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CAPITULO 17: XIMENA

XIMENA S

Las palabras se me estancan en la garganta, no sé qué es peor, no poder defender a Lara o que está chiquilla también me halla molestado a mí.

Su vestimenta del colegio no hace más que ocasionar un conflicto interno en mí. Lleva unos pantalones rasguñados con unos botines negros, y la camisa del colegio totalmente fuera de sitio.

— ¿No estaban muy contestonas? ¿Qué sucedió? —y la pelinegra comenzó a decir eso con burlas inculcada, pero es que, hasta el apetito se me había ido. Los demás alumnos nos observaban con asco, dejando escapar unas vulgaridades.

Nos levantamos de donde estamos, y con el jugo que tenía en la mano tropecé haciendo que esto se derramara sobre aquella chica, mordí mis labios cuando las vulgaridades pararon para fijarse en ella, comenzó a exclamar de horror y la gran mayoría fue con ella. Por mi parte fui con mi grupo.

— Magda, ¿A dónde vas?

— A que conozca mis puños —Pablo frenó sus pasos y la llevó con nosotras, no pasó mucho tiempo cuando en la página de PhennyCity salió tremenda humillación, sentí rabia por los comentarios que dejaban los habitantes de PhennyCity.

Pensé que haber salido antes del closet iba a ser sencillo esta vez, pero me equivoqué, son crueles y me da pánico que hagan algo contra mí y mi familia.

Pero al ver a Lara me asusté, estaba realmente pálida leyendo aquello, su amigo Ted llegó y la abrazó.

— Llamaré a mi padre para que nos vengan a buscar —Lara intentó refutar, pero se percató de varios alumnos siendo crueles con ella. Lo único bueno de esto es que es viernes y nos darán dos semanas para descansar para que pronto empecemos con repasos para los exámenes finales.

Llamé a mi padre que ya estaba al tanto de la situación y mencionó que estaba cerca, llegaba de una vez, y así fue, no tuvimos que esperar tanto.

En el asiento copiloto me senté, atrás se sentaron Pablo, Magda y Lara —Ted se quedó en el colegio, dijo que nos iba a tener en contacto—. Suspiré con agonía.

— Bien, ¿Quién empezó? —preguntó mi padre, rabioso.

— Una chica ahí, morena —mi padre de reojo me observó, yo suspiré sin saberme el nombre de aquella loca.

— Fiorella Martins —mencionó Lara, cruzando sus brazos.

— Los Martins siempre causando problemas.

No entendí, ayuda que me pierdo.

☘️☘️☘️

Llegamos a casa de Lara, quiso estar ahí porque decía que su abuela la entendía. Su abuela no estaba.

Subimos a su habitación con dirección al balcón, ella no ha hablado casi nada después de que las noticias han explotado con aquello.

— ¿Quién es esa loca ahora? —preguntó Magda absolutamente confusa, incluso Pablo estaba en el aire y él se entera de todos los chismes que puede haber, pero en este "chisme" él también está.

— Una loca que no sabe qué hacer con su vida que sólo molestar a otros —indicó Lara con rabia—. Es que sólo a esa chica se le ocurre algo así.

Se levanta, camina, vuelve y se sienta, se vuelve un bucle entre ella. Magda ha querido ayudarla a tranquilizarse, pero no es que ayude mucho si ella también quiere discutir con la chiquilla aquella.

Pero mientras Pablo y Magda tratan de calmar a Lara, yo me fijo en dos cosas.

La primera: Lauren, la madre de Laia ha salido con unas maletas mientras llora.

La segunda: la abuela de Lara viene corriendo.

— Lara, ven —tomo su mano y le señalo a su abuela corriendo, tratando de que no observe a Lauren llorando, entrando al auto. Ella frunce el ceño y sale corriendo, voy tras de ella para asegurarme que la mujer esté bien y no pase nada extraño en el camino.

Cuando Lara abre la puerta, su abuela la abraza respirando forzado.

— Los Martins volvieron, Lara. Y sabes que ellos conocen donde vives —la castaña observó a su abuela asustada, sin saber qué hacer ni qué decir, pero me permito ayudar a Lara a subir las escaleras, algo que su abuela me agradece.

— Vamos a mi casa —ella esta vez no puso peros, simplemente agarró su mochila donde guardó sus pertenencias de estudios y otra mochila donde guardo ropa y lo que va a necesitar por el momento.

☘️☘️☘️

Busqué a mi madre donde podría habitar en estos momentos, pero no lo está, en vez de eso la escucho riendo arriba, en su habitación.

Ya en estos momentos Pablo y Magda han ido a su hogar —la única que no está siendo nombrada en todo esto es Magda, lo bueno—. Subo las escaleras agarrando, entrelazando mis dedos con los de Lara para que no decida huir y se arrepienta. Cuando llegamos arriba, toco la puerta de la habitación de mi madre cómo acostumbro a hacer después de que ya tiene pareja.

Ella sale y no se fija del todo en mí, sino en Lara que parece temblar al verla, su semblante está serio. ¿Acaso no se estaba riendo hace unos segundos atrás?

Gira y dijo algo a su pareja, y salió nuevamente. Quiere hablar con nosotras. Tomé el camino de mi habitación y al adentramos y colocar seguro a la puerta vinieron las palabras de mi madre.

— ¿Son pareja? —Lara se soltó rápidamente de mi mano al reaccionar que eso era lo que mi madre señalaba. Negué, ella caminó hacía mi cama y se sentó en pose de indio— He estado escuchando sandeces aquí en PhennyCity, pero cómo a mí me importa poco lo que ellos digan, entonces sigo mi camino. ¿Qué sucede?

— Llegó una chica al colegio y nos ha estado molestando, incluso han mencionado cosas privadas de mi grupo —ella se está enojando, en su ceño fruncido se puede apreciar en cómo ella va cayendo en cuenta de lo que voy diciendo—. Y todo el colegio técnicamente nos está repugnando. Han contado algo que no planeábamos decir, aunque ya yo lo he dicho y no me importó hace un tiempo, pero ahora fue del grupo completo, excepto Magda.

— Los Martins volvieron —fue lo que mencionó Lara con dirección a mi madre, a esa mujer casi le da algo, no puedo creer que todos sepan quienes son los Martins, pero yo no.

— No puede ser, ¡Con razón! Ellos siempre causan los problemas y se marchan, cómo aquella vez —se levantó de la cama y caminó por la habitación sin detenerse, tuvimos que sentarla nuevamente en donde estaba—. Es que ya es algo personal, esa mujer y yo tendremos serios problemas.

— Mami, tú no puedes pelear, estás embarazada.

— ¿Quién habló de yo pelear? —Lara en todo momento no supo que hacer, así que permaneció en silencio.

Mi madre nos dijo lo que podemos hacer si ella nos vuelve a molestar; A veces las ideas de mi madre pueden salir locas, pero esta no lo es, al contrario, es buena.

☘️🖤☘️🖤☘️🖤

— Mami, papi, los reuní aquí para decirles una cosita pequeñita —sus semblantes están serios por la razón de que anteriormente han tenido una disputa. Hoy es mi cumpleaños y están tratando de hacer lo posible para no volver a discutir.

— ¿Qué sucede, princesa? —inquirió Mateo, mi padre, pasando su mano por su barba que ha crecido bastante.

— Yo soy —mordí mi labio y pasé mis manos por mis cabellos, sin saber qué hacer, sin saber que palabras podría decirles a ellos sin que se enojen conmigo— es que sucede y acontece que yo...

— ¿Por qué estás tan nerviosa? —detesto que mi madre sepa leerme tan bien, es un ámbito que ha desarrollado desde que estaba pequeña.

— No estoy nerviosa —o tal vez si lo esté, quiero largarme y decir que dejé la escuela, pero eso ni mis antiguos amigos se lo creen. Mi padre se levantó de su lugar y fue donde mí, abrazándome por arriba de los hombros.

— Vamos mi niña, no tengas miedo y dinos lo que sucede —y suspiré, mi madre mientras tanto se quedó en su lugar arreglando su coleta.

— Soy, bueno pues yo, que lindo el día —el timbre nos interrumpe, mi perro se altera y mi madre marcha a abrir. Carajo, estoy muy nerviosa, las manos me sudan y no dejo de temblar, quizás decírselos juntos es mala idea.

Es Pablo, entró cómo perro por su casa, y en estos momentos estamos en nuestros puntos difíciles de la relación.

Vino y me abrazó, no sin antes saludar a mi padre, para después volver a tomar asiento.

— Pablo, ¿Puedes esperar en el patio? —él asintió quizás comprendiendo mi nerviosismo, así cuando él fue a ese lugar con mi perro yo tuve un pequeño impulso— Soy bisexual.

Y el abrazo que mi padre me daba por los hombros se afianzó, el espacio estaba tenso, y aún más lo sentí así cuando ellos no hablaban.

Mi madre se levantó de su lugar y fue donde mi a pasos rápido, temí por mi vida, quise escapar, pero cuando sentí su abrazo me relajé.

— Mi niña, ya me lo sospechaba, pero gracias por tenernos confianza y decirnos —se separó un poco y besó mi frente.

Mi padre se acercó a mí nuevamente y me abrazó: — Yo sé inglés hija, esas canciones en inglés de que besaste una chica y te gustó, ya me lo sospechaba, cómo dijo tú madre, gracias por confiar en nosotros, estaremos aquí por si alguien te quiere molestar.

Y las lágrimas de la alegría bajaron en cascadas, ellos son mi apoyo, son mi talón de Aquiles y sí algo les pasa a ellos yo caigo, porque ellos son mis verdaderos amigos y compañeros que he tenido en la vida. Mis padres lo son todo y sus opiniones me importan bastante.

☘️🖤☘️🖤☘️🖤

Estoy en un local esperando a una chica que conocí por internet, no estoy sola, Pablo está en unas mesas prestando atención a mi mesa por si pasa algo extraño; mis padres conversando en otra mesa, mientras comen, por si algo extraño sucede y pasar desapercibidos, no confiamos ningunos.

Hace tres meses he dicho que soy bisexual, y les había platicado de esta chica.

Acordamos en vernos en este local de comida rápida para platicar aunque sea un poco, la hora ha llegado y no tengo señales de la chica, sólo espero más minutos para saber si algo pasó en el tráfico y por eso duró para llegar, pero nada.

Le escribí y la llamé, no respondía, más bien a mis llamadas me las enviaba al buzón. Yo me desanimé y después de esperar tanto tiempo decidí pedir algo para llevar, para que los del local no sintieran que sólo ocupé espacio.

Suspiré cuando llegó mi pedido, salí del local, segundos después ellos también salieron, pero divididos.

— Ximena —amablemente me alejé del tacto de Pablo, para subirme en la moto de mi padre que me ha prestado.

— Iré a un lugar, no se preocupen.

Y sí deberían preocuparse si supieran que iré a las afueras de la ciudad, a ver una pandilla correr en motos, y no sólo la plantilla, yo también.

Le hice entrega de mi comida a un guardia que casi siempre me recibe con gusto, hoy fue un día de esos, me dejó pasar y observé qué hay más personas nuevas observando o qué quieren entrar a la carrera.

Por mi parte sólo fui a la meta, después de adquirir mi ticket; mi ropa no importa, ese pantalón corto aumentó la vista de algunas personas y otras se acercaba a tocar, recibiendo un electrochoque de mi supervisor, lo aprecio bastante.

— Chica, el casco —así lo hice, abracé a mi supervisor que me sonrió luego de alejarse. No es viejo, todo lo contrario, es súper joven que es posible que sea de mi edad y si un día quisiera una relación seria lo buscara a él, porque en todo momento me menciona que quiere algo serio conmigo; tiene unos ojos bellos que te hipnotizan; la cabellera oscura; la tez morena; una altura asombrosa y todo en él que te sorprende al tocar. Me besó la mano y luego se alejó.

Cuando fue momento de correr siempre pensaba en cosas que me dieran rabia para poder ganar, hoy no fue la excepción. Cuando en todas esas curvas sentí que iba ganando una persona casi hace que me coma una valla, sin pensarlo frené para después con el corazón al tope aceleré quedando en la misma situación que esa persona, ya estaba más enojada por aquello así que hice el salto mortal que mi supervisor detesta que realice porque piensa que me voy a matar haciendo aquello, llego a la meta en primer lugar y escuchando los gritos de emoción de las demás personas.

Pero yo no estaba del todo feliz, casi hace que me mate, cuando llegó me bajé de la motocicleta y fui tras esa persona, quitándome el casco casi al estrellarlo.

— ¡¿Qué te pasa, no leíste las reglas?!

Esa persona retiró su casco, la chica de internet, mi sorpresa se hizo notar y ella simplemente sonrió antes de irse a el establo para volver a correr.

Yo sólo agarré el dinero que gané y huí, que puta noche.

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Holi, Holi.

Un capítulo con dos recuerdos de nuestra belleza Ximena, fue un capítulo bueno y me gustó.

Ahora, ¿ustedes que piensan?

Esas dos personas que son nuevas ahora serán importantes en el futuro de Ximena.

Ximena ganando la carrera después de hacer el salto mortal que su supervisor dice que no haga porque se puede morir:

Ximena y ustedes sin entender bien quienes son los Martins:

Para no hacer esto tan largo, me retiro.

Con amor: Lis☘️🖤☘️

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