Los Martins

Para los Martins no hay nada más sencillo que tener su pequeño negocio, un lugar donde muchas personas lo visitan a diario, ganando mucho dinero haciendo una de las cosas que ellos saben hacer: de forma ilegal.

Hay algo que al hombre imponente Martins detesta y es que lo contradigan, no por nada es respetable, ha hecho de todo un poco en la sociedad: vender, consumir y lo que es difícil de aceptar, matar.

Ellos no son de las personas que van y te dan un disparo en la cabeza o unas cuchilladas hasta matarte, al contrario, ellos contratan a alguien para que lo haga o que pase un accidente de autos. Una de las consecuencias por la que ahora el padre de Lara está muerto, una disputa que tuvo con los Martins tiempo atrás.

La mujer, sentada de piernas cruzadas observa a su hija, mientras examina el perímetro antes de comenzar a hablar, la mujer sabe que lo que le pedirá no será algo que se escuche todos los días porque cómo he dicho anteriormente, ellos no se ensucian las manos.

— Quiero que investigues a fondo a Lara Kayser, sí sabe algo de nuestro negocio, quiero que la sigas a todas partes o trata de enamorarla, finge para hacerle creer que te gusta —la muchacha se paraliza, sabe lo que conlleva acercarse a Lara—. Siento que es una amenaza a que un día nos exponga, quiero que la calles.

La muchacha queda pensando, casi al borde de los gritos, si no le hace caso a su madre la que se irá a San Pedro será ella.

— Madre, la chica siempre anda en manada, será difícil acercarme a ella...

El golpe en el escritorio hace que hasta los pájaros que estaban en un árbol afuera marcharan asustados, la muchacha tragó saliva fuertemente por el cambio repentino de actitud de su madre.

— No me importa si es difícil o no, harás lo que yo diga, quieras o no. Hace un tiempo dijiste que es fácil de dominar, ¿entonces porque ahora te retractas?

— ¡Me expuso ante todos! —la muchacha gritó algo que su madre no aceptó y se levantó de golpe de su asiento, colocándose frente a la muchacha. La levantó sosteniéndola del cuello de la camisa y haciendo que la observara a los ojos.

— Me importa que te haya hecho eso, por eso digo que debes callarla. O envío a tu hermana, sabes muy bien que ella no tendrá compasión de callarla. Fiorella me estás haciendo enojar, la debes callar o a la que callaremos será a ti.

Fiorella aceptó callar a Lara con el miedo recorriendo por todo su ser, no quería matar a nadie, sin embargo no quería ella morir; no sabía que ahora no era con las de cabello morado y rojo que andaba, ahora es con una rubia hermosa que hace que todos giren a verla tanto por su belleza cómo por sus grandes atributos.

Ella las seguía a todos lados, veía cómo reían, hablaban y se despedían en la puerta de sus hogares haciendo una despedida absurda con las manos, y Fiorella sintió el cosquilleo de agarrar el cúter y resolver todo ahí mismo, pero se contuvo.

Cuando vio la oportunidad de realizar el ataque hacía la chica buscó la forma más escondida de trepar a su habitación y entrar a la misma, la escuchó en el baño mientras se bañaba y un cosquilleo pasó por toda su zona intima, imaginándose a la misma saliendo de la ducha con una toalla alrededor y sonriéndole mientras le pedía que fuera con ella.

Pero la imaginación se esfumó, tenía claro que sí fallaba ahora enviaban a su hermana que no tenía compasión y que nadie la conoce para que pueda fingir sin que la tachen de una vez cómo: otra hija de los Martins.

Fiorella se preparó, pero a la vez estuvo indecisa, quería entrar al baño ver el asombroso cuerpo de Lara y poder tocarlo, apreciarlo de cerca y que la chica lo dejara disfrutar, pero todos sabemos que eso solo son teorías que no pasarían, una imaginación, lo que terminaría pasando sería que la chica gritara al verla aquí.

Cuando escuchó que cerró el grifo su corazón estuvo al tope, se preparó nuevamente escondiéndose en el closet para que cuando ella entrara recibirla con unos golpes.

Lara, abrió la puerta del baño para pasar al closet y buscar una blusa para estar cómoda antes de que comenzara a intentar preparar algo con lo que su antigua suegra le enseñó. Pero se retractó al escuchar un sonido en la ventana por la que entraría Laia.

— Viniste —informó la castaña, sosteniendo la toalla que se encontraba alrededor de su cuerpo y con ganas de ir a cambiarse.

— Me toca cuidarte, ¿A poco no lo hago bien? —la castaña rio, su risa llegó a oídos de la muchacha metida en el closet y quiso que ella fuera la que la hiciera reír de esa forma. Mientras Fiorella quería seguir fantaseando de cerca con el cuerpo de Lara, la chica se encontraba cambiándose frente a su acompañante sin pena alguna, colocándose una ropa cómoda que recordó había puesto arriba de su cama.

— Iré al baño —luego de un rato informó la rubia a la castaña y ahí supo Fiorella que era su momento, pero cambió los planes.

Cuando escuchó que la chica entró al baño ella salió del closet y buscando a la castaña por la habitación, encontrándola de espalda sentada en el balcón. Se acercó lentamente abrazándola, la castaña se tensó, Lara reconocía a un lejos la forma de los brazos de Laia y que ella recordara la rubia no es morena.

— Sí gritas te irá peor —la morena con el cúter en la mano lo posicionó en su cuello, la castaña no supo qué hacer, no quería que su cuello fuera rebanado, así que se mantuvo serena— saca a la rubia de tu casa, ahora mismo.

— No.

Esa única palabra hizo que Fiorella ardiera de la rabia, la girara y a la fuerza la besara haciendo que la castaña sintiera pánico, mientras que ellas dos estaban en el balcón, la rubia salió del baño buscando a su amiga, por desgracia viendo la ahora escena.

Se iba a sentir mal hasta que vio el cúter que traía la morena, no vio nada que la ayudara así que sólo corrió a gran velocidad hacía donde se encontraban, empujando tan fuerte a la chica haciendo que cayera sentada en el suelo.

— ¡¿Cómo entraste a mi casa?! —pero la morena se zafó de las manos de la castaña, guardando su cúter y mencionando unas palabras en mandarín— la tuya por si acaso.

La morena noqueó a la rubia, tomando a la castaña del cuello, la sentó de nuevo de un tirón y la volvió a besar. Sabía que la misión estaba jodida, pero aprovechaba hasta el último momento para irse.

— Duerme bien, Lara, recuerda: un ojo cerrado y el otro abierto.

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Los padres de Fiorella estaban enojados, no porque falló en la misión, sino que ahora debían de hacer un llamado hacía su hermana que es una cavernícola. La muchacha se encontraba arrepentida de que no rajó su cuello de una buena vez.

— Te enviamos para hacer la misión de una buena vez, ¿Y qué haces? Vas y te la besas; debes aprender, ¡Joder!, ¿Por qué eres así? Sabes que ahora más que nunca ella puede hablar, si nos denuncian o algo por el estilo todo me lo cobrare contigo. —el padre de la muchacha pensó algo y volvió a hablar—. Te quiero hacer una pregunta Fiorella, —su padre se acercó haciendo presión en su cabello para que le doliera— ¿Quieres terminar cómo tú hermano? ¡¿Quieres terminar muerta por un amor que sólo te hará sufrir?! ¡¿Solo vivir unos momentos en fantasías?! Cuando venga tu hermana quiero que no te entrometas en su misión, ella si sabe realizar las cosas.

La madre de la muchacha quiso ayudarla, sabía que a su hija le dolía ese tema de su hermano, pero no hizo nada por la mirada de su esposo.

— ¡Francisco! —el señor Martins al ver que su hija no respondió le pidió a un guardia que se la llevaran, que él sabía qué hacer en el código 10-08.

Mientras a Fiorella la golpeaban sin cesar en su habitación, los padres recibían la llegada de su hija mayor, viendo cómo sólo le faltaría parecer buena persona.

— ¿Cuál misión?

— Matar a Lara Kayser —y la muchacha se tensó, pero no lo dio a notar, estaba muy convencida que no haría esa barbaridad.

— ¿Por qué mejor no va Fiorella?

— ¿Te estás arrepintiendo?

— Nunca me arrepiento.

Mientras los señores Martins sonreían, Fiorella se mantenía golpeada en su habitación y su hermana mayor con deseos de volver a su hogar.

Ella es una de las que no se iba a ensuciar las manos.

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Holi, Holi.

Me encanta cómo conocen un poquito más a los Martins, bueno, una migaja.

Código 10-08: golpes hasta escupir sangre.

Se vieneeeeee.

¡¿Cómo les va?!

Espero que muy bien y estén relax.

Los Martins viendo cómo ustedes ya saben lo del padre de Lara:

Yo haciéndome la ciega con lo qué pasó en este extra:

Nuevo personaje para la historia:

No me extenderé tanto.

Con amor: Lis ☘️🖤☘️