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- bienvenido a tú nuevo hogar - dijo abriendo la puerta del departamento.
- wow - miré el ambiente sorprendido, más bien fascinado.
- ¿te gusta?
- los muebles son muy modenos, y lo demás varia en tonos oscuros, blanco, grises y negro - observé la pequeña parte del living - es hermoso.
- ven - tomó mi mano llevándome a nuestra habitación.
- qué hermosoOOoO - hablé emocionado queriéndome lanzar sobre ese acolchado grande peludo.
- ya lo sabía pero gracias - reí.
- tú tambien eres hermoso, mucho más que todo en este mundo - alagé con una sonrisa tomando sus mejillas con una de mis manos y depositando un beso en uno de sus cachetes.
- tú tambien. Ahora mira - se alejó para caminar a unas cortinas de color rojas oscuras, las separó enseñándome la gran ventana transparente.
- no manches - me paré a su lado - qué hermosa vista.
- ¿no que sí?
- a lo lejos hay una playa, ¿verdad?
- ajá - sentí sus labios tocar mi mejilla izquierda, me volteé para mirarlo - ¿tú mamá no te a enviado mensajes o algo?
- de hecho.. - saqué mi celular del bolsillo para enseñarle la conversación - dijo que no quiere verme nunca jamás y que siempre fuí dinero perdido para ellos al tener que pagar mis recursos. Sin dejar que le responda me bloqueó.
- qué fuerte.
- sí - guardé el aparato - ¿pero quién la necesita?yo lo único que quiero y necesito es a tí.
- ya perdí la cuenta de cuantas veces has dicho eso en el día - rió.
- es bueno repetirlo - toqué su nariz con mi dedo índice.
- ¿tienes sueño?
- ¿dormimos abrazados en esa cómoda cama?
- claro que sí. Pero primero ordenemos la ropa y luego dormiremos abrazaditos - colocó sus manos a cada lado de mi cintura y me acercó para comenzar un dulce beso - eres muy adorable, bebé - dejó cortos besos en mis labios.
- tú también eres tierno en ocasiones, ¿recuerdas la ves que estábamos en tú casa luego de que Zabdiel destrozara todo y yo me encargé de ponerle hielo a tú golpe? - toque su pómulo donde estuvo ese daño - bueno, fuíste muy tierno al quedarte mirándome y luego decír ¿qué?no pude resistir a tú ternura y te abracé, aunque ahora solo te besaría en esa ocasión - sonrió.
- recuerdo que ese mismo día yo te había dicho que estaba triste porque al mandarme mensaje me llamaste por Chris y no Avellanita. Tú dijiste que considerabas que no era correcto llamarme así en ese momento serio, que era tierno para ese momento y yo te pregunté si me considerabas tierno y tú respondiste "un poco".
- sí, lo recuerdo - dejé un corto beso en sus labios - también recuerdo las veces que estuvimos a punto de darnos nuestro primer beso y éramos interrumpidos. En el último intento yo te dije que el destino al parecer no quería que eso pase y tú me besaste de una ves.
- claro - pasó uno de sus brazos por mi espalda acercándome a él - y ahora voy a besarte.
- adelante - acerqué mi rostro al suyo en lo que separábamos nuestros labios.
El ruido de el celular de Christopher comenzó a oirse indicando una llamada entrante.
- ¿es enserio? - preguntó y no pude evitar reír.
- vé a atender.
- no voy a dejar que me interrumpan, ojitos - tomó mi cuerpo y me recostó en la cama, se subió sobre mi cuerpo con sus piernas flexionadas a cada lado de mi cintura y acercó su rostro al mío para comenzar a besarme.
- espera - coloqué una mano en su pecho alejándolo - cierra las cortinas - susurré.
- es verdad - se separó para caminar a las ventanas y cerró esas telas.
El celular comenzó a sonar nuevamente y estiré mi mano desde la cama para llegar a la mesita de luz y tomar su celular, encendí la pantalla.
- Christopher, es tú hermano - le extendí su aparato.
- gracias bebé - lo tomó - ¿hola?, sí. Voy enseguida - cortó.
- ¿qué pasó?
- debo ír a la empresa, la de aquí. ¿Me acompañas?
- claro.
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