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❊23❊

La conversación con Christopher fue muy corta. No podía decírle cosas lindas por el hecho de que podría llegar Katy en cualquier momento.

- Amor, ten - colocó el helado entre mis manos - ¿Me vas a llevar?

- Primero tengo que terminarlo - fuí comiendo de a poco, admito que estaba delicioso.

- ¿Y? - preguntó una ves que lo acabé.

- No te llevare - dejé el recipiente sobre una mesita a un costado de la cama.

- Dijiste que si te traía el helado me llevarías.

- Dije "lo pensaré".

- Que malo que eres, Erick Brian Colón Arista - tomó el recipiente vacio y se fué.

Reí y tomé mi celular para entrar a Instagram.

Me encontraba bajando entre las publicaciones que se encontraban en mi inicio, hasta que un mensaje saltó en mi pantalla.

Avellanita
Miraaaaa
*imagen*

Entré al chat, la imagen que había enviado era una captura de su fondo de bloqueo, en este tenía la foto que nos sacamos ayer.

Avellanita

Miraaaaa
*imagen*

QUÉ HEMOSOO.
envíame la imagen original.

Aquí tienes.
*imagen*

Yo salí bien hermoso.

Lo sé.

De todos modos tú saliste
Mejor, te envidio.

JAJAJAJ.
Tú eres hermoso<3

Ayshh, gracias<3

¿Estás con Katy?

Se fué, ahora estoy
Solo en su habitación.

Oleee están solos
En una habitación.
° ͜ʖ ͡ -

¿Christopher tú eres Idiota?
Soy tú novio, Pendejo.

JAJAJJA.
YA LO SÉ.
Ten cuidado:(
Que no te contagie lo
Agrandada:(

Traquilo.

Bueno, te dejo.
Debo ír a hacer algunas
Cosas.

Ok,
Te quiero muuuuuuucho.

Yo taaaaambién.

Entré a la galería y abrí la carpeta en donde se encontraba la foto con Christopher. La coloqué como fondo de bloqueo.

Katy regresó unos minutos después, se acostó sobre la cama de costado dándome la espalda, y levantó su trasero.

- ¿Qué haces? - pregunté.

- Voy a dormír, ¿No es obvio?

- ¿Duermes así?

- SÍ.

- Ok - me levanté, tomé mi celular y caminé hasta la puerta.

- ¿Te vas?

- ¿No es obvio? - sonreí, abrí la puerta y salí.

Fuí directo hasta la salida de su casa, cuando estaba por irme mi Madre me detuvo.

- ¿A dónde vas? - tomó mi brazo.

- Voy a ír a casa.

- No estuviste ni 1 hora aquí y ya te vas.

- Katy va a dormír y yo me aburro, al menos vine, ¿No? - no esperé alguna respuesta y abandoné el hogar.

Llamé a un Uber el cuál me llevó hasta casa, luego le dí el costo del viaje y se fué.

- Hogar dulce hogar - me dejé caer sobre mi adorada y cómoda cama.

Al día siguiente me levanté en el horario de siempre, me dí una ducha, me coloqué ropa formal para la empresa y bajé para desayunar algo.

Tomé un jugo de naranja con unas tostadas, algo simple.

Salí de casa y maneje hasta mi trabajo.

Las puertas se abrieron apenas coloqué un pie frente a estas, sonreí al observar a Camila en recepción.

- ¿Ya te sientes mejor? - pregunté mientras estaba a unos pasos de llegar a su escritorio, levantó la mirada y me regaló una sonrisa.

- Estoy mejor aunque debería hacer un poco más de reposo.

- ¿Y entonces qué haces aquí?

- No quiero estar ausente mucho tiempo, estoy muy acostumbrada a estar aquí.

- Pero debes recupertarte al completo.

- Tranquilo, aquí tengo mis remedios - me mostró una pequeña tableta con 5 pastillas.

- ¿Hace cuánto trabajas aquí?

- estoy por llegar a 4 años.

- ¿Cuál es tú edad?

- 21, a una semana de cumplír 22.

- Te saludaré ese día entonces.

- El martes.

- Ok.

- ¿Cuál es tu edad?

- 19.

- Ah, eres joven.

- Tú también. Anota mi llegada, Cabello.

- Con gusto - subí al ascensor y esperé a llegar al último piso.

- Pasa directamente la próxima, Corazón - fué lo primero que dijo apenas entré a su oficina.

- Bueno - caminé hasta su escritorio.

- Aquí tienes, Amor mío - reí y tomé el folio que me extendió segundos atrás.

- Gracias, Joelin - abandoné su lugar de trabajo.

Terminé los papeles 30 minutos antes de terminar mi horario de trabajo, igual que ayer.

Le dejé el folio completo a Joel y fuí a la oficina de mi Novio.

- Holaa, Avellanita - saludé una ves que cerré la puerta quedándonos solos.

- Hola - caminé hasta él y observé la pantalla de su computadora.

- ¿Te falta mucho?

- No, estoy por terminar - guardó y palmeó su regazo - Ven - me senté donde me indico.

Sin dar muchos rodeos, junté sus labios con los mios, el beso no fue largo, pero ambos notamos un sentimiento que no logramos decifrar.

- Tengo que devolverte tu buso.

- Pero se te ve muy bonito - tomó mi mano derecha, la llevó a su boca y dejó un suave beso - Usalo la próxima ves que nos veamos.

- Por sierto, ¿Cuándo vamos a ír al shopping?

- ¿El viernes?, ¿Qué día es hoy?

- Hoy es viernes.

- Que rápido.

- Aja - besé su mejilla - ¿Mañana?

- Te avisaré. Ya debes ír para que pueda terminar esto - acarició mi cintura.

- Esta bién - quité mi mano de su agarre, la coloqué en su mejilla, lo acerqué y deje un último beso antes de irme.

Llegué a casa y le pedí a Gloria si podía ayudarme a lavar el buso de Christopher, con una sonrisa me ayudo y me explicó como se utilizaba la lavadora.

- Muchas gracias - le devolví la sonrisa.

- De nada. Joven colón, ¿Ese buso es de usted?

- No - respondí.

- Oh.

- ¿Por?

- Digo, no es de su talle y yo nunca lo ví usar uno así - dí una ligera risa.

- Es la primera ves.

- Le queda muy bién.

- Gracias.

- Puede subír, yo lo pondre a secar una ves que haya terminado de lavarse.

- Muchas gracias.

- Es mí trabajo, no se preocupe - coloqué mi mano en su hombro y le dí una pequeña caricia, luego subí a mi cuarto.

Me coloqué mi pijama y abrí mi closet para encontrar ropa con la que iría mañana con Chris, mi Novio.

Separé una remera blanca con lineas ngras horizontales, un jean con averturas en las rodillas de color azul claro y zapatillas del mismo color de la remera.

Dejé el outfit preparado para mañana sobre una silla negra en una esquina de mi cuarto.

Bajé y me preparé unos sandwiches, los comí en el living mientras miraba una película de acción.

Terminé de ver la película a las 8 de la noche, una ves que finalizó, busqué a la Gloria por la casa.

Salí al patio trasero encontrando a el Jardinero haciendo algo en las flores.

- Miguel - llamé su atención.

- ¿Si?, Joven Erick.

- ¿Vió a Gloria?

- Se fué a hacer unas compras.  Dejó su buso en el lavadero sobre uno de los muebles, por si eso necesitaba.

- Muchas gracias.

- De nada - fuí hasta el lavadero, tomé el buso y subí a mi cuarto dejándolo en la misma silla negra que las otras prendas.

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