❊24❊
Ya era Sabado.
Bajé a la cocina, tomé un vaso de jugo de naranja, y comí un sandwich de huevo.
Subí a mi cuarto y me coloqué una remera y chaqueta de color negro.
Me senté en un sillón de color café ubicado en una de las esquinas de mi cuarto y le mandé un mensaje a Christopher.
Avellanita
Holaaaa,
¿Estás despierto?
Hace 2 horas.
¿Cómo estas?
Biennn,
Ya quiero ír al shopping.
¿A las 4 de la tarde
Nos vemos allí?
Hecho.
¿Quieres hacer una
Llamada?
Mmmm..
Mejor vídeo llamada.
Ok.
Marqué al instante y contestó a la misma velocidad.
- ¡Hola! - saludé con una sonrisa.
- Ya te saludé pero.. - reímos - ¡Hola!
- ¿Soy yo o tú estás hermoso? - un tono carmesí se hizo notar en sus mejillas.
- No lo sé, tú también lo estas.
- Muchas gracias.
- De nada.
- ¿Qué hacias?
- Terminé de ordenar mi cuarto, ¿Tú?
- Desayuné hace unos 20 minutos.
- Qué bien.
- Sí. Oye, ese buso blanco te queda precioso, bueno, todo básicamente.
- Oh, ¿Qué desayunaste que estas recalcándome lo hermoso que te paresco?
- No es necesario que beba algo para decirte lo precioso, divino, hermoso y guapo que eres.
- ¿Sabes?, yo quería ser el que te dice lo bonito que eres pero te adelantaste.
- Tú también puedes, ambos podemos.
- Ok, eres el chico más hermoso que conocí en toda mi vida y me da cosa mirar tus ojos fíjamente porque son muy profundos y bonitos, mirarlos es como una adicción.
- Amo tus labios carnosos y rellenitos de color rosado, tranquilamente pueden ser mi adicción.
- Ya veo - reímos.
Cortamos a las 2 de la tarde, hablamos alrededor de 4 horas, un record para mí.
Me dí una ducha y me coloqué la ropa que separé el día anterior, arreglé mi cabello y simplemente esperé hasta las 3:30 para salír de mi casa.
Esperaba ansioso en el centro del shopping, junto a una fuente de agua.
Ví a un chico de cabello castaño, buso y zapatillas blancas y jean negro mirar a su alrededor mientras caminaba recto.
- ¡Chris! - corrí hasta a él y le dí un abrazo.
- Qué hermoso estás, aunque lo estés siempre - reí y me separé para darle un beso.
- Tú tienes el mismo buso que en la llamada - pasé mi mano por el largo de su brazo sintiendo la suave tela.
- Síp. ¿A dónde vamos?
- Ahora vemos, pero quiero algo.
- ¿Qué?
- Que nos compremos un mismo jean, buso o algo.
- Hecho - tomó mi mano para comenzar a caminar por el gran lugar.
- Mira - señalé unos anillos lizos de color negro.
- ¿Te gustan?
- Son bonitos.
- Ok - me llevó hasta dentro de la joyería.
- Buenos días, ¿En qué puedo ayudarles? - nos atendió una mujer amablemente apenas pusimos un pié en el negocio.
- Nos gustaría saber si tiene más anillos como los de la vidriera, los negros lizos - especificó.
- Oh claro, ahora regreso - nos dió una sonrisa y nos abandonó un momento para luego regresar con una cajita negra - Aquí tienes diferentes talles - abrió la tapa dejandonos ver los anillos.
- Aver - Chris tomó uno de los anillos y lo colocó en mi dedo anular - Es un poco grande, ¿No?
- Síp - lo retiró y probó con otro, y así con 4 anillos más hasta que uno coincidio con el ancho de mi dedo - Este está bien - moví un poco mi mano para asegurarme de que no se callera.
- Prueba quitándotelo - no me resulto difícil, tal como algunos dicen, fue pan comido.
Christopher buscó uno para su dedo índice después de 3 intentos encontramos el correcto.
Pagamos los anillos y salímos muy a gusto con la compra.
- Ya tenemos algo igual - comentó observando la mano en donde se encontraba su anillo.
- Aja - agarré su mano entrelazando nuestros dedos - Ahora falta alguna prenda.
- En estos momentos está un poco fresco y amo como te quedan los busos, ¿Qué dices?
- Yo también amo como te lucen - besé su mano - Vamos.
Compramos dos busos con capucha de color amarillo mostaza.
- ¿Quiéres comer algo?
- Quiero un frappé, ¿Tú?
- Un café - compramos las bebidas y las tomamos en unas pequeñas mesas del local.
Observabamos las tiendas pensando en qué mas podíamos comprar.
- Quiero una foto contigo - detuvé a Chris para que se detuviera.
- Dame tú celular - se lo entregué y ahora él uso mi dedo para poder acceder al incio y también a la cámara - Disculpe, ¿Podrían sacarnos una fotografía? - le preguntó a un grupito de 4 chicas, asintieron y tomaron el celular entre sus manos. Sin dudarlo mucho abracé a Christopher.
- Muchas gracias - tomé el celular.
- De nada, son muy lindos - dijo una de ellas y siguieron con su camino.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro