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Capítulo 4

— Opino que, si hyung no quiere cantar, debería hacerlo Han Mi-suk. —dice Park Ji-min mientras me señala con el dedo índice.

¿Qué?

— ¡Sí! —grita Kim Tae-hyung.

Me agarra del brazo y me tira para que me pare del sofá. Me quedo parada a su lado sin realmente saber qué hacer. Lo miro hacia arriba como el gato con botas en Shrek 2.

— Ten. —me pasa otro vaso son soju y me guiña el ojo.

Se pone a cantar su parte nuevamente, pero esta vez sin música de fondo. Esta vez es incluso peor porque es a capella. Me quedo con el vaso en la mano. ¿Debería hacerlo? Si canto va a ser la peor humillación de mi vida, nadie se humillaría de esta forma a propósito. ¿Si no lo hago me arrepentiré después? Quisiera escapar y encerrarme en la habitación, pero presa del alcohol, me tomo el vaso que me dio Kim Tae-hyung de un solo sorbo y lo dejo a mi lado en un mueble. Es casi mi turno. Miro a Min Yoon-gi y también me está mirando, aparto inmediatamente la vista de él y miro un punto fijo en la pared.

This is getting heavy, can you hear the bass boom? I'm ready —canto con un poco de vergüenza al principio.

— ¡Oh! —gritan todos, mirándose entre ellos como si estuvieran asombrados, menos Min Yoon-gi, que sólo me mira sin ninguna expresión en el rostro.

Sigo cantando la parte de Yoon-gi hasta que la termino. Son sólo un par de líneas, pero mi corazón está latiendo muy rápido. Quiero volver a sentarme en el sofá, pero Kim Tae-hyung me afirma del brazo. La canción termina más rápido de lo pienso y todos los quedamos en silencio.

— Tae-hyung, tenías razón. —dice de repente Jung Ho-seok.

— Te lo dije, hyung. —responde, guiñándole un ojo.

— ¿En qué tenías razón? —miro a Kim Tae-hyung hacia arriba.

— Que tienes una linda voz.

Sé que estoy un poco colorada por el alcohol, pero siento que la cara me arde.

— Quiero cantar un dúo con Han Mi-suk. —Kim Tae-hyung da pequeños saltos, cambiando el tema repentinamente— Pon You're The One That I Want, yo seré John Travolta y Han Mi-suk, Olivia Newton-John.

— Tae, no podrás cantar esa canción sin hacerte mierda las cuerdas vocales, déjamelo a mí. —Park Ji-min se levanta del sofá y empuja suavemente a Kim Tae-hyung para que se siente de nuevo, quien pone mala cara.

— Me debes un dueto, Han Mi-suk. —me dice mientras me apunta con el dedo.

Kim Nam-joon busca la canción en YouTube. Ahora sí que no podré escapar de esta. ¿Podré cantar tan alto como Olivia Newton-John? Me sirvo dos vasos más de soju y los tomo rápidamente. Ya está. Ya estoy lo suficientemente ebria como para que nada me de vergüenza. Comienza la canción y Park Ji-min comienza a cantar. Tiene una voz tan alta que me da envidia.

It's electrifying. —canta, y se pone de rodillas mirándome sonriente.

Es mi turno. Me pongo en modo perrísima y comienzo a mover los hombros al ritmo de la música. Ji-min parece un poco sorprendido por mi repentino cambio de actitud y mira al resto de los chicos. Si voy a interpretar una canción de la diosa Olivia Newton-John tengo que ser una diosa también.

You better shape up, 'cause I need a man and my heart is set on you. —no sé cómo, quizá por el alcohol que corre por mis venas, pero puedo cantar perfectamente y llegar al tono de la canción.

Señalo a Ji-min mientras sigo cantando y él se ríe. Lo ayudo a ponerse de pie y nos movemos juntos al ritmo de la música. Por alguna razón, diferente al alcohol, no me siento incómoda cantando una canción sobre amor con Park Ji-min. Siento que tiene un alma muy pura y me da un poco de ternura.

Meditate in my direction —canto después del coro, alejándome lentamente de Park Ji-min. Me pongo de espaldas a él y lo miro por encima del hombro—, feel your way.

Se queda con la boca abierta y no canta el siguiente verso. Me volteo nuevamente, un poco extrañada.

— ¿Qué pasa? —le digo, la música del karaoke todavía suena de fondo.

Miro al resto de los chicos. Había olvidado que estaban ahí. Todos tenían la boca semi abierta y nos observaban en silencio. A Kim Tae-hyung le brillaban los ojos.

— ¿En serio eres la misma Han Mi-suk de hace dos minutos? —Park Ji-min se acerca a mí y me agarra de los hombros.

— Ah... Ji-min-a, no la toques. —Kim Tae-hyung se mete entre nosotros y nos separa— Sólo yo puedo.

· · • • • ✤ • • • · ·

Me siento en la isla de la cocina junto a las botellas que sobraron y me pongo a tomar en un vaso. Me había ido a poner la playera para dormir y unos pantalones cortos porque tenía mucho calor debido al alcohol. Los chicos acababan de irse y con suerte podían mantenerse en pie por sí mismos. Antes de irse, Nam-joon me habló.

— Deberías hacer una audición.

Era la segunda vez que me lo ofrecían, aunque la primera no me pareció muy real. En mi opinión sólo deberían ir a audicionar personas que saben cantar y bailar muy bien. Quizá no canto mal, pero tampoco lo hago espectacular, desafino mucho y no sé bailar como lo haría un verdadero idol. Además, estoy un poco crecida como para hacerlo.

Min Yoon-gi se sienta en la isla también, a dos asientos de separación de mí. No lo sentí entrar. Debo estar muy ebria. Toma otro vaso y toma la botella que acabo de abrir, y se sirve.

— No debería beber mientras está tomando medicamentos, señor Min. —siento como si fuera su madre y lo estuviera regañando.

— No es de tu incumbencia. —me mira un poco irritado, pero luego cambia la expresión a una ininteligible.

— Lo es, —le respondo, quitándole la botella— soy su enfermera y mi deber es cuidarle.

— ¿Vas a cuidarme estando ebria? —me dice de forma irónica.

— Estoy en mi día libre.

Me tomos dos vasos más. Quisiera emborracharme hasta perder el conocimiento, no me importa quedarme dormida en la cocina o en el suelo de la sala. De repente Min Yoon-gi está sentado en el taburete continuo al mío. ¿En qué momento se acercó tanto? Me quita el vaso que tengo en la mano y lo deja sobre la isla.

— No sabía que cantabas.

— No lo hago.

— ¿Cómo es que Tae-hyung sabía que tienes una linda voz? Se lo dijo a todos menos a mí.

¿Creerá en serio que tengo una linda voz o sólo está repitiendo lo que dijo Kim Tae-hyung hace un par de horas? Lo miro directamente a la cara.

— Quizás Tae-hyung oppa —esta vez soy yo la que le habla de forma irónica— no quiera hablar de mí con usted. Quizá Tae-hyung oppa se ha dado cuenta de que me detesta.

¿Qué estoy diciendo? Ahora sí que estaré despedida.

Min Yoon-gi me mira de forma extraña. No puedo saber qué está pensando porque nunca puedo leer sus expresiones.

— Me desprecia desde el día que nos conocimos, es demasiado obvio.

Me volteo y vuelvo a servirme un vaso, pero antes de que logre llevármelo a la boca, la mano de Min Yoon-gi se posa sobre la mía.

— No deberías beber tanto, mañana te sentirás mal.

Quito delicadamente su mano de la mía. Lo miro mientras me bebo el vaso.

— No es de su incumbencia. —le digo, repitiendo lo que él mismo había dicho hace un rato.

— Lo digo en serio. —me vuelve a tomar la mano y esta vez me mira directo a los ojos.

Algo se retuerce dentro de mí. ¿Por qué estoy viendo a este idiota de esta forma? No lo soporto, pero ahora no puedo dejar de pensar que es guapo.

— Han Mi-suk —comienza a hablar de nuevo—, llevamos casi dos semanas viviendo juntos, pero no sé nada de ti.

Miro su mano, posada suavemente sobre la mía y luego lo miro a la cara.

— Eso es porque no me ha preguntado nada sobre mí, con suerte me dirige la palabra. La conversación más larga que hemos tenido ha sido esa donde me miró los calzones.

Quito la mano para que ya no me toque, pero logra agarrármela con fuerza. Sus ojos no dejan de mirarme, me recorren todo el rostro y luego se detienen en mis labios. Me mira a los ojos de nuevo.

— Me gustaría conocerte, Han Mi-suk.

Giro mi cuerpo en su dirección y mis piernas quedan entremedio de las suyas. Apoyo mi codo sobre la isla y lo sigo mirando. Ahora estamos completamente frente a frente.

— Hubiera sido grandioso si me hubiese dicho eso el día que nos conocimos, señor.

— No estoy acostumbrado a conocer gente nueva, menos chicas.

Me río amargamente y vuelvo a girarme en dirección a la isla con la intención de servirme otro vaso, pero Min Yoon-gi me detiene, poniendo su otra mano sobre mi pierna. Ahora con una mano sostiene mi pierna y con la otra sostiene la mía. Lo miro sorprendida y un poco ofendida.

— Señor —digo, tomando su mano que me sujeta la pierna con mi mano libre—, por favor, quizá sería mejor que fuéramos a dormir. —comienzo a levantarme con intención de ir a mi habitación.

Me agarra la otra mano y con ambas me tira hacia él, obligando a pararme del taburete. Mi boca queda a la altura de su frente. Sus manos bajan a mi cintura y me sostiene contra su cuerpo. Me mira hacia arriba.

— No tengo sueño, Han Mi-suk. —dice, y su voz suena un poco más ronca de lo normal.

— Pero deberíamos...

Intento echarme para atrás, pero me aferra aún más a su cuerpo. Me corre el cabello de la cara con su mano derecha, sin dejar de mirarme los labios, luego la posa sobre mi mejilla y me acaricia el labio inferior con el pulgar. Trago saliva. Siento una extraña sensación de calor en cada parte que toca de mi cuerpo. Estamos tan cerca que su respiración choca con mi cuello. Suspira y su aliento hace que se me erice la piel.

— Creo que eres la chica más hermosa que he visto en mi vida.

¿Bromea? Hace dos horas ni siquiera me miraba directo a los ojos y hace poco menos de dos semanas ni siquiera me dirigía la palabra.

Acerca mi rostro al suyo con la mano que me sostiene. Ahora sus labios están a milímetros de los míos. Intento buscar su mirada, pero sus ojos están clavados en mi boca. Da un pequeño suspiro y luego se acerca aún más y nuestros labios quedan juntos. Estoy totalmente paralizada por un momento, no sé qué hacer ni cómo reaccionar. Sus labios siguen pegados a los míos, pero no hace nada más. Pensaba que los besos de los dramas coreanos sólo existían en los dramas coreanos y no en la vida real.

Siento un calor que me invade todo el cuerpo y gracias al alcohol saco un poco de valentía para poner mis manos en su nuca y acercarlo aún más a mí. Después de tantos años, todavía recuerdo cómo besar. Me alejo un poco y paso mi lengua por su labio inferior. Min Yoon-gi abre la boca para suspirar y aprovecho de meter mi lengua dentro de ella. Se queda un momento sorprendido, pero inmediatamente continúa con el beso. Meto mis dedos entre su cabello y le doy unos pequeños tirones. Vuelve a suspirar. Se levanta, sin dejar de besarme, y con su brazo derecho me rodea la cintura y me levanta para dejarme sentada sobre la isla. La botella de soju que estaba abierta se da vuelta y rueda hasta que cae al suelo y se rompe. Ahora él está entre mis piernas. Mete sus manos debajo de mi playera y me toca la cintura. Suspiro y además se me escapa un pequeño gemido.

— Han Mi-suk... —comienza a decir Yoon-gi cuando se aleja un poco y me mira a los ojos.

Siseo, poniendo mi dedo índice sobre su boca.

— No digas nada.

Como mi otra mano está en su nuca, lo tiro devuelta hacia mí. Corre sus labios de los míos y continúa dándome besos hasta que llega a mi cuello. Me pasa la lengua y me muerde con suavidad, gimo nuevamente y le tironeo el cabello. Sus manos suben un poco y me rodean las costillas, están justo debajo de mis pechos.

— Han Mi-suk, vamos a mi habitación.

Presa de mis impulsos, asiento con la cabeza. Con el brazo derecho me levanta y, sin dejar de besarme, me carga. Es tan fuerte. Enredo mis piernas en su cintura y me aferro lo más que puedo a su cuello. Nos tambaleamos mientras caminamos por el pasillo hasta la habitación principal. Min Yoon-gi abre la puerta con la mano izquierda, que lleva libre, y nos metemos dentro. Me recuesta suavemente en la cama e inmediatamente se sube encima de mí, apoyándose sobre sus hombros para no aplastarme. Mis piernas están abiertas y él está entre ellas. Siento su erección contra mi cadera y mi cuerpo se enciende aún más.

Yoon-gi se apoya sobre el codo derecho y con la mano izquierda me levanta la playera, obligando a quitármela. No llevo sujetador, así que quedo con el torso desnudo. Como puedo le quito su playera y le acaricio suavemente los abdominales y luego la espalda. Le miro la cara y sus ojos me miran brillantes en la oscuridad de la habitación. Lo veo a contraluz porque las luces del resto del apartamento quedaron encendidas. Me acerco a sus labios nuevamente y le muerdo el labio inferior suavemente. Emite un suave gruñido y se va nuevamente a mi cuello mientras pone su mano izquierda sobre mi pecho derecho. Algo se retuerce en el sector de mi pelvis y gimo.

De repente, la idea de alguien como Min Yoon-gi, que debe haber estado con las chicas más hermosas de todo Corea, me vea desnuda me llena de pánico. Dejo de besarlo y lo miro a los ojos.

— ¿Qué ocurre? —me mira extrañado.

— ¿Podrías... ir a apagar el resto de las luces?

No sabe por qué se lopido, pero finalmente asiente y sale de la habitación, cerrando la puerta. Mequedo en la absoluta oscuridad. ¿Qué estoy haciendo? Se supone que debo cuidara Min Yoon-gi, no acostarme con él. Pero no puedo evitarlo, ya no puedocontrolarme, mi cuerpo está en llamas y lo pide. ¿Por qué se tarda tanto? Megiro y me pongo de estómago en la cama para que no se me vean los pechos. Haytantas cosas de mi cuerpo que me gustaría que Min Yoon-gi no viera, él tiene uncuerpo perfecto porque debe entrenar regularmente. En cambio, yo hasta hace untiempo no hacía nada más que trabajar en el hospital.

· · • • • ✤ • • • · ·

Siento que la cabeza me da vueltas desde incluso antes de abrir los ojos. ¿Por qué bebí tanto anoche? Me volteo en la cama sin abrir los ojos y quedo acostada de lado. Es como si alguien estuviera martillándome la cabeza. Quiero seguir durmiendo, pero tengo el estómago revuelto. Me llevo las manos a la cabeza y abro los ojos.

Un momento, esta no es mi habitación. ¿Dónde estoy?

Estoy metida dentro de una cama que no es la mía. Con una playera negra que tampoco es mía. Lentamente miro sobre mi hombro, con miedo a lo que me pueda encontrar. Detrás de mí está Min Yoon-gi, durmiendo con su cara de niño pequeño, sin playera. ¿Qué es lo que hice anoche?

Me incorporo lentamente para no despertarlo. Me llevo nuevamente las manos a la cabeza. Qué horrible sensación, quisiera morir ahora mismo. Miro el suelo de la habitación y finalmente encuentro mi playera perdida. Me levanto de la cama con cuidado y camino hasta ella para recogerla. Abro la puerta suavemente y cuando salgo la dejo entreabierta. Me apoyo en la pared tratando de recordar lo que pasó anoche. Qué asco, apesto a alcohol. Camino hasta el baño de mi habitación y me meto en la ducha.

Cuando salgo me quedo con el pelo mojado porque realmente necesito algo que me refresque. Voy hasta la sala y me dedico a recoger las botellas vacías que habían quedado de la noche anterior. Procedo a botarlas en la cocina, pero me encuentro otra botella hecha añicos en el suelo. En ese momento, recuerdo cómo Yoon-gi me subía a la isla y me tocaba por debajo de la playera. Siento un espasmo dentro mío, a la altura de la pelvis, y no puedo evitar ponerme roja. ¿Cómo es que tuve el descaro de hacer eso con mi jefe? Recojo los pedazos de vidrio y luego limpio el suelo.

— Deberías secarte el cabello o vas a enfermarte.

Me volteo. Min Yoon-gi está apoyado en el marco de la puerta., mirándome. Todavía tiene el torso descubierto y lleva puestos unos pantalones deportivos negros. No soy capaz de decir nada y me avergüenza mirarlo, no sólo porque va semi desnudo, sino por todo lo que hicimos anoche. Se acerca lentamente hasta que queda frente a mí.

— Esperaba despertar y encontrarte a mi lado. Podríamos haber terminado lo que comenzamos anoche.

Lo miro durante un segundo y luego miro hacia al lado, intentando pasar inadvertido que mi cara se está sonrojando. Me doy media vuelta para buscar algo para desayunar en uno de los muebles de la cocina. Ni siquiera sé qué hora es. Yoon-gi me toma del antebrazo y me obliga a volver.

— ¿Vamos a hacer como si no hubiera pasado nada?

Lo miro otra vez, pero no soy capaz de mantenerle la vista, así que miro el piso.

— Creo que eso es lo mejor que podemos hacer para mantener nuestra relación profesional como corresponde.

Me suelta el brazo con cuidado. Ahora él es el que está mirando hacia otro lado.

— Todo lo que te dije ayer fue en serio, Han Mi-suk.

Como no digo nada, me mira otra vez y me toma la mano.

— Eres la chica más hermosa que he visto en toda mi vida y quiero conocerte.

— Señor Min... —comienzo a decir, pero me interrumpe.

— ¿Podrías llamarme por mi nombre? Ayer lo hiciste.

— No debería haberlo hecho.

Se pasa una mano por la cara. Realmente parece frustrado.

— ¿Realmente es esto lo que quieres?


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