🅣🅡🅔🅘🅝🅣🅐 🅨 🅣🅡🅔🅢
Las pisadas suaves de tacones resonaban por un largo pasillo, alguien caminaba en dirección a una de las oficinas de GUN. Se detiene frente a una puerta mientras su mano empuñada toca la madera de la misma. Entre sus manos sostiene algunos documentos que va a examinar con relación a los acontecimientos de los últimos días, ya que su jefe así se lo pidió por medio de los cadetes. Llevaba los resultados y debía debatirlo con él.
La doctora Rosselyn se había sorprendido de las últimas noticias que ocurrían y sobre la invasión de los lycans. Menos mal había estado en otro lugar haciendo sus estudios cuando eso ocurrió.
—Adelante —escucha como le permiten ingresar, ella suspira mientras abre la puerta y pide permiso—. Pero miren a quién tenemos aquí —eleva su mirada ante el comentario que hace uno de sus jefes—. Rosselyn Rosse.
La chica le mira atónita e impresionada, se mantiene estática mientras la puerta se cierra sola. Parpadea un par de veces mientras que no puede creer lo que mira.
—¿Dr. Zokar? —dice ella incrédula al verlo sentado en la mesa del alto mando de la organización.
Zokar sonríe siniestramente mientras ve a la pequeña eriza entumecida por su presencia.
—Mi querida niña, es un gusto verte de nuevo —él se incorpora de su lugar para acercarse a ella. Una de sus manos se acerca hasta su cabeza y la deposita sobre ella. Rosy le mira con el rostro lleno de sorpresa y siente como él la abraza con suavidad mientras sonríe—. Me alegra tanto que estés bien, estaba tan preocupado que ellos intentarán hacerte algo —le dice sin soltarla y de manera cariñosa—. He estado pidiendo que estés sana y salva.
La eriza medio sonríe sonrojada, mientras le corresponde.
—Estoy bien padre —le contesta cerrando los ojos— solo me mantuvieron lejos de ellos, creo que sospecharon que podría estar enviando información confidencial —le cuenta.
Zokar suelta a la chica mientras sus manos se posan sobre su rostro, la mira con tanto cariño y dulzura.
—Ya no tienes que actuar mi pequeña, ahora estoy al mando —le cuenta con orgullo— al fin he logrado lo que por tantos años he deseado: poder, autoridad y el control sobre toda la organización que desde un principio debió ser mía —menciona con exaltación.
La eriza sabe que su padre siempre deseó tener ese puesto, pero le era imposible llegar a él debido a los oscuros secretos que se llegaron a conocer de él. Sin embargo, no dudó que en algún momento su padre ascendería hasta ese lugar y tendría una de sus metas más cerca de lo que creían.
—Aun así padre debemos tener mucho cuidado —le dice ella arreglándose el flequillo— nuestros planes no están del todo seguros aún. El cazador podría tratar de hacer algo perjudicial.
Zokar se da media vuelta mientras camina alrededor de la oficina.
—No te preocupes por eso tengo una misión especial para él. Por ahora debemos enfocarnos en detener a los lycans —dice haciendo de menos el tema del cazador— tenemos que llevar lejos a esas plagas de nuestro mundo. Por cierto mi bella rosa, necesito saber los detalles de nuestro experimento —le pide viéndola de reojo.
Rossy le muestra los documentos que llevó, un estudio detallado de la complexión de los lycans y los posibles venenos que era capaces de debilitarlos e incluso podrían ser mortales.
—Mi dardo aún está en pruebas, necesito un sujeto con el cual experimentar los cambios. De momento solo logro que pierdan su maldición por el lapso de unos días, incluso horas —le dice decepcionada— parece que aún no logro entender su anatomía, evoluciona de una manera increíble...
Zokar solo podía ver a aquella pequeña niña que una vez le hizo sentir cariño, tan indefensa, tan sola pero con hambre de conocimiento y poder, aunque no lo aparentase.
—Pronto tendrás a uno hija mía, solo necesito tiempo para que todas las piezas caigan en su lugar. Mientras tú y yo solo somos colegas de trabajo —le recuerda— nadie debe saber nuestra relación, eso podría ser... perjudicial.
—Si mi señor —le contesta ella.
Zokar toma los papeles mientras comienza a leer.
—Te veré después mi niña, ahora sigue con lo tuyo mientras papá se encarga de sacar la basura de su ciudad —le dice mientras se sienta en la silla para acomodarse.
Rossy asiente, toma otras cosas que su padre ya leyó y se dirige a la salida. Camina por aquel largo pasillo mientras una pequeña sonrisa va creciendo en su rostro. Mientras se dirige a su lugar de trabajo lleva una de sus manos hasta su coleta y la suelta. Sus púas son largas y onduladas, saca un pañuelo para limpiar sus párpados y quitarles esa apariencia desaliñada y con rastros de ojeras hasta que las deja con su color natural.
Pasa cerca de una puerta de vidrio que refleja su rostro, se detiene mientras que de la bolsa de su bata saca un labial rosa y se lo aplica ligeramente sobre los labios.
—Al fin puedo ser yo misma dentro de este lugar —susurra con una sonrisa, aunque de su rostro se borra debido al reflejo—. Aunque haga lo que haga, siempre veo su fantasma detrás de mí —dice suspirando— nunca me abandonas...
Dejando de lado su momento de revelación se dirige hasta su laboratorio en donde, pretende crear la cura definitiva para todo el mal que existe.
Y así crear el mundo que ella y su padre han soñado desde hace muchos años.
... Unas semanas después...
—Todos los lycans que han cruzado las fronteras han sido atrapados y encerrados esperando su ejecución. Los soldados han tenido mejores resultados de los esperados y la seguridad de las fronteras ha subido del 55% al 80% en seguridad...
Zokar sonreía con cada palabra que salía de la boca del vocero del gobierno, durante esa semana logró subir la seguridad en todos los ámbitos en los que GUN participaba. Sin ayuda de terceros —claramente del cazador— detuvo a los lycans y les dio una condena final. Estaba en una reunión por medio de videollamada con los gobernantes más importantes del mundo.
—Los gobiernos están agradecidos con su apoyo Dr. Zokar realmente ha logrado ponerle un límite a esas criaturas —le elogia uno de los más importantes gobernadores del mundo.
—Señores, mi deber es sencillo. Desde hace años les había pedido que confiaran en mí, sé que mi personalidad no es la de alguien que transmite confianza, pero tengo en claro que la seguridad de los mortales es primero —expresa con obviedad.
—Nos parece increíbles sus resultados, hasta nos sentimos avergonzados de haberle negado antes el mandato. Aunque nos preguntamos qué hará con el cazador, él también es un punto fundamental en esta organización —le pregunta otro mientras lo ve fijamente.
Zokar asiente.
—Señores... soy consciente que el cazador es un punto clave. Por ello, le dejaré solo las misiones en donde sea requerida su presencia, no queremos perder a la última esperanza de la nación a manos de los lycans. Tengan por seguro que Shadow está junto a su esposo y es muy feliz después de pasar tanto tiempo lejos de él —los convence mientras les muestra el reporte de Shadow.
—El cazador es nuestra garantía, nada debe ocurrirle. Muchos desastres se avecinarían si algo le llega a suceder —le recuerda otro.
Zokar odiaba que le dijeran lo que debía hacer, conocía su trabajo y las prioridades, y era más que obvio que Shadow no era ninguna de ellas para él.
—Me parece evidente su preocupación y la tendré en mente. Si me disculpan tengo que seguir reforzando la seguridad de todo el perímetro, ya tendré nuevas noticias para transmitirles —se despide haciendo una reverencia ante ellos.
—Contamos con usted Dr. Zokar. Por favor continúe con su trabajo —se despide otro.
La videollamada se corta.
El susodicho se recuesta sobre su silla mientras saca un cigarro para fumar. Necesita pensar que otra forma puede seguir brindando seguridad sin la necesidad de tener a Shadow en su camino.
—Voy a demostrar que los mortales no necesitan de un cazador para detener a los seres mágicos —dice tomando una fotografía de Shadow— solo necesitan de su ingenio y astucia —susurra mientras que con la punta del cigarro quema la foto, en ella se muestra al cazador entrando a su hogar mientras va de la mano con su esposo. Zokar sonríe cuando se da cuenta de que Shadow ha quedado totalmente a su merced.
... Muy lejos de allí...
Dos ojos café se abren de golpe a causa de los rayos del sol que traspasan las copas de los árboles. Se remueve mientras busca aclarar su visión, lleva sus manos para restregar sus ojos e incorporarse. Manic lanza un bostezo muy tierno cuando por fin se encuentra despierto en su totalidad.
Se levanta mientras busca un poco de agua para lavarse el rostro y la encuentra en un riachuelo que pasa a unos metros de él. Habían pasado varios días desde que su vida se volvió como la de un nómada al lado de Scourge. Se observa en el reflejo del agua cristalina y nota unas pequeñas ninfas que nadan bajo del agua y le sonríen.
—Es muy temprano para que vea criaturas mágicas —dice negando y alejándose mientras se limpia el rostro.
Era un hermoso día. Después de que Scourge le mostrase uno de sus escondites decidieron abandonarlo tan solo tres días después para seguir por ese largo camino hasta otro y así pasar desapercibidos de Infinite y su manada.
Partieron en la madrugada debido a que a esa hora los lobos se preocupaban más por vigilar las fronteras en lugar del bosque. Llegaron muy temprano hasta una colina y Scourge decidió que Manic durmiera mientras montaba guardia.
Manic se sienta mientras ve su bolsa, saca algunas de las pocas cosas que el lobo pudo rescatar de aquel incendio. Con mucha tristeza mira la foto de su madre, seguramente sí estuviera con vida ella estaría muy preocupada por él.
—No sé qué ocurre mamá, estoy tan confundido... —susurra dejando de lado la foto de su madre. Sus ojos se enfocan en el reproductor de música que Scourge también rescató. Saca algunos de los discos que llevó y se sorprende de ver algunos que no recuerda haber comprado antes—. Scourge tomó los discos que no recuerdos haber comprado y menos escuchado en algún momento —dice volviendo ponerlos en su lugar— después los escucharé con más calma.
En ese día Scourge y él viajarían a su siguiente parada. El lobo le dijo que irían a una nueva guarida para seguir despistado a Infinite quién dejaba rastros en su búsqueda. Pues cada que Infinite montaba guardia destruirían más de algún sitio o lugar. Scourge se percató que su rastro comenzaba a acercarse por lo que debían estar atentos.
En esas semanas Manic había aprendido gran parte de las cosas que existían en el mundo mágico, criaturas, frutas, flores de todo lo que Scourge le enseñó. Siente como detrás de él sus ojos son cubiertos por dos manos y una respiración acaricia su cuello. Una risa escapa de los labios del lobo adelantándose a sí mismo.
—¡Scourge! —menciona Manic llevando sus manos hasta las del lobo, las retira y voltea a verlo—. ¿Dónde...? —al instante que iba a hablar siente como un pedazo de manzana se introduce en su boca.
—¡Buenos días Manic! —le dice Scourge mientras se ríe— fui a recolectar algunas manzanas para ti, espero que te gusten.
Manic la toma de su boca y corta con sus dientes un pedazo, luego la mastica y sin evitarlo lanza un ligero quejido de satisfacción cuando el sabor se deja apreciar en su paladar.
—¡Están muy deliciosas! —le contesta comiéndola con muchas más ganas.
Scourge se incorpora mientras deja algunas sobre la mochila de Manic. Se recuesta al lado del erizo mientras pone los brazos detrás de su cabeza. Manic lo mira con un poco de pena, desde que están viajando el lobo se ha preocupado por darle suficiente comida y hasta un lugar para descansar y él no ha hecho mayor cosa por él.
—Creo que te debo las gracias —susurra con pena.
Scourge le voltea a ver.
—¿Por qué? —le cuestiona Scourge sin entender sus palabras.
Manic se sonroja aún más de la pena.
—M-Me has cuidado en estos días, de una manera muy atenta y bueno yo no he podido agradecerte por eso —le explica desviando la mirada.
Scourge sonríe.
—No es necesario después de todo es mi culpa todo esto Manic... yo te induje a esto y perdiste todo. Aun así debo asegurarme que estés seguro y devolverte todo lo que te fue quitado —lo tranquiliza.
—Scourge... —Manic lo mira con los ojos brillantes.
—Así que no te preocupes, mientras estés a mi lado nada te va a pasar. Voy a asegurarme que llegues sano hasta donde nos tengamos que despedir —dice eso último mientras su rostro se ve ensombrecido por la tristeza.
Manic siente como sus ojos se llenan de lágrimas, había olvidado aquella promesa que le hizo el lobo, de dejarlo libre si así era más seguro para él vivir. Rápidamente se limpia los ojos y se voltea, no quiere que lo vea sufrir. Y siente como los brazos del lobo lo vuelven a abrazar.
—Te voy a recordar de este modo, siempre y por la eternidad —le promete Scourge—. ¡Siempre serás mi más bonito recuerdo Manic!
Manic no puede evitar abrazarlo también mientras algunas lágrimas escapan de sus ojos.
—Eres un lobo muy tonto...
[…]
A las afueras de aquella ciudad en donde alguna vez vivió Manic, un lobo la observaba con tanto rencor. Infinite se encontraba tan enfadado por las noticias que corrían entre las estirpes.
"Scourge aún está vivo".
El alfa apretaba sus puños con fuerza, cómo había permitido que Scourge se le fuera de las manos y más con ese mortal que aseguraba debía estar muerto.
—Parece que ella aún se entromete en mis planes —dice observando como la noche comenzaba a aparecer.
Infinite era uno de los lobos más experimentados en la manada, conocía muchos secretos que no revelaba a menos que fuera necesario, pero había uno en especial que lo mantenía muy frustrado. Una luz jugaba entre la naturaleza muy cerca del lobo y se detuvo para verlo.
—Si me hubieras ayudado antes, nada de esto estaría sucediendo —le susurra. La luz se expande hasta formar a un ser el cual no se deja ver en su totalidad por la oscuridad de la noche—. Tuve que convertirme en este monstruo para ayudar a todos... —le susurra. Aquel ser le mira con tristeza, con sus manos acuna el rostro del lycan y se acurruca entre su pecho—. Te prometo que voy a pagar todos mis pecados y cuando logré detenerlos... tú y yo —se detiene mientras que sus orejas se alzan.
Aquel ser desapareció cuando escuchó unas pisadas acercarse. Infinite nuevamente quedó solo en la oscuridad esperando a que aquellos sonidos fueran más claros.
—Veo que traes nuevas noticias —habla al olfatear el aroma que emanaba— y también más de tus juguetes —dice volviendo la vista hacia atrás en donde se logra divisar un ser.
El encapuchado que hace tiempo atrás lo visitó de nuevo volvía a aparecer.
—Infinite —lo saluda mientras que hace una reverencia—. ¿De nuevo hablando con la oscuridad? —le menciona con burla.
El alfa se incorpora mientras que gruñe en amenaza.
—Cuida esa boca —lo amenaza— si no quieres perderla.
El encapuchado suelta una risa mientras que le lanza una bolsa.
—Tranquilo lycan —le pide—. Tengo juguetes nuevos para tu manada y son un obsequio especial —le cuenta— estoy probando nuevos ingredientes para hacerlos más letales.
Infinite coge la bolsa, la abre y saca aquellos frascos.
—¿Qué mejoras? —le pregunta observando uno de ellos.
—Velocidad, agilidad e inmunidad a las balas de plata. Con esto podrías destruir a tu mayor enemigo porque me enteré de que se encuentra de regreso en el bosque mágico —le menciona con ironía—. Scourge sí que es un hueso duro de roer.
Infinite al escuchar aquello, por inercia aprieta la botella que estaba en su mano hasta romperla.
—Esa rata va a morir —le asegura— nada ni nadie puede salir vivo de mis manos.
El encapuchado simplemente niega.
—Deberías de mandar a tus lacayos a vigilar, porque ese lobo sabe cómo moverse en su zona —le sugiere— si lo dejas mucho tiempo en su propio terreno, pueda que tome el valor suficiente para derrocarte.
Infinite gruñe al escucharlo hablar con tanta insolencia.
—Sé lo que tengo que hacer y eso no va a ocurrir porque voy a acabarlo antes de que siquiera lo piense —le afirma con seguridad.
—Bien, entonces espero que uses adecuadamente mis juguetes —le pide ese chico mientras se adelanta unos metros de él y se sienta en el suelo a observar el horizonte—. Todos pelean por esta ciudad... están cegados por el poder —musita para él mismo.
Infinite lo mira por unos segundos, luego se da media vuelta para alejarse. Scourge se está moviendo en su propio terreno, pero hay algo que olvidó.
—Y es que te conozco muy bien y se a donde podrías ir —dice sonriendo levemente—. Mis años a tu lado solo contribuyeron a conocer tus debilidades —sonríe dejando atrás a aquel encapuchado.
Bueno después de dos meses de estar con poca actividad, al fin encontré inspiración.
La verdad es que no lo estoy pasando tan bien y menos para escribir cosas románticas. Tenía tantos planes para este mes, dos historias que lamentablemente no pude sacar y que aún están varadas sin fecha de lanzamiento.
Este mes fue tan difícil para mí, en lo personal. No he tenido ánimos para hacer nada y por ende mis libros también quedaron estancados.
Quizás en el futuro les puedo hablar de algunos temas que me han tocado vivir y quizás en algún punto de sus vidas les ayude, en algún futuro podcast enfocado a ello.
Por el momento solo les pido disculpas por la ausencia y espero que entiendan que no ha sido algo fácil.
Desde aquí les mando muchos besos y abrazos, lxs quiero <3.
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