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Encuentro

Encuentro

Naruto suspiró mientras veía el líquido ámbar en su vaso de vidrio, las burbujas subían dándole un toque místico y atractivo. Sus dedos largos jugaron con una gota que caía gracias al líquido frío, siguió el camino de la pequeña gota y volvió a suspirar.

—¿Cansado?

Naruto no se giró, tomó el vaso y le dió un sorbo a su cerveza. Era sábado por la noche y el domingo entraba cerca de las once. Estaba con Gaara en el bar cercano a la estación, donde la mayoría se juntaba después de un día largo de trabajo. Había bastante gente, la mayoría hombres, Naruto podía escuchar alguna risa de fondo. Él sacó la cajetilla de cigarros y maldijo interiormente al notar que sólo le quebrada uno. Puso el filtro en su boca y aplastó la caja, dejándola al lado de su cerveza mientras encendía el cilindro.

—No—, respondió finalmente a Gaara mientras se giraba en su butaca y miraba el ambiente del bar.

El lugar era algo lúgubre, oscuro con sus focos amarillos fuera de moda. Varias mesas se esparcian por el lugar, la mayoría lleno de hombres de la estación, algunos con sus uniformes y otra con trajes, como él.

Gaara también se giró, el vaso de su whisky parecía recién servido mientras también veía a los muchachos.

—¿Ino estaba ocupada está noche?— preguntó al azar, y Naruto sonrió de lado al reconocer como su compañero estaba buscando información de él.

—Terminamos ayer—, era todo lo que estaba dispuesto a decir.

Naruto siguió mirando a la camadería de los hombres, pero también fue consciente que su compañero lo observó algo asombrado.

—¿De verdad? Pensé que iba en serio..

—Oh, si. Iba en serio—, dijo Naruto levantando su vaso y dándole un sorbo, su cigarrillo atrapado entre sus dedos—. Pero ella no podía con la presión.

Gaara alzó una ceja.

—¿Lo mismo pasó con la enfermera?

Naruto rodó los ojos y fumó una pitada, se apoyó en el asiento y miró con aburrimiento como un grupo estallaba en risas.

—Lo de la enfermera paso hace unos cuantos meses,amigo. ¿Por qué lo sigues trayendo?

Gaara se encogió de hombros y Naruto lo observó tomar su whisky de un sólo tragó. Él hizo una mueca, Shion había sido la mujer que más le había llegado. Cariñosa e inteligente, estaba fuerte como un tren y era fácil de predecir. Naruto notó que ella vivía una doble vida, aunque le costó un poco descubrirlo.

Resultó que era mejor ocultando algunas cosas, pero no fue lo suficientemente buena para que él no se percatara luego de un tiempo.

Resultó ser que la ardiente enfermera,mientras estaba en una relación con él, era la amante de su jefe casado. Naruto no se fue por las ramas, la dejó a los días de notarlo.

—Tal vez porque siempre buscas el mismo patrón, viejo—, dijo Gaara volteándose y haciendo una seña a la camarera.

Naruto frunció el ceño y también se giró, fumó un poco mientras la chica se acercaba a servirle otro whisky a Gaara.

—¿Algo más cariño?— preguntó ella con un tono sugerente.

Naruto sonrió, aunque lo ocultó dándole otro trago a su cerveza.

—No, gracias Matsuri.

—Lo que quieras, cariño— dijo guiñando un ojo y moviéndose hacia la otra punta de la barra.

Ambos miraron a la mujer de indomables cabellos café moverse por la barra, sirviendo cervezas y riendo por aquí y por allá. Parecía una pequeña hada de alcohol.

—¿Cuando le darás una oportunidad?— preguntó al fin Naruto.

Gaara frunció el ceño mientras lo miraba con el vaso de vidrio en su mano. Naruto puso los ojos en blanco.

—Ella te coquetea todo el tiempo, amigo.

—Ella coquetea con todos—, dijo Gaara a la defensiva.

—No—. Contestó acercando el rostro a su amigo—. Ella se sonroja sólo contigo y su respiración se pone superficial cuando le hablas más de unas pocas palabras. Está enamorada.

— Es sólo platónico—, lo descarto él pelirrojo y se tragó su medida de una sola vez, haciendo una pequeña mueca al final.

Naruto suspiró mientras se sentaba de nuevo en su silla y le dió una última fumada a su cigarrillo antes de apagarlo en el cenicero que estaba cerca de él.

— Luego dices que yo tengo problemas en leer a las mujeres—, se quejó tomando lo último de su cerveza y haciendo una nueva señal a Matsuri para otra.

La muchacha se movió con la fluidez que da la práctica le dejó una botella que destapó frente a él. Su sonrisa nunca vaciló, ella le dió una mirada al vaso de Gaara.

—¿Quieres más cariño?— le pregunto agarrando la botella de la cual estaba sirviéndole.

Gaara negó con la cabeza mientras se bajaba del taburete y sacaba su billetera. Dejó unos billetes sobre la barra.

— Quédate con el cambio—, dijo cuando ella había empezado a contar.

Matsuri sonrió, sus mejillas se oscurecieron.

—Gracias, Gaara.

Él pelirrojo hizo una señal de que no tenía importancia y Naruto sonreía mientras se servía la cerveza en el vaso. Él dió un sorbo mientras veía a Matsuri alejarse y Gaara comenzaba a ponerse su saco sobre su camisa celestes.

—Oye, esa fue una excelente propina.

—Ella está pagando sus estudios con este trabajo de mierda. Sólo quiero ayudarla—, murmuró mientras acomodaba las solapas.

—Oh, claro— murmuró Naruto divertido.

— Deberías dejar de intentar comprender a las mujer, viejo—, dijo Gaara—. Sólo por una vez, déjate llevar y ve hacia donde va.

—Podrías escuchar tu propio consejo—, le contestó con una mueca divertida.

— Sólo digo—, aclaró alzando sus manos—. Nos vemos mañana, viejo.

—Nos vemos— murmuró Naruto mientras sonreía al verlo marchar.

Naruto notó como Matsuri también se lo quedó mirando hasta que cruzó la puerta. La sonrisa de la chica se esfumó por un segundo, pero fue llamada y ella volvió a sonreír para atender a otro de los muchachos. Naruto suspiró.

Sí, él era algo propenso a ser llamado "mujeriego", pero no estaba con varias mujeres al mismo tiempo. Simplemente porque no esperaba mucho para estar con otra. Generalmente, nunca se enamoraba y estaba buscando una mujer con la que llevarse bien en sus momentos libres. No podía culparlo por intentar con la mayoría de las posibilidades que le surgían.

Naruto sacó su celular y miró un poco de sus redes sociales, no había mucho que ver, pero por lo menos lo mantuvo algo entretenido mientras terminaba su cerveza.

Después de unos momentos, dejó su vaso vacío sobre la barra y estaba por guardar su celular para irse, cuando un cuerpo ocupó el asiento que había dejado libre Gaara. Él miró con aburrimiento hacia el costado, esperando ver a uno de los chicos del departamento de homicidios, aveces se le acercaban para preguntar algunas cosas. No pudo evitar sentirse sorprendido cuando vió una hermosa mujer allí.

Naruto la observó sin disimulo. Gafas grandes y negras ocupaban gran parte de su rostro, y al estar de perfil, él notó una pequeña nariz y labios rosas y gruesos. La muchacha era hermosa y no pudo evitar mirar su cuerpo mientras ella hacia una seña para llamar la atención de Matsuri.

Naruto se mojó los labios al notar una falda ajustada color azul oscuro y una camisa holgada metida en su cintura. Le daba una figura esbelta pero también marcaba su trasero y grandes pechos. Ella era muy bonita.

—¿Qué puedo servirte reina?— preguntó Matsuri.

—Un cerveza—, respondió la mujer con voz ronca y profunda.

Naruto movió los dedos sobre su pantalón de vestir, la mujer era sexy.

Matsuri le sirvió y ella se volvió a él.

—¿Quieres más, Naruto?

Él no dejó de mirar a la mujer. Ella se volvió a él, gracias a la pregunta de Matsuri y Naruto le sonrió. Sus ojos eran claros y grises, hermosos tras las enormes gafas. La misteriosa mujer también le sonrió mientras se llevaba la botella abierta y le daba un sorbo desde el pico.

—Si—, dijo él, nunca apartando la mirada de la mujer.

Matsuri dijo algo, pero él ya no le prestó atención.  Ella se apoyó en la barra, sin sentarse en el taburete. La mujer era alta, de tal vez un metro con setenta, pero llevaba zapatos con tacones agujas de tal vez unos cinco o siete centímetros. Su cabello estaba recogido en un moño algo desaliñado y no llevaba maquillaje.

—Naruto Uzumaki—, se presentó a la mujer extendiendo la mano a ella.

Ella sonrió, mirando su mano y por un momento, Naruto pensó que se iría sin decir una palabra. Pero ella apretó la suya sin dudar, tenía un buen apretón de manos, nada delicado.

—Encantada Naruto, soy Hinata—, dijo con su voz ronca y sexy.

Naruto volvió a mojarse los labios.

Naruto la apretó contra la pared apenas entraron al desordenado apartamento. Él no podía ver una mierda, pero poco le importaba ya que estaba sintiendo.

Hinata peleo con el saco de su traje, sacándolo de tirones por sus brazos. Naruto apretó sus manos en su mullido trasero mientras besaba su boca con frenesí, sus labios sabían a cerveza y locura de una noche y él estaba más que listo.

Pronto ella ya estaba sacándole la camisa, desabotonando con rapidez. Naruto peleo un poco con el cierre de la falda, pero este terminó cediendo y la tela cayó al suelo. Él las tomó de la cintura y la subió por su cuerpo. Hinata lo rodeó con piernas torneadas y él se movió hacia su habitación, hacia su cama. Sus bocas no dejaron de besarse, morderse o chuparse.

La dejó caer sobre el colchón y la observó mientras empezaba a trabajar en su cinturón y pantalones, casi con desesperación. Ella largó una risita mientras se sacaba la camisa ella misma y el sujetador. Naruto gimió cuando vió sus grandes pechos, turgentes, coronados con picos rosas. Sacó sus zapatos y luego sus pantalones, dejando el boxer en el lugar.

—Que sexy eres—, murmuró cuando ella desató su cabello y lo extendió por la cama como si fuera un abanico oscuro.

—Tu también lo eres—, dijo divertida mientras sus manos se posaban cerca de la cintura de su boxer y subían, marcando sus abdominales y torso hasta que llegó a sus hombros—. Ven aquí—, dijo para empujarlo sobre ella.

Hinata volvió a rodarlo con sus piernas, él sintió que algo le pinchaba el muslo y supo que eran sus tacones, mientras ella atacaba su boca de nuevo. Naruto gimió mientras apretaba su polla dura contra su uve y lo frotaba con sólo la braga y su boxer como barrera.

—Oh, si—, jadeó ella soltando su boca cuando él apretó sus pechos y acarició su clítoris con su polla cubierta—. ¡Oh! Follame— rogó mientras se apretaba más contra él.

Naruto gruñó, bajando una mano para correr su braga para sentir su piel desnuda y húmeda, recogió sus jugos y subió dos dedos para acariciar su pequeño clítoris. Hinata clavó las uñas en su espalda mientras se retorcía, Naruto bajó la cabeza para pasar la lengua por unos de los picos rosados, chupo la cuenca dura, gimiendo al sentir como su cuerpo respondía a todos sus toques. Las manos de Hinata también bajaron por su frente y ella ni siquiera dudo en bajar su boxer y apretar su polla con su pequeña y húmeda mano.

— Joder— murmuró Naruto, apretando los dientes sobre el pezón húmedo.

— Jodeme, sí— pidió Hinata llevando la punta su polla a su coño húmedo.

Naruto se levantó y se alejó de ella, casi cayendo al suelo por su desesperación de llegar a sus pantalones. Él buscó con frenesí su billetera y no se detuvo hasta que sacó el condón. Se sacó con rapidez el boxer y se puso el condón con eficacia gracias a la práctica y miró a Hinata mientras ella volvía a acostarse luego de sacarse ella misma su braga. Naruto la observó de pies a cabeza, su piel blanca y suave, su cintura pequeña a comparación de sus pechos y sus caderas redondeadas.

Naruto la agarró desde los tobillos y le dió un tirón para que su culo terminara cerca del borde. Subió las piernas de ella hasta que apoyó sus tobillos en sus hombros y acercó su polla adolorida por el deseo a su canal húmedo.

Con respiración en jadeos, golpeó con la cabeza de su pene contra su clítoris, como avisando que iba a entrar en ella. Hinata gimoteo y se retorció en la cama. Naruto sonrió mientras bajaba y se acomodaba en su entrada chorreante, se sumergió lentamente y apesar del preservativo, puso sentir el calor caliente y como apretaba su polla como pinza.

—¡Si!— gritó Hinata curvando su espalda, ofreciendo sus pechos hacia él mientras hacia puños con la ropa de cama sobre su cabeza.

—Joder, eres sexy cariño.

— Cállate y fóllame— le ordenó.

Naruto rió a pesar de la situación y comenzó a salir y entrar en ella con rapidez, su sonrisa se borró apenas empezó a sentir el calor subir por él como una erupción de volcán.

—¡Joder! Eres grande. ¡Oh si!— gritó Hinata cuando Naruto uso dos de sus dedos para acariciar su clítoris mientras la follaba duro.

Naruto apenas podía respirar mientras las sensaciones subían por su estómago y espalda. Los escalofríos subieron por sus piernas y su polla se puso tan dura que por un momento tuvo miedo de romperse mientras jodía a Hinata más y más fuerte.

Él no sabía nada de Hinata, había hablado de nada, sólo coqueteado en el bar. Naruto sólo había leído su interés sexual por él y simplemente no pudo resistirse. Él supo que ella no buscaba amor, no buscaba una relación, también notó que no era una experta en eso. Pero lo había hecho bien, coqueteando lo suficiente para que su polla se pusiera dura y él la invitará a un lugar más tranquilo.

Naruto no sabía si ella era policía, no sabía si sólo estaba cumpliendo una fantasía, pero mierda que él también lo estaba disfrutando.

Hinata sólo estaba gritando sin palabras mientras él jadeaba y gemía con piernas temblorosas y golpeaba su centro una y otra vez. Él sintió como su coño se apretaba en contracciones y empezó a hacer sus embestidas más cortas y violentas, a punto de correrse.

— Vamos cariño— la instó—. Córrete sobre mí polla. Apretame con ese delicioso coño.

Hinata apoyó las plantas de sus pies en sus hombros y alzó sus caderas, golpeando contra él y ella se crispo con un grito agudo. Naruto notó como su cuerpo tenso llegaba al orgasmo, su coño se apretó con fuerza y luego empezó a palpitar alrededor de él. Dejó su clítoris y la tomó de la cintura, golpeando más y más hasta que él también llegó con una jadeó errático.

Naruto prácticamente cae sobre ella, pero reaccionó y la ayudo a bajar las piernas algo flojas. Él se sacó el preservativo y le hizo un nudo mientras se sentaba en la cama. Espero unos segundos a qué sus piernas volvieran a funcionar y se levantó para ir al baño. Tiró el condón usado y se lavo la polla un poco, temblando al sentir el agua fría sobre la piel hipersensible. Cuando salió del cuarto de baño, se detuvo de golpe al ver a Hinata abrochándose la camisa.

—¿Ya te vas?— preguntó algo decepcionado.

Él no sabía qué esperaba y se sintió algo estúpido al hacer una pregunta tan obvia cuando ella lo miró con una ceja alzada.

—Tengo cosas que hacer mañana—, le explicó vagamente mientras se levantaba y comenzaba a recoger su cabello en un nuevo moño.

Naruto también se puso el boxer, sólo para cubrirse mientras ella salía de la habitación en tanga. Naruto miró su culo mientras se agachaba y tomaba la falda. Antes de ponérsela, sacó del bolsillo sus gafas y se las puso. Luego comenzó a meter las piernas adentro de la pollera tubo.

—¿Quieres que te lleve a algún lado?— preguntó algo incómodo.

Había tenido aventuras de una noche, pero generalmente ellas se quedaban toda una noche. Está parecía más una aventura de unas horas.

—Oh, no te preocupes—, dijo Hinata mientras agitaba un poco las caderas para encajar su trasero en forma de corazón dentro de la tela ajustada—. Ya llame un taxi.

Hinata se volvió mientras subía el cierre y le sonrió. Naruto se quedó allí, sin poder saber qué pasaba por la cabeza de ella. En parte, le fascinó.

—Fue bueno conocerte, Naruto.

— También.. mm. Fue genial—, contestó algo fuera de lugar.

Hinata volvió a sonreír y salió por la puerta. Naruto se quedó allí, y se rascó la cabeza sin saber qué pensar de ello.

En todo caso, estuvo todo el domingo pensando en Hinata, sin poder encontrar pies y cabeza a la mujer. Y mientras esperaba el lunes por la mañana en la oficina de Jiraiya por el nuevo detective en jefe, seguía intentando darle sentido. Gaara ya empezaba a molestarlo, diciendo que tal vez se había enamorado de la misteriosa mujer, Naruto simplemente había bufado.

Hinata era un acertijo que le gustaría volver a ver, tal vez perderse unas cuantas veces en los callejones sin salida de su cabeza. Definitivamente era una mujer como ninguna que hubiera conocido.

Naruto prendió un cigarrillo y se apoyó en la pared, mirando hacia la ventana que daba a la calle de la oficina de Jiraiya mientras esperaban a su nuevo jefe.

—Es un poco impuntual— murmuró Naruto dándole una mirada a su reloj.

Pero antes de que Jiraiya contestará la puerta fue abierta de golpe. Naruto se quedó congelado al ver a la mujer que había ocupado la mayoría de sus pensamientos los días pasados. Hinata lo sorprendió sonriendo a Jiraiya y dando un paso hacia adelante.

— Lo siento, el tráfico no es lo mejor en Suna—, dijo con su voz ronca, con una risita, y apretando la mano de Jiraiya.

— Es verdad, ya te acostumbrarás—, le prometió el viejo. Él señaló hacia donde estaba él y Gaara—. Déjame presentarte a tus detectives principales en homicidios. Gaara Sabuko No. Y a Naruto Uzumaki.

Naruto notó el preciso instante donde los ojos de Hinata, atrás de esas gafas se abrieron con un poco de sorpresa.

— Muchachos—, siguió Jiraiya—. Ella es el nuevo jefe: Hinata Hyūga.

—Joder—, murmuró Gaara.

Naruto no pudo haber dicho algo más apropiado.

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