❊3❊
Por suerte no tuve problemas con el trabajo, eso significa que no toqué el boton en ningún momento, hasta ahora.
Sentí la puerta abrirse.
- Ojitos, los descansos son a las 9, 13 y 16, cada uno dura 1 hora, aquí tienes los horarios anotados por si los necesitas - dejó una nota sobre el escritorio, tomó una de mis hojas y la leyó un momento - Nada mal - me la devolvió - Vas bién, creí que serías un pequeño desastre.
- ¿Pequeño desastre?
- Eres el más joven aquí.
- ¿Y cuántos años tienes tú?
- ¿Yo?, Yo tengo 22.
- No estás tan viejo.
- Y no - caminó a la salida - En 20 minutos es el receso, las máquinas de café y la sala de descanso están abajo, en el primer piso, tú estas en el 6° y tu puerta tiene un cartel que contiene tu apellido, no te perderás, nos vemos - Y ahora sí, se marchó.
- Ojitos - bufeé. Me molestaba un poco que me llamara de esa manera, sí volvía a hacerlo en alguna ocasión y no me gustaría en lo absoluto para entonces, me tomaría la molestia de hacérselo saber.
Se oyó un timbre, supongo que ya pasaron los 20 minutos, no noté que eso haya ocurrido.
Tome mi billetera y salí de mi oficina, no ví al resto salir así que me quede ahí parado un momento pero nada.
Ví a Christopher salir de su oficina.
- ¿Por qué no sale nadie?
- Aveces no salen, son así - lo ví caminar hacia el ascensor y lo seguí - Hay ocasiones en las que no tienen hambre y no bajan, no importa, de todos modos no es una obligación bajar.
- ¿Pero si en algún momento tienen hambre?
- Esto no es una Escuela, baja el que quiera, y si no, puede bajar durante el horario de trabajo, nadie se los impide, solo para un café y beberlo en suite oficina, pero ellos salen perjudicados si se retrasan por ír a buscarlo.
- Entiendo - nos quedamos en silencio un momento - ¿A tí te gusta trabajar aquí?
- Es lo que hay.
- ¿Tú que soñabas ser a esta edad?
- Yo quería estar viajando por todo el mundo compartiendo mis canciones con las personas.
- ¿Cantante? - asintió - Wow.
- ¿Por qué te impresiona?es un sueño muy común.
- Lo sé, pero es que con esa vestimenta, con este trabajo, no te imagino sobre un escenario - levantó los hombros como respuesta.
- ¿Y tú?
- Yo con solo trabajar me basta.
- ¿Y cómo es la persona con la que te casaras?
- Es una chica, seguramente perfecta ante tus ojos.
- Lo dudo.
-¿Por qué?
- No me atraen las chicas en lo más mínimo - lo miré un momento sorprendido.
- Yo no se que pensaría mi familia si fuera homosexual, ellos discriminan hasta a una planta - rió ante mi comentario.
- Creo que tu familia tiene algunos problemas, Ojitos.
- Lo sé, pero tengo curiosidad de saber cómo reaccionarian ellos, quizás me echarían de casa, muy problable - comenté mis pensamientos en voz alta.
- De igual manera nunca lo sabrás, ya que no eres homosexual, ¿No?
- No, yo soy hetero.
- ¿Ves?, No tienes porque preocuparte - las puertas del ascensor se abrieron, me llevo hasta la parte de descanso y luego se fué, no me importa.
Caminé hacia una maquina de café, coloque el pequeño vaso y dejé que el líquido callera dentro de este.
Lo retiré y me acerqué hacia donde estaban los desayunos, compre una media luna y me sente en una pequeña mesa, donde digerí todo con calma.
Las personas comenzaban a subir, boté el vaso y camine al ascensor, me subí, me tocaba ír solo.
Ya iba por el 3° piso y las puertas se abrieron.
- Hola, otra vez - dijo Chris con una sonrisa para luego adentrarse a el pequeño espacio, presionó el boton del piso 6° y se acomodó a un lado mío.
No dije nada, un silencio incómodo se quedo hasta que llegamos a nuestro piso y cada quién fue a oficina.
El día paso, llegué a casa y mi madre me preguntó como me había ido, respondí que bien y que disfrute salir de casa por unas horas.
- Me alegro. Hijo, necesito que no te enfades.
- ¿Qué sucedió ahora?
- Tú Padre está muy enojado por el comportamiento que tuviste con la familia de Katy ayer, dijo que inmediatamente cuando regreses del trabajo, vayas y le pidas disculpas.
- ¿Ir yo a allá?No, gracias.
- Erick, obvedece.
- Esta bién, iré a vestirme - subí a mi cuarto, me quité el traje y me coloque unos jans negros, una remera blanca, una camisa suelta rosa bebé y unos tennis blancos.
- ¡Arreglas las cosas me escuchaste!
- Sí Mama - salí de casa y camine al porton, me abrieron y cuando estaba por alejarme las voz de Esteban me detuvo.
- ¿Lo alcanzo a algún lado señor?
- No iré caminando, no está tan lejos.
- ¿Su madre sab..
- Por supuesto,no se preocupe, por sierto, Julian, mí cachorro, necesita ir al veterinario,llévalo.
- Enseguida.
Comencé a correr hasta alejarme de casa, no iva a ir a casa de Katy, y decirle a Esteban que lleve al perro al veterinario lo distraería de decirle a Mama sobre que no me fuí en auto.
Camine hacia una cálida cafetería, amaba el café, era mi medicina a todos mis problemas, sentarme tranquilo y disfrutar de un café siempre era como una caricia al alma.
Nunca había venido a esta cafetería, pero oí que es buena, y no perdía nada con probar.
La típica campanita sobre la puerta sonó apenas abrí la puerta, adentro estaba calentito, no había casi nadie, y una relajante música de fondo le daba un toque perfecto al ambiente.
- Buenos tardes - saludé con una sonrisa a la muchacha frente a mí, del otro lado del mostrador.
- Buenos tardes, ¿Qué gusta?
- Un café con 2 media lunas.
- ¿Algo más?
- No, eso es todo.
- Bien, son $120
- Aquí tiene - le entregué el dinero.
- Tome asiento, ahora le llevaremos lo pedido.
Caminé a una mesa para cuatro, aunque estaba solo, era muy bonito para mí tener espacio, no se por qué, pero era muy reconfortante.
Luego de terminar, salí del negocio y comencé a caminar a casa, las calles estaban iluminadas por los faros de luz.
Caminaba a casa con las manos en los bolsillos mientras pateaba una piedra, tenía curiosidad de saber si Mama me regañaría por no ir a casa de esos discriminadores.
- ¡Ey! - Voltee y observe un auto negro delante de mí.
- ¿Quién er...
- Súbete ojitos, te alcanzo.
- No hace falta, estoy aquí cerca.
- No enserio, yo insisto- pensé un momento.
- Esta bién - caminé hacia la puerta de copiloto y la abrí adentrandome al vehículo.
- ¿Dónde queda? - le indiqué la dirección y colocó el carro en marcha.
- ¿Por qué te ofreces a llevarme?
- Por todas las cosas que pasan últimamente, es peligroso que andes caminando en las calles como si nada.
- Pero soy hombre, esos peligros mayormente le pasan a las mujeres.
- A tí podrian robarte, apuntarte con un arma y hasta matarte, o secuestrarte, recuerda que tu familia es millonaría, varios secuestradores se aprovechan de el dinero que podrían ofrecer por alguien.
- Mi familía no pagaría nada.
- No digas eso.
- ¿Y tú que haces solo?
- Vengo de la empresa.
- ¿Te quedaste hasta tarde?
- Claro, hice horas extra, aveces lo hago, en mi casa vivo solo y es mejor trabajar allá, es por eso que hago horas extras, hay ocasiones en las que me quedo solo, y es genial, obviamente los guardias andan dando vueltas, pero es todo tan tranquilo.
- Yo quisiera quedarme horas extras.
- En esta semana no te dejaran, quizás la próxima, hasta podrías quedarte conmigo, me ayudarías, trabajas bien por sierto, ví tus papeles.
- Chismoso.
- No, yo debo ver lo que haces, también es parte de mi trabajo.
- Si tú lo dices.
- ¿Y tú que haces aquí?
- Tenía que ir a casa de mi novia, pero me fuí a una cafetería.
- ¿Por qué?
- Porque en su familia son todos unos discriminadores, debía ir a pedirles disculpas.
- ¿Por qué?, claro, si quieres contar.
- Tranquilo. Porque ayer, a una de nuestras sirvientas se le cayó una bolsa, yo la ayudé y mi novia la insultó y me regaño, dijo que yo no debía ayudar a los pobres, le dije que era una mantenida, y que insultaba a personas que trabajaban para alimentar a su familia, fue llorando a el living donde estaban todos, mi suegra le dijo a mi madre que no podía creer que yo haya salido de esta manera, ayudando a los de clase baja e insultando a mi futura esposa, y yo, respondí que no podía creer que ella fuera mi suegra - en ese momento comenzó a reír.
- ¿De verdad?
- Sí.
- Te adoro - lo miré confundido - no, osea, no te adoro, pero es que el que hayas enfrentado así a alguien, y de esa manera me sorprende.
- Ahh - llevé mi vista a la ventana, sentí mi celular vibrar en el bolsillo de mi pantalón, lo tomé y tenía 7 llamadas y 23 mensajes de mi madre - Diablos.
- ¿Qué?
- Mi madre ya se habrá enterado que no fuí a casa de la vieja - rió.
-Te van a regañar.
- Y de que manera.. - pensé un momento -N-No, me bajaré aquí.
- ¿Por? - estacionó el vehículo.
- No voy a ir a casa,gracias de todos modos - abrí la puerta.
- ¿Tú eres idiota no? - lo miré y arqueé una ceja ante su comentario - Te dije para llevarte por los peligros que hay y ahora quieres caminar por las calles.
- ¿Y qué quieres que haga?, no voy a ir casa, iré cuando ya todos estén descansando.
- ¿Y dónde te quedaras?
- No lo sé - admití -Supongo que...no, no sé.
- Entonces...te llevo un momento a casa, súbete.
- ¿Seguro?
- Sí, vamos - cerré la puerta y me acomode.
Manejó hasta una casa bonita, no era como mi casa, era más pequeña y más moderna.
Abrió su reja y entró el vehículo, cerró el portón con un pequeño control y bajamos del carro.
- Es grande.
- Como la tuya no creo - reí.
- No, no es lo mismo - caminamos a la entrada y abrió la puerta, lo primero que se vió fue el living, a lo lejos observé una mesada donde supongo en ese pequeño espacio se encontraba la cocina.
- Si hay algo desordenado, disculpame, pero es que yo solo debo encargarme de la casa. Además, no paso mucho tiempo aquí para realizar la limpieza y esas tareas del hogar.
- Esta bién, al menos me sacaste del regaño que me daría mi madre si llego a casa.
- Pero en algún momento lo hará, no entiendo porque no aceleras las cosas.
- Naa, no me lo dará luego, ella no es así, aunque seguramente organice una cena con la familia mediocre - rió.
- Quisiera saber que opina esa familia de tí.
- Nada bueno, te lo aseguro.
- Sientate en el sofá si quieres, yo veré si tengo algo para comer.
- ¿Comer?
- Dijiste que volverías tarde a casa.
- Ah, bueno, si tú quieres me quedo a comer.
- ¿Y que crees que estoy buscando? - pregunto husmeando en su heladera.
En ves de sentarme, comencé a mirar los cuadros en las paredes y fotos sobre los muebles.
Tomé una foto de una señora muy bella de cabello negro, esta sostenía a un niño en brazos, el cuál miraba con enfado a la cámara, lucia algo tierno haciendo esa mueca.
- ¿Quién es? - pregunté al sentir sus pasos acercarse.
- Mi madre - señalo a la señora - Y yo - ahora el niño.
- ¿Por qué esa expresión? - me voltee a verlo.
- No me gustan las fotografías.
- ¿Por qué?
- Salgo horrible, las odio - reí.
- Bueno, aquí saliste muy tierno.
- Era pequeño, tú también de seguro eras tierno a esa edad.
- Mmm...puede ser, ¿Encontraste algo?
- Tengo palomitas - sonrió.
- ¿Palomitas?, ¿Es enserio? - caminé hacia la cocina y abrí su refrigerador - No tienes nada - comenté mientras buscaba.
- Bueno, yo no vivo en una casa con sirvientas que se encargan de hacer las compras.
- Sisi, como digas - cerré la puerta del refrigerador - Las palomitas estan bién.
- Ok - se acercó al horno y lo encendió - Pasame la pochoclera, esta ahí - señaló a una de las puertas,tome el objeto y se lo dí.
Minutos después teníamos 2 bols llenos de palomitas.
- ¿Quieres mirar algo en la televisión mientras?
- No lo sé - contesté mientras caminábamos hacia el living.
Nos sentamos los dos en el sofá, colocamos los dos bols en la pequeña mesita de adelante.
- ¿Tus Padres saben que eres homosexual? - pregunté mientras llevaba una palomita a mi boca.
- Sí.
- ¿Y cómo lo tomaron?
- A ellos no les importa mi relación amorosa, mientras no perjudique mi trabajo.
- ¿Y cómo supiste que te gustaban los chicos?
- Desde pequeño me parecían bonitos, pero nunca me lo había preguntado, de todos modos me seguían gustando las chicas.
- ¿Y cuándo dudaste?
- Cuando no podía sacar de mi cabeza a uno de mis amigos de secundaria.
- ¿Te confundiste con él?
- Si, es que, Lucas tenía algo muy especial, era tímido, le costaba desenvolverse con las personas, cada vez que sonreía lo hacía avergonzado, reía y bajaba la cabeza, me encantaba, era demasiado tierno ante mis ojos - lo miré con cariño, se notaba que lo amaba mucho por la manera en la cuál se expresaba.
- ¿Y él lo supo?
- Sí, pero él me dijo que no sentía nada hacía mí, hasta el día de hoy somos amigos, pero no tan unidos como antes.
- ¿Dónde esta?
- En méxico, se mudó allí con su familia hace cinco años.
- Oh, ¿Lo extrañas?
- Aprendí a vivir sin él.
- ¿Y ahorate gusta alguien más? - negó.
- No hay nadie bonito últimamente.
- Discúlpame señor bonito - reímos.
- ¿De quién eredaste esos hermosos ojos? - me sentí incomodado con su mirada tan fija en mí.
- De mi Madre, solo que los de ella son un poco más oscuros.
- Debe ser bonita - golpeé su hombro - ¡De que te enojas!Si soy Homosexual - comencé a reír como idiota.
- Sierto, disculpa.
- Por dios, Ojitos debes controlarte.
- De acuerdo.
- Ahora yo te haré algunas preguntas.
- Adelante.
- ¿Por qué no te gusta Katy?
- No es la clase de persona que quiero a mi lado.
- ¿Pero no dijiste que era perfecta?
- Quizás de físico y apariencia, pero a mí eso no me interesa, y su personalidad, dios, es tan agranadada, aveces quiero arrojarle algún objeto para que sierre su maldita boca y deje de aumentar su ego - rió.
- Si la viera, le recomendaría que se aleje de tí lo antes posible.
- Ojalá, pero nuestras familias nos obligan a estar juntos.
- ¿Y tú con quién quieres estar?
- Ahora mismo, con nadie, ninguna persona me atrae.
- Así que, con nadie.
- Exacto - nos quedamos en silencio.
- Oye - Llamó mi atención - ¿Tu familia es homofóbica?
- No sabes cuanto.
- Dejame decirte que odio a tú familia.
- Muchos opinan lo mismo.
- ¿Tienes amigos?
- No, Mama no quiere que sea amigo de personas que no están a mi nivel, y los otros chicos son muy agrandados.
- Entonces - chupó sus dedos - Yo quiero ser tú amigo.
- ¿Por qué?
- Eres buena onda - conntestó - y no creo que consigas a otro amigo tan guapo como yo.
- Creo que tú también tienes tu ego por las nubes - reí - Pero también eres buena onda.
- Genial - Me miró y sonrió, le devolví la sonrisa.
Luego de un rato me llevó a casa, nos despedimos y entré cuidadosamente tratando de no hacer ruido, eran las doce de la noche.
- Jovencito - escuché la voz de mi madre y la luz de la entrada se encendió - ¿De donde vienes tan tarde?
- De pasear - contesté.
- ¿Y dónde deberías haber estado?
- En casa de Katy.
- Bién, mañana ella vendrá, se irán juntos, ¿Oíste?
- Sera súper aburrido.
- No me interesa, vé a dormir que mañana debes trabajar - asentí y subí a mi cuarto, me coloqué mi pijama y me acosté en mi cama.
- Christopher es súper buena onda- sonreí al recordar como contaba lo que sintió por su amigo, inconscientemente mordí mi labio inferior un momento a causa de un pensamiento que cruzó por mi mente, Chris tenía esa fachada de ser serrado y frío, pero, se me hacía tierno y hasta agradable. Cerré mis ojos quedándome dormido.
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