¿Cómo volvería a su casa y le diría a su padre que varios policías la detuvieron por intentar comprar; más bien robar, cerveza siendo menor de edad? Era claro que al adefesio que ella tenía como padre le importaría poco y se disculparía con la policía de la manera más calmada y santa posible.

Su pie se movía inquietamente mientras su padre, que al parecer todavía tenía tres cajas de la cerveza barra, estaba en el sillón y mirando la televisión, riendo como patan. <<Que asco>> pensó Cassie al soltar un suspiro con desgano.

Fue a su habitación y al meter sus manos en sus bolsillo, dio con el pequeño papel que le había dado la Amobi.

Frunció el ceño al ver varios dígitos. Y cayó en cuenta. Jamás tuvo amigos, amigas y mucho menos una pareja. Siempre se distanciaba, detestaba el contacto físico y aún más cuando era de desconocidos.

             Pippa - nombre estrambótico

Hola, es Cassiopeia, como la
Constelación.

                                                   ¡Hola! Perdón por     dejarte así como si nada. Ya sabes cómo son mis amigos.

A pesar de que ella no tuviera la culpa, no entendía por qué se había disculpado. Cassie le sonrió como tonta a la pantalla y negó.

No te preocupes, es normal.

Te sonará extraño, ¿podemos vernos?

Cassiopeia se había quedado tiesa. Apenas conocía a esta chica, ¿y ella ya quiere verla por tercera vez? Ella pensó que tal vez solo intentaba buscar otra amiga, literalmente solo tenía dos amigas y dos amigos. ¿Para que necesitar más? Ella no tenía ninguno y seguía viva.

Ella cerró sus ojos y los apretó con miedo. ¿Debería ir? ¿Qué pasará? Suspiro y agarro su teléfono con fuerza, casi como si sintiera que el aparato se iba a caer en su rostro.

          Pippa - nombre estrambótico.

Uh, ¿supongo que si?

                     ¡Genial! ¿Puedes mañana a las diez?

Claro. Nos vemos.

Y lo soltó soltando un suspiro lleno de frustración. ¿Quién diablos se levanta a las diez en un sábado? Cassie dejó su teléfono de lado. La vida había sido difícil últimamente, y no podía evitar preguntarse si todo tenía algún sentido. Se sentía perdida y no sabía qué camino tomar. ¿Era en serio necesario vivir con su padre? Uhm.

Mientras divagaba por sus pensamientos, todo parecía tan complicado, tan lleno de iniciación  y decisiones difíciles. No sabía qué hacer, ni qué decir, ni qué creer.

Mientras que ella estaba acostada allí, tratando de procesar todo lo que estaba sucediendo en su vida, una brisa suave comenzó a soplar. Miró hacia un lado y analizó su ventana entre abierta y vio que el cielo estaba nublado, todo era gris y pareciera que iba a llover por un rato. Por un momento, sintió una sensación de paz, como si todo iba a estar bien. Ese clima la calmaba.

Su cabeza daba miles de vueltas. Se dice por ahí que la vida de un adolescente no es de lo más fácil. Malditos los adultos que solo decían, "Tu única obligación es estudiar" que se maten.

— Uhg...

[...]

Mientras se levantaba para continuar su vida, esa de levantarse a las diez de la mañana por que una chica le quería ver, no podía evitar preguntarse si alguna vez encontraría la respuesta a sus preguntas. Si alguna vez encontraría la claridad que ansiaba. Pero sabía que seguiría adelante, porque era lo único que podía hacer. Y eso la abrumaba.

Mientras caminaba, sintió una sensación de determinación. No importaba cuán confusa pudiera estar, seguiría adelante, porque era lo único que podía hacer. Y mientras caminaba, no podía evitar sonreír, sabiendo que el mundo estaba lleno de estupideces emocionantes. Como la muerte de su padre en full HD 4k.

— ¿Pippa? — murmuró para sí misma, al ver a la castaña de cabello corto sentada frente a un mural con el rostro de Andie Bell.

— ¡Tu, hola! — exclama Pippa levantándose de su lugar y agitando su mano saludándola. — Espera...¿Cassie?

Ella asiente metiendo sus manos en los bolsillos de su abrigo. — Si. — entonces ambas se quedaron calladas, Pippa asintiendo con prisa y su teléfono en la mano derecha.

El perro, que al parecer era de Fitz-Amobi, lamió la mano de Cassie en busca de cariño. Cassie se puso de cuclillas y acarició la cabeza del perro como el quería, movía su cabeza para dirigir la mano de Cassie a el lugar donde él quería.

— Lindo perro, Pippa. — murmuró Cassie con una sonrisa en su rostro. — ¿Cómo se llama este pequeño príncipe?

— Barney... es un... perro. — dijo Pippa tartamudeando. — Oye.

La cabeza de Cassie se giró tan rápido como una bala para mirar a Pippa. Ella tenía sus brazos cruzados y estaba parada a un lado de ella, entonces ella también se levantó, sintiendo tirones en sus piernas por la antigua posición. Y como si fuera un robot, se sentó en el suelo del mural y miró al perro sentarse entre sus piernas y a Pippa sentarse frente a ella.

— Huh... ¿a cuál grado vas? — preguntó Pippa, pensando que Cassie era al menos mayor que ella.

— Décimo.

— Entonces no tienes que hacer el proyecto...

— ¿Qué proyecto?

Pippa miró a Cassie con los ojos entrecerrados, observando la curiosidad de la menor. ¿Debería confiar en la chica que conoció en una biblioteca? Ella miró sus dedos en su regazo y suspiró casi desganada.

— Es que... bueno. — Pippa comenzó a hablar pero se detuvo para escoger las mejores palabras posibles. — Realmente... los de mi grado tienen que hacer un proyecto de investigación.

— ¿Proyectó de investigación? — entonces Cassie se levantó y estiró sus piernas, comenzó a caminar con lentitud para que al menos Barney le siguiera. — ¿Y eso por qué? ¿Qué tengo que ver yo en esto?

— No tengo compañero para hacer la investigación. — murmura Pippa con cierta vergüenza, siguiéndole los pasos a Cassie. — Y yo creía que tal vez...

— ¿Creías que tal vez yo podría ayudarte? — Cassie saltó a las conclusiones, y había dado en el clavo, pues Amobi asintió en acuerdo. — Claro. ¿De qué se trata?

— Pensaba en hacerlo sobre el feminismo de una novela gótica, pero... — Fitz pareció dudar, parecía que buscaba palabras en un sopa letras mental para poder soltarlas. — Yo... es eh...lo cambie para...

Sus manos parecía hacer movimientos al aire.

— Solo dilo, Pip. — dijo Cassie sonriendo ladinamente. — Tampoco es como si fueras a investigar sobre la muerte.

— Bueno... — Pippa apretó sus manos y ladeó su cabeza, la intriga comenzó a dominar a Cassiopeia, pero más bien se estaba fastidiando. — Es sobre el caso de Andie bell.

— Genial.