Dedicado a Cindarace_10 ❤️

C a p i t u l o - 0 8

—Desconocido—

Ya llevamos un buen tiempo aquí y no veía avance. Miré hacia la gran pantalla que nos permitía ver cada movimiento que hacían, la chica castaña de cabello corto parecía saber que algo no andaba bien, pero no lo sabía, no podía saber lo que pasaba o por lo menos no lo que iba a pasar, los drones pasaban desapercibidos ante sus ojos

Suspiré sonora mente...

—Mi reina, la princesa ya lleva lejos de el castillo demasiado tiempo, los ciudadanos están inquietos...

—La princesa ha logrado algo que ninguno de ustedes ha logrado en diez años —le corte, habíamos pasado diez años tratando de infiltrar a nuestra gente en Artem
y no habíamos podido

—Lo sabemos su majestad —dijo el joven teniente que dirigía nuestro ejército real —Pero debemos tener en cuenta el riesgo que corre la princesa al estar al lado de esa... criatura

Su rostro se veía realmente preocupado... ¿acaso en verdad lo estaba?

—La princesa está a salvo

—Si la profecía se cumple por completo estaremos condenados, lo mejor sería capturarla y aniquilarla —ante estás palabras lo mire severamente

—Es solo una niña que no sabe su poder ¿y tú quieres capturarla y aniquilarla? —pregunté con disgusto —pensé que eras más inteligente

—Pero...

—Capturemosla y tengamosla como nuestra arma contra esos demonios —le interrumpí y ví su cara de malicia

Me levanté de mi trono y salí de la sala dejando al consejero con la palabra en la boca, no iba a abandonar la misión ya que estaba tan cerca de conseguir lo que quiero, solo falta tan poco

El castillo se veía tan solo sin la presencia de Brenda mi princesita

Caminé por los largos pasillos de el castillo real de Teluria, mis pies estaban cansados por tanto caminar así que decidí ir a descansar cuando un ruido me saco de mi trance, supe rápido de dónde provenía y corrí a la habitación de Triz

Triz es mi hija menor, la más preciada para mí por su condición

Abrí la puerta y la encontré retorciéndose en la cama con las manos en la barriga, me acerqué a ella y levanté cuidadosamente su blusa dejando descubierta la barriga

La maldición había expandido hasta cubrir completamente su barriga y parte de sus senos, se estaba acabando el tiempo

—No te preocupes, pronto te vas curar —desvíe la vista para no mirar su cara triste, no soportaba que por ellos mi hija este así —Te lo prometo

—¿Mamá?