Capítulo 11
Maratón (1/3)
Cuando llegó el sábado Min Yoon-gi y yo no habíamos hablado de nuestra pequeña discusión del lunes, en realidad no habíamos hablado en lo absoluto. Tampoco había habido sexo. Mi vida había vuelto a ser igual de tediosa que antes. Menos de dos días me duró la diversión. Menos de dos días en los que se podría decir que fui feliz.
¿Qué más me queda aparte de simplemente hacer como si nada hubiese pasado?
Como no tenía nada más entretenido que hacer, el mismo lunes me metí a YouTube para ver qué canciones estaban de moda. Tenía una fiesta en menos de una semana y tenía que estar al menos al corriente de las canciones actuales. En este mismo momento desearía haber ocupado más tiempo en disfrutar mi juventud en la universidad, haber acompañado a mis amigas a las fiestas a las que siempre me invitaban. Quizá si hubiese hecho eso ni siquiera estaría aquí. Quizá sería mejor.
Ese mismo día hice una gran lista con las canciones que me habían interesado para ver si podía aprenderme la letra de algunas, o, aunque fuera, la melodía. Y por un momento, me sentí como si estuviera estudiando otra vez, sólo que ahora estaba estudiando música para ir a una fiesta y no parecer tan pasada de moda.
Recostada en la cama, escuchando música con mis auriculares de cable, se me hacía imposible no pensar en Min Yoon-gi, disfrutando de la música que puse con los ojos cerrado. Quizá fui demasiado emocional y realmente nunca me gustó. Porque, ¿realmente quién puede gustar de alguien en menos de un día? Cada vez que pensaba en él me encargaba de cerrar los ojos con fuerza y obligarme a sentir lo que estaba escuchando, a concentrarme en lo que sentía mi corazón y en lo que, probablemente, quería transmitir el artista con la letra.
— ¿Quieres que te lleve hoy? —me pregunta Min Yoon-gi cuando nos encontramos en el pasillo
No voy a negar que se ve malditamente apuesto, y eso que está vestido igual que siempre. Parece estar a punto de irse. Niego con mi cabeza.
— No, todavía me falta pensar en qué me pondré para que sus amigos me miren el culo y las tetas. —le lanzo una mirada, sin dejar de caminar— Quizá vaya sólo en ropa interior de encaje, ¿qué cree? El color vino me viene muy bien.
Sin esperar a que contestara, me meto dentro de mi habitación con el corazón saltando. ¿De dónde había sacado la valentía para decir eso? Me paso las manos por la cara, intentando calmarme. Escucho la puerta de entrada cerrarse, Yoon-gi se ha ido.
Será mejor que tome una ducha, Kim Tae-hyung vendrá dentro de dos horas a buscarme y sigo en los harapos que utilizo para trabajar.
Me deshago la coleta baja que me había hecho para que el cabello no me molestara y me paso las manos para peinarlo un poco. Mierda, ¿qué era lo que tenía esa crema de cabello que me puso Min Yoon-gi el otro día? Ya habían pasado varios días y mi cabello seguía sedoso. Me quito rápidamente la ropa y me meto a la ducha, y me demoro un poco más porque me doy el tiempo de rasurarme. Nunca se sabe lo que ocurrirá en una fiesta. Me doy el tiempo de echarme una crema humectante con olor a jazmín que tenía desde hace un par de meses, y que cada vez que la usaba me sentía con más confianza en mí misma.
Tomo el celular y abro el chat de Kim Tae-hyung.
"No sé cómo vestirme", le escribo.
Últimamente habíamos estado hablando un poco más por mensajes.
Abro el armario, buscando entre mi ropa interior. Sin dudarlo, saco aquel conjunto de ropa interior de encaje que le nombré a Min Yoon-gi hace un rato, realmente existe, y sólo lo uso en ocasiones especiales donde necesito sentirme hermosa. Nadie la ve, pero sé que la llevo puesta y eso es suficiente para mí. Luego, vuelvo a mirar dentro en busca de algo para ponerme encima. Mierda, debería haberme comprado algo nuevo para usar. No tengo absolutamente nada. Me muerdo el labio inferior y miro la hora. Todavía falta una hora y media para que vengan a recogerme y estoy en el mismísimo sector de Gangnam. Mi celular vibra.
"Con todo te ves hermosa, pero te recomiendo que vengas cómoda"
Frunzo los labios. Sí me da tiempo de ir a comprar y volver. Me seco el cabello lo más rápido que puedo y me pongo pantalones ajustados y una sudadera, y salgo del apartamento. Afuera hace frío y me arrepiento de no haberme puesto el abrigo, pero estaré tan poco tiempo afuera que le resto importancia. Entro a una de las primeras tiendas que me llama la atención, la vitrina muestra un lindo conjunto de unos jeans estilo mom, que debajo llevan una medias de red y una camiseta color rosa chicle con un estampado simple donde pone "diosa". Camino rápido hasta donde está la ropa y elijo mi talla, siempre soy talla mediana así que no necesito probármela.
En Latinoamérica siempre fui talla pequeña, pero en este país la ropa es demasiado pequeña y la gente es demasiado delgada. Soy un poco más ancha que el promedio de chicas porque cuando me llegó el desarrollo me crecieron mucho las caderas y los pechos, sin embargo, mi vientre siempre se ha mantenido plano y mi cintura no está nada mal.
Hay una fila un poco larga para pagar, así que me demoro mis buenos veinte minutos. Mi cuenta bancaria está a punto de llorar cuando paso mi tarjeta para pagar. Esas medias de red me hubieran costado cuatro veces menos si las hubiese comprado en el mercado. Salgo a paso rápido de la tienda, con una linda bolsa color rosa en la mano. Miro la hora en mi celular, me queda una hora todavía para estar lista. Sólo necesito maquillarme y vestirme.
— Disculpa. —una voz masculina detiene mi apresurado paso.
Un chico alto de cabello castaño está parado detrás de mí.
— ¿Sí? —respondo, jadeando.
Mi condición física no es la mejor.
El chico se rasca la nuca. Tiene unos lindos ojos, lástima que no pueda ver más de su rostro por la mascarilla.
— Eres... Eres muy linda —tartamudea un poco—. Y creo que eres mi tipo. ¿Me darías tu número telefónico?
Casi me caigo de culo. Nunca me había pasado esto en la calle. Miro en dirección al apartamento, estoy tan sólo a media cuadra y el tiempo se me acaba. Además, ya está oscureciendo. Le doy una sonrisa cortés al chico.
— Lo siento, no puedo.
Le hago una seña de despedida con la mano y sigo mi camino, a paso apresurado. Escucho unos pasos siguiéndome.
— Vamos, nena, no te hagas la difícil.
Medio miro hacia atrás, el imbécil me viene persiguiendo. ¿Qué parte de "no" no entendió? No dejo de caminar, estoy tan cerca de casa.
— Lo siento, tengo novio.
Sí, el señor invisible. Yoon-gi no cuenta.
— Si tuvieras novio no andarías de compras sola.
Ah, mierda. Paro en seco y lo miro.
— Mira, eso no es asunto tuyo. Tengo novio y no voy a engañarlo. Lo siento.
Pretendo seguir caminando, pero me toma del brazo. Este tipo realmente me está asustando. Me quedo congelada por un momento, sin saber realmente qué hacer.
— Vamos, sólo es tu número, preciosa.
— Nena, ¿este tipo te está molestando?
Una voz conocida nos interrumpe. Giro inmediatamente la cabeza. Kim Tae-hyung está a pocos metros de nosotros.
Es mi salvador.
— Oppa, —le digo, fingiendo que soy su novia— me viene siguiendo hace media cuadra.
El tipo me suelta de inmediato, mirando hacia arriba a Kim Tae-hyung, y me apresuro para ponerme a su lado. Su presencia es totalmente imponente y me siento protegida. Me agarro de su brazo como un niño se aferraría a su madre.
— Lo siento, no quise... —dice el tipo, dándose media vuelta y corriendo.
Suelto un suspiro. Me he pegado el susto de la vida. Suelto el brazo de Tae-hyung.
— ¿Estás bien?
Asiento con la cabeza mientras respiro hondo.
De repente recuerdo por qué está aquí y miro la hora en mi celular. No puede ser que el tiempo haya pasado tan rápido.
Apenas han pasado cinco minutos desde la última vez que revisé.
— ¿Qué haces aquí tan temprano?
— Ah, quería sorprenderte. Me di cuenta de que te habías quedado sola. Yoon-gi hyung ya llegó y sólo faltas tú.
Le hago un ademán con la cabeza, para que me acompañe hasta el apartamento.
— ¿Andabas de compras?
Nos subimos al elevador. Miro la bolsa que llevo en la mano y luego le miro la cara.
— Sí, digamos que no tengo mucha ropa y no sabía qué ponerme.
— Han Mi-suk-a, podrías habérmelo dicho, te podría haber acompañado y no se te habría acercado aquel fenómeno.
— Quería estar lista cuando llegaras, ¿sí?
Nos bajamos del elevador y abro la puerta del apartamento.
— Quédate aquí y no intentes nada raro, intentaré tardarme lo menos posible.
Tae-hyung asiente con la cabeza y se sienta en el sillón de la sala. Me apresuro a encerrarme en mi habitación. Ahora, la pregunta del millón. ¿Cómo me maquillo?
Me dirijo al baño y saco mi paleta de sobras favorita, corrector, base e iluminador. Me pongo manos a la obra, preparo mi piel con productos humectantes lo más rápido que puedo y comienzo aplicando el corrector en mi rostro. Termino eligiendo sombras en tono coral y encima le pongo brillitos, me pongo un labial casi del mismo color que mis labios y corro a vestirme con la ropa nueva.
Por suerte, me queda justo cómo imaginaba.
No tengo muchos zapatos, así que tomo unas converse altas negras que están relativamente nuevas. Tomo un bolso mediano y echo ropa interior de recambio, una playera blanca, mis productos del cuidado del rostro y mi cepillo de dientes. Tomo con una mano las zapatillas y con el otro el bolso, y me dirijo a la entrada del apartamento.
Kim Tae-hyung aparece de inmediato.
— No puedo creer lo que mis ojos están viendo.
Lo miro hacia arriba mientras me coloco los zapatos. Me incorporo y me doy una vuelta, para mostrarle mi atuendo. Sus ojos me recorren entera y luego se van hacia mis pies.
Quizá Min Yoon-gi tiene razón y realmente me comen con la mirada.
— Oh, converse altas. —dice sonriendo.
No entiendo.
— ¿Qué tienen?
Suelta una pequeña risita.
— Nada... —hace una pausa— ¿Sabías que son bastante difíciles de sacar?
Pestañeo un par de veces, mirándolo hacia arriba.
— ¿Por qué tendría que sacármelas?
Vuelve a reírse.
— No lo entenderías.
Realmente no entiendo nada. Ignoro la conversación anterior y tomo mi abrigo, y recojo mi bolso del suelo.
— Estoy lista.
Ya está oscuro cuando vamos de camino en el auto de Tae-hyung. Va cantando una canción sobre unas converse altas, y realmente no entiendo la letra. ¿Le gustan o no le gustan las converse? Voy callada, mirando por la ventana, secretamente disfrutando de su preciosa voz, cuando el auto se detiene y no puedo creer lo que ven mis ojos. Es realmente una mansión. Literalmente, una mansión.
— ¿Vives aquí? —pregunto, incrédula.
Tae-hyung se ríe mientras hace que el auto avance dentro del estacionamiento.
— Sólo en periodo de promociones... Casi todo el año, en realidad.
No puedo ocultar mi asombro, estoy boquiabierta. Una vez aparcamos, me bajo del auto y no puedo evitar mirar cada detalle. Hay varios autos, todos grandes y lujosos, en fila. Kim Tae-hyung me guía y llegamos a una escalera ascendente que da directamente hacia el interior de la casa. Por dentro es aún más grande de lo que pensaba, pero no puedo ver todo con detalle porque está todo oscuro y la casa está únicamente iluminada con luces de fiesta.
¿Tanta parafernalia para ocho personas?
Dejo mi bolso y mi abrigo en un sofá, y sigo a Tae-hyung dentro de la casa. Me guía por un pequeño pasillo y llegamos a una sala de estar gigante, donde están todos. Me acerco con un poco de vergüenza y hago una pequeña reverencia, a lo que todos, menos Yoon-gi y Tae-hyung, responden de igual manera.
— Oh, converse altas. —dice Jung Ho-seok y todos se ríen, menos Min Yoon-gi.
¿Ellos también? Realmente no le pillo el chiste.
— Han Mi-suk-a, puedes dejar tus zapatos allá. —Ji-min me señala una esquina de la sala, justo al lado de una puerta.
¡Qué bien! Ya me estaba sintiendo incómoda usándolos. Me dirijo casi corriendo hacia allá y comienzo a desatarlas. No puedo sacar mi pie de dentro. ¿A esto se refería Tae-hyung?
— Son difíciles de quitar. —repite el susodicho justo delante de mí.
Lo miro hacia arriba y le sonrío. Tiene razón. Aunque por alguna razón siento que hay un chiste interno en el asunto y que seguramente está ligado a aquella canción que venía cantando en el auto.
Me levanto del suelo y camino hasta donde se encuentran todos, seguida de Kim Tae-hyung.
— Ahora que todos están aquí, podemos empezar la fiesta. Hyung, trae el alcohol. —Park Ji-min le habla a Min Yoon-gi, guiñándole el ojo.
Lo noto bastante emocionado. Y realmente me sorprende que me haya invitado a su fiesta, siendo que no nos conocemos mucho. Me siento en el suelo junto al resto, al mismo tiempo que Min Yoon-gi se levanta y se va hacia, lo que supongo es la cocina. Lo miro mientras se aleja, él no me ha mirado ni por un segundo. En este momento es el mismo que era hace un par de semanas.
No voy a dejar que eso me deprima.
Tengo a Kim Tae-hyung justo a mi lado. ¿Se pondrá Yoon-gi celoso si me pongo a hablar con él?
Me doy una bofetada mental.
¿Por qué me tiene que importar lo que piense Min Yoon-gi? Vine aquí a disfrutar. ¿Y realmente caería tan bajo como para poner celoso a Yoon-gi con su propio amigo? Ni siquiera debería ponerse celoso, él mismo me dijo que no sentía nada por mí y toda nuestra relación estaba basada en sexo. No me ve de otra forma que no sea un objeto para satisfacer sus necesidades.
Esto me pasa por andar de intensa, dejándome llevar por mis sentimientos. Sentimientos que realmente nunca debieron ser más que emociones.
Min Yoon-gi vuelve con unas botellas de cerveza y le da una a todos, menos a Jung-kook y a mí. En cambio, nos tiende una botella de plástico con un líquido blanco. ¿Qué es esto? Jung-kook la acepta con gusto y comienza a beberla, pero yo no puedo dejar de intentar leer la etiqueta. Está muy oscuro y no puedo ver absolutamente nada.
— Leche de plátano. —Jeon Jung-kook me sonríe, explicando.
Está justo sentado a mi izquierda. Frunzo el ceño sin entender por qué Yoon-gi me había dado esto. Miro a Jung-kook y se toma el líquido con gusto.
— No entiendo. —dejo la botella en el suelo.
— Kookie está lleno de trabajo, no debería beber. Y tú tampoco, todavía estás en horario de trabajo. —me explica Min Yoon-gi, dirigiéndome por primera vez la palabra.
Y tiene razón, los viernes todavía trabajo. Frunzo los labios. No te metas en un juego que no podrás ganas, Yoon-gi. Abro la botella y la levanto, mirándolo fijamente, como si estuviera brindando, y me la bebo toda de un sorbo. El resto de los chicos gritonea un poco y se ríe. Sé que estoy haciendo el ridículo, pero no importa, quiero que Yoon-gi se de cuenta de que no podrá arruinarme la noche.
— ¿Qué clase de fiesta es esta sin música? —los miro a todos.
https://youtu.be/VAWNLYGORew
A Kim Nam-joon parece hacerle gracia mi comportamiento y se levanta para prender un enorme equipo de música. Circles de Post Malone llena el ambiente y los bajos retumban en el suelo. Kim Tae-hyung se levanta y me tiende la mano. ¿Es posible bailar esta canción? Inspiro hondo y acepto su mano. Creo que es lo mínimo que puedo hacer después de recibir su ayuda en la tarde. Me quedo mirándolo hacia arriba, viendo cómo cierra los ojos y comienza a moverse al ritmo de la música, sin hacer ningún movimiento muy elaborado, sólo se menea de lado a lado. Por alguna razón sonrío al verlo de esa manera, así que lentamente comienzo a mover mi cuerpo, intentando imitarlo, pero hace tantos años que no bailo que termino moviéndome torpemente.
— ¡Cierra los ojos y olvídate de todo! —me grita por sobre la música.
Tiene razón.
Cierro los ojos y dejo que la música se apodere de mí. Recuerdo haber escuchado esta canción durante la semana, y no pude evitar sentirme identificada con la letra por mi situación con Yoon-gi. Es tiempo de botar todo lo que he estado acumulando. Me pongo a cantar a todo pulmón la letra, justo en esa parte que hace doler mi corazón.
Mi cuerpo choca con algo cálido. Abro los ojos y Jung-kook también está bailando con los ojos cerrados. Noto que sus mejillas se ponen un poco rosadas y no puedo evitar reírme de la ternura que me provoca. Miro alrededor y todos están bailando con los ojos cerrados, menos Min Yoon-gi, que me mira fijamente. Muevo mis labios junto a la letra de la canción, moviendo mi cuerpo al ritmo de la música, mientras lo sigo mirando a los ojos.
¿A esto te referías con sentir la música, Yoon-gi?
Me da una extraña sensación en el pecho, como si quisiera llorar, así que aparto la vista de inmediatamente y miro a Kim Tae-hyung, que se había quedado parado, mirándome, y le sonrío.
https://youtu.be/mt7G-YU3IL0
La canción termina y comienza Watermelon Sugar de Harry Styles. Cuando escuché esta canción durante la semana me dio mucha nostalgia recordar cuando estaba loca por los integrantes de One Direction. Canto la letra mirando fijamente a Tae-hyung, y me sorprendo cuando en el coro escucho las voces de todos los chicos gritando la letra. Tae-hyung me agarra por la cintura y me tira hacia él, que se mueve al ritmo de la música. Me sorprendo y por un momento recuerdo cuando era adolescente e iba a las fiestas de mis amigos, y todos bailábamos pegados. Me río porque me hace gracia, pero me quito inmediatamente. No quiero malentendidos, y menos tener más problemas de los que ya tengo.
— Tú me debes un dueto. —me apunta con el dedo.
Me encojo de hombros, sin dejar de moverme al ritmo de la música.
— Tal vez luego.
— ¡Hora del karaoke! —grita Seok-jin.
¿Por qué siento que esto ya lo viví?
Me acabo de sentar en el sofá, junto a Jung-kook, que a aparte de mí es el único que sigue sobrio porque nos habían obligado a tomar leche de plátano toda la noche.
Tae-hyung levanta apenas la mano.
— Han Mi-suk y yo cantaremos un dueto.
Lo miro con los labios fruncidos.
— Estás muy ebrio.
Entonces recuerdo que nada impedirá que disfrute esta noche, así que hablo antes de arrepentirme.
— Yo cantaré una canción.
Jung Ho-seok se arrastra a gatas por el suelo hasta encontrar el control de la televisión y Ji-min conecta un micrófono al equipo de música. Esta vez es totalmente producido.
— ¿Qué canción busco? —pregunta Ho-seok.
Me levanto del sofá y me muerdo el labio inferior. Tengo que dar una respuesta rápida porque si me demoro un poco más me voy a arrepentir. Digo la primera canción que me llamó la atención durante esta semana que estuve estudiando.
— 34+35.
Nam-joon suelta una gran carcajada.
¿De qué se ríe? Quisiera llorar. ¿Por qué me metí en esto?
Park Ji-min me tiende el micrófono y lo tomo con inseguridad. Me sitúo en el medio de la sala. El resto de los chicos también se había sentado, pero en el suelo, así que están alrededor mío, lo que me pone más nerviosa. Tomo una gran bocanada de aire y la suelto de golpe.
Estoy lista.
https://youtu.be/6F0pZd0cBk0
Comienza la canción y sé que tengo que transformarme en una chica sensual que canta una canción sobre sexo. Siente la música, Han Mi-suk. Comienzo a cantar con un poco de vergüenza, pero cuando a miro a Jung-kook que me observa sonriente, me tranquilizo un poco.
Lo incómodo de la situación es que estoy cantando una canción sobre sexo frente a seis chicos, que según Min Yoon-gi, me comen con la mirada, y frente al mismísimo Yoon-gi, el hombre con el que había tenido una relación de menos de dos días y que me había enamorado instantáneamente.
Cuando llega el coro miro directamente a Kim Tae-hyung, que está sentado a mi derecha.
— Can you stay up all night? Fuck me till' the daylight. —parpadeo un par de veces, muy metida en mi papel de chica sexy.
El resto de los chicos grita y puedo ver que las mejillas de Tae-hyung se tornan ligeramente rosadas bajo las luces de fiesta.
No es como que se la esté cantando a él directamente, ¿o sí?
En realidad, me gustaría dedicársela a otra persona dentro de la habitación, pero con suerte me dirige la palabra.
Recibo más gritos cuando hago la pequeña parte del rap de la canción. Ni siquiera yo sabía que podía cantar tan rápido, así que también me sorprendo bastante.
— ¿Qué significó eso? —me pregunta Tae-hyung cuando terminé de cantar y me había sentado a su lado en el suelo.
Nadie:
Yo: Haciendo referencias cochinas de Converse High. Si no entendieron, en el siguiente capítulo está la explicación.
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