El aroma cítrico y dulce se desprendía en el ambiente, un panorama inundado por la oscuridad de las cenizas era resultado de los primeros vestigios de la guerra que se aproximaba... Scourge admiraba con gran pesar el desastre causado por los mortales que pretendían doblegarlos.
En su rostro la suavidad de la ira y el dolor de la perdida eran vivos retratos de lo que su alma resguardaba, sus puños se apretaban con malestar. Mephiles se acerca por detrás mientras se acomoda el sombrero que utiliza para cubrirse de los rayos del sol.
—Así fue el resultado de la guerra entre vampiros y lycans —menciona suspirando.
Scourge traga saliva pesadamente.
—Solo fue una parte del bosque y se redujo a nada...
Mephiles se adelanta unos pasos hasta tocar el tronco quemado de un árbol.
—Tibio... el fuego acaba de apagarse, no creo que encontremos a alguien con vida.
Scourge se dio media vuelta, negó.
—Regresemos con los demás, debemos prepararnos para cualquier ataque.
El cazador asintió dándose la vuelta y regresando por el camino que llegaron.
Un nuevo día se asomaba en el palacio, un pequeño erizo dormía plácidamente en su cama, lentamente se despertó envuelto en la comodidad de las almohadas. Sus ojos observaron unos destellos dorados mientras una sonrisa se formaba en su rostro, se incorpora hasta quedar sentado mientras admira a las pequeñas intrusas que dormían con él. Ninfas, hadas y hasta algunos dragones hada estaban acurrucados en su cama.
Una sonrisa aparece en su rostro con un sentimiento de ternura que inundaba su pecho, lo recordaba... cuando era más pequeño esas criaturas lo acompañaban en sus descansos. Con su mano acerca un dedo al dragón hada que al sentir su toque suelta un tierno chillido, se despierta y busca la mano de Manic, allí se posa mientras lo admira.
—Hola —le susurra el verdoso mientras sonríe.
Las demás hadas también se despiertan y vuela a su alrededor mientras algunos chillidos salen de ellas. Manic las admira mientras se siente impotente de todo lo que está pasando.
La puerta de su habitación se abre y muestra al lycan verde quien se detiene al ver a su pareja rodeada de todas esas criaturas. Con una sonrisa se acerca hasta él mientras toma asiento a su lado.
—¿Sabías que las hadas adoran el pelaje de los lycans? En los inviernos suelen buscar sus cuevas para no sufrir del frío y que sus alas no se quiebren —sus manos toman las de Manic.
—Cuando era un niño, solía dormir con ellas, acunaban mis sueños —susurra con nostalgia— supongo que buscan que haga lo mismo por ellas —en su rostro se reflejó la tristeza—. Por qué quieren destruirnos si solo queremos vivir en paz...
Scourge se sienta en la cama mientras sujeta su mentón.
—Manic vamos a lograrlo, detendremos la guerra. No te pongas triste —le pide.
—Aún no puedo entender por qué los mortales quieren causar esto... las criaturas mágicas son hermosas, podríamos vivir en paz con ellos... —las hadas se acurrucan en la cabeza de Manic mientras comienzan a arreglar sus púas—. Imagina que ambos mundos pudieran convivir en armonía...
Scourge se recuesta sobre las piernas de Manic mientras atrae las manos de su pareja y le deja besos en sus palmas. El menor sonríe al tenerlo de ese modo, con suavidad acaricia sus púas y se da cuenta de que algunas se le están cayendo. Con suavidad comienza a quitar las púas viejas mientras el lycan poco a poco se relaja entre sus manos.
—De nuevo estás mudando tus púas... —le susurra suavemente al oído con voz tierna y divertida.
Scourge suelta un quejido al sentir su voz.
Manic se encarga de acicalarlo con suavidad, las hadas se acomodan en el lobo mientras vuelven a dormir, después de unos minutos escucha el leve ronquido del lobo que se ha quedado dormido. Una risa se escapa de sus labios, pero nuevamente la tristeza llena a su corazón.
—Cómo vamos a detenerlos... —se pregunta a sí mismo sin tener una respuesta clara.
[...]
La noche apareció nuevamente con brisas de terror. Los ojos de Zokar admiraban como sus agentes transportaban a las criaturas que capturaron en el primer ataque que tuvieron. Con una sonrisa discreta, pero que revelaba la satisfacción que sentía al ver como su plan estaba comenzando a tener los resultados que deseaba. Desde su balcón se sintió tan pleno y feliz de que hayan capturado a un buen número de esos seres, algunos todavía tenían sus dotes mágicos mientras que otros eran mortales.
El suave rechinido de su puerta le hizo voltear a ver a Rossy y a Infinite que entraban a su habitación.
—Buenas noches, padre —la rosada inclina levemente su cabeza.
Infinite simplemente se paró a la par de la chica sin decir nada.
—Ha sido un glorioso primer enfrentamiento con esos seres, tenemos reportes de varias capturas —cuenta Zokar— me siento satisfecho de tus avances Rossy, no cabe duda que naciste para purificar este mundo.
La rosada sonríe levemente ante ese cumplido.
—Con tu ayuda, jamás hubiéramos podido hacerles frente a estas bestias... —enfatiza el científico.
—Padre me halaga que me digas eso, pero me temo que debemos prestar más atención, los agentes vieron a tres lycans que atacaron a varios de los soldados y ayudaron a las criaturas a escapar —le comenta apretando los puños.
Zokar se ríe como si del mejor chiste se tratará aquella noticia.
—Déjalos... creen que podrán detenerme y se reúsan a su destino, pero no saben que tengo un plan perfecto para ellos —se voltea— su insolencia será mi ventaja, pretenden esconder a las criaturas, pero solo las están poniendo en mis manos... —se quedó un momento en silencio— Infinite este será tu momento, necesito que rastrees el escondite de esas criaturas, iremos con todo.
El alfa se muestra tenso ante sus palabras.
—¿Cuándo planeas atacarlos? —lo cuestiona.
Zokar sonríe de una manera que provocó temor en Infinite.
—Soy un hombre de paciencia, pero necesito encontrarlos esta misma noche —guarda silencio mientras piensa— la purificación debe hacerse lo más pronto posible, no tenemos tiempo que perder.
Infinite asiente, aunque de alguna manera las palabras de Zokar transmiten desesperación.
—¿Acaso tienes preparados a tus agentes? Porque para atacarlos tendrás que usar a la mayoría de tus peones.
—Desde luego... es necesario atrapar al cazador y a todos los rebeldes que lo acompañan... la máxima prioridad es sacarlos de mi camino, así que usaré todos los medios que sean necesarios para ello.
Sin que ninguno de los presentes se percatara, un destello rojo se coló en la reunión y se escondió detrás de unos pilares, sus orejas se alzaron para escuchar la conversación.
—Voy a encerrar en la cárcel de máxima seguridad al cazador y a su esposo voy a torturarlo hasta que olvide que desee jamás haberlo conocido, esa será mi venganza contra él por desacato y alta traición —enfatiza.
Rookie los escucha atentamente.
—Y a sus secuaces... a ellos les tengo preparado algo mejor —su voz se ve ligeramente llena de sadismo—. Desearán que la muerte sea su salvación.
Infinite se cruza de brazos mientras lo escucha, un escalofrío recorre su cuerpo como advertencia de que algo muy malo estaba empezando a mostrarse.
—No hay más que decir —finaliza Infinite quien se mantiene ansioso— tú ordenas.
—Entonces debemos irnos de inmediato —ordena Zokar pasando de ellos— en esta ocasión iré con ustedes, necesito presenciar este hecho histórico.
Rossy e Infinite asienten mientras lo siguen por detrás, los tres salen de ese salón dejando solo el amargo sentimiento de una guerra que se aproximaba. Rookie queda solo en ese lugar, sale de su escondite mientras camina hasta el centro de la habitación. Mientras observaba el lugar se percató de varios libros, se acerca mientras los toma.
—¿Lenguas muertas? —menciona abriendo y leyendo algunos párrafos, elevo su mirada. Planos, esculturas, discos y demás artículos antiguos se encontraban en ese sitio, lo que captó aún más su atención fue el hecho de que habían escritos de vampiros y un mal presentimiento lo hizo soltar ese libro—. Hermanito... debo encontrar a Manic antes —susurra con temor, estaba decidido a escapar para avisarle.
Comienza a caminar hasta la salida, pero algo lo detiene, sus manos tocaron un libro que accionó un mecanismo. Una puerta aparece en la pared y se abre. El lobo rojo admira aquello, viendo a ambos lados y creyendo que quizás se trate de una salida se escabulle por esa puerta.
Su travesía lo lleva por un pasadizo angosto, lentamente camina entre la oscuridad hasta que llega a otra puerta. Con temor toma el pestillo y lo abre. Una fuerte luz lo ciega, pero cuando su vista se adapta ve algo que lo deja atónito.
El lugar lucía como una pequeña pradera.
—¿Cómo es posible que esto quepa en este lugar? —menciona sin entenderlo y dimensionando la capacidad de ese sitio.
Hasta una brisa le acaricia el rostro, por delante observa un bosque. Sin demora se dirige hasta este mientras corre. Debe encontrar la manera de alertar a su hermano del peligro eminente.
Una vibra oscura lo hace detenerse y un choque eléctrico en su cuerpo, mientras se adapta camina lentamente. Es tan extraño, pero su cuerpo comienza a resentir un peso que lo hace sentirse mal. Entre las cortezas de los árboles hay símbolos y dibujos que no comprende, una luna roja y una azul, la noche y el día.
Allí cae en cuenta de algo, con dolor se acerca hasta la pintura de las dos lunas y que una cuenta regresiva se muestra.
—La luna impura... —menciona el lobo—. La luna de los condenados, Madre acaso vas a volver a manchar a tus hijos con esa luna... —susurra con temor.
... “Todos mis hijos nacen de una luz azul... de la luna roja son aquellos condenados por las acciones de su clan, vivirán en la oscuridad como el recuerdo de mi dolor” ...
Rookie abre los ojos cuando lo recuerda, su madre castigó a los lycans hace años atrás por llevar al borde de la extinción a los vampiros.
Cuando su cuerpo se ha adaptado a la energía oscura, vuelve su vista al frente y nota algo más. Sus pasos lo llevan decididos a encontrar lo que sea que tenga que encontrar y se detiene cuando admira una caja de cristal. Se acerca y siente que va a morirse cuando mira un corazón de cristal transparente con una luz dorada que se mueve.
—¿Un hada? —susurra viendo aquello. Con sus manos intenta tocarlo, pero una descarga lo hace retroceder. Se queja al sentir como su mano arde, la admira y nota una quemadura—. Esperas a alguien más... —se incorpora con lentitud y dolor.
Observa a su alrededor mientras nota que está en un círculo con triángulos, retrocede levemente sin despegar los ojos de esas líneas. No podía comprenderlo, no había visto nunca aquellas líneas y menos que un corazón estuviera cerrado en ello, a su mente llegaron varias preguntas y en especial, el porqué de aquel lugar oculto.
Por delante había un altar con flores, caminó unos pasos hasta que estuvo al frente. La imagen de una chica joven, de ojos azules y cabello dorado se encontraba presente en un retrato.
—¿Quién eres tú? —susurra, su mano se acerca hasta la mejilla del retrato y siente una calma tan sutil.
Sus ojos nuevamente se pasean por ese lugar, va conectando todos los puntos que encontró y cae de cuenta en algo...
—Esto no está bien...
Una suave brisa acaricia su rostro haciéndole voltear al retrato y allí comprende que no debe perder más el tiempo.
—Algo muy oscuro se aproxima... —menciona dándose la vuelta—. Manic por favor hagas lo que hagas no dejes que te atrapen.
Sin perder el tiempo comienza a correr en busca de la salida.
[...]
La luna se encontraba en su cuarto creciente, pero se mostraba en tonos rojizos con blanco. Las ramas de los árboles se agitaban ante la llegada de los enemigos, frente a ellos se encontraba el palacio de los magos. Infinite se adelantó, estiro su mano y chocó contra una barrera invisible para los mortales, pero para él, era un polvillo dorado que flotaba.
—Los magos colocaron esta barrera —menciona dándose la vuelta.
Zokar se encamina hasta él mientras se acaricia el mentón, una sonrisa adorna su rostro.
—Querida... —llama a su hija.
Redmoon se adelanta unos pasos, sus manos estaban adornadas por garras de metal, con delicadeza se quitó una y en su palma se hirió. Sangre empezó a brotar de su herida y la acercó a la barrera, al entrar en contacto, la barrera explotó en polvillo rojo. Infinite vio incrédulo lo que la chica acababa de hacer, Zokar al contrario sonrió, se acercó a la chica mientras le entregaba un pañuelo para atar su herida.
—Te dije que no importa lo que hagan, tengo algo que ellos no y es... la purificación misma personificada en Redmoon —sonríe con ímpetu.
La chica se ajustó la garra mientras asentía. Infinite tembló al presenciar el potencial del enemigo.
—Ahora... quiero al cazador —la voz de Zokar se muestra tétrica— los demás, pueden acabar con sus patéticos aliados excepto... —su rostro decae—. Infinite, la pareja del erizo verde, tengo cuentas pendientes con ese pequeño, lo necesito con vida.
Infinite volteó a verlo... quería a Manic, pero si era un mortal a excepción que...
—¿Por qué? —lo cuestiona aun sin poder digerirlo.
—Me temo que voy a reservarme por qué lo necesito con vida, pero te aseguro que no será un obstáculo en cuanto logremos nuestro cometido —saca un arma mientras le quita el seguro—. Vamos a hacer historia... el mundo conocerá mi nombre y rezarán porque acabe pronto con ellos.
Zokar comenzó a caminar con pasos decididos, como si la muerte en persona se acercara.
Mientras el enemigo se aproximaba, los pajarillos de Espio los alertaron. El príncipe se encontraba atónito al ver como su barrera había caído.
—Se acercan y son varios —Espio se aproxima hasta él—. ¡Su majestad!
Knuckles gruño, se dio media vuelta.
—¡Que todos los magos y aprendices se preparen, el ataque es inevitable! —ordena.
La puerta se abre mientras los demás se acercan, Sonic, Shadow, Silver, Mephiles y Scourge.
—¿Knuckles qué demonios pasó con la barrera? —Scourge pregunta sin poder salir del asombro.
—Fue anulada... varios soldados se acercan —les cuenta con impotencia.
Shadow se aproxima con el semblante serio.
—Es imposible... nada puede anular tu poder —agrega Scourge.
—Me temo que encontraron alguna forma —murmura molesto— no podemos exponer a las criaturas, nuestra prioridad máxima es evacuarlas.
—Son demasiadas, exponerlas solo sumará en su captura —aclara Silver.
Knuckles suspira abatido, tiene razón, sin darse cuenta están en un punto perfecto para su caza, pero hay un plan en el que había pensado, usarlo como último recurso era su meta, vuelve la vista a ellos.
—Reúnan a todos en un punto, después les diré lo que haremos con ellos —les pide.
—Debemos frenarlos, el máximo tiempo que podamos —Mephiles se dirige a Shadow.
El cazador asiente.
—¡Iré contigo! —Sonic se adelanta decidido a pelear.
—No —le contesta serio el cazador—. Como tu handler no vas a acompañarme —le ordena— y esta vez me harás caso.
A lo que Sonic se muestra ofendido.
—Eso nunca me ha detenido... —refuta bajando la mirada.
Siente como las manos de Shadow se aferran a sus hombros, los ojos escarlatas del cazador están fijos en su mirada.
—Como tu esposo, te pido que no me acompañes —su voz se suaviza.
Los ojos de Sonic brillaron a causa de sus lágrimas.
—¿Creen que solo irán ustedes? ¡No! —Scourge se une mientras truena sus puños—. Tengo unos asuntos que arreglar con GUN por destruir el bosque.
Mephiles voltea a ver al vampiro albino.
—Ni se te ocurra majestad —le dice serio—. Ya lo hablamos y no voy a dejar que te expongas.
El albino se ofende, se da media vuelta mientras sale de ese lugar molesto.
—Ve con él —le dice Knuckles mientras retoma la charla—, no es momento para estar molestos, necesitamos organizarnos. Los cazadores, Scourge y yo somos suficiente para entretenerlos —señala al resto—. A ustedes los necesito ayudándome a calmar a las criaturas y lo vamos a hacer de la siguiente manera...
Mephiles se aleja de la conversación mientras ve a Silver parado frente a una ventana, con su mano iba a tocar su hombro, pero se detiene.
—¡No te atrevas a tocarme! —lo amenaza el albino con voz seria—. ¡Me dejas fuera de los planes! No es justo...
Mephiles suspira con resignación.
—¿Tenemos que volver a pelear por este tema? —le pregunta—. Recuerda lo que hablamos.
—¡Ya lo sé! —lo detiene mientras baja el rostro—. Sé que soy el último vampiro puro, el único que puede traer de vuelta a mi estirpe y que al ser una de las razas regentes, de morir, el mundo mágico colapsará... —con cada palabra su voz se quebraba.
—Entonces conoces mi posición ante ello, no se trata de que seas débil o... —Mephiles se cruza de brazos y frunce la frente.
—¡No se trata de eso! —le interrumpe con un grito—. Se trata de otra cosa... — Mephiles guarda silencio y solo lo escucha—. Se trata de ti... ¿Qué voy a hacer sin ti? Si tú...
Al cazador abraza al albino, lo estruja sin hacerle daño.
—Tan poca fe me tienes mi amado —le pregunta sujetándole el mentón—, eso me ofende enormemente.
Silver lo admira con esos ojos dorados que se comparaban el oro.
—Confío plenamente en ti —le contesta entre susurros—, pero tan solo imaginar que algo te pase y que eso signifique quedarme solo... no podría seguir adelante sin ti... Mephiles yo te am... —sus labios fueron silenciados por los del cazador.
Se alejó lentamente mientras con sus dedos limpiaba las lagrimitas rojas.
—Mi vida fue tuya, en la muerte soy tuyo eternamente... —junta su frente con la del albino— recuérdalo siempre, te he amado desde mi muerte y necesito que te quedes a salvo. Estaré bien, tienes que confiar en mí.
—Promételo... —le pide.
Silver se aferra a sus brazos sin querer soltarlo nunca.
[...]
Todos los magos y aprendices estaban en la entrada principal del palacio, con la firme misión de proteger a las criaturas y con la plena convicción de que quizás aquella lucha terminaría en muerte, esperaban a los agentes para frenarlos el mayor tiempo que pudieran.
—Madre Luna protégenos de todo mal... —rezaba una maga muy joven mientras escuchaba el temible caminar de los soldados.
La última barrera mágica estaba a nada de caer.
—¡Por el bosque mágico y su gente, prevaleceremos! —grita uno de ellos mientras se coloca en posición para atacar.
La barrera se convirtió en ese polvillo rojo y ante ellos, Redmoon se encontraba de pie con el ejército por detrás.
—No necesitamos hacerlo de la manera difícil —menciona preparándose para atacar.
Los magos tiemblan ante la presencia de la chica.
—¡Jamás cederemos a sus oscuros deseos! —gritan.
—Entonces los obligaremos —menciona por último y lanzándose a atacarlos.
Los magos comenzaron a lanzar hechizos contra los soldados que respondían disparando dardos. Los disparos eran detenidos gracias a la magia que parecía estar tomándoles ventaja, pero...
—No más juegos —susurra Redmoon mientras lleva la mano hasta su cintura y saca un equipamiento, lo lanza por los aires y explota, varias agujas salen disparadas mientras los soldados siguen disparando por delante. Los magos se distraen por un breve momento lo que ocasiona que comiencen a caer uno a uno.
Zokar camina detrás de sus soldados mientras va dejando a los magos con el dardo especial que su hija creo. Entre quejidos y llanto los magos ceden al enemigo provocando un sentimiento de ira en los que los escuchan a la distancia.
—Se retuercen como ratas, la magia muere lentamente —menciona Zokar con devoción ante el dolor de las criaturas.
Siguen por delante con el objetivo claro de atrapar al cazador y al otro erizo. Caminan por unos pasillos hasta que llegan a un amplio salón. Derriban la puerta y notan que el lugar se encuentra en silencio. Los agentes ingresan lentamente mientras están preparados para atacar a lo que sea que encuentren.
—¡Qué memorable! —la voz de Zokar resuena en el salón al ver que alguien se asoma en el balcón.
Con su traje dorado y corona, el rey de los magos aparece ante ellos.
—¿Cómo te atreves a entrar a mi reino y atacar a mi gente? —espeto con el rostro tranquilo, pero en sus ojos podía verse el deseo ferviente de acabar con él.
—Así que estoy en presencia del último regente en pie, el rey de los magos —Zokar hace una reverencia en la cual demuestra su burla.
—Mortal insolente, tus actos serán reprendidos según los acuerdos mágicos —aclara el rojizo.
—No estás en posición de amenazarme, es obvio que te supero en número por si no lo has notado.
—Ya lo veremos... —el príncipe truena los dedos y al instante el suelo bajo ellos se destruye, aprovecha para escapar dejando atrás a los soldados que caían en un pozo profundo.
Redmoon saltó sobre los propios soldados y se aferró a la pared, sus ojos veían con frustración como caían en la trampa. Comenzó a escalar por la pared hasta llegar a una ventana y escabullirse por ella.
Varias puertas detrás de él se iban cerrando hasta que llegó a la última, elevo la mirada y vio a Scourge, Espio y los cazadores esperando por él.
—Los retrasará lo suficiente para llegar hasta el refugio —informa Knuckles.
—Debes marcharte en este mismo instante, a partir de aquí nos encargaremos —Scourge sonríe mientras se estira.
El rojizo se acerca a ellos, extiende la mano y tres luciérnagas doradas aparecen, se elevan hasta pegarse en las manos de los lycans y el cazador.
—De existir una emergencia, los sacarán de apuros.
El verdoso chasquea la lengua.
—¡No seas pesimista, esto se acabará aquí y ahora!
—Mephiles —lo llama serio— al final de la guerra, lleva a todos a un lugar seguro, esperen por mí.
El susodicho asiente.
—Espio... —llama a su fiel sirviente— pase lo que pase, debes resguardar nuestros conocimientos de todo mal.
El sirviente asiente de igual manera.
—Oye suena a despedida, no digas eso vamos a celebrar la victoria —dice Scourge tratando de levantar los ánimos.
El rojizo medio sonríe.
—Tienes razón Scourge, ahora solo les pido tengan cuidado.
Knuckles se encamina al lugar en donde debe encontrar a los refugiados.
Los chicos se preparan para la batalla.
—Debo admitir que es un honor luchar a su lado —menciona Mephiles quitándose el sombrero y lanzándolo al suelo—. La razón de mi existencia se reduce a este momento.
Shadow saca dos armas mientras les quita el seguro y se ajusta el sombrero.
—Es un honor luchar al lado de los cazadores —Espio medio sonríe.
Se escucha como cada puerta va cediendo al enemigo.
—Oh Espio serás quien me case con Manic y más les vale seguir con vida porque mi boda será a lo grande —Scourge se convierte en lycan mientras bromea.
El mago se muestra apenado.
—Lobo no es momento para esos comentarios... —se queja negando.
La última puerta cae y frente a ellos se encuentran los soldados.
[...]
Knuckles corrió hasta la planta baja del palacio, apenas se podía ver el camino por el que se dirigía, pasó una puerta y allí lo esperaban los chicos mientras terminaban de guiar a las criaturas ocultas.
—Knuckles —el albino le sonríe al verlo llegar.
Sonic se acerca.
—Todas las criaturas han sido llevadas al punto —menciona el lycan.
El rojizo asiente.
—Debemos apresurarnos —camina hasta el lugar.
—¿Cuál es tu plan? —se apresura a preguntar el albino.
El príncipe se detiene brevemente.
—Voy a transportarnos lejos de este bosque, al menos tendremos más tiempo para pensar en un plan más elaborado —le dice mientras sonríe— he enviado al doctor para que nos esperé en ese lugar.
Silver asiente y se alejaron de ese lugar hasta nuevamente quedar en silencio, pero ninguno se percató de alguien que los seguía por detrás, dejó un rastro en la pared con sus garras.
Manic se encontraba sentado mientras varias hadas, dragones y demás criaturas se aferraban a él con temor. Mantenía sus ojos cerrados y fruncía el rostro, estaba tan preocupado que apenas podía sentirse en calma. Unos chillidos salían de los pequeños dragones que se aferraban a su calor.
—Calma —les susurra abriendo los ojos y viéndolos con ternura—. Todo estará bien.
Escucharon que la puerta principal se abrió y mostró a los chicos. Con cuidado Manic se incorporó y se acercó hasta ellos.
—Los chicos se han quedado haciendo tiempo —Knuckles baja el rostro— les he dejado un hechizo para que puedan escapar.
Rouge se acerca mientras escucha lo que ha dicho el príncipe.
—Ellos podrán escapar, confío en sus habilidades —anima al grupo.
—Debemos comenzar —indica caminando hasta quedar frente a las criaturas.
Los chicos se dirigen al grupo. El príncipe cierra los ojos mientras comienza a recitar palabras en un idioma desconocido. Un círculo dorado comienza a formarse alrededor de ellos. Manic abraza a Sonic mientras tiembla, poco a poco una luz se desplaza para cubrirlos...
Un fuerte quejido sale de la boca de Knuckles seguido de un golpe en seco. Observan con horror como el príncipe tiembla en el suelo mientras una figura se muestra delante de ellos, alzando las garras manchadas.
—¿Creíste que podías escapar? —le menciona jugando con la sangre del príncipe.
Knuckles maldice mientras respira agitado, intenta que su magia sane su cuerpo.
—¿Qué me hiciste? —le pregunta con ira al ver que no funciona el sanarse.
—Ni lo intentes, ninguno de ustedes es rival para mí. La purificación llegará a todos.
Una bola azul embiste a la chica y la arroja unos metros por detrás. El lycan azul se coloca frente al mago mientras gruñe, Amy se coloca al lado de Sonic mientras gruñe con amenaza.
—Dos lycans, será divertido acabar con ustedes —la chica alza sus garras.
Ambos se lanzan a atacar a la chica haciéndola retroceder.
Silver y Rouge corren a ayudar al mago.
—No, está sangrando demasiado —Rouge se muestra preocupada, sujeta entre sus brazos al príncipe.
Silver maldice y ve a los lycans pelear con esa chica, de repente ve como la chica golpe al lycan y lo lanza unos metros por detrás.
—¡No! —grita al ver que el azul queda rendido.
Manic mira con horror la batalla, retrocede con pánico y deseos de correr.
—Manic... —escucha el susurro de alguien. Sus orejas se alzan, en busca de esa voz. La figura de un zorrito aparece a su lado mientras chillidos salen de su hocico—. ¿Qué pasa? —susurra mientras se agacha a tomarlo entre sus brazos.
Amy continúa dándole batalla a la chica mientras la ataca más feroz y a muerte. Con una mordida dirigida a su cabeza es detenida por las garras de la chica.
—Es inútil luchar... —menciona mientras lucha por detener a la lycan.
Por un momento Amy vaciló y fue suficiente para que la golpeara y arrojara lejos. Amy regresó a su forma zoomorfa mientras veía incrédula a la chica.
—Esperé muchos años para por fin tomar mi venganza... nada me va a detener —Redmoon se incorpora mientras camina hasta el mago.
Una explosión en la entrada toma protagonismo mientras los chicos aparecen esquivando los dardos, Espio crea escudos alrededor de ellos. Retroceden hasta llegar al mago. El zorro que sostenía Manic comienza a quejarse y lo hace tambalear hasta que cae al suelo y corre hasta detrás del grupo de criaturas.
—¡No espera! —Manic intenta atraparlo.
Espio se muestra atónito.
—Su majestad... —Espio tiembla al ver a su alteza herido. Se agacha mientras con su magia intenta sanarlo.
Los disparos se detienen y una figura emerge.
—Han dado muchos problemas pequeños roedores, demasiados problemas —la voz de Zokar resuena.
Sonic vuelve a su forma zoomorfa mientras sujeta su vientre y se incorpora con un ligero dolor.
—No tengo la intención de seguir con sus juegos así que... —al igual que en el ataque anterior saca una bola metálica— podemos hacerlo por las buenas o definitivamente tendrá que ser por las malas.
Knuckles se incorpora, de sus labios brota sangre.
—¡Jamás te entregaré a las criaturas, maldito demonio! —aclara.
Rouge lo sujeta evitando que haga un sobre esfuerzo.
—Es una lástima, después de todo la paciencia no es una virtud —sonríe, lanza la bola metálica al aire y un disparo la destruye provocando que las agujas se dispersen.
Manic logró atrapar al zorro, pero cuando elevó sus ojos al cielo, vio como miles de alfileres caían.
—No temas hermanito —escucho un susurro en su orejita, como si el tiempo se hubiera detenido vio a un lobo rojizo detrás de él—. Te voy a sacar de este lugar.
Ya había visto la técnica antes, Knuckles se sintió desdichado. Todos los chicos buscaron con la mirada al príncipe y corrieron para intentar salvarlo, pero fue en vano, Knuckles ya tenía las cartas jugadas para ellos.
—Te libero... —susurra viendo a Espio rápidamente se activaron los hechizos de los chicos y adicional los que les colocó a Sonic, Amy y Silver.
—¡No Knuckles! —grita Scourge quien se esfuma en polvillo.
Un destello los hizo desaparecer, pero hubo dos que no se activaron y fue el de Manic y Rouge. Ya que un dardo alcanzó antes a la chica y le quitó los dotes mágicos. Al contrario de los demás, Manic desapareció en un fuego rojo.
Los alfileres se clavaron en las criaturas e hicieron que cayeran desmayadas al suelo. Rouge se aferró a Knuckles siendo los únicos que quedaron juntos con las criaturas, los demás chicos desaparecieron. Sintió como varios alfileres se clavaron en su cuerpo, emitió un grito desgarrador al sentir como su magia peleaba contra el veneno en su cuerpo.
Sus manos se aferraron a las de Rouge mientras intentaba mantenerse despierto, pero un golpe aleja a Rouge de sus manos y es sujetado del cuello mientras lo elevan por los aires.
—¡¿A dónde los enviaste?! —Zokar se mostró furioso mientras apretaba su agarre en el cuello.
Knuckles sonríe con ironía.
—Nunca lo sabrás —le contesta cayendo desmayado.
Zokar sin sentimiento lo arroja al suelo y emite un sonoro grito de frustración. El príncipe cae con un golpe en seco.
—¡Eso es lo que crees tú, pero estás equivocado! —maldice.
Zokar se da media vuelta mientras maldice.
—¡Infinite! —lo llama al borde de la locura.
El alfa se acerca entre gruñidos.
—Necesito que los encuentres, esas ratas insolentes deben estar encerradas —menciona con odio luego su mirada se fija en Rossy—. Redmoon, síguelo, necesito el experimento con vida —enfatiza.
—Lo traeré ante ti, padre —le contesta.
—Agentes, deben llevarse a todas las criaturas y encerrarlas —una sonrisa tenebrosa adorna su rostro— a excepción del mago, tengo una tarea para él.
Zokar sale de ese lugar mientras maldice.
Infinite y Redmoon quedan por último en ese lugar.
—Debemos buscarlos inmediatamente... —menciona ella.
—Sígueme el paso —Infinite se convierte en lycan y comienza a correr lejos de ese lugar.
Redmoon lo sigue por detrás.
[...]
Una llama iluminó en la oscuridad de la noche y de ella emergieron dos personajes. Manic cayó de espaldas mientras se quejaba del golpe. Se sienta mientras palpa el lugar, se encuentra sobre césped.
—¡Manic! —escucha una voz que hace mucho tiempo lo llamaba.
Sus ojos se enfocan por delante y allí lo ve...
—Tú... —susurra sin poder creer a quien tenía justo en ese momento.
—¡Soy Rookie, soy tu hermano Manic! ¡Al fin nos conocemos! —el lobito rojo se emociona al verlo.
🐈⬛
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