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CAPITULO 18: LARA

LARA K

He recibido llamadas de mi abuela, preguntándome cómo estoy, en todas he dicho que bien, aunque en mi cabeza estoy torturándome.

Lo que conlleva a que los Martins vuelvan es una tremenda rebelión, aquella chiquilla trae algo contra mí desde que yo estaba con Trina, era algo que ella odiaba verme con Trina, celos quizás.

Fiorella Martins es la típica chica que tiene algo y anhela algo más grande, que hasta que no ve a las personas comiendo de su mano no las deja en paz, pero fue todo lo contrario cuando se encontró con Trina, cuando Trina la ignoraba o cuando Trina le decía que la dejara en paz.

Fiorella, nombre muy bonito, pero cuando ves cómo actúa y sus pensamientos hacía los demás, se te olvida que su nombre es bonito.

— Fiorella, ya basta, pareces niña pequeña a la cual no le han dado su regalo —mencionó Trina, alejándose de la morena, por mi parte no hice nada siempre sucedía lo mismo y ya estaba cansándome de aguantar a esa chica.

— Es que quiero estar con ustedes, son buenas chicas y me tratan bien, porque... —coloqué mi dedo en sus labios, silenciándola.

— ¿Buenas chicas? Te lo creo. Pero no creo que quieras ser muy amiga mía cuando le has estado enviando cartitas de declaración a mi novia —esto último lo susurré, ella palideció, ¡Sorpresa cariño, yo lo sé! —. Ya basta Fiorella, estás siendo muy cansona.

— Yo no le haría eso a mi amiga —me levanté de mi asiento, ya cansada de lo que estoy escuchando.

— Se me quitó el apetito, tengo mejores cosas con las cuales lidiar.

En esa misma mañana en plena clase que compartía con Trina y aquella chica, decidí ir al baño, ya me urgía, hice mis necesidades y todo muy bien, hasta que estaba lavando mis manos y sentí una respiración detrás de mí. Giré asustada porque según yo, estaba sola en el baño.

Encontré a la morena cruzada de brazos.

— Te haré la vida imposible, Lara, anótalo —dio dos pasos hacía mi dirección, pero el hecho de que sea mucho más baja que yo sólo logró que la tomara del hombro y la frenara—. Y cada chica que ames, PhennyCity se enterará.

Mi antigua crush entró al baño con audífonos puestos y sin prestar atención alrededor de ella, hasta que chocó con la morena. Le pidió perdón y se entró en un cubículo, la morena sonrió cómo el gato con botas.

— En un tiempo vuelvo, y te haré tú vida una miseria, y si tú vida en ese momento en el que yo vuelva es paz, agárrate porque no lo será.

— ¿Por qué tanta maldad en una persona tan chiquita? —mordí mi labio donde habita el arito, ella observó esa dirección y descruzó sus brazos.

— Sólo ten pendiente, si tú vida ahora no es un infierno, pronto lo será.

Cuando ella estaba en la puerta quise añadir algo.

— Sí tú me haces la vida imposible a mi trata de que tus padres ni sospechen de que tiras para este bando, porque sabes que ellos serían los primeros en hacerte el daño.

Volví de mi recuerdo por la voz de Ximena, que trae en su mano su celular, mordisqueó su labio antes de mostrarme la pantalla.

Esa hija de... esta haciendo que pronto me salgan canas verdes, ahí publicó un párrafo bien largo con una fotografía de Laia y yo dándonos un abrazo, ¿Desde cuando esta en PhennyCity?

— Lara, no te alteres mucho —la observo cruzando mis brazos.

— ¿No me altero? Mi madre en cualquier momento puede salir del lugar donde la tienen, sabes muy bien que no será alegría.

Ella se acerca y me abraza alrededor de los hombros, en este momento estamos en el balcón, por lo tanto, la brisa fresca azota mi rostro. Ximena me ha ayudado en algunos momentos, pero en otros yo sólo he querido escapar.

Su madre entró a la habitación con el semblante serio, este tema a ella también le causa conflicto.

— Saldré con Erick, ¿Quieren algo de comer? —Ximena negó, ella quería preparar algo de los alimentos que había en la cocina, yo por lo tanto negué; estos días no he estado comiendo muy bien, pero al menos lo suficiente para que mis tripas no suenen cada un minuto— Bien, cuídense.

Se acercó más y nos abrazó, besó nuestras frentes y marchó; siempre lo hacía, es una madre que cualquier persona quisiera tener en su vida.

— ¿Vienes a la cocina o me esperas aquí? —preferí quedarme en mi lugar recibiendo más brisa fresca para dejar de sobre pensar tanto, ella asintió y palmeó mi hombro antes de dirigirse hacia aquel dichoso lugar; las estrellas las aprecio desde aquí, los pájaros sonando me hacen estar un poco más tranquila.

— Papá, papá, saqué diez en el examen de matemáticas —mi alegría lo contagia, haciendo de que su sonrisa se expanda por todo su rostro, alza su mano y hace que la choque.

— Me alegro bastante mi niña, sabía que podías —lo abracé y le platiqué de que me gané una estrella, es lo mejor, es algo que a cualquier adolescente le gustaría tener de sorpresa en su vida—. De celebración vamos a comer helado.

— ¿De chispas?

— Sí, de chispas —sonriendo se levanta de su lugar llevándome con él; platicamos en todo el camino, mamá no está en casa está resolviendo algunas cosas con mi abuela fuera del país, volverá esta noche.

En la heladería me encontré con Trina, mis mejillas se tornaron de un rojo intenso, algo que mi padre pudo notar, pero no mencionó nada. Trina me sonrió y me abrazó, para después ir con su madre.

— Papá —él me observó, tranquilamente, yo por lo tanto me reservé decirle lo que pienso de aquella chica, así que pregunté otra cosa— ¿Iremos al aeropuerto a buscar a mamá?

— No, mamá no me quiere ver —fruncí el ceño sin entender, él suspiró y recibió los helados, pasándome el mío e indicándome que vayamos a tomar asiento a la esquina del local—. Tuvimos una pelea, nada del otro mundo.

— Esa pelea no los separará, ¿Verdad? —él negó aunque en su rostro no se notaba toda la verdad.

— No sé mi niña, tú madre se enoja por cosas sin importancia —negó un montón de veces—. ¿Te digo un secreto?

Sabía que no podía parar con la intriga, así que con toda la sinceridad posible contesté.

— Claro.

— Tú madre no está al cien por ciento limpia, —no entiendo, ayuda— si algún día falto no dejes que te pisotee, mi niña, y si estoy en el trabajo y pasa un inconveniente me llamas que ahí estaré lo antes posible.

☘️☘️☘️

Un mes, un puto mes de escuchar a todos a mi alrededor baldearme, escuchar a todos insultarme y sentir cómo todos me hieren.

— Oh, vamos Lara, cuéntanos cómo descubriste que eres lesbiana y les dijiste a tus papis —y tuve el impulso, sé que me van a detestar aún más, pero no me controlé, esta vez no lo hice.

— ¿Por qué tanto apuro por saber? —me levanté del suelo donde me hallaba por su culpa— ¿No sabes cómo decirles a tus padres de que tú también lo eres?

En la cafetería se quedaron en total silencio, quizás ni me crean y piensen que tuve que decir mentiras, sólo cruce por su lado y me marché. En este día no he estado con los demás, Magda está enferma, pero tomó el examen librándose de eso; Ximena y Pablo ya tomaron el examen y pudieron pasarlo —al contrario de mí—; Ted y su novia están en las afueras de la ciudad buscando donde mudarse, Ted pasó las asignaturas con excelencia.

Por mi parte estoy repitiendo los exámenes, no estaba pensando ni en mi nombre, logrando no llegar ni a la mitad de la calificación.

Mi celular vibra en mis bolsillos, no quise ver, tal vez es de esas personas que consiguen mi número para molestar.

Entré al salón donde tomaré el examen y me mantuve en la esquina de este, repasando un libro y mi cuaderno, leyendo apuntes y de vez en cuando viendo la hora en mi reloj. Cuando llegaron los demás repitentes ni me observaron, y es extraño, la mayoría de las veces lo hacen para insultarme o para señalarme.

— Buenos días alumnos, espero que estudiarán bastante para que puedan pasar la prueba del día de hoy, confío bastante en ustedes —la maestra entró con el dichoso examen de matemáticas y tragué en seco, ella nos observó a cada uno, antes de comenzar a repartir los exámenes—. Tendrán dos horas para poder llenarlos, lean bien, no todo es lo que parece. Puede haber algo imprevisto, así que por favor, lean.

Cuando llegó hasta la última persona —yo—, me observó y palmeó mi hombro.

— Lee tranquilamente Lara, sé que puedes —giró sobre sus talones y esas palabras me llegaron al corazón, ella nunca había sido cruel conmigo, al contrario, en el momento de toda esta mierda siempre dijo que yo saldré adelante.

En el momento que nos envía a empezar a llenar siento cómo alguien me lanza una bolita pequeña de papel, decido ignorarla, pero recibo otra. Carajo, ¿Hasta en exámenes van a molestar?

Abro el pequeño papel y leo la letra, bueno, trato de descifrarla porque está letra es horrible.

«Lara, Lara, Lara. Si crees que esa exposición de mí que hiciste allá afuera llegará a oídos de mis padres, pues si llegarán».

«Gracias por joderme el día, eres la peor».

Hay gente pendeja y luego está esta chica.

Ignoro los papeles pequeños y me concentro en mi examen, y ahí entiendo lo que dijo la maestra con leer bien, hay una parte donde nos pide que sólo coloquemos nuestros nombres y pasemos a la pregunta dieciséis, luego de ello aparecen unas cuantas preguntas de lógica que son pan comido, las repuestas están casi ahí mismo, y luego aparece el tema que me gusta: álgebra. Es todo sencillo, y más si sólo me pide que llene la pregunta final. Al fijarme de que en menos de media hora terminé me sorprendo.

¿Esto está fácil o simplemente estudié?

Levanto mi mano llamando la atención de la maestra, ella asiente y yo con lentitud me levanto de mi lugar, llevando entre mis manos el examen. Le mostré el examen a la maestra a lo cual pidió que tomara asiento —los exámenes son corregidos el mismo día y te mencionan tu calificación—, así que en mi asiento esperé lo que pensé que fue un año, pero no, la calificación de mi examen no duró ni cinco minutos cuando me volvió a llamar.

Los demás alumnos me observaron con dudas, algunos me suplicaban que los ayude. Ah, pendejos, ahí sí no me detestan.

Me extiende el examen, plasmó en su laptop el resultado y siguió observando a los demás. Marché de ahí con el examen y nervios en mi ser, así que, aún toda nerviosa fui al otro salón donde debería estar tomando otro examen.

Ahí todavía no había nadie.

Y observé el resultado: 90/100, o sea, una A. Pasé el puto examen, ¡lo pasé!

Con la emoción plasmada en todo mi ser saqué el celular de mis bolsillos y al desbloquearlo mi emoción cesa, fue impactante ver aquel mensaje, fue horrible la sensación que sentí y lo fue más al percatarme de todo lo que conllevaba aquel mensaje.

Sí mi momento era perfecto, mágico, emotivo, ahora es todo lo contrario. Se siente el peso de la realidad y sentir que yo no puedo ser feliz después de ver aquello.

El maestro que sustituirá a la maestra para dar el examen se presenta junto a demás alumnos, mi mente se siente un lío en estos instantes, que por momentos me olvido de que debo poner atención a la hoja entregada.

☘️☘️☘️

Todos los exámenes que me impartieron en el día de hoy fueron pasados con éxito, pero no puedo mostrar esa emoción de felicidad y triunfo, me carcome la cabeza aquello.

Tiemblo, una y otra vez mientras camino al gran portón donde me espera Ximena en la motocicleta, ella al ver mi cara de pánico y terror lo que hace es bajar de la motocicleta retirando el casco y yendo en mi búsqueda.

— ¿Lara? —estoy fuera de sí, sólo quiero huir, irme lejos donde no me encuentre porque sé que el infierno está por empezar— Vamos, castaña, te llevaré a mi hogar.

Me colocó el casco y subió luego a la motocicleta, la sostuve para no caerme porque sentía que mi cabeza me podía jugar algo pesado. Los lugares pasaban a tan alta velocidad, mi cabeza la sentía a punto de estallar y yo ponerme a llorar en cualquier momento.

— Castaña, ¿Qué sucede? —no entiendo nada, no entiendo cuando llegamos a su habitación, no entiendo nada de lo qué pasa a mi alrededor.

Le pasé mi celular desbloqueado, quizás ella sepa que pueda suceder, pero al fijarme ella está igual de shockeada que yo.

☘️☘️☘️

No sé si estoy en un sueño o está es la realidad, una realidad que estoy castigada por vivir. Verla nuevamente, desde temprano causa unos tragos amargos en mi ser.

— Hijita, un gusto verte —tiene su cabello inexistente, se ha rapado la cabeza; un cigarro en mano y una ropa que pareciese que va a pelear mostrando tatuajes. Si quitamos lo desquiciada y el cigarro, se vería excelente—. Hola, colorida.

Hago atrás a Ximena aunque yo no tenga muchas fuerzas para defenderme de mi madre, da una calada a su cigarro y el humo lo vota hacía mi rostro.

— Mamá, no hagas eso.

— ¡Hago lo que me da la gana, te dije que no quería más sorpresitas y me sales con que todo PhennyCity sabe de esa mierda!

— Mamá... —detesto decirle de esa forma, pero aún más detesto cuando tomó mi rostro entre sus manos y escupía el humo sin cesar de ese estúpido cigarro.

Era por la mañana y ya mi infierno estaba empezando, un infierno donde Ximena trató de ayudar y lo que recibió fue un empujón de parte de la señora que me engendró.

Aunque estuviéramos fuera, ninguna persona se atrevía a ayudarme, Ximena trataba de ayudarme, pero lo único que recibió fue un empujón que la envió al suelo durante un buen rato.

No sé por qué diablos carga consigo una tijera, pero lo que sí sé es que con ella me amenazó, me la puso en la garganta sin dejar de observarme en los ojos.

— Hazlo, Arlenne, acaba con la vida de tu hija que detestas, mata a la persona que crees que mató a tu esposo —ella con más odio me amenaza—. Amo tanto a papá, que sí él estuviera vivo le ayudara a divorciarse de ti.

— Nunca lo amaste, sí lo hubieras amado no lo hubieras matado —me da igual cómo se expresa ante mí, pero lo que no me da igual es que me comenzó a golpear y ninguna persona de las que pasaban se atrevían a ayudar. A todo esto terminaré con golpes muy notorios.

No sé desde qué momento Ximena se pudo levantar y buscó a su perro, pero mi madre al ver al canino lo que hizo fue huir.

Huir cómo la mayor parte del tiempo hará.

—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•—•

Holi, Holi.

No me odien, la vida es dura.

La vida de Lara es una mierda.

¿Cómo están mis amores? espero que estén bien.

Sí algún día ven a alguien cercano o no cercano a ustedes que está siendo abusado por una persona, sea pública o no públicamente, ayuden a esa persona, no saben el alivio que puede sentir.

Fiorella Martins y yo tenemos algo pendiente que lo resolveremos con diálogo:

Hasta aquí mi reporte.

Con amor: Lis ☘️🖤☘️

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