La ironía de la vida
Alma.
Abrí pesadamente los ojos me tomo un momento para recordar lo que había pasado, ya que me sobresalte al ver que había despertado junto a un hombre y estaba desnuda, pero cuando todos los recuerdos volvieron a mi mente se dibujo una sonrisa de satisfacción en mi rostro.
Era la primera vez que despertaba junto aun hombre que no detestaba, ( o aun no había hecho algo para que lo hiciera) y del cual no planeara algún accidente que justificara su muerte y así librarme de la condena de vida que me había tocado.
Deje de pensar en recuerdos que apagaran la extraña paz que sentía en ese momento, y tanto era así, que no quería mover ni un musculo para no romper este lapso de tranquilidad que me inundaba, así que solo me limite a mirar a aquel hombre enigmático, que aún dormía boca abajo con un montón de secretos en esa cabeza , junto a mi.
Detalle cada uno de los rasgos la mitad de su rostro y me hizo pensar, que tenía él de especial que me hacia sentir ese extraño presentimiento de que podría ser una persona y no una maquina de asesinar, aunque solo fuera con él.
Inmediatamente deseché la idea de mi cabeza, ya que, me pareció un poco boba de mi parte, en pensar todas esas cosas apenas recién me había despertado; pensé en levantarme para alejar futuros pensamientos de esa clase que tenían como protagonista a un tipo al que solo me follaba por conveniencia.
Cuando estaba a punto de hacerlo, mi vista notó la quemadura de la ausencia de un tatuaje en su nuca, lo que cautivo mi atención y en un desconocido impulso me atreví a acariciar suavemente esa zona, con la punta de mis dedos, inundada por la curiosidad, tratando de imaginar que clase de horripilante tatuaje se había hecho para que quisiera dejar en su lugar una mancha, que la verdad pasaría desapercibida si no le prestas mucha atención.
Pensé que mi roce lo despertaría pero al notar que no reaccionó ante el mismo, seguí reparando el resto de sus tatuajes de su desnuda y fornida espalda, hasta que un murmullo ronco, me hizo apartar la mano rápidamente.
-¿Te diviertes?- murmuro adormilando, mirándome con el ojo que la almohada no ocultaba.
Me limite a no responder ante la pregunta ya que me pareció algo vergonzosa y opté por enfrentarlo con otra pregunta.
-¿De que era el tatuaje en tu nuca?- apreté mis labios mirándolo atenta a su respuesta.
A lo que el solo embozó su típica sonrisa torcida y no respondió por lo que me di la oportunidad de suponer.
-¿Era de una antigua exnovia?-
-Te molestaría si lo fuera- contrataco aun mirándome si levantar su cara de la almohada.
-Porque lo haría solo somos amantes, que satisfacen sus necesidades carnales es todo- aseguré tratando de sonar obvia.
Estaba firme en mi posición de que la pregunta, había sido por simple curiosidad, hasta que el saco una de sus manos de las sábanas y me acaricio la mejilla con un suave toque, que fue suficiente para volver a encender la hoguera en lo bajo de mi abdomen, en especial cuando uno de sus dedos rozó mis labios de una manera para nada inocente.
Sabía lo que quería porque era lo mismo que yo deseaba pero mi cuerpo advirtió que era nuevo en el área así que no debía tomarme tantas libertades en un solo día.
Así que opte por levantarme de la cama, lo que provoco que él me impidiera hacerlo tomándome del brazo, a la vez que se volteaba completamente en mi dirección, lo mire confundida, pero al parecer el creyó que me había cabreado por no contestar a mi pregunta.
Claro estaba que no tenía ganas de cabrearme estaba en una etapa que me sentía el hippie más pacifico de la tierra, pero hacerlo creer que con mi resistencia me contaría algo de su vida no me pareció mala idea.
-suéltame- pedí tratando de soltar de su agarre que aunque fuera suave era firme y no lograba zafarme de él.
Él se relamió los labios rápidamente y pareció dudar si decir lo que iba a decir, pero de todas maneras lo soltó.
-Era de una pandilla- su respuesta me causo algo de admiración ya que imaginármelo como un tipo de chico de chaqueta de cuero y jeans rotos me encendió de una manera que no puedo describir, bueno si puedo hacerlo pero Diosito que pensaría de mi.
-¿Y que pasó con ella?- exclamé interesada un poco en el tema volviéndome a recostar junto a él quedando frente a frente.
-Era una especie de pandilla no era una convencional, así me enviaron a hacer algo que yo me negué y salí de ahí - explico sin muchos detalles
Dejándome más preguntas que respuestas pero no me permití inquirir más en el tema, porque pensaría que me interesaba, cosa que era claro que no debía ser.
-Buena explicación- exclamé zanjando la charla y levantándome de un brinco.
-¿adonde vas?-
- A un lugar donde necesito privacidad- exclame renuente a dar más explicaciones.
- Eso sería cualquier lugar de Italia- bromeo acostándose boca arriba dándome un buen ángulo de su torso bien trabajado que me hizo perderme unos segundos en él.
-¿Te encantó no?- Señalo con arrogancia al ver como lo miraba.
-solo tienes una buena cobertura de huesos bien hecha- admití
Para luego dirigirme a el baño a hacer mis deberes matutinos, lamentándome por la debilidad que mis piernas demostraban, sentí un poco seca la boca y me dirigí a la lujosa cocina para abrir la nevera y notar que esta, estaba refleta de toda clase abarrotes lo que me llevó a la pregunta de: ¿Quién?¿Cuando?¿Y cómo? había hecho esto.
Todo se veía fresco y hace días que no frecuentaba el lugar lo que me lleva a pensar que...
-Era parte del regalo de cumpleaños- Exclamo la voz responsable a mis espaldas lo que provocó que me volteara para mirar ese par de ojos avellana.
Mi cara se encargo de responder por mi, de lo asombrada que estaba por el gesto, lo cual provoco una emoción divertida en mi acompañante que estaba sentado en la isla de la cocina aun con su apetitoso torso al descubierto.
-Recuerda soy el servicio premium de amante y pensaba hacer el desayuno pero ya estas despierta-
-¿ y que te detiene?- Señale obvia enarqueando un ceja mientras lo miraba morder una apetitosa manzana.
-¿Disfrutaste lo de anoche?- me preguntó frunciendo el ceño lo que me hizo embozar una pequeña sonrisa al ver como cambio de tema drásticamente.
- No te voy a dar la oportunidad de aumentar tu ego hinchado, pero si- admití.
-Lo que tengo hinchado no es específicamente el ego-aseguró causándome el sonrojo que él estaba esperando por lo que embozó una sonrisa satisfecha al ver que capte la referencia.
-Aunque Don - saboree un instante su nombre en mis labios- si soy sincera, creo que ya no tendré que solicitarte tan a menudo y podrás hacer tu trabajo tranquilamente, porque yo y mi nueva adquisición estaremos bien, agradezco mucho tu regalo-Exclamé guiñándole un ojo coquetamente mientras le quitaba de las manos la manzana y le daba un mordisco.
-por cierto ¿Dónde fue que lo conseguiste?-
-Porque quieres más de esos- inquirió de manera juguetona.
Le seguí el juego y solamente sonreí.
-Tenía cierta curiosidad de como pudiste obtenerlo, por qué entrar en una de esas tiendas con tu facha de guardaespaldas deja mucho que decir-
-No tuve que ir a ningún lado pedí que lo dejaran en mi departamento, simplemente-
-¿Tienes un apartamento?-solté asombrada y me sentí una tonta por un momento.
Como jodidas madres no iba a tener un apartamento, aunque si no era normal que uno de nuestros personales los tuviera ya que ellos vivían cerca de nosotros, lo que llevo a preguntarme si en verdad la estancia de mi actual amante era solo circunstancial, pero elimine todas esas teorías locas en cuanto volvió a hablar.
- Si tengo uno ¿Porqué te interesaría conocerlo?-propuso coquetamente y yo negué restándole importancia.
- no me interesaría conocer un apartamento, si vivo en una mansión es algo ilógico- habló mi lado perra.
Pero no pareció importarle a Donnovan quien solo se relamió los labios asintiendo.
-Así que estas convencida que dejaras de verme para sustituirme con mi regalo-
-Deberías sentirte alagado que me gustara tu regalo y que lo vaya a usar , porque si no para que me lo diste en primer lugar- puntualicé
En realidad no iba a usar ese aparato demoniaco estando a solas, no por ahora, pero me gustaba ver llegar a las personas a su limité y me fascinaba que el hombre frente a mi parecía tener uno demasiado lejos de alcanzar y nada lo afectaba ejemplo de ello fue la reacción que tuvo ante mi comentario.
Ya que solo embozó una de sus sonrisas torcidas mientras negaba suavemente con la cabeza.
-¿Qué?- exclame fingiendo incredulidad ante sus negaciones.
-En verdad que eres una desalmada- declaró haciéndome encogerme de hombros.
-Es la ironía de los nombres- exclamé y ganándome una mirada de confusión de su parte- Ya sabes, los nombres son todo lo contrario de lo que vamos a ser en la vida, las Marías son putas, los Ángeles son demonios, los Jesús son tiranos- detuve mi monologó para meditar un poco.
Donnovan me miraba como si estuviera dando una catedra en Cambridge o algo por el estilo por lo que entorne los ojos mirándolo juguetonamente y lo señale con el dedo índice.
-Pero tu mi querido Don le haces honor a tu nombre ya que en verdad que eres un hombre muy oscuro - apuñale su pecho desnudo con mi dedo de manera juguetona.
Ya había rodeado la isla de la cocina, por lo que no fue difícil para el voltearse y atraparme entre sus brazos por lo que yo comencé a forcejear juguetonamente, pero todo fue inútil ya que lo único que logré fue quedar a espaldas de su torso desnudo, por lo que tuvo suficiente acceso para ahuecar su cara en mi cuello y susurrarme al oído.
-¿y no te gustaría descubrir lo que me hace ser tan oscuro?- susurro con la voz roncha y sentí que mis piernas se volvieron gelatina.
Hice uso de mis fuerzas casi inexistentes para no caerme pero justo cuando iba a responder a tan tentadora pregunta mi móvil comenzó a sonar.
-Ten por seguro que la próxima vez que tu móvil nos interrumpa lo voy a estampar contra la pared- exclamo en un tono cansado liberándome de su cálido y fuerte agarre.
- No si yo lo hago primero- dije de mala gana caminando hacia el lugar de mi donde se hallaba mi celular.
La pantalla iluminaba el nombre de Elodie por lo que tuve dos teorías o llamaba para lamentarse y recalcarme que la deje beber sin medida o la menos probable había pasado algo importante.
No podía arriesgarme de todas formas así que simplemente descolgué la llamada mientras caminaba por la cocina, sintiendo la mirada de Donnovan seguirme a cada paso que daba.
-Espero que sea algo importante porque no estoy para tus niñerías- exclame a manera de saludo provocando que ella se aclarara un poco la garganta, lo que me hizo levantar sospechas de que se trataba de algo serio.
-no es nada de eso- murmuró muy segura agravando mis sospechas.
-¿Qué paso dímelo ya?- exigí molesta ante su falta de indecisión.
- Tiene que ver con tu abuelo- dijo sin titubear provocando que todo mi ser se paralizara y mi corazón y respiración se paralizara.
-solo ven a la mansión- ordeno para luego colgar un tanto incomoda dejándome que pensara lo peor.
Solté el móvil sin el mayor interés de donde cayera y me quede mirando a la nada, tratando de no pensar en lo peor, pero como hacerlo cuando las señales de que algo terrible había pasado, el nerviosismo y falta de vivacidad que caracterizaba a Elodie lo decía por todas partes y sin mencionar la punzada dolorosa que sentía en mi cabeza.
La cual prácticamente estaba en blanco de no ser por el pensamiento que repetía y otra vez, que la vida era la puta ama de la ironía, la cual no podía ver que tuviera un gramo de sensación de humanidad para lanzar un misil que derribara tales sensaciones absurdas.
-¿En que estas pensando?- dijo una voz a lo lejos, supongo que al notar en la evidente parálisis que estaba padeciendo que logro sacarme de la misma en el momento en que se aclaró la garganta para decir algo más.
-En nada que te importe- solté sin intensiones de corregir mi tono de total indiferencia, mientras me dirigía a la habitación en pasos decididos para vestirme con lo primero que tome en el armario y salir de ahí cuanto antes.
-¿Y ahora porque tan cortante?- exclamo irónico entrando a la habitación mirando confundido como me vestía a toda velocidad sin importar si me veía bien.
Y algo que quería evitar, solo irremediablemente paso, toda la mezcla de confusión y terror que sentía en mi interior explotó.
-No porque te permita estar dentro de mi, significa que ya tienes derecho a preguntar que tengo en mi cabeza, sigo siendo tu autoridad-
Aquello no pareció afectarle como siempre ya que siguió manteniendo su postura tensa con las manos apoyadas en las caderas, lo único que hizo fue bajar la cabeza para abrir la boca y empeorar todo.
-Eso no te importaba dejarlo en claro cuando te hacía mía ¿no?- dejo salir en tono irritado apretando los labios en cuanto sus palabras dejaron sus labios.
Debí haberme retractado de lo que había dicho pero en este momento no tenía ni siquiera cabeza pasara saber como se ponía una maldita correa de mi tacón izquierdo.
-No saques esta mierda ahora, por favor- dije tratando de calmar la desesperación que amenazaba salir si no llegaba cuanto ante a donde estaba mi abuelo- Solo llévame a la casa de mi abuelo-
Pensé que refutaría y me haría la situación más difícil, pero pareció percibir algo en mi rostro que hizo que solo asintiera y no emitiera alguna otra palabra, solo se limito a vestirse y a encender el auto.
Mientras yo solo podía repetirme que la maldita ironía de la vida era un completo asco.
----------------------------------------------------------------------
NOTA DE AUTORA:
Buenos mis estimados aquí les dejo otro cap en recompensa de que no he estado activa los últimos días debido a las tareas, espero que les este gustando y ahí perdón las faltas ortográficas pero solo soy una simple mortal.
Y hasta aquí mi reporte mafios
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro