una desición inteligente Únete a la manada. O la siguiente mataré a todos.—Dice la alfa mientras camina con los gemelos detrás. Estos vuelven a frenar para ver lo que causaron y con fingida seguridad caminan tras la mujer.
Mi cuerpo reacciona por si solo, corro hacia Boyd y lo veo allí.—Boyd.—Susurro.
—Está bien.—Dice entrecortadamente.
—No, no lo está.—Dice Derek con desesperación.
—Está todo bien, Derek.
—Lo lamento.—Derek mira su beta con pena en ellos.
—L-luna llena,—Boyd empieza a hablarnos y mis lagrima se acumulan en mis ojos.—esa sensación. Valió la pena. Siempre me pregunté como sería el eclipse lunar para nosotros, para el eclipse lunar.—Boyd se traba cada vez más en cada palabra que dice.—Raquelle.
—¿Si?—Boyd me mira y me da la mano. Yo no puedo aguantar mis lagrimas y se me sale una por el ojo izquierdo.
—Nunca lo supiste, p-por que e-ella no quería que te enteraras—Boyd toce fuertemente.—Tú, tú- tú eras el ancla de ella. Eras el ancla de Érica.—Él toma una respiración profunda que se va tornando lenta y entre cortada hasta que ya no la escuchamos. Ni Derek ni yo.
Boyd suelta mi mano y su cuerpo deja de moverse. Boyd murió.
Aún en estado de shock puedo ver como Cora, la hermana de Derek toma el cuerpo de él y lo da vuelta, llora sobre él y eso hace que pueda moverme un poco.
Mis brazos viajan al lado de Derek los coloco sobre los suyos y hacemos algo que nunca hicimos antes, darnos un abrazo.
Necesitamos eso. Ambos.
Tal vez no era muy cercana a Boyd como lo era Isaac o Érica pero aún era mi amigo. Y él murió junto a ella.
Esto, estás muertes no van a ser en vano, no lo voy a permitir.
Kali, esto es solo el comienzo. El comienzo de tu final.
Vas a morir bajo mis manos y eso lo prometo, cueste lo que cueste.
[NOTA DE AUTORA]
mamasita, lo que me ha costado escribir esto. He tenido uno de esos dias en los cuales extrañas a un oc y quieres escribir sobre él pero no tienes tiempo. Asi que hice lo que nadie haría, irme al baño con mi computadora y escribir.
suena muuuy asqueroso, y lo es, pero la verdad me concentré mucho en escribir.
Y pues aquí estoy.
Dios, pobre Quelly. La amo tanto pero en esos momentos no me gustaría ser ella.
En fin...Espero que tengan bonito día, tarde, noche o el horario en el que se encuentran.
Les ama, Luuu
[gif triste para despedida triste. Rest in peace, Boyd].
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