Aitana

—Tengo que ser fuerte no puedo dejar que este tipo me vea débil—Me repito a mi misma

—Vete—Le susurro a Walter al escuchar a aldor hablarme

—No. No te dejaré aquí con este psicópata—Sentenció y puedo imaginarme lo mal que debe estar mirando a aldor

—Mi relación con Walter es un amor odio y no, no somos pareja esto viene siendo como una relación padre e hija, conozco a Walter desde que tengo memoria y es lo más cercano que he tenido a una figura paterna. El estuvo en mi sexto cumpleaños aun cuando nadie se acordó ahí siempre estuvo Walter para hacerme soplar las velas que siempre logra poner en los cupcakes.

—No seas terco Walter vete, porque si haces esperar al ogro te hará pagar las consecuencias

—Ya le dije que no me pienso ir y que no se hable más del tema—No digo más nada porque el psicópata en potencia 《Aldor》 empieza a acercarse a escuchar de qué hablamos porque aparte de gordo y feo es chismoso

—¿De qué hablan?—Preguntó El psicópata dándole una mirada rápida a Walter pero enfocándose en mí—¿No respondiste a mi pregunta Principessa? ¿Cómo estás?

—Bien aldor—Fuerzo una sonrisa que creo que parece más una mueca—Y tu?

—Excelente—Mira a Walter—Retírate

—Walter al escucharlo enarca una ceja viéndolo como poca cosa—Solo recibo ordenes de mi jefe—Se encoge de hombros—Y por lo que veo tu no lo eres

—Bueno como quieras—Sonríe—Así no disfrutaré el espectáculo solo

—Espectáculo?

—Claro Aitana bailaras para mi—Ve a su alrededor como buscando algo y al no encontrarlo chasquea sus dedos, y aparece lo que creo que es una sumisa porque su vestimenta grita soy sumisa. Lleva tan solo una tanga encima de esas voluptuosas caderas que se ven más operadas que la cara de mi mamá. Un sostén de traje de baño en el que ni siquiera le caben las siliconas y un pareo que medio cubre sus partes íntimas.

—Chloe lleva a nuestra invitada a prepararse bailará para mi, también tráele un whisky al caballero aquí presente—Ordena, la tal chloe camina hacia mí y me tomó de la mano para conducir me al camerino que e visitado muchas veces en mi vida, por que si esta no es la primera vez que bailare para el psicópata este. Pero si es la primera vez que lo haré frente a Walter y no me siento cómoda con la idea pero ni forma de replicar o mi espalda pagará las consecuencias.

—Entra Zorrita, ya sabes como son las cosas aquí—literalmente me empuja dentro del camerino

—El burro hablando de oreja—Mascullo importando poco si me escucha o no

—En el baño está tu atuendo, hoy bailaras danza árabe espero no dejes la reputación del Club por el piso—Me mira como si fuera poca cosa

—Así como la has estado dejando tu todo este tiempo verdad?—Su cara me hace carcajearme. Gruñe al escucharme pero le cierro la puerta en la cara. En mi defensa necesitaba privacidad y sus ojos color azul me estaban poniendo nerviosa

—Hoy bailaré la danza de los 7 velos porque mínimo tengo la opción de elegir lo que bailo. Cuando tenía aproximadamente 12 años le rogué a mi papá que me dejara entrar a clases de baile especific
específicamente de danza árabe y gracias a Walter aceptó ya que él propuso llevarme y traerme. Y gracias a eso siempre estuvo en el área de padres celebrando cada que algún movimiento me salía bien. Comprándome un helado siempre que salíamos de ahí

—Por lo poco que sé de Walter él tuvo una hija que 3 años después de nacer murió o eso le dijo su ex esposa. Actualmente es un lindo solterón de 45 años de cabello rubio, cuerpo corpulento y unos lindos ojos verdes.

—Camino hasta el baño que se encuentra al final de un pequeño pasillo al fondo del camerino. Y ahí está mi ropa. Que consiste en un velo, el pañuelo que va en la cintura adornado de monedas , las alas de isis, el velo, un top a juego con el pañuelo, todo esto de color blanco. ¿Por qué? Porque aldor insiste en demostrarse así mismo mi pureza

—Me coloco todo el atuendo quitándome las bragas que ya tenía porque se marcarían en la tela. El velo trato de colocarmelo de forma en la que nada más se vean mis ojos los cuales me encargo de resaltar con maquillaje. Cuando me siento lista salgo del camerino descalza ya que ni siquiera me pusieron unas sandalias.

—Camino después tratando de retrasar mi llegada al escenario lo más posible. En este momento hasta el pasillo me parece lo más interesante del mundo. Pero como todo tiene su fin este pasillo también y ya estoy parada tras bastidores.

—Tu puedes con esto Aitana—Me digo a mi misma soltando un sonoro suspiro. Se que ya es el momento de entrar cuando los altavoces empiezan a llenar el lugar con la música que elegí

—Me paro detrás del gran telón adentro del círculo de velas que son necesarias para el baile. Alzó las alas de manera que tapen mi cuerpo dándome la entrada que Necesito. Por una pequeña rendija que deje de entre las alas veo el telón abrirse

—En el tiempo en el abro mis alas apagando las 7 velas. Se me corta la respiración al ver a mis padres en el público y no solo son ellos si no que también están mis dos hermanos, y Tiffany.

—Ni siquiera Aldor ni Walter están. Pero si cuatro pares de ojos viéndome con curiosidad son dos hombres uno pelinegro de ojos azules y el otro rubio de ojos verdes frunzo en ceño porque no tengo ni puta idea de quienes son. Pero prosigo con mi baile

—Meneando las caderas suavemente acorde a la música. Esta gente me está viendo mucho con demasiado. Es tipo ¿Nunca habían visto a una persona bailando danza árabe o que?

—Danzo moviendo las alas  junto con la melodía, mis movimientos y giros tienen que llevar un ritmo enérgico y fluido, también debe ser simétrico entre ambos brazos para dar vida a los movimientos de las alas y generar la magia visual.

—Se que todas las miradas de las personas presentes están sobre mi, pero hay una que siento que hace quemar mi piel y creo que es la del chico de ojos azules que sigue todos mi movimientos sin siquiera parpadear y es aquí en donde me doy cuenta de lo que logré

—Los hipnotice con mis movimientos. Hasta Franco quedó boquiabierto. Doy una media vuelta quedando de espaldas ante ellos sin parar mis movimientos. Muevo mi trasero en círculos tratando de bajar hasta el piso sin perder la delicadeza.

—Con sumo cuidado me quito las alas dejándolas en el suelo. Dándole una señal a Chloe que estaba tras bastidores para que las tome. Sigo meneando mis caderas ahora un poco más rápido aún sin voltearme pero sintiendo todavía todas esas miradas sobre mi. Cuando siento mi trasero rozar el piso voy subiendo contoneando mis caderas de lado a lado

—Paseo mis manos desde mi cintura hasta mi cabeza. En un movimiento rápido ya cumplí mi cometido, soltar el velo para poder voltearme ante el público. Ya la música está en sus últimos minutos. Así que para seguirlos teniendo embobados me pongo de lado moviendo mis hombros al ritmo de la música. Me dejo caer con sutileza al suelo. Rozando mi espalda a escasos centímetros del piso

—Con delicadeza me elevo sin llegar a levantarme lo que me da la oportunidad de doblar mis piernas dejando mis rodillas contra el piso pero mis pies detrás de mi espalda. Vuelvo a recostarme pero esta vez tomé un respiro para continuar. Tomo impulso y elevo mi espalda juntando mis manos en el aire dando un sonoro aplauso repito este movimiento unas tres veces.

—Me levanto del piso dándole la cara al público. Meneo mis caderas cuando la canción acelera el paso dándome a entender que ya casi termina.Veo a mi madre un poco pálida pero no le presto atención ni a ella ni a nadie de mi familia. Solo me concentro en la mirada de aquel pelinegro que no transmite más que Peligro y curiosidad

—Respiro acelerada sintiéndome orgullosa de mi misma. Por un momento me olvidé de que mis padres son el público. Cuando los altavoces dejan de llenar el lugar caminó hasta el frente viendo a todos los presentes pero en específico a uno que en este momento ya ni siquiera me ve cuando dirijo mi curiosa mirada hacia el.

—Gracias por su atención—Recito sonriendo un poco, para después hacer una pequeña reverencia. Los únicos que se toman el atrevimiento de aplaudir son el chico de ojos verdes y el pelinegro. Como agradecimiento acerco mi mano a mis labios tirandoles un beso

—Doy media vuelta y caminó hacia él tras el bastidor encontrándome con Walter.

—Porque traes esa cara?—Pregunto al ver su cara de horror cuando me ve

—Si cuando tenías 12 me hubieran dicho que te verías así bailando de grande. Te hubieran sacado de ahí en ese mismo momento—Suelto una risa

—¿Así como?

—Soy como tu padre—Alardea—Y con todo el respeto y cariño que te tengo te digo que parecías un Ángel aitana.

—Ya me lo había dicho papá—Me encojo de hombros—Qué hacían esos loquitos aquí y porque nadie me aviso

—Llegaron de imprevisto

—Y esos dos quienes eran?

—No lo sabes aun?—Niego

—Uno de esos dos es tu prometido—Alzó las cejas impresionada—Casi se me olvida ten—Me extiende una bata de satin la tomo confundida—Pontela y ve que te están esperando

—Ah?

—Aitana que vayas que te están esperando

—Ni siquiera me despido solo abandonó el tras bastidor, camino el lugar hasta que llegó a la puerta que conecta con el lugar en donde están mis padres. Me llenó de valor, tomo el pomo de la puerta y la abro viendo como se voltean. Parecen el exorcista, esbozo una sonrisa al pensarlo

—Buenas—Digo cerrando la puerta. Me acerco hacia mis padres viendo que Tiffany no le despega la mirada al pelinegro que está sentado en el sofá que está a unos metros de donde estamos.

—Walter me dijo que me estabas buscando que necesitas?—Me dirijo a mi padre directamente

—Si, ven que quiero presentarte a Alguien—Dice con amabilidad algo muy raro en él. Se levanta del sofá y se acerca a mí—Sígueme

—Acató su orden viendo a mis hermanos mirarme mal porque no los saludaba.

—Aitana él es Samael Di'Marco—El hermoso pelinegro se levanta del asiento al igual que el rubio a su lado pero a él no le prestó atención. Solo me dedico a observar al tal samael que luce un traje armani a la medida que le queda como un guante.

—Samael me extiende su mano y la tomó manteniendo el contacto visual con él. Pienso que solo la va a estrechar pero no acerca mi mano a sus labios dando un ligero beso en ella que me transmite una electricidad inexplicable. Esos ojos azules me tienen hipnotizada

—El rubio carraspea al mismo tiempo que mi padre sacándonos de nuestra burbuja—Nuestro nuevo socio mayorista. Y él—Señala con la cabeza al rubio—es tu nuevo Prometido. Edward Aslam

—Mierda—Susurro

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