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24

Mi abrupta manera de reaccionar ante la noticia de que la única persona que me conoce de pies a cabeza tiene novia, hace que los ojos de Heather y Denaly se claven en mí. Leo en sus expresiones la intriga de saber qué estoy pensando; aun así, permanezco impasible, con la cara de piedra que suelo poner cuando estoy concentrado en algo, escondiendo los sentimientos encontrados que empiezan a hacer estragos en mi interior.

Su intento de leerme el pensamiento es inútil, porque ni siquiera yo mismo sé qué pensar. Escondo mis sentimientos, como normalmente lo hacía... al menos hasta antes de conocer a Hailey.

—¿Pasa algo Noah? —pregunta Heather, con los ojos clavados sobre mí, usando ese poder que tienen las mujeres para encontrar el fallo masculino.

—No, todo bien —respondo, esbozando una sonrisa un poquito más amplia de lo normal—. Intentaba recordar si había dejado alguna de mis libretas en el casillero o si la había dejado en el salón de clases —explico logrando decir algo que solo yo diría. ¿Quién aparte de mí pensaría en libretas a la mitad de una conversación informal?

—¡Oh! ¿Quieres regresar para asegurarte? —pregunta Heather, quien después de Ronnie, es la persona que más me comprende.

—No, estoy seguro de que la dejé en mi casillero.

Ambas arquean las cejas, como si se pusieran de acuerdo para dejar de ejercer ese sexto sentido de mujer sobre mí; seguro que lo usarán con alguien que valga la pena.

Cuando me vuelvo a desconectar de la conversación, mi mente intenta ordenar mis sentimientos. Por una parte, me alegro mucho por Ronnie, al fin alguien podrá enamorarse de la clase de persona que es. Me extraña que haya pasado tanto tiempo para que alguien se fijara en él, sin embargo, siento como si me lo hubieran arrebatado, como si al ser novio de Lyanna parte de él ya no fuese tan exclusiva para mí como lo era antes. Es un golpe que debo asimilar. Además, algo se retuerce dentro de mí, algo que me da una bofetada: él tiene novia y yo no. «Si ni tú mismo te soportas, ¿realmente crees que Hailey lo hará?», pienso, esforzándome por poner los pies en la realidad. Mi realidad.

Un sentimiento nuevo se apodera de mí, pero este no me abofetea, sino que me da un puñetazo y deja a mi ser interno sintiéndose más humillado que de costumbre: mi propia desaprobación.

¿En serio sentí envidia de Ronnie, después de todo lo que ha hecho por mí?, ¿después de todos los numeritos de negatividad que ha soportado de mi parte?, ¿qué sería de mí de no ser por Ronnie quien no solo me ha animado cuando siento que estoy a punto de romperme, de romperme en mortíferos fragmentos que en un arranque de envidia podrían alejar al único ser que siempre ha estado ahí para mí?

Meneo la cabeza, movimiento que esclarece mis pensamientos y me devuelve al final del pasillo en donde está la entrada a la cafetería.

De todo este embrollo de pensamientos demenciales algo me queda totalmente claro: si quiero que Hailey me permita acercarme a ella debo ser la clase de persona que es Ronnie, mejorar mi personalidad. «Si él no se ha apartado de mí, eso significa que algo bueno he de tener».

Me propongo descubrirlo.

En cuanto mis pies pisan la cafetería, intento localizar a mi "ahijado", sin embargo, una larga fila de jóvenes esperando a ser servidos obstruye mi vista (sin mencionar que mi baja estatura es de por sí una limitante y que mis ojos tampoco son tan buenos).

Observo que gran parte de las mesas ya han de estar ocupadas, obviamente todos en grupos, como siempre ha sido. Mis acompañantes se disponen a hacer fila; me veo obligado a separarme de ellas.

—Después de servirse, busquen a ver si encuentran alguna mesa vacía. Yo debo encontrar a Ji, le dije que comeríamos juntos —explico.

—¿Es guapo? —Denaly no es la persona más discreta que conozca, ni de lejos. De hecho, no es buena para hacer comentarios sobre nadie, salvo para anunciar chismes, a los que ella disfraza como "noticias". Incluso si sabe que podría dañar la reputación de alguien eso no la frena.

—No soy el más apropiado para decirlo —contesto con un tono y una soltura que hacen que hasta yo me escuche gracioso—. Además, tú ya tienes novio, ¿recuerdas?

—Ay, solo preguntaba —se excusa alzando un poco las manos—. Yamir es mi novio, pero sabe darme mi espacio.

—¡Vamos, antes de que nos dejen sin nada bueno! —exclama Heather agarrando de la mano a Denaly y arrastrándola con ella.

Por fin solo, estoy listo para mi misión. Mis ojos escanean lo mejor que pueden a los seres que tengo frente a mí, posándose en cada rostro al mismo tiempo en que me devano los sesos para recordar la cara del muchacho, la cara de Ji.

Casi no hay muchos alumnos con rasgos como los de él, así que puedo descartar caras con facilidad, pero aquellos que sí los tienen... ¡¿Por qué se parecen tanto entre ellos?!

Finalmente, diviso en un rincón a Ji, tratando de pasar desapercibido, como yo también suelo hacer. Veo que se le ilumina el rostro cuando por fin ve una cara conocida.

—Hasta que te encuentro —digo en tono vivaracho. Debo causar una buena impresión; curiosamente no me siento forzado—. Te estaba buscando.

—Me perdí como 3 veces hasta que por fin encontré la cafetería.

—Te acostumbrarás. Incluso yo me desubico de vez en cuando —«Vaya Noah tan alegre está surgiendo hoy»—. ¿Vas a hacer fila?

—No, traigo mi propio almuerzo.

—¡Genial! Yo también —mi madre está aprovechando su última semana de vacaciones preparándome la comida que normalmente yo mismo hago. Es un bonito gesto de su parte.

Veo a mi alrededor. Mesas abarrotadas de jóvenes en sus respectivos grupos, lo de siempre. Algunos novatos deambulan como ovejas perdidas esforzándose por encontrar algún lugar dónde comer. ¿Comerán en alguno de los baños como alguna vez lo hice yo?

Mientras camino con Ji buscando algún lugar donde sentarnos (Heather y Denaly siguen en la fila esperando a ser atendidas) me encuentro con una escena que me resulta muy extraña: mis tres abusones de siempre son los niñeros de algunos alumnos de nuevo ingreso. Me pregunto si los nuevos los verán igual de intimidantes como yo los veo. Incluso desde lejos se ven los moretones (que intuyo serán por el accidente que tuvieron estas vacaciones).

Cuando pasamos por su mesa evito hacer contacto visual, pero por alguna extraña razón percibo a cada uno de sus ojos clavarse en mí, aunque solo por pocos segundos. Quién sabe qué se traerán entre manos.

A tres mesas de donde estamos veo a Hailey con sus amigos en una mesa bastante animada, se escuchan risas, bromas y bastante ruido en general. Esa alegría que irradia me derrite el corazón. Por un momento olvido que estoy con Ji, y me concedo el placer visual de observarla con detenimiento. Su cabello castaño está un poco más corto que el año pasado, pero como se trata de Hailey todo le sienta bien. En su mesa también están Lyanna, y otros muchachos de quienes desconozco sus nombres.

Entre risas y jugueteos me sorprende observándola, pero al estar yo embobado con ella no logro voltear mi cabeza a tiempo así que no tengo más remedio que sonreírle. Ella me devuelve el gesto.

Mi cara debe parecer la de un bobo, puesto que estoy por babear. «¡Su sonrisa es tan hermosa!», me chilla con emoción mi voz interna. Supongo que me aletargo, porque alguien pone su mano sobre mi hombro y eso hace que me sobresalte.

—Eh, ¿Noah te sientas con nosotros? —es Chris.

—Claro —recuerdo que estaba acompañado—. Te presento a Ji. Es nuevo —Ji se encorva un poco, gesto que también me recuerda a mí.

—¿Qué hay? —saluda moviendo la cabeza.

—Ji, él es Chris —introduzco—. Tampoco tiene tanto tiempo en el colegio, llegó a la mitad del curso pasado —agrego mientras que Ji se limita a asentir a modo de respuesta.

Seguimos a Chris hasta la mesa, donde se encuentran Yamir, Denaly y Heather.

Vuelvo a presentar al chico nuevo antes de tomar asiento junto a él.

Por fortuna no soy yo el que tiene que llevar el peso de la conversación, porque Denaly y Heather lo hacen por mí. Yamir deja que Denaly se recargue sobre su hombro. Tal parece que la pregunta "¿Es guapo?" que ella hizo hace algunos minutos ya fue contestada, al menos para ella, porque los ojos de Heather se clavan en el chico nuevo que come plácidamente una especie de pasta en salsa oscura con vegetales.

Heather es la persona que más libros lee en esta mesa después de mí. Según escuché, tiene todo un librero lleno de historias por devorar, de modo que cuando sale el tema de los mangas Heather no se queda callada. Esta chica lee de todo, cuando yo solo leo libros de química y matemáticas.

Poco a poco nos vamos separando en intereses y cada quien se vuelca en sus conversaciones. Denaly y Yamir juguetean entre ellos ya que están en modo romántico, mientras que Heather y Ji parlotean sobre quién sabe qué saga.

Chris arquea las cejas, hasta que me doy cuenta de que esta vez me toca a mí empezar la conversación.

—Entonces cuéntame Chris, ¿qué tanto hiciste en tan ansiadas vacaciones —pregunto bastante relajado.

—¡Hice de todo! Aunque no salí de la ciudad conocí a una chica fantástica en la playa, es única. Logré que me diera su número de teléfono, y creo —dice bajando un poco la voz— que se podría dar algo entre nosotros.

—¡Grandioso! Ojalá me fuera tan bien con las chicas como a ti —expreso. Sin embargo, no lo hago con tono de lástima. Chris se sienta a mi lado, para susurrarme:

—Con que chicas, ¿eh?, entonces, ¿no has tenido ninguna novia? —pregunta en voz baja.

—Yo nunca dije eso —respondo susurrando.

—Oh, bueno. ¿Cómo se llama tu ex?

—No tengo ninguna ex —nuestras voces apenas y se escuchan. Se me queda mirando como diciendo "Si no has tenido novia entonces para qué me corriges". Le contesto con una sonrisa juguetona.

—¿Entonces ni siquiera has dado tu primer beso?

—No —lo interrumpo también susurrando antes de que alguien lo escuche, por ejemplo, Denaly. Si ella se entera, es un hecho que todo el colegio se enteraría y eso sería lo peor que podría pasar. Bueno, tal vez no lo peor pero sí sería algo bastante malo—. Si beso a alguien debe ser alguien a quien yo ame y debo decirte que cuando yo me enamoro de una persona no tengo ojos para nadie más.

—Ay, Noah —dice con tono de lástima— no sabes de lo que te pierdes.

—No Chris, no veo a las chicas como objetos que usas hoy y mañana deshechas. Yo veo esto como algo serio. Y tú también deberías.

—Lo hago, solo digo que al aferrarte a una sola persona lo único que haces es limitarte. No te aferres.

Mi forma de pensar pudiera sonar extraña para muchos. Pero tengo la sensación de que, si alguien tiene la costumbre de cambiar de pareja porque la relación "no funcionó", se está programando para un triste divorcio en el futuro. Yo no quiero eso. Me dolería muchísimo que mi esposa se divorciara de mí porque encontró a alguien mejor.

Los problemas que surjan entre parejas deben resolverse sin importar qué, por supuesto siempre que ambos se amen, porque si ninguno de los implicados desea arreglar un noviazgo fracturado, ¿realmente ama a su pareja?

Mi punto de vista no es compartido por muchos. Yo pienso que si inicio una relación seria es porque lo hago con miras al matrimonio. Así que sí, si estoy enamorado de Hailey lo estoy de verdad. No quiero un enamoramiento, quiero que si se llegara a dar algo entre nosotros dos sea porque estamos decididos a pasar el resto de nuestras vidas el uno con el otro. Es mi opinión.

—Ay Chris —le digo meneando la cabeza sin molestarme en poner los ojos en blanco. No en la mesa—. Cuéntame mejor sobre esa chica que conociste —le insto intentando desviar la atención de mí.

—La conocí en la playa hace unas semanas. Es la persona más dulce, abierta y alegre que te podrás encontrar. Estaba jugando voleibol con unos amigos y cuando le pegué a la pelota y esta salió disparada. Le pegó en la espalda a una chica y pensé que habría problemas, pero se lo tomó muy bien.

—Pues te fue muy bien. ¿Y se puede saber quién es esa chica? —pregunto ansioso.

A modo de respuesta, me enseña una foto en su teléfono. Mi vecina Adara (alias la roja nocturna) nos sonríe a los dos desde la pantalla de su celular.

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