Capítulo 20
Me miro en el espejo del baño de Min Yoon-gi mientras termino de arreglarme. Había llegado día de contarle a los chicos lo nuestro. Con Yoon-gi habíamos pensado en cocinar nosotros mismos la cena, por lo que estuvimos practicando todo lo que quedaba de la semana antes del gran día.
Mi novio aparece por detrás y me abraza la cintura mientras me mira directamente por el espejo. Trae una pequeña sonrisa grabada en sus labios. En ningún momento fui capaz de preguntarle si confía en mí. Se me hace un nudo en el estómago. Creo que si estuviera sola en el baño me habría arrodillado junto al inodoro para vomitar.
¿Por qué cuando se trata de Min Yoon-gi soy completamente inútil? Dejo de funcionar de forma normal.
Le devuelvo la sonrisa como puedo.
— Estás nerviosa.
Me muerdo el labio inferior. Creo que no estoy nerviosa, estoy súper nerviosa. Ansiosa. Preocupada. Tensa. Muchas cosas han estado pasando por mi cabeza últimamente.
Yoon-gi me gira delicadamente para que quedemos frente a frente. Sus hermosos ojos me recorren el rostro detenidamente, quizá intentando adivinar qué es lo que estoy pensando. Como si fuera la primera vez que me mira, me sonrojo y bajo la mirada hasta mis manos, que están entrelazadas frente a mí.
— Tranquila, nadie se lo tomará a mal.
La voz de Min Yoon-gi me hace mirarlo nuevamente a la cara. Le sonrío nuevamente. No quiero decirlo, pero en realidad una de las cosas que más me inquietan es que no tuve la oportunidad de hablar con Kim Tae-hyung para aclarar las cosas.
— Está bien. —respondo.
Me giro nuevamente hacia el espejo y Yoon-gi vuelve a envolver mi cintura. Se encorva hacia adelante para meter su nariz en la curva de mi cuello. Intento concentrarme en ponerme el labial, pero sus labios comienzan a dejar besos húmedos sobre mi piel y se me escapa un suspiro. Tiro mi cabeza hacia atrás, recargándola sobre su hombro, y su agarre en mi cintura se vuelve más fuerte y sus dientes comienzan a atacar mi cuello con un poco de urgencia.
¿Será buena idea hacer esto antes de que lleguen los chicos?
Una de sus manos sube lentamente. Pienso que va a ponerla sobre uno de mis pechos, pero sigue hasta llegar a mi cuello. Lo envuelve cuidadosamente y da un apretón, tirándome más hacia atrás. Se me escapa un jadeo.
— Oppa, quizá no es buena idea. —logro decir entre suspiros.
Min Yoon-gi parece no querer alejarse, pero me besa suavemente el cuello y se incorpora para mirarme nuevamente en el espejo. Desvío la vista de su rostro por un momento para verme a mí, mis mejillas estaban comenzando a sonrojarse, pero eso no era lo que más llama la atención. A un costado de mi cuello hay innumerables marcas rojas provocadas por los dientes de Yoon-gi.
— Lo siento. —susurra y pasa suavemente la yema de sus dedos por mi piel irritada— Estoy un poco emocionado. Quiero que todo el mundo sepa que eres mía.
Otra vez esa incómoda sensación el estómago. Después de la charla con Kim Nam-joon había dejado de encontrar tierna la posesión de Min Yoon-gi hacia mí.
Si lo piensas, realmente no es sano.
El sonido del timbre nos interrumpe. Yoon-gi sonríe ampliamente y me besa la cabeza antes de salir del baño para ir abrirle a sus amigos.
— Te quiero, nena. —asoma su cabeza por el umbral de la puerta del baño.
Se había devuelto sólo para decirme eso. El nudo en mi estómago se relaja un poco.
Me esparzo brillo labial por los labios y también salgo. Los chicos estaban entrando a la sala, y por suerte no me vieron salir de la habitación principal porque se hubiera arruinado la sorpresa. Les saludo y hago una pequeña reverencia cuando me uno a ellos.
— Al fin, mi chica favorita. —Kim Tae-hyung se acerca a mí y me da palmaditas en la cabeza.
Por el rabillo del ojo puedo ver a Min Yoon-gi, que baja la cabeza para ocultar que sus labios acaban de formar una fina línea. Si no pasara tanto tiempo con él no me habría dado cuenta, es más, no sé cómo logró pasar desapercibido por sus amigos. Menos por uno. Kim Nam-joon nos mira a los tres en silencio.
— Creí que nunca llegaría el día en que nos invitaras a tu casa. —Seok-jin le pasa un brazo por los hombros a Yoon-gi.
Yoon-gi se remueve un poco incómodo y logra liberarse de los brazos de su amigo.
— Sí, pareciera que hyung no nos quiere cerca. —ríe Ji-min y sus ojos se transforman en una línea.
— La única que nos quiere es Han Mi-suk. —Tae-hyung pone su mano sobre mi hombro.
Nuevamente vuelvo a sentir tensión por parte de Yoon-gi.
— ¿Y qué es lo tan importante que tenías que contarnos, hyung? —los ojos curiosos de Jung-kook miraron a Yoon-gi y luego a mí.
— Ya les dije que cuando cenemos se los diré.
Aclaro mi garganta después de un rato, todavía con la mano de Tae-hyung sobre mí.
— Será mejor que vaya a la cocina.
Les doy una sonrisa de despedida a todos y me dispongo a caminar, pero dos voces al unísono me detienen.
— Te ayudaré.
Me giro y me encuentro con Min Yoon-gi y Kim Tae-hyung caminando para alcanzarme. Ambos se detienen cuando se dan cuenta de la presencia del otro. Inmediatamente ambos siguen avanzando hasta llegar a mi lado. Tae-hyung parece bastante divertido con la situación, en cambio Yoon-gi tiene una expresión oscura. El resto de los chicos se mira entre ellos en silencio, algunos divertidos y otros un poco tensos.
— Tae, es probable que estorbes en vez de ayudar. —Nam-joon habla mientras se sienta suavemente sobre el sofá.
— Hyung, no soy tan inútil como piensas.
Tae-hyung engancha su brazo con el mío y me arrastra hacia la cocina, ignorando a Kim Nam-joon. Yoon-gi camina detrás de nosotros, casi pisándome los talones. Me mantengo en silencio cuando comienzo a sacar una sartén de uno de los muebles de la cocina. Ambos chicos parados detrás de mí, también en silencio.
— ¿Necesitas que corte algo? —el primero en romper el silencio fue Tae-hyung.
Le miro fingiendo una sonrisa. ¿Puede estar más tenso el ambiente?
Abro el refrigerador y saco cebolla, zanahorias y varios otros vegetales. Los dejo sobre la encimera.
— Hay dos tablas para cortar verduras —finjo una sonrisa—, podrían los dos hacer eso y terminaremos más rápido.
Kim Tae-hyung me regala una radiante sonrisa y me recibe el cuchillo que le ofrezco para ponerse manos a la obra. En cambio, Min Yoon-gi estira su mano de mala gana y toma el otro cuchillo que tiendo hacia él. Por un momento me mira a los ojos y sé que está enojado. Está celoso, porque él y yo teníamos planeado cocinar juntos, y Tae-hyung llegó a ayudar.
Vuelvo al refrigerador y saco carne. Me pongo a hacer mi trabajo. A mí no me molesta que Tae-hyung nos ayude. Es verdad que iba a ser un momento nuestro, pero cada vez que practicamos nos demoramos al menos dos horas en tener todo listo, por lo que la ayuda no nos viene mal. Además, habíamos cocinado juntos varias tardes.
Lo único que considero incómodo es no haber aclarado las cosas con Tae-hyung.
— Han Mi-suk, ¿quieres salir conmigo el sábado de la próxima semana? —Tae-hyung se gira mirarme— Podemos ir a comer al mismo lugar donde fuiste con Nam-joon hyung o a cualquier lugar que quieras.
¿Cómo supo dónde fuimos Nam-joon y yo?
Me giro para mirarlo, con una pequeña sonrisa en los labios.
— Me encantaría. —respondo bajo la intensa mirada de Yoon-gi.
Mi novio sólo está en silencio, escuchando la conversación entre su amigo y yo. Sus ojos miran a Tae-hyung y a mí repetidamente, como si no pudiera creer lo que acabamos de decir. Lo miro y le regalo una sonrisa. No porque él se ponga celoso significa que voy a dejar de salir con un amigo.
— Pero en realidad me gustaría ir por un helado. —reconozco, siguiendo con la conversación.
— ¿Un helado? Ya casi es invierno. —Tae-hyung hace una mueca con los labios y luego se ríe.
Suelto una risa también y me concentro nuevamente en lo que estoy haciendo.
— Nunca es mal tiempo para tomarse un helado, Tae. —respondo como si fuera un sabio consejo.
Meto la carne en la sartén y comienzo a revolverla con determinación para que no se pegue.
— Oppa, ¿podrías pasarme la sal? Está junto a ti.
— Al fin... —escucho la voz de Tae-hyung.
Y después silencio. ¿Por qué Yoon-gi demora tanto en alcanzarme la sal? Mientras me giro para mirarlo me doy cuenta de lo que acabo de decir. Me muerdo el labio inferior cuando descubro que la sal está justo entre Tae-hyung y Yoon-gi, y que ambos habían posado su mano sobre esta para pasármela, mientras mi novio permanece serio y mi amigo tiene cara de no entender nada de lo que está sucediendo.
Podría apostar a que Tae-hyung iba a decir que al fin lo llamé oppa, como me había pedido hace un tiempo. Es entendible que pueda haber pensado que me refería a él.
De todas formas, no quería que se enterara de esta manera. Se suponía que íbamos a anunciarlo durante la cena.
— Eh... ¿Qué? —Kim Tae-hyung parece totalmente desconcertado, pero no ha soltado la sal— ¿Qué significa eso? ¿Por qué le dices oppa a Yoon-gi hyung?
Suelta una risa nerviosa y lo acompaño, sintiéndome totalmente estúpida. ¿Cómo es que llegué a ser tan poco cuidadosa?
— Han Mi-suk y yo somos novios, Tae. —Yoon-gi se adelanta a mí y responde.
La sonrisa en el rostro de Tae-hyung se extingue lentamente y me mira a los ojos, como si estuviera esperando que desmintiera lo que Min Yoon-gi acaba de decirle. Me vuelvo a morder el labio inferior y corro la mirada hacia la carne que está casi totalmente cocida.
— ¿Puedes darnos un momento? —le pido a Yoon-gi.
Acepta de mala gana y sale de la cocina para encontrarse con el resto de sus amigos.
Apago el fuego de la estufa para evitar cualquier accidente y me vuelvo para mirar a Tae-hyung. Primero pienso en mantener nuestra distancia y hablarle desde lejos, pero después me acerco y quedo frente a él. Tiene los ojos fijos en el suelo. Tomo una de sus manos y la acuno entre las mías. De repente sube sus ojos hasta los míos.
— ¿Eso es lo que quería decirnos Yoon-gi hyung?
Todo rastro de la felicidad que tenía hace un momento se ha esfumado y me siento culpable por habérsela arrebatado de esta manera. Suelto un suspiro y asiento con la cabeza, sintiéndome incapaz de hablar.
Nos quedamos en silencio otra vez.
— Sí sabes que me gustas, ¿cierto?
Lo miro a los ojos, esperando a que esté bromeando, pero me doy cuenta de que está hablando totalmente en serio. Sus ojos me miran con intensidad. Aunque me siento un poco atontada por lo acaba de revelarme, abro la boca para hablar.
— No digas nada. —pide. Después de un momento vuelve a hablar— Mira, te voy a ser sincero. Supe que le gustabas a Yoon-gi hyung desde la primera vez que vine. Quizá él ni siquiera se había dado cuenta, pero cambió totalmente su expresión cuando le preguntamos por ti y le dijimos que eras linda. Pero —pasa su lengua por sus labios para humedecerlos— fui egoísta, porque a mí también me gustaste y quería que eligieras con quién querías estar. Por eso intenté acercarme de manera tan insistente. Sabía que estaba en desventaja, Yoon-gi hyung te tenía en la misma casa que él y estaba contigo todo el día. Luego vino aquella foto donde salías en la calle con él ambos tomados de la mano, y creí que había perdido la carrera que yo mismo había inventado. —quita su mano de mi agarre y la deja colgando a un lado de su cuerpo— Después vino la fiesta de Ji-min y me cantaste esa canción, y realmente pensé que tenía oportunidad, que lo tuyo con hyung no había funcionado o que nunca ocurrió nada. Pero no querías hablar sobre ello.
Se me hace un nudo en la garganta. Nunca lo había visto de esta forma, siempre está sonriéndome.
— ¿Has estado jugando conmigo, Han Mi-suk?
Trago saliva porque estoy sin palabras. Estoy impresionada por todo lo que acaba de declararme y por la pregunta que me hizo. ¿Cómo siquiera se atreve a pensar que jugaría con él?
— Ahora tengo que fingir alegrarme por ustedes y tragarme todo lo que siento. —se ríe amargamente— Lo siento, ya no puedo con esto.
Se da media vuelta para salir de la cocina, pero tomo su mano antes de que pueda dar un paso.
— Tae, lo siento tanto. —gira su rostro para mirarme.
No dice nada y se dispone a caminar otra vez. Me apresuro y envuelvo mis brazos en su cintura, desde atrás. Se queda inmóvil nuevamente.
— Lo siento. —vuelvo a decir— Soy una estúpida. No había notado lo que sientes. —asumo— Lo siento, Tae. Eres muy importante para mí, pero no puedo verte de ninguna otra forma que no sea como amigo. —apoyo mi mejilla en su espalda cuando siento que el nudo de mi garganta comienza a crecer— Lo siento tanto. Lo siento. Lo siento. —el volumen de mi voz termina siendo un susurro— No quiero perderte.
Los músculos del cuerpo de Tae-hyung se relajan lentamente bajo mis brazos. Me mantengo abrazándolo, como si de alguna manera eso sirviera para aliviar su dolor. Sus manos suben hasta las mías, y pienso que las va a quitar, pero me acaricia suavemente.
— ¿Podemos seguir siendo amigos? —pregunto después de un momento de silencio.
— No lo sé.
Quita mis manos con cuidado y esta vez sí dejo que se vaya.
Voy a quitarme el maquillaje al baño. De un tiempo a la fecha me había dejado de dar vergüenza estar sin él frente a Min Yoon-gi.
La cena había sido un éxito y los chicos se habían alegrado mucho por nosotros. Me sorprendí bastante cuando, después de la revelación, Tae-hyung había fingido una perfecta sonrisa. Park Ji-min lo había mirado de reojo. Seguramente también sabía lo que su amigo siente por mí y también se sorprendió por su reacción.
Pero, lejos de sentirme aliviada, siento un nuevo peso encima.
Mi celular vibra y lo tomo para revisar.
"Siento la pataleta de hoy. Por supuesto que podemos ser amigos, yo tampoco quiero perderte", dice el mensaje que Kim Tae-hyung acaba de mandarme.
Sonrío mirando la pantalla. Creo que no todo ha sido tan malo, después de todo.
Salgo del chat de Tae-hyung y veo el de mi mamá. Hace días me había escrito, preguntando si estaba ocupada, pero cuando le respondí no volvió a escribir nada.
Suelto un suspiro. No sé que quería hablar conmigo. Bloqueo la pantalla del teléfono y lo dejo sobre la mesa de noche para luego acostarme dentro de la cama. Al cabo de un rato llega Min Yoon-gi, que había estado terminando de guardar los platos limpios. Lo miro mientras se desviste para ponerse pijama.
— ¿Te gusta lo que ves? —se ríe.
Se sube a la cama y gatea hasta donde estoy recostada, sin haberse puesto la camiseta.
— Me encanta.
Se sienta encima de mí, poniendo sus piernas a cada lado de mis caderas, pero sin dejar caer todo su peso. Me quedo como estúpida mirándolo y por un momento se me olvida todo lo malo que hay rondando en mi cabeza. Levanto la mano para tocar sus abdominales, pero me detiene a medio camino, tomándome por la muñeca y llevándola hasta arriba de mi cabeza. Lo mismo hace con la otra mano. Me quedo con la boca entreabierta por la sorpresa y aprovecha para estampar sus labios con los míos, metiendo su lengua dentro de mi boca.
Por un momento me siento en otro universo. En otra galaxia. Sus labios tibios y húmedos me besan lenta y profundamente, y su lengua acaricia la mía. Mi cuerpo comienza a subir su temperatura, pero de repente recuerdo a Kim Nam-joon diciendo que no tenía un buen presentimiento de nuestra relación.
— ¿Qué ocurre? —Yoon-gi se aleja cuando dejo de besarlo con la misma intensidad.
Aleja totalmente su rostro para mirarme. Parece un poco preocupado.
— Nada... —digo casi en un susurro— Oppa, ¿tú confías en mí?
Siento un peso menos cuando lo suelto. Hace varios días estaba deseando preguntarle eso, pero no había tenido la valentía. Cada vez que veía su linda carita me acobardaba.
Arruga un poco el entrecejo.
— Claro que sí, ¿por qué preguntas eso?
Quita su cuerpo de encima de mí y se sienta a un lado, cruzando las piernas. Me siento también, mirando hacia abajo.
— Por nada.
Su mano me agarra suavemente del mentón y me levanta la cabeza para que lo mire.
— Por favor, dime.
Trago saliva.
— Creo que... —mi voz se apaga y dejo de hablar.
Min Yoon-gi espera paciente a que me decida por hablar.
Sé que debería decirle. Debo hacerlo. Pero me da miedo que lo nuestro pueda acabar. No sé cómo va a reaccionar, no lo conozco hace tanto tiempo. Pero si quiero seguir conociéndolo, esto es necesario.
Me aclaro la garganta.
— Creo que estás siendo muy posesivo conmigo, oppa, y no me gustan tus celos. Todo eso me hace pensar que no confías en mí y nuestra relación no funcionará de esa manera.
Se queda en silencio. Su rostro está serio. No sé qué piensa. Me quedo mirándolo, esperando a que me diga algo. Después de un rato me suelta el mentón y mira hacia abajo.
— Creo que tengo que meditarlo. Gracias por decirme.
Sin decir nada más, se mete dentro de la cama y se recuesta, dándome la espalda. Me quedo un rato sentada sin entender realmente lo que está sucediendo. Quiero seguir hablándole, pero claramente él no quiere. Me vuelvo a recostar en mi lado de la cama, mirando cómo Yoon-gi me da la espalda. ¿Debería acercarme a abrazarlo para dormir? Me quedo mirando el techo con el molesto nudo en el estómago y las náuseas creciendo dentro de mí. Quizá sea mejor darle su propio espacio.
Bae-suk se estaciona en la acera, justo donde estoy parada. Había salido de casa con la excusa de salir a tomar un helado con mi hermano, pero, en realidad, no quería que Min Yoon-gi supiera dónde iba. Me subo a su auto en el asiento del copiloto. Apaga el motor y me tiende un café helado mientras se lleva el suyo a la boca.
— ¿Cómo te fue? —pregunta.
Recibo el café y lo llevo hasta mi boca, pero el olor se mete fuertemente por mis fosas nasales. Hago una mueca y lo bajo, sin haber tomado nada. Mi otra mano aprieta con fuerza las asas de mi bolso, que reposan sobre mi hombro.
— ¿Estás bien? Estás temblando.
Me descuelgo el bolso del hombro y rebusco dentro. Saco un papel de adentro y se lo tiendo a Bae-suk. Tiene razón, estoy temblando entera. Siento mi corazón latir más y más rápido, y una pesadez horrible me llena el pecho. Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas.
— No sé cómo se lo diré a Yoon-gi.
La desesperación se apodera de mí y las lágrimas caen por mis mejillas. Bae-suk recibe el papel y comienza a leerlo. Levanta la vista hacia mí.
— ¿Qué significa esto? —pregunta, y no sé si lo hace porque realmente no entiende o porque espera haber entendido mal.
Me sorbo los mocos que comienzan a caer de mi nariz y me limpio las lágrimas, teniendo el cuidado de no estropear mi maquillaje.
— Estoy embarazada, oppa.
El final está a la vuelta de la esquina y me da mucha nostalgia :(
Les quiere <3
-Nini
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