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Abre sus ojos lentamente, Manic se encuentra parado en la entrada de la aldea de los cazadores. Se muestra extrañado pues una sensación lo acompaña, alguien espera por él. Comienza a caminar mientras ve como en aquella aldea, los cazadores salían y entraban a sus casas.

Era tan extraño, todos parecían estar en paz y disfrutar de su vida. Algunos lo saludaban y otros le mostraban respeto mientras se inclinaban. Manic sonreía un poco tímido, no estaba acostumbrado a esas muestras de respeto.

Era tan extraño, pero sabía el camino que debía seguir, ya que sus pasos lo guiaban. La aldea era próspera y llena de vida, casi como Sonic le contó.

—Manic... —escucha el susurro de una voz, justo frente a él aparece una cabaña.

Algo en su interior le decía que debía entrar, había algo esperando por él. Con cuidado abre la puerta, una modesta casa, es como si ya hubiera estado allí antes. Se adentra y cierra la puerta mientras espera. Un chico cubierto totalmente de negro sale a su encuentro. Manic por más que trató no pudo ver su rostro.

—Ya no eres el niño que alguna vez conocí —dice el extraño.

Manic de algún lugar sintió una familiaridad con ese chico a pesar de no poder verle la cara. El chico se dio media vuelta, se dirigió a una estantería, saco un libro luego volvió hasta el erizo.

—Esta es la llave que buscas —le menciona dándoselo.

Manic lo toma mientras se siente extrañamente en paz con esa voz. El libro se abre y le muestra una página la cual tiene un dibujo de la llave.

—¿Quién eres? —le pregunta esperando que pueda reconocerlo.

El chico eleva su mano y la dirige a su cabeza solo para alborotarle los flequillos mientras se ríe.

—Todo a su tiempo Manic, mientras debes buscar, estás cerca —le menciona con ternura.

Al finalizar Manic siente como es arrastrado hacia atrás y deja al chico, por un momento aquel toque lo sintió tan familiar, pero no sabía de dónde.

Se despertó al instante, abrió sus ojos mientras aclaraba su vista y respiraba agitado. Manic se sentó en la cama donde dormía. Pasó la mano sobre su pecho y sintió una sensación de pesadez. Cuando estuvo más tranquilo en su otra mano sintió algo, una llave.

Abrió los ojos realmente sorprendidos de aquello, pero algo en su interior le decía que tenía que buscar sus sueños. Se incorpora y rápidamente va a la salida, de algún lugar la recuerda exactamente como en su sueño. Salió de la cabaña para ir a la salida y comenzó a repasar el camino. Las mismas casas, el mismo sendero, llegó hasta la casa en donde había entrado, se introdujo y en el estante buscó algo.

Allí encontró un mecanismo de puertas secretas, movió todas las cosas y en un último intento encontró el cerrojo escondido detrás de un florero. Un compartimento se abrió y le mostró una caja. Con la llave en su mano la insertó en el cerrojo y justamente cedió. Dentro de ellas, había un pergamino y no tuvo más duda que tomarlo y llevarlo hasta donde estaban los demás. Todo era tan confuso para él, no tenía idea de quien era el chico que apareció en sus sueños, pero necesitaba saber lo que le quería decir.

—¡Sonic! —lo llama mientras se detiene, había llegado a la fogata que yacía apagada.

A lo lejos vio como el azul se acercó hasta él con el rostro preocupado y lleno de asombro.

—¿Qué sucede Manic? ¿Estás bien? —le pregunta cuando logra estar cerca, Sonic lo revisa y se cerciora de que se encuentra bien.

Manic rápidamente lo mira, eleva su mano y le muestra el pergamino envuelto.

—Encontré algo que puede ayudarnos —le dice sin perder el tiempo.

Sonic mira aquel rollo, entonces su rostro se ve lleno de intriga. Toma la mano de Manic y lo guía hasta donde se encuentra su esposo. Shadow se encontraba trazando algunos cursos en un mapa con las posibles localizaciones y demás escondites de los vampiros y solo le bastó levantar el rostro para ver a su esposo junto al erizo verde.

—Cazador —lo llama Sonic, se acerca con mucha prisa y le muestra el rollo—. ¡Manic encontró esto!

Shadow lo mira serio luego sus ojos se dirigen al rollo, lo toma mientras lo analiza. Lo había visto, era algo que en los libros mencionaban los primeros cazadores, un rollo sagrado que lograron quitarle a los vampiros antes de su acuerdo. Rápidamente decide abrirlo y al hacerlo, aquel pergamino lanzó un brillo intensamente cegador hasta que mostró una leyenda escrita con magia.

Porque los más traviesos son sus descendientes primogénitos, nueve son, nueve luces, nacidos de la misma luz con diferentes gustos, pero la misma misión. Ellos no han venido, pero estarán presentes”.

Después de leer ese párrafo, un pedazo de papel flotó sobre el aire hasta caer en la mano del cazador. Él lo observó y en su entrejo se formó la confusión.

—Cazador —lo llama el azul acercándose para ver qué tenía.

Shadow ve a Manic y a Sonic mientras piensa.

—Es una pista —le dice enseñándole el papel— si lo que Scourge descubrió es cierto, los vampiros esconden algo que podría ser clave y este papel lo muestra.

Manic se acerca para ver y se da cuenta de que el pedazo de papel es demasiado antiguo. Es dorado, con pintura y lleno de rasguños.

—¿Qué secretos esconderá esto? —pregunta Sonic mientras lo toma.

Shadow ve a Manic.

—¿Dónde lo encontraste? —le pregunta Shadow a Manic.

Manic no está seguro de cómo explicarlo y tampoco él entiende lo que sucede. Solo algo en su interior lo guío y no entendía como.

—Solo fue una coincidencia… —menciona un poco mareado y evitando dar explicaciones.

Sonic y Shadow se ven mutuamente.

—Bien, debemos ir con los demás, encontré algunas localizaciones en los pergaminos que le quitamos a Zokar —le dice el cazador mientras se adelanta.

—No es necesario, ya estamos aquí —menciona el mago mientras se acerca— y me temo que Infinite sabe que estamos en este lugar, así que debemos irnos pronto.

Sonic gruñe al escuchar ese nombre.

—Efectivamente ese alfa nos encontró. El lobo verde nos está dando tiempo, pero debemos irnos pronto —menciona Rouge quién se une mientras se quita algunas hojas de la ropa—. ¿Cuál es el plan?

Shadow toma el mapa que trazó y se lo da al mago.

—¿Puedes replicarlo? —le pregunta.

Espio asiente y saca dos copias exactas usando su magia.

—Es lo más cercano a una réplica, pero funciona —dice dándole las copias.

Shadow los mira.

—El plan es el siguiente, he marcado tres puntos clave con base en los diarios de los primeros cazadores y la información de Zokar. Estas locaciones son las más importantes y solo los cazadores más experimentados lograron acceder a ellas, por eso debemos dividirnos y encontrar más pistas —eleva el pedazo de papel— tenemos una pista, pero no estoy seguro de lo que trate de decir.

El mago asiente.

—Iré solo, conozco la locación que esta al norte —dice marcando el rumbo.

—Nosotros iremos al este, estoy seguro de que no será problema el calor —dice Sonic marcando y viendo a Rouge, la cual se encoge de hombros.

Manic permanece en silencio mientras observa.

—Scourge y yo iremos al sur, le explicaré en el camino —se rinde mientras suspira.

Shadow les entrega las copias marcadas.

—Bien teniendo los puntos definidos nos reuniremos en este punto —Shadow marca una zona boscosa y rocosa— alejados de todos los posibles lycans y allí sabremos lo que ocurre.

Todos asienten y comienzan a alistar sus cosas.

—Lobo —llama Espio a Sonic mientras se acerca.

El azul lo mira con atención.

—Dime.

—Ten mucho cuidado, no te enfrentes a los lycans —le pide serio— sé que eres valiente, pero no debes confiarte.

Sonic baja las orejitas como un perrito regañado.

—D-De acuerdo… —le responde.

El mago se da media vuelta para ver al verdoso.

—Manic, te llevaré al punto de reunión con Scourge —le menciona Espio.

—¡Por favor espera! —le pide Sonic acercándose a Manic—. Por favor ten mucho cuidado —le dice Sonic mientras se despide.

El verdoso asiente.

—Lo tendré.

Sonic lo abraza suavemente.

—No soportaría perder a otro amigo —le dice entre susurros— nos veremos pronto.

Manic ve como el azul regresa al lado del cazador.

—Nos veremos —menciona Espio mientras un polvillo los cubrió y desaparecieron del lugar.

—Debemos irnos —menciona Shadow tomando todas sus cosas para comenzar a irse.

Sonic se siente levemente estresado, solo espera que nada malo ocurra mientras están alejados.

[…]

En la lejanía un destello se hizo presente, Manic y Espio aparecieron bajo un árbol de manzanas.

—Ya debería estar aquí —menciona el mago mientras camina unos pasos por delante.

Manic sigue muy pensativo en su sueño, no encontraba alguna razón que le ayudará a esclarecer su situación.

—Sirvió de carnada para algunos lycans, sabe perderlos en el bosque —Espio siguió hablando, pero observó a un erizo muy distraído—. ¿Te encuentras bien? —le pregunta haciendo que Manic se sobresalte.

—L-Lo siento, solo estoy muy nervioso. Espero que Scourge regrese pronto —dice.

—Ya no debes preocuparte —escucha una voz en la copa de los árboles, luego ve como una silueta cae al suelo. Scourge había llegado cubierto de ramas y hojas—. Los lacayos de Infinite sí que son molestos.

—¡Scourge! —menciona el erizo acercándose.

El lobo le sonríe.

—Estoy bien, no pasa nada —lo calma.

—Lobo engreído —menciona Espio— deberías ser más precavido.

Scourge se quitas las ramas atoradas en sus púas mientras roda los ojos.

—Shadow nos dio instrucciones, debemos irnos. Manic te dará los detalles —le informa.

—Bien, entonces —se convierte en el lobo y se acerca al erizo para tomarlo entre sus manos y subirlo a su lomo.

—¡No seas imprudente, eres el único que puede defenderlo! —le recuerda el mago.

El lobo roda los ojos nuevamente y lanza unos quejidos.

—Sin reproches —le dice, por último— nos veremos pronto —se despide mientras comienza a correr y un polvillo lo cubre.

Scourge también comienza a correr por el bosque mientras Manic le cuenta todo lo que hablaron con los chicos.

... Mientras en algún lugar remoto de la tierra de los mortales...

Un fuerte quejido se escucha seguido de un golpe en seco, algunos gritos de terror los acompañan. Dos ojos verdes oscuros observan lo que acaba de suceder.

Un chico lobo se remueve en el suelo mientras poco a poco va perdiendo su pelaje, sus garras se vuelven en manos y demás cualidades mágicas desaparecen lentamente, hasta que cae inconsciente al suelo. La chica se acerca hasta él y con una aguja le saca sangre. Se dirige a una de sus máquinas para analizar la muestra y casi siente que se desmaya con el resultado.

"99% de procedencia mortal"

—¡Lo logro! —dice uno de los ayudantes de Rossy mientras se acerca—. ¡Al fin tenemos la cura que tanto hemos buscado!

La chica no puede creer lo que acaba de crear, deja los papeles sobre la mesa. En su laboratorio secreto en donde Zokar escondía sus secretos, había encontrado lo que tantos años buscó. Cae de rodillas mientras sus ojos se llenan de lágrimas. Sus ayudantes rápidamente la ayudan a ponerse de pie.

—¿Se encuentra bien? —le preguntan con preocupación.

La rosada solamente asiente mientras limpia su rostro.

—L-Lo siento... solo no puedo creer que después de tantos años lo hemos logrado —se disculpa torpemente.

Sus ayudantes celebran mientras se abrazan y ríen. De repente la puerta del lugar se abre de golpe mientras alguien más se une.

—¡Atención, nuestro jefe está aquí! —grita uno.

Todos rápidamente se forman y bajan el rostro. Rossy se incorpora mientras sus pies titubean levemente. Su rostro se fija en quién los acompaña.

—Papá... —susurra incrédula al verlo, pero rápidamente se retracta— perdón, doctor Zokar. Bienvenido —hace una reverencia.

El susodicho observa a su alrededor mientras se enfoca en el sujeto de prueba que está totalmente inconsciente en el suelo. Se acerca a los papeles que habían dejado en el escritorio mientras los lee. Una amplia sonrisa aparece en su rostro al darse cuenta de los resultados.

—Señores... —dice bajándolos y viendo a los ayudantes—, después de décadas de trabajo e investigación al final tenemos la cura que nos garantizará la supremacía mortal —eleva los papeles—. Todo gracias a la doctora Rosselyn Rosse —señala a su hija.

Todos nuevamente vuelven a aplaudir y festejar. Rossy únicamente se encoge de hombros.

—Estamos cerca de nuestra meta, pronto el mundo mágico desaparecerá y seremos la única raza predominante en el mundo —promete entre risas.

Rossy se tambalea ligeramente mientras se sujeta de una silla, a lo que Zokar se ve alarmado, se acerca hasta ella mientras sus manos la sujetan con mucha delicadeza.

—Demasiado estrés, es momento de descansar —le dice mientras los demás se preocupan.

Rossy se ve ligeramente pálida y sus ojos se ven apagados.

—Por la noche de hoy, es suficiente. Nos veremos hasta nuevo aviso —dice Zokar mientras ayuda a caminar a la eriza.

Todos se quedan en silencio mientras los dos salen de ese lugar. Zokar la dirige a una habitación apartada y especialmente para ella. Rossy entra y se queda parada mientras su padre cierra la puerta, pero solo le bastó un segundo para volver a perder las fuerzas y perder el equilibrio.

—¡Rossy! —exclama Zokar mientras la sujeta evitando que se golpee.

La carga entre sus brazos y le lleva a la cama para recostarla. Rápidamente le quita los instrumentos que carga, revisa su cara y toma su temperatura, no es hasta que ve unos ligeros cortes en las muñecas lo que lo hace alarmarse, toma sus manos, pero la eriza muy débil se tapa las muñecas.

—¡Rosselyn! —exclama muy furioso.

—N-No es nada —se queja ella escondiéndose.

—¡¿Qué fue lo que te dije?! —le recrimina tomándole de una mano—. ¡Esto no es lo que quería que hicieras!

—¡¿Lo que importan son los resultados no?! —lo enfrenta.

Zokar la mira con asombro y un poco de confusión.

—Dijiste que querías una cura, te la he dado —habla la eriza— tengo lo que tanto anhelabas padre, al fin pude hacer algo útil —sonríe mientras llora.

—¿A qué costo...? —le recrimina su padre.

Rossy niega, realmente no es un secreto que ella es realmente especial y no solo en un buen sentido literario, hay algo que solo ella y Zokar conocen y han mantenido oculto de todos.

—Sabes mi maldición —le recuerda ella— dijiste que mi maldición podía ser de ayuda y lo fue padre, tenemos lo que acabará con la división de especies, podremos... tener ese mundo tan perfecto que soñamos, donde... nunca más apartaran a los diferentes como... —se queda sin voz mientras llora de la impotencia.

Zokar la suelta lentamente, se da media vuelta mientras suspira.

—¿Acaso no te he hecho sentir orgulloso? —le pregunta muy dolida.

—Siempre lo haces Rossy, pero justo prometiste no usar... no usarte a ti misma —le dice volteando a verla— sabes las consecuencias que te ocasiona.

Rossy desvía la mirada.

—Solo quiero que toda esta pesadilla termine... es mi deseo.

Zokar se acerca hasta ella mientras le acaricia la cabeza.

—Nunca olvidaré la noche en que te encontré, herida a punto de... —se detiene mientras cierra los ojos—. Será mejor que te recuperes. Tienes prohibido ir al laboratorio hasta que estés nuevamente bien.

Rossy iba a protestar, pero en cambio queda en silencio. Por un momento en su mente apareció la imagen del cazador y el lobo azul.

—¿Aún no hay noticias sobre ellos? —le pregunta con seriedad.

Zokar entiende a quiénes se refiere.

—Están en el bosque mágico eso es más que seguro, con Infinite detrás de ellos es poco posible que sobrevivan por mucho tiempo —dice secamente.

Rossy frunce los labios.

—"Espero que el lobo azul sobreviva y sus..." —piensa para sí misma—. Entiendo padre.

—Te veré en la mañana —le dice Zokar comenzando a caminar.

—¿Padre? —lo llama ella.

Zokar se detiene.

—Si encuentran al lycan azul, por favor, no le hagan daño... me gustaría que... —le pide con miedo.

—¿Una mascota?

Rossy guarda silencio a lo que Zokar resopla.

—Esto es increíble, pero intentaré que no le hagan daño. Considéralo como un regalo anticipado y el único que perdonaré —sentencia mientras reanuda su caminata.

Zokar sale de la habitación mientras deja a la eriza sola. Rossy se sienta sobre la cama mientras su vista se dirige a sus muñecas y mira las heridas.

—No es un dolor tan profundo como el que mi corazón alberga —susurra dejándose caer en la cama—. ¿Aun así me querrás?... ¿Rosa? —pregunta en su soledad.

[…]

Zokar se encontraba en su despacho mientras fumaba. La luz de la luna iluminaba todo el lugar mientras sus ojos se enfocaban en una de las muchas pinturas que poseía. Una chica de cabello dorado se dejaba apreciar, si no fuera porque la pintura se corrió casi en su totalidad y solo unas partes eran visibles.

—Pronto... —dice soltando humo de sus labios— muy pronto voy a cumplir lo que prometí. Mi venganza aún no está completa.

En su mente aparecían los recuerdos que lo impulsaban a odiar a todas las criaturas mágicas sin excepción, solo deseaba arrancarles esa magia y terminar con su dolor.


















































Pero algo que ni él pudo ver, fue a la eriza rosa que lo miraba desde la copa de un árbol, escondida de cualquiera. No podía creer que había dado con la base de los mortales y al parecer era secreta.  Sus ojos también observaron como algunos lycans eran arrastrados por unas máquinas y los cuerpos de otros eran desechados como basura, seguramente ya no tenían vida.

Amy se movió lentamente en busca de observar algo más mientras negaba. Pobre los lycans que se toparon con Zokar, eran sus conejillos de Indias.

—A Scourge no le va a gustar esto —susurra mientras busca alejarse de ese lugar.

Su meta era encontrar al lobo, pero desde hace mucho tiempo se le perdió. Con la amenaza de Infinite sobre sus hombros, no podía entrometerse tanto en esos temas, debía pasar desapercibida, sino que perdería a su manada. Y apenas podía convivir con el dolor de haber perdido a su querida hermana menor...

—Annya... —susurra mientras algunas lágrimas salen de sus ojos y se deja caer al suelo para luego convertirse en lobo y salir corriendo de ese lugar.
















*Cries*

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