Jeon Jungkook

La vista que tenía era como en esas típicas fotos de parejas cursis que hay como de montones en Pinterest, mi mano estaba sujetaba la de una chica que me arrastraba con ella por un hermoso valle de cerezos.

Me invadía una cálida y extrañamente familiar sensación a pesar de que no poder ver su rostro. Su pequeña extremidad encajaba perfectamente con la mia y solo podía apreciarla de las clavículas hacía bajo, aunque comúnmente se daba vuelta y ambos saltábamos juntos.

Era tan hermoso, que no necesitaba saber quién era esta chica o dónde quedaba el lugar para entender que entre nosotros había aqquella conexión y naturalidad que tienen dos personas que se aman.

Pero era un sueño; un sueño que llevaba atormentándome todas las noches, que me torturaba de tal manera en que ni la ayuda psicológica pudo lograr arrancármela de la cabeza. Era una conclusión descabellada, sin embargo sentía como si fuese la imagen del destino o del pasado, como si de un recuerdo se tratara.

Dicen que si sueñas o si te reencuentras con el amor de tu vida pasada es porque tuvieron un trágico final que interrumpió una promesa de amor. Entonces, ¿qué habrá hecho mi yo pasado para ser perseguido por ese sueño desde que tengo memoria?

Ni las prácticas del verbo to be, que he visto desde la primaria, me lo he aprendido tan fielmente como lo hice con aquella chica de piel poco tostada y sedoso cabello.

Siseé y comí del tentempié de madrugada, considerando seriamente en emprender un viaje a cualquier lugar con el fin aclarar mis ideas y gastar mi sueldo mínimo en souvenirs para mis amigos y comidas de restaurantes caseros.

Debían ser casi las cuatro de la madrugada y yo pensando en esta clase de tonterías. Y no solo eso, sino que también me da por romper mi dieta.

A pesar del bajo sueldo, me agradaba mi trabajo.

Crecí bajo la fija mirada de mi papá y su obsoleta creencia de que el trabajo es para llevar el plato a la mesa y no para divertirse, aún así, podría molestar a Yoongi y a Seokjin todo el día sin paga, pero ambos tienen una pequeña cafetería y decidieron darme empleo en ella.

—¿Ya sabes qué vas a hacer con tus vacaciones? —preguntó Seokjin.

—Si fuera por mi, me encerraría en mi cuarto y no saldría hasta a septiembre, pero mamá ya amenazó a mi integridad física y tendré que ir a Daegu —contestó Yoongi con un tono resignado, pero algo encendió el foco que hace mucho tiempo creí haber quemado con tanta estupidez que se me ocurría.

—Hyung —llamé —¿Puedo ir con usted a Daegu?