Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

SEVENTEEN

RAQUELLE


. . . . . . .


Me acerco al escritorio desordenado de mi amigo y tomo la fotografía sobresaliente de allí. Una sonrisa se dibuja al ver nuestras siluetas. En la foto estamos, Stiles, Scott y yo sentados en la banca. La dejo en su lugar y la foto enmarcada de un dibujo llama mi atención.

—Este lo dibujaste tú, ¿cierto?—Pregunto con una sonrisa picara y las cejas elevadas en doble intención.

—Ponlo en donde estaba.—Me dice Lydia con un ligero rubor en sus mejillas. 

—Pero lo dibujaste tú.

—Uno de los que dibujé, sí.—Responde amiga volviendo a voltear a ver los hilos rojos.

Yo ruedo los ojos y me acerco a ella.

—Le gustas a Stiles.

—O quizá le guste mucho el dibujo.—Lyds me mira y yo me doy la vuelta para mostrarle el regalo que mi amigo tenía para ella.

"Para Lydia..."

—Basta.—Me saca el regalo de las mano y se aleja para dejarlo en la cama. Su telefono suena y ella lo mira rapidamente. —"Nada en el hospital, Derek va a la escuela, Isaac busca a Allison."

—Eso significa que Scott está con el sheriff.

Ambas nos asentimos y me giro a ver el poster de Stiles, el cual casualmente es de un hombre lobo, luego veo una forma al lado de este. Me acerco a verla con más claridad, es una figura. 

Mis ojos se cierran y cuando los abro ya no estoy con Lydia en la habitación de Stiles, ahora estoy en un lugar frío, húmedo y escalofriante.

Unos pesados y ruidosos pasos se escucha cuando se dirige a mi.

 —Oh, Raquelle, Raquelle, Raquelle...No sabes lo que te has perdido.—Me dice la voz del monstruo enrollado en vendas desgastadas y dientes afilados.

—¿Que quieres?—Pregunto.

—Siempre directo al punto, mi conejita.—Un escalofrío recorre mi columna cuando escucho el apodo.—¿Quieres ayudar a tu amigo o quieres dejarlo morir?

—Ayudarlo.—Respondo con rapidez, la sonrisa de él hace que se noten más sus colmillo afilados.

—Mientras más lo sacas más se agranda.

Mi ceño se frunce.—¿Que-

—Vamos, conejita, no es tan difícil.—Me dice a lo que yo trato de conectar mi cerebro con la realidad y lograr una respuesta a su acertijo.—Tal vez necesites algo que...Te motive.

Él se acerca a mi y por alguna extraña razón me quedo quieta, no me puedo mover, y no puedo hablar. Su cabeza se gira hacia un lado y sus manos toman mis mejillas. Empieza a susurrar algo y pronto la imagen de Stiles aparece en mi cabeza.

—¡Ayuda! ¡Sácame de aquí, por favor!—Stiles grita lo más que puede, sus ojos están llenos de lágrimas, su cuerpo tiembla con fuerza y su pie está sangrando.—¡Raquelle, por favor!

Luego de eso, Stiles desaparece y yo respiro con fuerza abriendo los ojos. Busco al de vendas, él está a unos metros de mí, mirándome con una sonrisa.

—Mientras más lo sacas más se agranda.—Me habla, yo cierro los ojos y suspirando respondo con temor de haber dicho la respuesta errónea.

—Un hoyo.

Su risa me hace entender que lo dije bien.

—Mientras más seca, más se moja.

—Una toalla.

—Cuando una puerta no es puerta.

—Cuando está entreabierta.

—Todos la tienen pero nadie puede perderla.

Mis ojos se agrandan y mis labios tiemblan un poco, de repente la habitación se hizo más fría.

—Vamos, Raquelle...Tú la sabes bien.—Susurra acercándose a mi.—Conejita, eres inteligente, piensa...

—No puedo. No sé.—Respondo con mi voz ligeramente baja.

—Piensa.

—No lo sé.

—¡Piensa!—Está a unos pasos de mi cuando su volumen de voz sube.

—¡No lo sé!

—¡PIENSA!

—¡NO LO SÉ!—Le grito cuando siento su aliento en mi nuca. Sus dedos pasan por mi cuello y mi respiración se atasca, él empieza a hacer fuerza en el área como si me estuviera amenazando en cortarla silenciosamente.

—Vamos, conejita.—Susurra con tranquilidad apretando sus garras en mi garganta, comienza a deslizarlo con fuerza y siento una gota de sangre caer sobre mi camisa.—Piensa.

Cierro mis ojos con fuerza y dejo que unas lagrimas se escapen de estos.

—¡La sombra!—Grito con fuerza a lo que él frena su mano a medio empezar a cortar.

—Bien hecho, Raquelle, lo has ayudado.—Mi amigo aparece a frente mío con los ojos cerrados, hecho bolita. 

—Stiles...—Susurro inconscientemente, él parece haberme escuchado por lo que empieza a buscar desesperadamente a su alrededor.

—¿Quelly?—Me llama y yo asiento, el de vendas ríe a mi costado.

—No te puede ver. Eres solo una ilusión para él.—Dice antes de que pueda verme a mi, o bueno, la copia malvada, agacharse enfrente de Stiles y tocar una trampa para osos.

 —¿Raquelle?—Pregunta Stiles y ella le sonrie antes de empezar a hacer presión en la trampa que atrapa su pie ensangrentado.—¡Raquelle! ¡RAQUELLE!—Los gritos de mi amigo se hacen más fuertes y pronto todo se difumina.

—¿Raquelle?—Siento como algo me toca y automáticamente me giro para agarrar con brusquedad el brazo de la falsa pelirroja. Mis ojos escanean la mirada de ella, tiene miedo y confusión. Yo pestañeo un par de veces antes de soltar su brazo como si quemara.

—Lo siento...—Le digo, Lydia toma su brazo para sobarlo mientras su mirada no se despega de la mía, pidiendo explicación. Una de la cual no le quiero dar.

—¿Estás bien?—Me pregunta acercándose a mi. 

Que no lo haga, no resisto cuando me abrazan.

—Si, solo no me vuelvas a asustar así.—Trato de ser lo más evitativa posible.—Ya sabes...Soy una cazadora, es parte de mi instinto.—Río forzosamente. Ella me mira más intensamente y yo carraspeo dándome la vuelta.—Creo que deberíamos seguir con esto. 

Me giro y suspiro viendo los hilos rojos, paso mi mano por este y lo suelto.

—¿Que hiciste?—Me pregunta repentinamente Lydia, me doy la vuelta y la miro.—¿Tocaste una cuerda?

—Quizá.—Digo con cuidado. 

Ella frunce el ceño y se gira a la cuerda que está frente a ella, su mano toma el hilo y lo suelta.

—¿Oyes algo?

—Si, como si tiraran una cuerda.—Respondo diciendo lo que oí.

—¿No oíste gente susurrando?—Me pregunta con un poco de desconcierto.

—Desde luego que no, y creo que si tuviera super oído, tampoco lo haría.—Hablo con honestidad viendo como la concentración de Lydia está en el tirante hilo rojo.

Ella se inclina y coloca su oído cerca de estos, luego los tira. Su rostro cambia rápidamente.

—¿Enserio no los oyes?

—Lyd, creo que nadie los oye más que tú.—Digo recordando lo que debe ser una Banshee.

—Están susurrando.—Ella cierra los ojos y se centra en el ruido que solo ella escucha.—Algo sobre una casa.

—¿Que casa?

Lydia se gira y mira a una fotografía que está en el tablero de Stiles.—Esa.

Ambas nos acercamos.

—¿Que es la casa Eichen?—Pregunto.

—Es el hospital psiquiátrico.—Me dice mirándome.—¿Como es que no lo sabes? Llevas viviendo aquí dos años y un poco más.

Me encojo de hombros—Pensé que se llamaba hospital psiquiátrico. 

—Ahí fue internado William Barrow, el que puso la bomba.—Me explica y mis labios se separan ligeramente de la impresión.

—¿Eso es?

—Ahí está.—Me responde.—Ahí está Stiles.

Mi ceño se frunce, hay algo que no me va...Alguna pieza que no encaja.

[...]

Lydia y yo estacionamos en la casa Eichen para esperar a los policías. Cuando ellos llegaron, ambas bajamos y nos acercamos al sheriff. Puedo ver a Scott y a Aiden.

—Chicas, sé que tú tienes ese extraño poder,—El Sheriff mira a Lydia y luego a mí.— y sé que Stiles confía en ti con su vida, así que no quiero preguntar: "¿Estás segura?", pero...

—Está aquí. Juro que está aquí.—Lydia le corta su habla.

—Y yo confío en ella, así que si, estamos seguras.—Agrego mirando al señor Stilinski.

Los oficiales se colocan al frente de la puerta y todos pasamos al centro psiquiátrico, el sheriff se acerca al recepcionista.

—Necesito acceso a todas las habitaciones subterráneas.—Le dice al hombre. Este asiente y nos guia. 

Bajamos y seguimos el instinto de Lydia.

—Es aquí.—Exclama la falsa pelirroja y empezamos a acelerar el paso.—Justo aquí.

Llegamos a una puerta y el sheriff la abre con apuro. Los cinco bajamos las pequeñas escaleras que hay y nos encontramos con varias cosas viejas y en mal estado. El sheriff apunta con la linterna a todos lados.

Con los chicos nos ponemos a buscar en todas partes, Aiden me mira y yo asiento, él pone sus ojos azules eléctricos y empieza a mirar a su alrededor.

—No hay nadie.—Me susurra Aiden al lado mio.

—¿Lydia?—Pregunta Scott acercándose a ella.

—No entiendo. Tiene que ser aquí.

Me separo de mi novio y me acerco a Lydia cuando noto que el Stilinski mayor está teniendo una lucha interna.

—¿Dónde está entonces?—Pregunta dándose la vuelta y viendo a mi amiga, llego a Lydia lo más rápido y me coloco enfrente de ella.—¡¿Dónde está?!

—¡Señor Stilinski!—Le digo con fuerza. Él mira a Lydia, quien está atrás mío con lágrimas en los ojos.—¡Calmese!

—Lo siento.—Se disculpa volviendo en si.

—No entiendo.—Dice Lydia con la voz quebrada. 

Scott toma a Lydia y empiezan a subir las escaleras junto al sheriff, miro a mi costado volviendo a fijarme por última vez. 

Mis ojos se abren con rapidez al ver el cinco que todos los sobrenaturales tienen detrás de su oreja, este está hecho con alguna piedra. 

—¿Raquelle?—Aiden me llama y yo me giro a verlo con una sonrisa.

No otra vez. Por favor, que no sea mismo. 

—¿Si?

—¿Vamos?—Aiden pone su mano en mi cintura incitando a que subamos y abandonemos el lugar.—Él estará bien.

Yo asiento.

[...]

 OMNISCIENTE

Derek baja del auto junto al novio de la rubia, él tiene unas pinzas de electricidad.

—¿Crees que solo está sonámbulo o hay algo más?—Pregunta el castaño menor.

—En esta ciudad, siempre hay algo más.—Responde el lobo mayor.

—¿Y si te digo que sé algo más?—Aiden mira al pelinegro y este deja de moverse con interés a lo que dice.—Oí por casualidad...Escuché a Stiles hablando con Scott. Piensa que él es quien escribió el mensaje en la clase de química. El mensaje que le decía a Barrow que matara a Kira.

—¿Crees que el flaco e indefenso Stiles es el nogitsune?—Pregunta con poca creencia el Hale.—¿Un poderoso espíritu oscuro?

—No soy el único. Soy el único que lo dice.—Le responde Aiden.

—¿Esa cosa quiere poseer a alguien y elige solo a Stiles? ¿por qué no elegir a alguien más grande y fuerte, y que tenga experiencia? Alguien con un poco más de...—Derek deja de hablar en cuanto sus palabras empiezan a cobrar sentido.—Poder.—Él mira a las pinzas de sus manos y luego las une. Estas chisporrotean y con la pinza izquierda hace un movimiento como si lo lanzara, como si fuera una daga...

Aiden lo mira y pronto entiende lo que hace. Raquelle y Stiles. 

[...]

RAQUELLE


Scott, Lydia, Melissa, Rafael y yo nos levantamos cuando vemos al Sheriff Stilinski venir hacia nosotros.

—Él está durmiendo. Está bien.—Al decir eso todos suspiramos con alivio.—No se acuerda de mucho.—Scott y yo compartimos miradas.—Fue como un sueño.—El sheriff mira al McCall mayor.—Gracias.

—El repelente en la guarida de los coyote para ahuyentar a los animales. No podía acercarme sin tener los ojos llorosos. Que bueno que lo dijo por telefono.

—No, fue más que eso. Gracias.—Le dice de nuevo el sheriff.

—Fue una conexión fortuita.—Vuelve a decir el McCall.

—McCall, ¿te puedes callar y aceptar mi sincera gratitud?—El señor Stilinski le dice ya harto de que no acepte las palabras.

—Aceptada.—Rafael estira su brazo y lo estrecha con el del Stilinski.

Scott y yo nos miramos con una sonrisa.

—Ustedes tienen escuela en menos de seis horas. Vayan a casa, a dormir.—Habla Melissa McCall. 

—Sí.

Los tres nos despedimos de los mayores y empezamos caminar.

—No se que sucedió. Estaba tan segura.—Dice Lydia mirando al frente. Scott estaba a su lado derecho, mientras que yo estaba en el izquierdo.

—Si, tampoco ayudé mucho.—Scott la mira.

—Y ni hablar de mi.—Apreto los labios.

Scott nos mira a ambas con una sonrisa.—No importa mientras él esté bien.

Lydia asiente antes de girarse y mirar hacia todos lados buscando algo.

—Lydia, ¿oíste algo?

—No, no oí nada.—Le responde a Scott y yo la miro con el ceño fruncido. 

Está mintiendo.

[...]

Scott y yo no nos separamos en ningún momento, necesitamos el apoyo del otro. Recibir la noticia de que Stiles puede llegar a tener Demencia como su madre, la cual lamentablemente murió por esta enfermedad, no es algo cálido y fácil de llevar en el día de hoy.

Scott entra en los vestidores de los hombres y yo lo sigo, realmente no le importa a nadie que entre, jamás entendí por qué. 

Scott se sienta en una banca y yo lo sigo al lado de él, tomo mis piernas entre mis brazos y apoyo mi cabeza sobre mis rodillas. Me siento distraída, no puedo dejar de pensar mil cosas, ideas, posibles opciones. 

—¿Sabes?—La voz de Scott hace que salga de mi torbellino interno.—Estaba pensando en ir a las seis a visitar a Stiles. ¿Te gustaría acompañarme?

—Claro.—Murmuro viendo a los chicos que pasan al lado nuestro.

Scott deja el telefono de él a un lado y se levanta para cambiar su camiseta. Luego toma sus cosas y me mira tendiendome su mano.

—¿Estás lista?—Me pregunta.

—No.—Le respondo tomando su mano y parandome para salir de allí e ir a nuestras clases.

Cruzamos la puerta y ambos vemos a las personas pasar junto a sus amigos. El poco humor de Scott decae notablemente, eso hace que tome su mano y la entrelace con la mía. Él me mira y me sonrie un poco.

—¡Scott! Hola...—La voz de Kira hace que me quiera dar vuelta pero Scott me aprete lamano.

—No estoy listo para hablar con ella.—Me dice en voz baja y yo asiento. Doblamos en la esquina y me giro para ver a Kira, pero me encuentro a Derek mirandome.

¿Que rayos hace Derek Hale aquí? ¿Y como mierda lo han dejado entrar?

[...]

Scott y yo nos encontramos con Lydia en su casillero, ambos nos miramos y nos acercamos a ella. 

—¿Lydia?—Pregunto cuando ella se pega un salto al momento en el que Scott cierra su casillero.—¿Estás bien?

—Sí. Solo hipersensible a los sonidos fuertes hoy.—Me responde viendo a su alrededor.

Se sobresalta y con Scott vemos a nuestro alrededor buscando ese algo que la hizo reaccionar así.

—Oye, le harán los exámenes a Stiles toda la tarde.—El alfa le empieza a hablar.—Pensábamos ir a verlo como a las seis. ¿Quieres venir con nosotros?

—Debería irme a casa.—Responde en voz baja. Ella se asusta otra vez y sus ojos se hacen brillosos de las lágrimas.

—¿Seguro que estás bien?—Scott la mira.

—Si. Les mando un mensaje más tarde.—No dice dándose la vuelta para irse.

—Claramente no lo está.—le digo al moreno, y él me mira.—Ella escuchó algo ayer.—Le murmuro.

—¿Como?—Él me pregunta sin entender.

—Estaba mintiendo. 

Scott me mira con preocupación.

[...]

Unas horas más tarde, Melissa nos abre la puerta de la habitación blanca en la que le harán los estudios a nuestro amigo.

—Stiles, debo advertirte escucharás muchos ruidos en la RM.—El doctor encargado de la radiografía le empieza a hablar.—Se debe a los pulsos eléctricos que atraviesan los espirales de metal dentro de la máquina.

Mi ceño se frunce.—¿No hay ninguna manera para que no haya esos ruidos raro?—Le pregunto al mayor, él niega.

—Solo, si él quiere, le podemos dar tapones o audífonos.

Lo miro y niego.—Me imagino que los audífonos son sin música, ¿cierto?—Él asiente.—¿No hay ninguna-?

—Quelly, estaré bien.—Me dice Stiles y yo apreto mis labios.—No, no necesito nada.

—Estaremos del otro lado de la ventana.—El padre de Stiles lo mira.—¿Sí?

—Sí.

Los mayores se van y nos dejan a los tres solos.

Stiles está sentado en la parte de metal que introducirán en la máquina para hacerle una radiografía completa.

—Saben lo que están buscando, ¿cierto?—Nos mira, Scott no quiere verlo por que sabe que se largará a llorar.—Se llama demencia frontotemporal. Áreas de tu cerebro empiezan a encogerse. Mi mamá tenía eso.—Al decir eso, Scott levanta la vista con lágrimas en sus ojos, al igual que yo. Es un tipo de demencia que puede afectar a los adolescentes. Y no hay cura.

—Stiles, si la tienes, haremos algo al respecto.—Digo mirándolo, sin contener mis lágrimas.

—Yo haré algo.—Agrega Scott sacandose la lágrima que salió de su ojo.

Stiles lo mira y me mira. Luego abre sus brazos y nos abrazamos con fuerza.

Nos separamos y le sonrio.

—Tú no morirás.—Le digo y él baja su cabeza. Yo tomo su rostro con mis manos y lo obligo a mirarme.—Tú no lo harás. Primero muerta, antes que verte a ti así, ¿queda claro?

Stiles sonrie un poco y asiente, yo lo abrazo de nuevo dejando que las lágrimas salgan de mis ojos sin contenerme.

Nos miramos una última vez antes de que Scott y yo salgamos. Stiles se acuesta en la cosa esa que no luce para nada cómoda, y luego lo introducen a la máquina.

—Bien, Stiles. Llevará entre 45 minutos y una hora.

Un jadeo sale de mi y miro a Scott.

—¿Cuarenta y cinco minutos o una hora? ¿Es enserio?

—Recuerda, trata de no moverte. Ni un poquito.—Una risa sale de nosotros.—Stiles, escucharás ese ruido ahora. Serán fuertes estruendos. Como un martillo golpeando un yunque.

El sonido empieza y mis manos se dirigen a mis orejas. Es doloroso. Mi respiración se atasca de nuevo, y empiezo a mirar a todos lados, nadie me presta atención. Empiezo a hiperventilar y Scott lo nota.

—¿Raquelle?—Me toma de los brazos y me acerca a él.

—Quiero salir de aquí.—Murmuro como puedo. Él asiente y abre la puerta.

Salgo afuera y me apoyo contra la primera pared que veo, Scott se coloca detrás mío y soba mi espalda esperando a que me calme.

Al menos cinco o siete minutos bastaron para que me respire normal y me tranquilice.

Miro a Scott y le sonrio un poco.

—Iré a tomar aire afuera.

—¿Quiere que-?

—¡No!—Digo con fuerza y luego carraspeo.—No.

Empiezo a caminar y me dirijo a la azotea del lugar, unas voces se escuchan por lo que me oculto atrás de una pared. 

—¿Qué buscamos?

—No estoy seguro.—La voz del moreno hace que frunza el ceño.

—Stiles no estaba simplemente luchando consigo mismo, ni tampoco estaba solo.—Scott se acerca a Derek.—pero tú ya sabías eso, ¿no es así?—Le pregunta al pelinegro.—Dime quien es.

—Scott...

—¡Dime quien es!

—Raquelle.—Al oír mi nombre una sonrisa se forma. 

Scott niega y se acerca a una de las cercas que cubren los cableados de electricidad. Él se sube y toca algo, luego lo lanza al suelo. Los materiales que usó "Barrow" cayeron, revelando la verdad.

—Ellos nos protegían de si mismos.—Dice Scott mirando a Derek y luego al cable de electricidad suelto.

Mi cuerpo empieza a moverse por sí solo, empiezo a bajar las escaleras de la azotea y camino hacia la habitación en la que están haciendo los exámenes a Stiles.

Una vez entro, nadie me ve, nadie puede hacerlo.

—Es hora, Void.—Susurro acercándome a la persona de vendas.

Él me sonrie y cierra los ojos, haciendo que las luces empiezan a parpadear.

Los dos salimos de allí y nos vamos a buscar su ropa.

Los enfermeros, médicos de toda clase, corren por todos lados. El Stiles de apariencia enfermiza camina junto a mi y frenamos frente al elevador.

Las puertas se abren y la figura conocida de la madre de Kira se hace presente.

—Me conocen.—Habla Noshiko.—Entonces sabrán que no me disuadirán con los huéspedes que elegiste. Aunque sean dos jóvenes inocentes...O bueno, uno de ellos al menos lo es.

—¿Nos estás amenazando?—Pregunto mirando a la señora Yukimura.

Dos onis aparecen detrás de ella.

Void hace una mueca y me mira, ambos nos sonreímos antes de ver a la mujer.

—Ahora yo los amenazo.

—No nos asustan tus pequeñas luciérnagas.—Habla el chico a mi lado.

Él y yo nos miramos antes de darnos la vuelta y empezar a caminar.

—Si el oni no puede vencerlos, conozco a alguien que podrá.—La voz de la mujer hace que nos detengamos y la volvamos a ver.

—Nadie nos detiene.—Digo mirándola, Void me sonrie.

—Raquelle...

Le asiento entendiendo lo que quiere decir. 

Todo se vuelve negro antes de que aparezcamos arriba de la azotea otra vez.

Nos acercamos a donde está el cable suelto y con fuerza lo tomo, uso mis dos manos para pasarlos a mi compañero, él me sonrie para luego con fuerza partirlos a la mitad.

—¿Haces los honores?—Me pregunta a lo que yo asiento.

—Con mucho gusto.

Tomo el cable y miro a la chica que está abajo nuestro, con un empujón veo como el objeto empieza a chisporrotear y se dirige a ella. 

Ambos sonreímos mirándonos.

—Está hecho.—Dice él.

Nos damos la vuelta y empezamos a caminar lejos del lugar. Bajamos las escaleras y vemos a las personas correr y gritar. Llegamos a la parte del aparcamiento y nos subimos a su Jeep.

[...]

OMNISCIENTE

Ya pasaron dos días desde la desaparición de Stiles Stilinski y Raquelle Argent, se notaba la tensión en el ambiente, en todos de hecho. Se notaba la falta de ellos. Pero tenían que seguir con sus días cotidianos, sacando lo sobrenatural, aún tenían que hacer trabajos, practicar lacrosse, etc.

Es por eso que ahora, en la escuela, coach se encuentra dando un discurso.

—¡Atención!—El silbato del mayor suena provocando que todos dejen de hacer algo.—Si alguien ve a Stilinski y a Argent, llamen al primer profesor que vean, ¿entendido?—Todos asintieron.—En especial por la Argent. Carajo, como extraño a esa chica, tenía carácter.—El coach sacude su cabeza antes de alzar un plumón.—En mi escritorio, tengo una tarjeta para Isaac Lahey, y todos ustedes, perdedores, además de firmarla, van a escribir un mensaje personal tan profundo que me van a hacer llorar. ¿Quien va primero?—Danny se levanta y el entrenador lo felicita.—Que sea apto para todo público.

—Ni mi novia ni Stiles aparecen y no hay ninjas demoníacos.—Habla Ethan desde el otro lado de los vestidores.

—Las cosas están muy tranquilas.

—Lo sé.—Responde Scott.—Me están empezando a preocupar. El alfa verdadero los calla antes de que hablen y agudiza su oído.—¿Oyen eso? Es un emisor. Uno de los Argent.

Aiden mira a Scott.—Raquelle...

—Viene del sótano.—Dice Ethan mirando a su hermano, él es el primero en empezar a caminar.

Los tres bajan hasta el lugar y allí se encuentran en un lugar apartado a Stiles y Raquelle.

Stiles mira a Stiles y se dan la vuelta, este eleva las manos.

—Sé lo que están pensando, pero soy yo.—Dice el pálido

—Somos nosotros.—Agrega la rubia.

Ethan y Aiden sacan su lado hombre lobo y corren hacia Stiles.

Raquelle abre los ojos y se acerca a su novio.

—Aiden, espera. Basta.—Le suplica, este la mira por un segundo antes de que el gemelo la tome de los hombros y la empuje contra la pared.

—¡Dije que paren!—Exclama Scott reluciendo sus ojos de alfa. Ethan suelta a Raquelle y se acerca a su hermano.

—Scotty, lo juramos. Somos nosotros, Quelly y Biles.—Dice la Argent haciendo referencia sus apodos.

—No sabemos donde estuvimos los últimos días, ni que hicimos, pero somos nosotros.—Habla Stiles.

Scott los mira sin terminar de confiar en ellos.

Raquelle mira a Scott.—El día del salon de musica.—El alfa se queda quieto y en silencio.

—¿Saben que pasó en el hospital?—Pregunta el gemelo que salió con Danny.

—Sabemos más que eso.—Responde Stiles. Él va hacia una bolsa que está debajo de todo, y Aiden aprovecha eso para acercarse a su novia y tomar su rostro entre sus manos.

—Eres tú.—Dice y posa sus labios en los de ella, besándola. 

—Lo soy. Lo soy, Aiden.

Ambos se miraron y el hombre lobo la abraza con fuerza.

—Es un plano del cableado eléctrico del hospital. ¿Ven esas marcas en rojo? Es mi letra. Sé que fui yo. Yo causé el accidente. Yo causé que Raquelle sea parte de esto.—El silencio reina por unos segundos antes de que el pelinegro lo rompa de nuevo.—Y todo lo que hay en esta bolsa, podría ser parte de algo más grande. 

—Pero ésta vez, creo que fui yo.—Dice Raquelle, Aiden la abraza de lado.

—Fuimos los dos.—Corrige Stiles mirándola.

Ethan toma lo que hay en la bolsa, y ve una especie de dibujo.

—Fui yo, presta atención a esa letra. Es la mía, Stiles. Y solo mía, no hay rastro de la tuya.—Raquelle le habla con un tono fuerte.—No te culpes a ti.—Su voz se relaja un poco más.

—¿Que diablos hiciste, Raquelle?—Pregunta su cuñado.

—Creo que algo peor que lo de su otro yo.—Habla ella mirando a Stiles.—Mucho peor.

Stiles se levanta y apoya las cosas en la mesa de su lado, saca todo lo que está adentro. 

—¿Lo ven?—Habla la rubia.

—¿Qué es esto?—Pregunta Scott viendo a la especie de soga atada con varios nudos.

—Es un nudo de nueve.—Dice Raquelle con el ceño fruncido.—En los entrenamientos para ser cazador te enseñan de estos, son los que restan más movilidad. Es para apresar y torturar, se hace más fácil.—Explica al ver la mirada confundida de todos.

—¿Qué diablos hacías? ¿Construías un Terminator?—Pregunta Ethan.

—Espero que sea eso y no algo peor.—Murmura mientras acepta el abrazo de Aiden. Este está atrás de ella y rodea sus brazos por el estómago.

—Chicos esto es un mapa.—Scott mira lo que toma de la bolsa. 

—¿No es el camino a campo  traviesa?—Pregunta Ethan señalando una parte del mapa.

—Este es el auto de los Tate, en el que murió la familia de Malia Tate.—Scott habla.

—O sea que ahí fue donde el padre puso las trampas dentadas.—Stiles mira a Raquelle.

—¿Que significa eso?—Pregunta Aiden. Raquelle se da la vuelta separándose de sus brazos.

—Que hice algo muy malo...Y peligroso.—Dice con la voz medio quebrada.


[NOTA DE AUTORA]


JODERRRRRR, lo he logradoooo. Dios, a veces me detesto por no poder subir capitulos. Pero hoy me he amado un poco por esto. Es que lo llevo planeando hace mucho y me causa emoción. 

gracias por los 5k NO ME LO PUEDO CREER.

Este capítulo va dedicado a las personas que se toman el tiempo para leer el libro y votar, esas que hicieron que pase de ser 150 leídas a 5k de leídas. 

Enserio, gracias. Les amo con mi alma, con mi corazón, con todo mi ser.

Tengan lindo día, tarde, noche o el horario en el que se encuentren.


















Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro