CAPITULO 20: LARA
Lara K
Me levanto de la cama en la que me encuentro hace unos minutos, hace aproximadamente ya unos tres meses estoy aquí, alejada de muchas cosas, de muchos problemas.
Sin obviar que mi madre me ha estado escribiendo, llamando y pidiendo que regrese a casa para dialogar, siempre termino colgando sus llamadas o sin leer sus mensajes.
Porque aquí tengo la paz que en mi casa no tengo, y es excelente este lugar, me encanta.
Ted en todo este momento me ha hablado, sabe dónde estoy porque él me trajo una vez, pero no quiere interrumpir, sabe muy bien que aquí estoy tranquila, por lo tanto me deja. Según él, para que no me olvide de su existencia me envía unas fotos suyas con Lila, mostrándome su panza que va creciendo cada vez más.
Ximena, ella me ha hablado, me ha escrito para saber de mí y hemos echado unas inalcanzables pláticas, al principio la sentía lejos de la realidad, luego ya pude sentir que volvía a ser la misma Ximena de aquellos tiempos. Me ha informado de que ha llegado una carta para mí y que está en su casa, a lo que respondí en que en algún momento iré por ella.
— Lara, —la madre de Trina toca la puerta, cuando le digo que puede entrar me sonríe— ¿Quieres ir a ver tu vestido de graduación?
Asentí, pero antes de que ella me dejara sola en la habitación para cambiarme le quise mostrar algo, ya estaba segura de hacerlo.
Ella cerró la puerta con seguro para que su esposo que deambulaba por la casa y su sobrino no vieran lo que yo iba a mostrar.
La ropa que tenía puesta que ocultaba las marcas la retiré poco a poco, ella no entendía lo que quería mostrarle hasta que empezó a ver el destello de algunas, cuando finalmente estuve en ropa interior ella las observó todas casi llorando al verlas.
— Mi niña, —se acercó y me abrazó, sin mencionar una palabra, pasaba sus manos por mi espalda reconfortando a su paso, y me gustó, me gustó que hiciera eso porque sabía que tenía a alguien más que me quería— estoy aquí.
Cuando nos separamos del abrazo vi en su rostro una forma de mirarme inexplicable, es cómo si el calor de madre me la pasó a mí, así lo sentí y fue bueno.
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En el centro comercial me encuentro con la madre de Trina, ella está emocionada porque sabe de una tienda que tiene los mejores vestidos de graduación y dice que me pueden gustar.
A todo esto le avisé a Ximena que estaría aquí para que trajera la susodicha carta, cuando la veo mi corazón vuelve a acelerarse y me hace sonreír mucho.
— Buenas tardes, —mencionó ella cuando estaba al lado de ambas, estrechó su mano con la de mi acompañante y sonrió— no duraré mucho, Lara, pero aquí está la carta. Ah, se me olvidaba, Lauren me pidió que el día de nuestra graduación estemos juntas en la salida.
No entendí porque lo dijo porque su padre en la lejanía la llamaba, mi acompañante me sonrió.
— Vamos, cariño. Puedes guardar la carta en mi bolso —así lo hice, luego de eso entrelacé nuestros brazos para seguir caminando.
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Los vestidos en este lugar son hermosos, dan a notar elegancia y supremacía, algo que me gustó, pero lo que más llamó mi atención fue un vestido, demasiado llamativo.
El vestido es azul, con una pequeña apertura en el pecho que en mi luciría bastante bien por mis pechos de tamaño normal que tengo, el vestido es sumamente largo y me gusta de esa forma.
— ¿Te lo vas a probar? —preguntó mi acompañante con un destello de felicidad inculcada en sus ojos.
— Por supuesto —ella asintió feliz y me ayudó a llevarlo al probador, en todo ese momento que duré vistiéndome me puse a analizarlo. Era cerrado, lo bueno de eso, de mangas hacía mis codos.
Cuando terminé de alistarme con el vestido y verme en el espejo me sorprendo, aunque me da miedo de que mis senos salgan volando por la alta tensión que se encuentra en esa zona.
Saqué la cabeza del probador para hacerme notar ante mi acompañante a lo que ella se acercó para después quedar encantada con el resultado.
— Te ves hermosa, mi niña —pude notar cómo sus ojos se cristalizaban por algunos momentos—. ¿Te gusta?
— Me encanta —lo admití y ella aplaudió de la felicidad, dejó que me volviera a cambiar para que pasáramos por caja.
Tenía un dinero ahorrado para estos momentos, así que no acepté que pagara mi vestido. Cuando salimos de esa tienda encantadas fuimos en busca de mis tacones, algo tedioso porque algunos no me gustaban, otros no combinaban con el vestido y otros no me servían.
Fue más largo en el calzado poder encontrar algo digno, hasta que unas plataformas llamaron mi atención, me gustaron y se pudo conseguir unas de esas de mi talla.
— Me alegra todo esto, mi niña —me informó, y me da tristeza en el corazón porque ella mencionó antes de que quería estar en la graduación de su hija.
La abracé por encima de los hombros mientras caminábamos para regresar a casa, me mantuve así hasta que respiré hondo y decidí hablar.
— Quiero que asistas sin falta a mi graduación, eres importante para mí —ella sorprendida de eso se tensó vilmente, hasta que en una esquina se detuvo y me observó.
— Es un honor asistir a tu graduación, mi niña.
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XIMENA S
El día de la graduación se acerca, ya es mañana y me pone la piel de gallina al darme cuenta de que ya sabré a qué se refería Lauren con que Lara y yo permanezcamos cerca.
— Ximena, Ximena, aterriza —Pablo canturreaba a mi lado sin cesar, trayéndome devuelta a lo que es la triste realidad, lo observé con una ceja alzada haciendo que suspirara—. Estoy preocupado, ¿Y sí me caigo cuando esté subiendo a la tarima? ¿Y sí hago algo mal?
— Pablo.
— ¿Y sí no hago nada bien? ¿Sí se burlan? ¿Sí...?
— ¡Pablo! —me observó paniqueado, de verdad que este tema le angustiaba en sobre manera— Todo estará bien, pensemos en cosas positivas.
— ¿Cómo cuáles cosas, Xime? No me llega nada —su semblante permanece angustiado, tanto que comienzo a preocuparme yo aún más.
No sé qué fue más difícil, si tranquilizar a Pablo o dejar de sobre pensar que es lo que va a pasar en la graduación según Lauren.
Nos pasamos la tarde entre parloteos nerviosos, y en ellos no dejaba de admirar mi vestido que está bien pulido para mañana.
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No es hate hacía nadie, pero no puedo creer que una graduación puede ser tan temprano, ¿Por qué? ¡¿Por qué?!
Había otros horarios, pero no, al colegio PhennyCity le dio la gana de organizar la graduación a las once de la mañana, algo difícil de aceptar es que temprano me debía de levantar.
— Ximena hija, ¿Ya te duchaste? —preguntó mi padre tras la puerta de mi habitación. Su mujer me arreglará el cabello y mi madre que está a unos minutos de llegar me maquillará, cosa que les agradezco a ambas.
— Sí padre, —respondí un poco nerviosa— ¿Puedes avisarle a Ana que venga a mi habitación?
— Claro, Xime, enseguida —y en lo que esperé a Ana di vueltas por toda mi habitación con los nervios a flor de piel, hoy es el gran día, hoy me gradúo.
Cuando tocaron la puerta de mi habitación fui abrir rápido, encontrando a las dos mujeres equipadas para ayudarme en este caso de mi existencia.
— Mi niña, —mi madre con unas cuantas bolsas en manos fue la primera en hablarme y abrazarme, cuando se separa puedo apreciar sus ojos cristalizados y la sonrisa que se manifiesta en ella— te amo mucho.
— También te amo, mami.
Ana me sonrió y me abrazó: — Me alegro mucho de tu logro, Ximena.
— Muchas gracias, Ana.
Cuando ellas decidieron ir manos a las obras me sentí un títere, de aquí para allá, de allá para acá, ya no me sentía yo. También en el proceso de arreglarme me sentí muy nerviosa porque no sabría si los Martins volverán a molestar, tampoco sé si todo saldrá del todo bien cómo yo trato de decirme.
Aun así, decido calmarme un poco y cuando después de que ellas terminaran conmigo pude colocarme mi vestido morado largo; contiene un escote en los pechos; unos tirantes que fue una de las cosas que llamó más mi atención en el momento de que fui con mi madre y mi madrastra a comprar el vestido; el morado hace juego con mi cabello aunque el vestido es un morado claro; los tacones hacen juego conmigo misma haciendo que me vea aún más alta de lo normal; el maquillaje sencillo cómo pedí, pero también hace que el labial en mis labios los haga ver más carnosos de lo normal; mi peinado con rizos, y unas trenzas haciendo juego con ello.
— Estás bellísima, mi niña —mi madre felizmente sonríe y aplaude, antes de volverme a abrazar—. Bien, me iré a colocar mi vestimenta, hablamos en breve.
Toma una de las bolsas que trajo y se encierra en el baño a cambiarse, Ana carraspeó y llamó mi atención.
— Ana, ¿Qué esperas ahí? Vamos, es hora de cambiarse mujer.
Ella asintió dejando que yo la guiara hacía su habitación, ella a todo esto estaba indecisa, al principio no quería ir porque decía que era algo que debían de asistir mi padre y mi madre, pero eso poco me importa, ella forma ahora parte de mi familia y debe de asistir.
— Madre, este traje se te vería bellísimo —a veces ella se sorprende cuando le digo madre, está fue una de las veces. Le mostré el traje que decía, era una blusa blanca con rayas negras, mientras habita un pantalón negro alto con unos tacones bajos negros. La hará lucir extravagante, ella aceptó a mi decisión y cuando salió del baño de colocárselo quedó emocionada por el resultado—. Me encanta, estas bella, Ana.
— Muchas gracias Xime, tú no te quedas atrás, estás hermosa —le pido permiso de sí puedo tocar su barriga de ya cinco meses a lo que acepta y lo hago emocionada.
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Cuando estamos todos en el lugar indicado me coloco aún más nerviosa, mi madre a mi lado me acaricia la espalda cómo señal de apoyo, y respire hondo.
— Todo saldrá bien, ya verás —su ropa se caracteriza por una blusa de encaje blanco haciéndole resaltar sus pechos, con un pantalón alto blanco y unos zapatos color crema, también decidió colocarse una chaqueta blanca donde ahí parecía una ciudadana que salía de trabajar de una oficina.
— Eso espero —informé, antes de mencionarles a mis acompañantes que iré en busca de Lara que por suerte no está tan lejos en compañía de Magda, Ted y Pablo.
Ella está bella, su vestido es lo que yo imagino a ella le encantó. Toqué su hombro haciéndola girar de la emoción, al verme me abrazó.
— Holi, estás bonita.
— Tú igual, Lara —le sonreí y luego de eso pasé a saludar a los demás.
Magda está con un vestido rojo que le queda espectacular, ya que hace contraste con su cabello rojo, mientras su maquillaje es bastante sencillo algo que ella decía que quería que fuera, sus tacones son blancos haciéndola lucir alta, bastante alta.
Pablo, mi querido amigo Pablo está con un traje gris, con una camisa blanca abierta en los dos primeros botones de arriba, con unos tenis blancos que aunque suene raro le lucen bastante bien.
Ted, él parece que quería ir a algún funeral, está de negro completo, desde sus zapatos negros hasta la corbata, es que es todo. Pero eso hace contraste en su piel mientras que el reloj que utiliza lo hace lucir aún más elegante.
Duramos un largo rato charlando, hasta que debíamos desfilar para entrar a sentarnos en nuestros respectivos lugares asignados, nos colocamos nuestras togas y birretes para poder desfilar.
Cuando estamos dentro en nuestros respectivos lugares quedo alejada de los demás porque fuimos colocados por nuestros nombres, y cómo mi nombre es con la X aún más quedo casi al final.
Mis nervios estaban a flor de piel, pero lo estuvieron aún más cuando todos los invitados comenzaron a entrar, donde se iban situando en lugares que les gustaban.
Este lugar es sumamente gigantesco, en el lado izquierdo se van a encontrar los invitados haciendo un semicírculo por el lugar, mientras que en el lado derecho nos encontraremos nosotros los que nos vamos a graduar, y en el medio se encuentra la tarima de la que Pablo hablaba, allí se encuentran los maestros y la directora donde estaremos pasando, saludándolos.
Cuando la graduación comienza presto atención la muy gran parte del tiempo, pero la otra parte me distraigo analizando el lugar, cuando piden que nos levantemos para cantar el himno del país ahí presté más atención y no me fui a Belén con los pastores.
Cantamos el himno, y nos volvimos a sentar, no sin antes ponernos en manos del señor por este gran día. La directora dio un discurso que a muchos los hizo sonreír, a otros simplemente les dio igual, y pues a mí me daban deseos de dormir, fue bastante largo.
Creo que sí la graduación empezó a las once, ella terminó hablando hasta las doce, pero cuando mencionó que iba a empezar a mencionar los nombres me alegré.
Lo hizo por orden de cada curso, y mi curso era el último de las ocho secciones. Así que escuchaba los nombres de cada integrante, incluso vi personas que no aportaban ni la mínima atención en clases, que giros da la vida.
Ser el último curso me preparaba mentalmente para lo que se venía, pero también me ponía aún más nerviosa de lo normal, y cuando llegó el momento de mi curso sentí la adrenalina correr por mis venas y la sangre bombear tanto mi corazón.
Empezó a mencionar los nombres de esta sección y mi corazón aún más a acelerarse, cuando llegaron a Lara quise pararme yo misma a aplaudir cómo los invitados hacían con sus hijos/as, pero le contuve, porque no tanto en la lejanía escuchaba unos cuantos aplausos fuertes y unos cuantos gritos que sí esa persona no le duele la garganta ahora, le dolerá más tarde.
Luego de terminar de mencionar a los estudiantes con L, pasaron a los de M donde ahí mencionaron a Magda que ella muy confiada se levantó y casi la misma cantidad de gritos que recibió Lara lo recibió Magda, haciendo que sonría aún más.
Cuando tiempo después llegar a la P, me sentí feliz por mi mejor amigo, porque aunque él no lo crea, sus quejas de las cosas yo las sentía igual, algo que nos hacía querernos igual. Los gritos en la lejanía y los aplausos se sintieron muy presentes, y aunque no los vea sé que mis padres le aplaudieron porque lo quieren bastante.
En el momento de Ted sentí su emoción hasta el asiento de donde estoy, él fue uno de los del grupo que mantuvo aún más fuerte a Lara, algo que se agradece muchísimo y sus logros son muy buenos, fue un estudiante de máxima excelencia y es de esperarse.
Cuando llegaron cerca de mi nombre ya los nervios que sentía antes no eran tan palpables, así que estaba segura de mí misma.
— Ximena Stewart Schindler —sí, unos apellidos muy lindos por cierto, con la emoción al mil fui hasta la tarima procurando no caerme en el proceso, la directora me entregó mi certificado y sonreímos hacía la cámara.
En la lejanía escuchaba los gritos de mi familia algo que me emocionaba aún más, cuando volví a mi asiento me sentí aún más feliz, lo logré, no me caí.
La graduación continúa con los graduados restantes, y cuando terminan de mencionar al último aplaudimos contentos y lanzamos nuestros birretes hacía arriba, en el momento de que la directora se despide porque fuimos una "generación académica excelente" salimos en orden.
Afuera me reencuentro con los demás que exclaman de la felicidad, por mi parte los abrazo de la emoción y las fotos quedan cortas para las tantas que nos tiramos.
— Los quiero bastante, pero debo ir al baño —Pablo rasca su cabeza y eso me dice que miente, pero antes de que yo mencione algo huye cómo un cobarde.
¿Qué rayos?
— Mi novia espera por mí —el de negro mencionó saliendo cómo alma que lleva el diablo hacía la dirección de Pablo.
— ¡Eso no se vale tramposos! —indicó Magda cruzándose de brazos mientras iba hacía aquella dirección.
Lara y yo nos observamos, algo pasaba, ellos no iban a hacer eso porque sí, entonces quise opinar.
— ¿Los seguimos?
— No, déjalos —movió su cabeza—. ¿Recuerdas que debíamos permanecer juntas ahora?
Se me estaba olvidando casi, ella lo notó y río, me abrazó haciendo que fuéramos a una parte del lugar rodeado de flores donde hay unos bancos donde nos podemos sentar.
Permanecimos hablando un largo rato allí hasta que la pequeña luz del sol que nos daba se opacó por la persona que apareció.
Y pestañeé mucho, pestañeé tanto que pensé que era un sueño, angustiada por todo.
— Laia —mencionamos Lara y yo al unísono, haciendo que la rubia frente a nosotros nos sonriera.
— Felicidades por su graduación.
•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•
Holi, Holi.
¿Cómo les va en el día de hoy?
Espero que estén de lo mejor mis amores.
Y aún más al darse cuenta de que Laia ha vuelto.
Pero que sucesos sucesosos, es momento de disfrutar lo que se viene.
A continuación mostraré la vestimenta de algunos personajes. Posd: el vestido de Lara no es tan así.
Lara:
Ximena:
Magda:
Ted:
Pablo:
Hoy no hay memes, je.
Laia te amo❤️.
Hasta aquí mi reporte.
Con amor: Lis☘️🖤☘️
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