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No podría describir la grata sensación que poseía; era sublime, único, sin igual. Pocas veces se sintió de ese modo y esas pocas veces fue hasta que conoció a cierto erizo punk que convivía con él.

Lentamente, sus ojos se abrieron, húmedos aún guardaban muestras de que lloró la noche anterior. En otras circunstancias Manic abría saltado enseguida de la cama, pero en ese momento, esa idea ni siquiera cruzo su mente. Una diminuta sonrisa apareció sobre su rostro al verse envuelto en un abrazo tan inesperado que internamente agradeció en ese momento, pues tener al lobo justo a su lado era algo que no podía describir con facilidad.

Scourge dormía tan profundamente que apenas y se notaba su respiración paulatina. Manic no ejerció movimiento alguno, al contrario, no deseaba moverse y despertar al lobo. Los brazos de Scourge rodeaban parte de su espalda y cintura, con un poco más confianza que en otras ocasiones. Elevó la mirada a los costados de los brazos y se dio cuenta de que algunas ramas y florecillas silvestres yacían en el cuerpo de Scourge producto de sus extrañas salidas.

De nuevo y quizás el lobo corrió tan rápido cuando sintió su cambio de ánimo acompañado de sus lágrimas. Manic se sintió querido tan solo en ese momento, le agradaba la idea y el sentir que era importante para alguien y por ende ese alguien corría cuando más lo necesitaba para calmarlo. Por primera vez y por mero capricho quiso corresponder al lobo, lentamente guío sus brazos por el torso del otro hasta que pudo abrazarlo.

Un mar de emociones revolotearon en su pecho cuando sintió la mera emoción de tener a Scourge entre sus brazos. Era como la mejor sensación que ha sentido y eso que Scourge le ha hecho vivir muchas que desconocía. Tails tenía mucha razón, no le gustaba Scourge; estaba enamorado de él.

Esto provoca que un nerviosismo se apodere de sus manos que rodeaban al lobo. Quizás solamente necesitaba pensar mejor las cosas, verlo desde otro punto de vista. Y aunque lo viera de ese modo la situación de Scourge también era complicada.

¿Podría una criatura fijarse en él?

Manic nunca antes estuvo envuelto en un enredo sentimental y menos con algo fuera de su mundo. Le parecía tan irónico que los comentarios inocentes de Tails se hicieran reales; supuso que quizás debería ensayar una confesión, pero tristemente su mente se vería ensombrecida por la penumbra de la... inseguridad.

Manic reconocía que al mismo tiempo Scourge era todo lo que él ni en sueños podría llegar a ser, y que solo era cuestión de tiempo y que las circunstancias se volvieran a favor del lobo para que quizás alguien más esperara por él. Y eso fue un golpe tan brutal como cuando fue pequeño y le hicieron verse debió y humillado. Justo como al inicio, creyó que por lástima Scourge permaneció a su lado y por azares del destino se envolvieron en esa situación.

La probabilidad de que Scourge llegase a sentir algo por él era casi tan nula como su seguridad en ello. El lobo jamás podría fijarse en él pues, no poseía mucho para ofrecer y menos un lugar en el que pudiera ser libre.

—¿Manic por qué sigues estando triste? —con palabras medio lentas y un poco enredadas el lobo se despierta cuando siente como Manic se ve en la negativa de sus pensares.

El mencionado eleva la mirada y se topa con el rostro soñoliento del lobo que le ve un poco preocupado.

—¿Y-Ya estabas despierto? —le pregunta con mucha pena.

—No del todo... bueno sentí cuando moviste tus brazos —le dice bostezando, Scourge se mueve un poco y una sonrisa se dibuja entre sus labios cuando nota que Manic le mantiene abrazado—. ¿Te alegra verme?~ —le pregunta con voz pícara.

El erizo se da cuenta de lo que el lobo dice, retira sus brazos y busca alejarse, pero al instante que Scourge siente que se va a soltar, lo atrae hasta su pecho y lo abraza tan fuerte, pero sin hacerle daño. Manic no puede estar más apenado por su acción muy desvergonzada.

—Yo también te extrañé —le dice soltándolo—, lamento la demora tuve que viajar un poco más lejos esta vez —le cuenta mientras Manic le observa— y me temo que tengo noticias muy malas.

Manic entonces baja el rostro.

—¿C-Cuáles son esas noticias? —cuestiona evitando verle.

—En teoría, al parecer están tras la pista de otro lobo. Atacaron a Infinite y le dejaron malherido, y conociendo a Infinite querrá vengarse —menciona con burla—. El problema es que ese supuesto lobo no pertenece al mundo mágico y bueno... eso nos pone en peligro a ambos.

Manic vuelve a verle con pánico.

—¡¿Existe otro?! —espeta al instante.

—Parece... aunque me es curioso que haya ayudado a alguien... —se detiene mientras suspira— pero no tengo mucha información al respecto. Así que lo único que queda es seguir actuando como si no hubiera pasado nada.

Manic se sienta sobre la cama.

—¡Eso no garantiza nada, ahora van a vigilar más! —exclama preocupado—. ¡Su acción nos expuso! Incluso probablemente haya más policías en la noche. ¡¿A qué horas volviste?! ¡¿Alguien te siguió o vio?!

Scourge se sienta sobre la cama, pone sus manos sobre los hombros de Manic y le mira con mucha paciencia.

—Nadie me vio, nadie me siguió. Puedes estar tranquilo —le pide—. Volví en la madrugada y cuando llegué te vi llorando dormido y no quise despertarte.

Manic se mantiene estático y aún nervioso.

—Pero fue muy tierno... cuando dormiste en mis brazos, te aferraste como un pequeño niño que necesita que alguien lo cuide —menciona Scourge con amor.

Manic entonces aleja los brazos del lobo.

—No necesito que me cuides todo el tiempo Scourge —le contesta con desazón—. He pasado toda mi vida solo —le recuerda.

Scourge se apena.

—No quise decirlo de ese modo... —se disculpa— es solo que sentí que algo no andaba bien contigo... ¿Manic qué ocurre? —le cuestiona el lobo sin entender su enojo.

—No pasa nada —se limita a responder— estoy bien.

Scourge le mira alzando una ceja y casi ofendido.

—Pues tus sentimientos dicen otra cosa —le menciona del mismo modo que él.

Manic se siente atrapado entre la espada y la pared. Pero tiene una excusa.

—Ya sabes que me pone triste...

Scourge bosteza.

—Pero estoy contigo, sé que no puedo reemplazar a tu madre, pero al menos quiero que te refugies en mí cuando sientas que nada tiene sentido —le ofrece un poco más relajado.

Manic se sonroja al escucharlo.

—¿Por qué me pides que haga eso?

El lobo se encoge de hombros.

—Porque soy tu amigo, tu perro y quizás... bueno quizás soy alguien que se preocupa mucho por ti —le menciona.

Manic se siente decepcionado, de nuevo aquella palabra le hacía sentir fatal. Pero también le sirvió para ponerle los pensamientos en orden, recordó porque estaban juntos y no debía existir nada más que eso.

—Estoy bien Scourge, y debo prepararme para el trabajo. Duerme, ya que no has descansado en días —termina la conversación. Se incorpora de la cama sin ver de nuevo a Scourge, tomas sus cosas y parece querer salir enseguida del lugar.

El lobo iba a protestar contra su pedido, pero entonces el celular de Manic suena. No puede sentirse menos importante cuando el erizo lo levanta para contestar y le deja solo en la habitación.

—¿Por qué solo cuando estás dormido eres sincero conmigo? —se pregunta estando solo.

Únicamente puede suspirar resignado.

Las horas pasaron, Manic no le dirigió la palabra a Scourge durante el resto de la tarde. Se dedicó a preparar algunas cosas que le dejaría al lobo y guardó otras. Scourge trataba de hacerle alguna broma, pero Manic se mantenía serio con él.

—Bien, tienes comida y todo eso —le dice al fin rompiendo el silencio.

Pero ahora es el lobo quién no responde y se mantiene con el rostro inexpresivo.

—Creo que mi horario de salida es el mismo, deberías permanecer aquí —continúa Manic desde la puerta de la salida de su casa sin percatarse que el lobo se acerca por detrás de él.

—¿Te hice algo? —le pregunta de repente y a pocos pasos de él.

El verdoso se voltea y le ve incrédulo.

—¿Por qué dices eso? —le cuestiona claramente sabiendo que sus acciones demuestran malestar.

—Tu aparente distanciamiento es muy evidente, puede que sea una criatura mitológica, pero hay cosas muy evidentes y una es que estás molesto por algo que no me quieres decir —explota el lobo.

—Scourge no tengo nada que decirte y deja de pensar cosas que no son. Debo irme ya —le replicó Manic ignorando sus palabras—; son ideas tuyas las que... ¡Ah! —lanza un grito ahogado.

Fue encerrado contra la pared más próxima, dos fuertes brazos se colocan a sus costados mientras es apresado. Siente la respiración de Scourge cerca de su rostro. Justo como la primera vez que estuvieron discutiendo el lobo lo observa serio sus ojos se enfocan en los de él. Cuando Manic le iba a insultar, se percata que el rostro del lobo se ve lleno de tristeza. Sus palabras se esfumaron sin razón alguna.

—Manic yo... lamento si te he hecho sentir incómodo. Sé que nuestra situación es difícil y lo que menos quiero es ponerte mayor carga. Hemos avanzado mucho como para volver a empezar de cero con todo esto —expresa con sinceridad y con el tono de voz realmente triste.

Manic se maldice por dentro, olvidó por completo el acuerdo al que llegaron y que estaba haciendo que el lobo se sintiera peor. Scourge siempre ha sido tan expresivo de sus sentimientos y le hace sentirse mal por ello. Tampoco era justo que le tratase de ese modo, él no tenía la culpa de que su corazón y cabeza estuvieran en desacuerdo.

—No Scourge... no pasa nada contigo —le dice tratando de alivianar el tenso ambiente entre ambos—. Solo creo que estoy muy nervioso con todo esto...

—¿Lo dices en serio? —le pregunta Scourge cuando observa que Manic se muestra un poco más sincero.

—Si, por favor no pienses que algo ocurre... no estoy acostumbrado a los problemas y eso me pone muy triste más cuando... —Manic no pudo continuar hablando, ya que dos fuertes brazos lo rodean en un abrazo tan reconfortante—. Scourge... —susurra al sentirse atrapado nuevamente en los brazos del lobo.

—Puedo hacer que toda esa tristeza se vaya, solo déjame ayudarte —le pide.

Manic niega mientras se aleja de nuevo.

—No cambias... —le menciona alejando con sus manos los brazos de Scourge— promete que estarás aquí, al menos hasta que las cosas estén más tranquilas. Eso me haría sentir mejor —le pide.

El lobo asiente.

—Por favor llámame cuando salgas, para ir a traerte. Al menos así estaré más relajado.

Manic medio sonríe.

—Claro... hasta luego —se despide para después salir de su casa.

Scourge únicamente se limita a ver como cierra la puerta. Sus dedos se cruzaron detrás de su espalda. Él no se iba a quedar de brazos cruzados y es que ese comportamiento de Manic no era nada normal, así como cierto aroma que detectó unos días detrás. No le quiso mencionar más el tema, pero era posible que aquella situación estuviera influenciada por otro lobo.

—Voy a averiguar quién es el lobo que esta detrás de ti Manic —dice saliendo detrás del erizo sin que este se dé cuenta.

Puede que... ese lobo esté llegando a afectar en el comportamiento de Manic y eso le haga querer alejarse de él. Y Scourge siendo un alfa no va a permitir eso.

[…]

Un erizo azul caminaba de un lado para otro mientras preparaba la cena. No es que fuera el mejor cocinero o tuviera alguna especialización en ello, pero le encantaba el arte culinario en especial porque su esposo adoraba la comida casera, en especial la que contempla el uso de muchos vegetales.

Cuando Sonic comenzó a vivir con Shadow se le hizo más sencillo aprender recetas que solo contuvieran vegetales. Y digamos que era de herencia, porque a cierto científico también le agradaban mucho los vegetales.

Terminaba de preparar los platillos y sirve para dos las verduras juntamente con pollo a la plancha. Sonríe al ver que su platillo quedó hermosamente estético. Los toma para dirigirse a la amplia mesa donde fácilmente cabrían doce personas, pero que solamente su suegro usaba.

—Sonic no debiste molestarte —pronuncia el doctor mientras deja de lado el periódico.

—Doctor no hay molestia, sabes que me gusta hacer esto —le contesta poniendo el plato delante de su suegro—. ¿Leyendo esas mentiras llamadas noticias?

—Me gusta alimentarme de mediocridad de vez en cuando para soñar con sus ideas —se ríe mientras toma algunos cubiertos y prueba en pequeños bocados la comida—. ¡Esto es delicioso!

—He tenido que perfeccionar mi cocción desde que estoy con Shadow —le cuenta con pena.

—Por eso Shadow ya no se queda a cenar conmigo. No tengo tan buena sazón. Cuando era un niño siempre se quejaba de eso —bromea—. Eligió un buen esposo...

Ambos se dedica a comer mientras los minutos corren. Para Sonic, el padre de Shadow era una inspiración muy fuerte, por ello le tenía tanto respeto. Cuando lo conoció enseguida se volvió en alguien importante para él. La confianza que tenían era una envidia aunque claramente debía pasar desapercibida. Podía hablar de muchos temas sin sentir pena o que el doctor le fuera juzgar por ello.

—Doctor necesito hablarte de algo que me tiene muy preocupado —dice Sonic jugando con el tenedor que usó.

El doctor deja nuevamente de lado su lectura y le ve atento.

—Dime Sonic ¿Qué te tiene así?

Sonic le mira sin saber cómo reaccionará ante su noticia.

—Verás... hay un chico, de más o menos dieciocho años. Trabaja en un market, cerca de aquí pero... —hace una pausa mientras ve los restos de las verduras que no comió— detecté un aroma, el de un alfa exactamente.

El doctor coloca sus brazos sobre la mesa mientras analiza lo que escucha.

—¿El aroma de un alfa impregnado en un mortal? —repite confundido—. Pero eso es imposible...

—Creí que mi olfato me engañaba; lo quise comprobar y me topé con el muchacho en dos ocasiones. Es alguien muy frágil, y de emociones pronunciadas, pensé que el alfa lo estaba obligando a hacer cosas, pero no es así. Hasta se expresa con mucho cariño por él... —le explica—. ¿Doctor, es posible una relación bestia/mortal? Porque sinceramente no tengo otra explicación que justifique mi teoría.

El doctor se mantiene pensativo, toma la taza y bebe de ella lentamente.

—Me temo que no tengo una respuesta clara para eso. Pero según mis estudios con los lycans, ellos no suelen ser agresivos con miembros de su manada más nunca he escuchado que también lo sean con otras estirpes y menos con mortales —se convence a sí mismo—. La relación con un mortal no cabe en su convivencia, ellos no aceptan a cualquiera. Tienen estatutos, normas, leyes muy especiales con ello.

El doctor termina de beber su café mientras sigue pensando.

—A menos que... —se detiene incrédulo— pero eso sería un disparate...

—¿Doctor? —le cuestiona Sonic interesado.

—La maldición de un lycan: la imprimación. Solo ellos tienen ese don sumamente desarrollado a niveles en los que la ciencia no podría interferir jamás. Pueden encontrar a su alma gemela más no pueden vivir sin ella —dice inseguro—. ¿Acaso los lycans pueden imprimarse de los mortales?

—No, eso sería algo realmente... —niega Sonic pero permanece callado.

—Todo cabe en lo posible —dice el doctor—. Querido Sonic, estamos ante una nueva premisa —lo ve fijamente— si ese término se ha modificado puede que los lycans hayan descubierto eso y ello sea una razón del porqué estén atacando, ya que no quieren que su linaje se esparza fuera de las fronteras.

—¡¿Manic estaría en peligro?! —espeta Sonic—. ¡Entonces debo ayudarlo!

—Lo que debemos hacer es saber si verdaderamente el lobo que ha impregnado su aroma lo está haciendo hacer cosas en contra de su voluntad. Luego Shadow podría intervenir y evitar posibles problemas con GUN...

Sonic se incorpora de su lugar mientras camina de un lado a otro.

—¡Entonces yo me encargaré de averiguar, debo salvarlo de las garras de ese lobo! —afirma con seguridad.

—Es peligroso Sonic, recuerda que los alfas son los más poderosos en cuanto a habilidades se refiere y si se ha tomado la molestia de compartir su aroma con él es porque lo considera importante... ellos pelean a muerte cuando se trata de esos casos —le rememora.

—Blue ha descansado bastante bien además no planeo pelear con el alfa, ya suficientes problemas generé con Infinite —menciona avergonzado.

—A diferencia de Shadow, no puedo detenerte, pero deberás tener cuidado —le pide— voy a investigar sobre nuestra teoría y ya veremos los resultados.

[…]


"When we first met
I never thought that I would fall
I never thought that I’d find myself
Lying in your arms
And I want to pretend that
It’s not true oh baby that you’re gone
Because my world keeps turning
And turning and turning
And I’m not moving on..."

Manic volvía a escuchar música mientras ordenaba la tienda o eso quería aparentar, desde que comenzó su horario de trabajo no había hecho casi nada. De hecho, se encontraba tirado en el suelo mientras escuchaba esa canción que curiosamente nunca supo apreciar hasta esa noche. Para su mala suerte esa noche le tocó trabajar solo, ya que las cosas volverían a la normalidad en unos días debido a que levantaron las restricciones.

—¿Qué demonios me ocurre? —exclama levantándose hasta quedar sentado—. No es como si me hubieran roto el corazón, debería dejar de lado esos estúpidos sentimientos —se regaña a sí mismo mientras apaga su reproductor.

Se incorpora de manera pronta, pero no puede cambiar su estado emocional.

—Vamos Manic, hace tan solo unos meses no te importaba en lo absoluto nadie, ahora estás sufriendo por un lobo —se pega un zape a sí mismo—. Pero Scourge ha sido tan lindo conmigo... —susurra con nostalgia.

Escucha en la entrada que suena la campanita que le avisa que hay clientes ingresando, rápidamente trata de estar lo mejor posible, finge una sonrisa y se acerca hasta la entrada.

—¡Buenas noches sea bienvenido...! —dice con emoción fingida, pero se detiene en seco al ver a un extraño sujeto parado de espaldas.

Un lobo de color negro con franjas blancas sus orejas se remueven al escuchar que no está solo. Lentamente, se voltea hasta toparse frente a frente con el erizo.

—Oh, buenas noches —dice sonriendo de una manera tenebrosa que hizo a Manic ponerse nervioso— estoy buscando carne fresca.

—S-Si, por aquí —le señala guiándole.

Manic comienza a caminar en dirección a dónde está la carne y por ratos se cerciora que el extraño sujeto le siga, pero siente una inexplicable sensación de pesadez en el cuerpo.

—Es una tienda muy grande, es la primera vez que la visito —le habla.

El timbre de ese chico le pone muy mal.

—S-Si, es enorme y tenemos muchas cosas —dice tratando de sonar calmado.

—Es curioso que ninguno de esos lobos la atacase. ¿Acaso esconden algún secreto o hechizo que los aleja? —le cuestiona.

—N-No señor, no creo que existan los lobos —asegura Manic soltando una tímida risa.

—Pues déjame decirte que deberías. Me he topado con algunos de hecho si vez mi rostro, uno de ellos me atacó —le señala una cicatriz que atraviesa su ojo.

Manic le mira con el rabillo del ojo, es tan extraño. Le recuerda lo que Scourge le ha contado, pero ese chico parece tan normal de hecho, duda que le esté diciendo la verdad y solo quiera tomar ventaja de esa situación.

—Eso debió ser doloroso, pero está seguro de que un lobo lo atacó porque pudo ser un animal salvaje —le niega.

—Niño, hay muchos secretos que se esconden en este mundo. Los lobos son uno de ellos —dice sin dejar esa sonrisa tenebrosa.

Ambos llegan a la parte del market en donde está congelada la carne.

—Yo no sé mucho de eso. ¿Cuántas bandejas desea? —le cambia la charla mientras abre el refrigerador.

—Dos, no como mucho cuando estoy de paso.

Manic toma las bandejas y regresa hasta la caja registradora. Mete aquello en bolsa y las coloca sobre la mesa al frente del sujeto.

—Son 80 rings —le anticipa.

El lobo saca el dinero y lo deja.

—Me gustaría saber si conoces de algo extraño, ando tras la pista de esas bestias —le pide tomando la bolsa.

—M-Me temo que se ha equivocado, yo no sé nada de eso —se excusa rápidamente.

—Bien, fue un placer conocerte —sus ojos se enfocan en el carné de identificación del erizo— Manic —dice por último.

El lobo comienza a salir de la tienda, pero unos metros antes, la puerta vuelve a anunciar a un nuevo cliente.

—¡Buenas noches!

Manic reconoce esa voz, un alivio se deja apreciar sobre su rostro y cuerpo.

—¡Sonic! —dice feliz de verlo.

El azul entra con una sonrisa sobre el rostro. Ve a un sujeto que camina hasta la salida, pero justo cuando ambos pasan a sus costados sienten una fuerte descarga eléctrica.

Sonic voltea a ver a ese lobo mientras el lobo hace lo mismo. Extrañamente, Sonic sintió como si lo hubiera visto en otro lado, pero su olfato le desmentía aquello pues, olía a un mortal. El lobo pudo percibir un extraño aroma escondido, una sensación de pesadez los invadió a ambos acompañado de una nostalgia desconocida. Aquella atmósfera se rompió cuando continuaron caminando y el sujeto salió de la tienda. Sonic por inercia voltea a ver la salida.

—¡Sonic, qué bueno que viniste!—se acerca Manic un poco consternado—. ¡No me sentía a gusto con ese sujeto!

—¿Te hizo algo? —le dice aún sintiéndose raro.

—No, menos mal no. ¡Pero su vibra da miedo!

—Así parece, un poco retraído, misterioso y extraño... —Sonic no le pone mucha importancia después de todo, mientras vuelve a su actitud sonriente—. Que bueno que levantaron la restricción, vine para disculparme por la última vez que salí corriendo fue muy descortés y grosero de mi persona.

—No te preocupes, no pasa nada —Manic suelta un pesado suspiro—. No me sentía del todo bien...

—Soy yo o siento una pequeña nostalgia en ti —dice acercándose.

—¿E-Eh, también tú lo has notado? —dice incrédulo.

—Es fácil reconocer cuando algo adrede a alguien —se burla sutilmente.

Manic se ve expuesto.

—¡Esto es patético! Pero supongo que no estoy de muchos ánimos —se resigna Manic.

Sonic se acerca hasta él mientras le observa con ternura.

—Puedo escucharte si lo que necesitas es sacar el peso de las preocupaciones por medio de una amena charla —se ofrece.

Manic se puede encoge de hombros.

—Es tan complicado, yo... a veces las cosas no salen como planeas, es decir, es como si lo que nunca soñaste esta al alcance de tu mano pero al mismo tiempo está lejos. Y no puedes hacer absolutamente nada para evitarlo —se expresa sin dejar de notarse triste.

—Es una sensación horrorosa, lo he sentido antes. ¿Pero qué es exactamente lo que te tiene de ese modo? —le pregunta Sonic.

—Tengo la sensación que conocí a lo mejor que me pudo haber pasado en la vida... —Manic suelta un amplio suspiro— pero pronto se podría ir de mis manos.

Sonic le ve incrédulo.

—¿Es sobre ese chico que me dijiste antes?

Manic asiente con timidez.

—Escucha Manic, me gustaría ayudarte en cualquier problema que tengas. No pareces un mal chico y solo quiero que no sufras. Pero tienes que ser más claro para que pueda aconsejarte lo que posiblemente puedas hacer.

—Sonic... creo que muy tarde me he dado cuenta de que estoy sintiendo cosas por él y que es muy probable que se vaya de mi lado, es una sensación horrible —dice sin darle muchos detalles.

—¿Y qué es lo que sientes por ese chico?

Manic permanece en silencio, sus ojos se pasean alrededor del market. Tener que describir lo que Scourge le provoca le causa una sensación cálida en su estómago y le produce aún mayor pena.

—P-Paz, armonía, emoción y amor... Scourge ha logrado hacer que olvide mi miserable vida y me enfoque en cosas importantes. Pero soy tan cobarde que no puedo decirle mis sentimientos... —baja el rostro en señal de rendición.

Sonic ve incrédulo a Manic, pero sonríe levemente mientras suelta una risa enternecedora.

—Te digo algo —le levanta el rostro con el dedo— dile tus sentimientos.

—¡N-No puedo hacer eso! D-De seguro él... se iría de mi lado... —exclama Manic sonrojándose.

—Nada esta garantizado, pero te aseguro que quizás puedas tener una mejor respuesta en lugar de estar dudando y martirizado de este modo.

Manic se siente aturdido.

—¿Por qué me dices esto? Apenas nos conocemos de unos cuantos días y actúas como si fueras alguien que conoce toda mi vida.

Sonic se aparta.

—No necesito saber todo tu pasado, puedo ver y sentir lo que eres y eso, es lo que importa. No puedes vivir en el pasado, lamentando lo que ocurrió, eso te impide disfrutar el presentre y te hace dudar.

Manic entonces siente que algo de esas palabras le produce un cambio.

—Creo que nunca, lo vi de ese modo... —susurra pensando en ello.

Sonic entonces se mantiene sereno.

—Bueno si quieres otro consejo, volveré mañana. Mi esposo estará en casa y necesitaré muchos ingredientes y verduras para él. ¡Eres mi proveedor favorito y confió plenamente en tu selección! —expresa muy feliz.

Manic no puede evitar sentirse contagiado de aquella energía.

—¡Seguro, tendré todo lo que necesites para mañana! —dice con emoción—. ¿Sonic?

—¿Si Manic?

—Gracias por ayudarme, nunca he tenido un amigo aparte de Tails que se preocupe así por mí —le agradece.

El erizo azul no puede evitar sentirse enternecido. Con una de sus manos revuelve los mechones de cabello de Manic.

—No tienes nada que agradecer Manic —le contesta entre risas.

Pero mientras ellos dos hablaban y reían, dos zafiros veían desde la distancia al erizo azul y en su reflejo se veía la irritación que le causa el verlo tocar a Manic.

[…]

Llego la hora de irse y Manic se sorprendió de ver a Scourge muy puntual en la salida. Después de hablar con Sonic logro recuperar algo de paz y pensar mejor las cosas, saludo al lycan, pero Scourge desprendía una vibra distinta. Caminaban por las calles mientras carros y algunos transeúntes pasaban a sus costados. Aunque Manic se sintiese mejor por haber hablado con Sonic, su compañero parecía verse irritado.

Manic se mantuvo pensativo, Scourge era alguien sumamente difícil de enojar y menos de irritar, qué le habría pasado al lobo para que estuviera de ese modo. Caminaba un poco más retirado de lo habitual y pocas veces volteaba a verlo, eso le hizo sentir extraño.

—Manic —dice abruptamente Scourge mientras se detiene y se voltea hacia Manic.

—¿Q-Qué sucede?

—Mañana tengo que hacer unas cosas, tendrás que regresar solo —su voz denota seriedad—. Y también debes recordar que en dos días habrá luna llena.

—S-Seguro, pediré el día —le menciona.

Scourge medio sonríe, pero de nuevo su rostro se vuelve serio.

—Bien... —se limita a terminar de responder volviéndose al camino.

Manic siente que algo no anda bien, pero no puede preguntar cuando él comenzó con ese juego.



















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