Esa noche asesinamos a un inocente a sangre fría.

No podía creer lo que acaba de hacer, quitarle la vida a alguien sin razón alguna, y todo por un mal entendido; no me quedaba de otra que correr y escapar, corrí varios kilómetros lejos de la escena de los hechos hasta que llegué a un cementerio desolado, pero mi intuición no me fallaba, sabía que alguien iba tras mis pasos, así que decidí escabullirme entre las lápidas, casi todas destrozadas, pero él estaba ahí, envolviendo sus manos sobre mis ojos, fui perdiendo la visión hasta que todo se nubló a mi alrededor.

- Sabes que te tengo ganas hace mucho, pero por fin te tengo en mis manos, no grites, nadie vendrá por ti.

  "Sentía sus manos bajando por mi espalda, abrazándome, lo sentía, sabía quién era"

- Eso es, respira, respira lo más profundo que puedas, no saldrás viva de aquí, no hasta que me dejes satisfecho, quiero sentir cada parte de ti, quiero robarte el último aliento, tu inocencia no funcionará esta vez.

- ¡Déjame por favor! supliqué ...

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Sólo necesitaba otra taza de café para no caer dormida sobre aquel viejo escritorio de la biblioteca, ya eran dos noches las cuales no había dormido por completo, cerraba mis ojos pero mi cerebro seguía procesando información, no tomaba descanso y eso me estaba matando, podía sentir como mis neuronas iban muriendo una por una.

Esa noche luego de retirarme de la biblioteca, decidí tomar el atajo más corto, respirar profundo y dar pasos lentos, evitar el contacto con la realidad, escuchar música y dejar que todo fluya, solo quería sentirme viva. Había sido un mes complicado, todas las malas noticias que no quería oír se pusieron de acuerdo para hacer explotar mi cerebro en cuestión de milisegundos.

-¡Carajo! Acabo de tener una pesadilla, espera, ¿De dónde vienes?

- Hmmm, interesante, ¡Soy toda oídos!

Clark traga un poco de saliva, su respiración aún se encuentra un poco acelerada, y sus pupilas están midriáticas.

- Soñé que atravesaba a alguien ...

- ¿Qué? ¿Cómo es eso? - Una fuerte carcajada sale desde mis entrañas.

- Espera, ¡Déjame terminar!

- Lo siento, es que me causó gracia - Digo tratando de esconder mi risa.

- Está bien, prepárate - Se aclara la garganta - Soñé que atravesaba alguien con un CUCHILLO, sí, con un CU - CHI - LLO.

- Oh, ahora todo tiene sentido - No paro de reírme.

- Como sea, volveré a dormir, buenas noches Honey.

- Descansa nerd.

Ojos color avellana, lentes redondos, alto, él era Clark, el típico estudiante aplicado de la preparatoria; sus padres lo abandonaron poco después de nacer, nunca llegamos a saber las razones de su abandono, Clark había crecido sin amor maternal ni paternal, todos sus demonios los escondía detrás de miles de lecturas que pasaba leyendo día, tarde y noche, diría que era su única manera de escapar de la realidad, y lo entendía.

El cielo había pasado de ser azul oscuro a un celeste tenue, había amanecido.

Días atrás le había propuesto a Clark escapar de la ciudad por al menos un día, después de tanto eso era lo que necesitábamos, un día de relajo al aire libre; esa misma mañana empacamos todo lo necesario, botellas de agua, unas cuantas latas de sardinas, cereales, entre otras cosas; después de un desempate de piedra papel y tijeras él salió ganando, por lo tanto no podría llevar mi celular, solo una cámara; a pesar de eso el entusiasmo no paraba de consumirme, me sentía una niña a la cuál le habían comprado un juguete nuevo.