"We're going at it tonight tonight
There's a party on the rooftop top of the world
Tonight tonight and we're dancing on the edge of the Hollywood sign".

Las bocinas del carro sonaban a todo volumen mientras yo iba de copiloto dirigiendo a Clark, yo era un desastre manejando sobre caminos accidentados así que dejé que el lleve el mando.

-¡Acelera un poco más que me quedo dormida! - Grité en medio de toda la bulla.
-¡Calma! ¿O acaso quieres morir joven? - Respondió Clark mientras miraba la carretera cautelosamente.
-Ni lo creas, aún me quedan siete vidas por vivir, ¿Sabes en qué me convierte eso? - Sonreí mientras lo miraba por encima.

- ¿En un gato? Rayos, eres impredecible - mente jodida - Dijo llevando la mano hacia el timón.

- Exacto - Dije dando un profundo suspiro. 

- Como sea, ya estamos cerca - Dirige su mirada hacia el carril y sonríe vagamente.

A pocos kilómetros de llegar, ya podía ir divisando aquellos árboles gigantes que acompañaban todo el camino, sentía cómo la brisa acariciaba mi rostro, era otro ambiente, por fin podría respirar "paz".

-Genial, ¡Llegamos! Muero de hambre..
-No eres la única, mi barriga no ha dejado de sonar desde que salimos de casa - Dice señalando su panza.
-Eres un pendejo por traer sólo sardinas, eso no nos terminará llenando - Gruñí poniendo los ojos en blanco mientras me arreglo la melena.

El césped yacía fresco, verdoso y lleno de vida, los árboles se movían al compás del viento que soplaba en una misma dirección.

Pasamos toda la tarde charlando sobre el mundo paralelo, hablamos tanto que caímos en sueño profundo bajo un cielo colorido, hasta que el sonido de los mosquitos me terminaron por despertar.
Seis de la noche marcaba el reloj y Clark seguía durmiendo, sentía la necesidad de pararme, así que decidí ir por una caminata antes que se oculte el sol por completo.

El aire comenzó a golpear cada vez más fuerte, las aves regresaban a sus nidos y el cielo comenzó a tornarse azul oscuro; pero una luz en medio del oscuro bosque captó mi atención; en mano llevaba la cámara; algo en mi me decía que no era una buena idea acercarme, pero hice exactamente lo contrario, como siempre.

Era una especie de cabaña en medio de la nada, habían hojas secas rondando todo el área, telarañas cubriendo las ventanas, parecía haber estado abandonada por mucho tiempo, y ahí estaba yo, asomando mi vista por un agujero; pude apreciar latas de alcohol tiradas por el piso, había regular cantidad de personas, pero mis ojos no quitaban la mirada sobre un grupo de jóvenes que se encontraba sentado en medio de toda la multitud, podría jurar que estaban jugando a una ronda de preguntas; estuve tan entretenida que había perdido la noción del tiempo.

Las luces parpadeaban tanto que por ratos perdía visión de la escena; en medio de una redondela se podía apreciar la presencia de un joven, se encontraba vestido de negro, elegante, era alto, de piel canela y cabello oscuro; sus labios articulaban cada palabra de manera tan lenta que casi podía deletrear lo que estaba diciendo, todo parecía andar normal, una fiesta común y corriente, hasta que algo muy extraño sucedió.

-Tú.. ponte de pie y sígueme - Dijo el misterioso joven señalando a alguien.

Se puso de pie una joven de mediana estatura que llevaba puesto un vestido de color rojo escarlata, el cual le llagaba hasta debajo de sus rodillas; ella le siguió los pasos hasta perderse en lo más oscuro; no podía entender lo que estaba pasando, y tampoco era que me importe pero mi sexto sentido me anunciaba lo que estaba a punto de pasar.
Él volvió con sus manos cubiertas de sangre media hora más tarde, la sangre no dejaba de gotear, nadie decía palabra alguna, lo miraban como si lo estuvieran idolatrando; una atmósfera de silencio cubrió por completo la cabaña esa noche.

Ella jamás regresó.