❊10❊
Tomé mi celular y marqué al número de la persona que más estaba deseando ver.
- ¿Erick, qué pasa?
- Q-Quiero verte - dije con la voz entre cortada a causa de los respiros que daba entre el llanto.
- Ven, y traéte ropa por si vuelves a quedarte.
- S-Si - corté y guardé uno de los trajes en mi bolso, salí de mi cuarto y lo cerré con llave, la cuál luego la guarde en el bolsillo delantero de el bolso.
- ¿Y tú a dónde vas? - escuché a mi Madre detrás de mí, sin voltearme para que no viera mi rostro, contesté.
- A que te importa - respondí con rabia y salí de la casa, entré a mi vehículo y dejé el bolso sobre el asiento de copioloto, me coloqué el cinturón de seguridad y encendí el motor para marcharme de allí.
Christopher me abrió la reja para que metiera el auto, una vez que ingrese lo cerró.
- Erick - tomó mi mano para sacarme de el vehículo y me pegó a Él al instante en un abrazo - Idiota, hace frío para que estés en remera - me separó - Ten - se quitó su poleron azul oscuro y me lo colocó, este me quedaba grande, dos manos sobre la rodilla y sobraban un poco las mangas - Entra, yo sacaré tu bolso - me dió la llave y caminé hasta la entrada de su hogar, abrí la puerta y esperé a que ambos estemos adentro para cerrar.
- Chris, yo... lo siento por venír a molestarte.
- ¿Qué dices? - tomó mi rostro entre sus manos y secó las lágrimas con sus pulgares - No eres molestia, Bebé.
- Es que, eres el único con el que puedo pasar el rato sin que hable mal de otras personas o me insulte por defender los derechos de alguien más - llevé mi mirada a Él.
- Erick.. - dejé escapar un sollozo.
- Christopher, si me quedo un rato más allí voy a explotar, no me hace bien, estoy todo nervioso, triste, enfadado, y no me gusta, Chris, no me gusta - repetí y pasé mis brazos por su abdomen pegándo mi cabeza a su pecho.
- No llores, Bebé - esperó a que me calmara, me mandó a lavarme el rostro al baño y luego a sentarme en el sillón - ¿Quiéres un poco de agua? - asentí, lo ví irse a la cocina y como volvió unos segundos después con el líquido. Bebí un poco y se lo devolví para que lo lleve.
- Gracias - agradecí cuando regresó.
- No es nada - se sentó a mi lado - ¿Quiéres contarme?
- Esta bién - sin preguntarle, me senté sobre su regazo, pero pareció no molestarle, me ubiqué dejando mis piernas sobre el sillón y acomodé mi cabeza sobre su hombro, Él solo tomó una de mis manos y la acarició suavemente.
- ¿Cómodo?
- Sí.
- Bién, te escucho
- Luego de haberte visto, Katy dijo que te veía guapo, y yo le comenté que lo olvidara porque te atren las personas de tu mismo sexo, ella dijo que eras asqueroso solo por eso, me molesté, se hice saber y la dejé en la salida del shopping.
- ¿La dejaste sola?
- Sí, ya sé que esta mal.
- Muy.
- Bueno, pero actué por la rabia, no pensé en lo peligroso que fue esa decisión.
- ¿Al menos está bien?
- Sí, Mama dijo que llegó a su casa muy molesta.
- Y si.
- Bueno, Mama también me regaño por eso, le dije que ella debía controlarse, que yo soy de dejarme llevar por el enojo sin pensar mis acciones, me preguntó que fue lo que me llevó a eso y Le conté, y dijo, "sili pir isi" - traté de imitar su voz, a lo que dió una corta risa la cuál see me contagió haciendo que sonriera por un momento - Le dije que ellos, osea, tú y los demás homosexuales merecían respetos y no ser tratados de asquerosos solo por tener gustos diferentes, también le comenté que para mí, era como si a ella le gustara el color rojo y a mí el azul, ¿Solo por eso yo merecía menos respeto y ser tratado como un asqueroso?
- ¿Eres homosexual?
- ¿Qué?, no, ya te dije que soy hetero.
- Se nota - rió.
- Si lo dices por estar sentado en tu regazo, me siento cómodo y seguro para poder contarte.
- Aja, continúa.
- Ella me dijo que no era lo mismo comparar el preferir un color que un sexo de persona, a lo que yo dije que me parecía absurdo y estúpido que le den más importancias a los gustos de las personas cuando hay niños que no comen a causa de la pobreza.
- Totalmente de acuerdo.
- Me regaño, yo me enfadé, le dije que era una mierda y subí a mí habitación todo enfadado, rompí un florero, lloré y te llamé.
- ¿Te lastimaste al romper ese florero?
- Me hice una pequeña herida en el pie.
- A ver - quitó mi zapatilla y luego mí calcetín y sobó la curita con su mano - Eres un idiota, mira si te lastimabas más grave
- Ay no es nada.
- Idiota - dejó de sobar mí herida, dejó un beso en mi cabello a lo cuál me quedé confundido.
- ¿Y eso?
- Pareces un niño.
- Que bueno - me alejé de su pecho y me senté derecho, llevé mi mirada a Él.
- Tienes unos hermosos ojos.
- Gracias - sonreí - ¿Qué comeremos?
- Compré huevos.
- ¿Huevos?
- No soy de cocinar mucho.
- Esta bién, acepto los huevos.
- Perfecto - nos quedamos en silencio mientras nos mirabamos, de a poco a ambos se nos formó una tímida pero agradable sonrisa, me acerqué a Él y dejé un beso en su mejilla.
- Iré a preparar los huevos - dije y me levanté para ír hacia la cocina.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro