Judas kiss
Inmediatamente me volví a reincorporar y fui tras Clark.
- Clark, espera, no te vayas - Grité a lo lejos.
Él seguía caminando, ignoraba mis palabras.
- Detente, necesitamos hablar.
Dejó de dar pasos y se quedó parado de espaldas en medio de la pista, la noche se encontraba fría, y yo comenzaba a temblar.
- Lo siento, no sé lo que me pasó, solo me dejé llevar... - tomé un respiro profundo- espero me puedas entender.
- No puedes jugar con las personas, no de esta manera.
Fue lo último que dijo para luego retomar sus pasos desapareciendo entre la niebla.
Sabía que lo había arruinado y que quizá nunca más sería lo mismo entre nosotros, y lo entendía, pero no me podía culpar por ser humana y cometer actos ridículos.
De vuelta a casa, Soffie y Azael se encontraban bebiendo unas cuantas copas de alcohol, ella lo tomaba por su sedoso y oscuro cabello, mientras él la ignoraba.
- La fiesta terminó, pueden retirarse.
- ¡Wao, que intensa que estás hoy! Pero si apenas llegué.
- ¡Soffie lárgate! - Ordené con voz determinante.
- Como quieras - Respondió volteando los ojos - Vamos guapo - Decía mientras le tomaba por el brazo a Azael.
Este retiró la mano de Soffie de la suya y no respondió.
- Genial, al parecer me tendré que ir sola.
Soffie tomó la última botella de Whiskey que yacía sobre la mesa central de la sala y cerró la puerta a su antojo haciéndola rechinar.
- Tú también puedes irte.
- No me da la gana.
- Quiero estar sola.
- Creo que no te importaría si me quedo.
- ¿Sabes? Haz lo que quieras pero no me estorbes.
Un silencio incómodo se tornó en la sala.
- ¿Estás celosa?
- ¿Celosa? Deja de hacerte ideas tontas.
- Me podrás decir lo que quieras, pero esa mirada dice lo contrario - Decía de manera tan lenta que iban a la par con sus pasos que venían hacia mi.
- Ni se te ocurra acercarte.
- ¿Acaso te causo terror ? o es que tienes miedo a no controlarte.
- ¿A qué te refieres con "no controlarme"?
Dio su último paso y me tomó de la cintura para ponerme contra su cálido torso, su mirada atravesaba cada parte anatómica de mi cuerpo, y poco a poco fue bajando hasta chocar contra mi pecho, inmediatamente dio una mirada salvaje y escondió su rostro sobre mi nuca para luego darme una mordida que terminó por adormecerme por completo, esos labios carnosos estuvieron a punto de rozar los míos, mi mente pedía intensamente que siga pero él no lo hizo, lo miré con una mirada de lujuria y me lancé contra los suyos pero él me detuvo.
- A esto me refería - Sonrió mientras jugaba con mi quejumbrosa cabellera.
- Lo volviste a hacer.
- ¿A hacer qué?
- Jugaste conmigo otra vez - Susurré dirigiendo la vista hacia el suelo.
No pude contener la humillación, rompí en llanto y corrí hacia las escaleras dejándome llevar por la frustración; esa noche terminó por derrumbarme de la peor forma.
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