La gota que colmó el vaso
Narra Alma:
Estaba frente al tocador de mi habitación mientras un par de estilistas estaban arreglandome para la salida de esta noche, que consistía en reunirnos con gran parte del los principales ministros de nuestra organización.
Nos reuniríamos en uno de los principales clubes del cual mi familia y yo como cabeza de ellos eramos los propietarios, claramente tenía que ir con la compañía del jefe de la mafia para mi pesar, no había opción, los estilistas dejaron de arreglarme y pude verme en el espejo estaba atónita a mi reflejo, no era por como estaba maquillada sino por el gran trabajo que habían hecho ya que habían ocultado las secuelas de mi mal dormir desde la fiesta en el yate hace un par de noches, fue un terrible fiasco donde la única afectada fui yo, ante las constantes indirectas de que no le agradaba ningún miembro de la familia de mi horroroso esposo y la vista gorda de mi madre ante todo.
Por lo que podría decir que casi me acabe la mayoría del suministro de alcohol antes de media noche, ya que no tenía ni siquiera el consuelo de ver al atractivo escolta, debido a la deliberada decisión de Luigi de despacharlos del lugar, porque aunque fuera con solo contemplarlo con su semblante rígido y masculino que me hacía salir de mi calvario hundiendome en pensamientos lujurioso que yo no debía tener, pero que siempre aparecía en mis sueños y me sacaban aunque fuera por instante de la realidad.
Lo único bueno fue verlo cuando fumaba por la ventana al parecer estaba ebrio y cargando a uno de sus compañeros escoltas debo asumir ya que estaba oscuro no pude ver quién era pero antes de que pudiera descubrirlo volteó a ver por lo que me escondí tras la cortina, como una completa cobarde.
Y debo admitir que me sorprendió que apesar de verlo llegar a esas horas cuando entro en servicio se veía lleno de energía como si hubiera dormido sus horas cuando yo misma podía corroborar lo contrario.
- tu as l'air divin(te ves divina)- exclamó asombrada Elodie al entrar en la habitación junto a Smeraldo ambas con vestido de noche, sacándome de mis pensamientos
- gracias - exclamé y volteé a ver a los estilistas para que nos dieran un espacio a solas.
Luego que lo hicieron me levanté y me dirigí al vestidor para ponerme mi atuendo de esta noche que consistía en un vestido halter rojo con lentejuelas y un pronunciado escote que hacía que el color sangre hiciera contraste con mi piel bronceada, y su largo no llegaba más allá de mis rodillas
- te ves bien Alma- repuso Dania recorriendome con la vista, fuera de los reflectores de negocio y la jerarquía de la autoridad Dania y yo eramos la tensión de cargos era más ligera lejos de los ojos de la gente
- pero no tanto como yo - dijo Elodie un tanto celosa por su comentario a lo que Dania rodó los ojos
- puedes calmarte un poco- exclamé divertida ante el ataque de celos de mi amiga
- y que zapatos te pondrás ?!- dijo urgando en mi guardarropa
- los Louis Vuitton - afirme y asintió satisfecha mientras miraba como me los calzaba, luego de estar completamente lista me mire en el espejo para darme mis últimos retoques alejando las manos de mis senos al sentir un impulso oculto en mi interior, lo deje pasar de largo, para colocarme mi liguera con mi arma en la pierna ocultándolo con lo largo del vestido.
- lista armada y peligrosa creo que estarás bien sin mí esta noche - aseguró sobresaltandome al instante
- no vendrán ?- titubee un tanto confusa
- solo se reunirán el consejo así que pensamos tener una noche de cita - explico Elodie encogiéndose de hombros.
- bien - dije recuperando mi compostura y poniéndome firme hundiendo al fondo de mi ser el sentimiento de decepción que me inundó por un instante- les deseo suerte- exclamé mientras salía de mi cuarto y unos firmes escoltas esperaban mi presencia entre ellos el de aspecto incorruptible, lo cual me atraía ya que quería saber que ocultaba ese muro de indiferencia ante lo exterior que su rostro reflejaba, esa fue uno de los motivo por lo que lo declare mi escolta personal hace unos días, además de esa causa era porque su presencia me resultaba cómoda, sin motivo alguno
Pero apenas lo vi supuse que está no sería tan mala la noche.
- su esposo ya la espera en el auto mi signora - dijo uno de los guardias y guarde mi expresión de desprecio ante la mención de Luigi en mi interior.
Ya que si de mi dependiera que me esperara en la punta de un barranco para que lo empujara al vacío con mis propia piernas y decir que fue un accidente.
- pues que esperamos - dije en tono firme luego de echar una discreta mirada a Donnovan y camine con poderío hasta que un escolta abrió la puerta para que me sumará a las personas del interior del auto.
- te vez bellísima esta noche - alago Luigi fijando su mirada en mi escote por lo que lo mire con desprecio y rodee los ojos sin emitir palabra, encendiendo un cigarrillo en respuesta.
El auto comenzó a andar y en menos de media hora nos encontrábamos frente al concurrido club Paradis en letras fluorescente que resaltaban en la oscura noche.
Con ayuda de mi fiel escolta baje del auto y me dirigí dentro del edificio sin intensión de esperar a mi esposo el club estaba a estallar y ni siquiera había puesto un pie en el cuando una cuadrilla de escoltas se puso alrededor de mi y Luigi para protegernos cuando entramos un mar de gente que se hacía notable a la vista por lo que los cuerpos de los escoltas nos estrujaron mientras se abrían paso entre la multitud el administrador del club al notar mi presencia se puso un tanto nervioso y pedían a las personas que se quitarán de mi camino.
Mientras el oxígeno apenas era respirable y mientras caminaba lentamente por el bloqueo de los escoltas mi atención se centró en una mujer que trataba de convencer a sus amigas de marcharse ya que mañana tenía que madrugar para ir a trabajar.
Lo que me dejó pensando que sería de mi vida si no hubiera nacido en la familia que me había tocado vivir tendría otro tipo de preocupaciones como pagar la renta, conseguir empleo, rendir el salario, cosas por las que se preocupaban las personas normales con libertad y no en mi caso estar en paso en cualquier jugada que el enemigo debe estar ingeneando para derrocarme o matar a alguien de mi familia
Provocandome este pensamiento un poco de nostalgia ya que nunca tuve la oportunidad de vivir la vida que quería y si tuviera esa oportunidad no podría saber cómo vivirla porque toda mi vida había sido las balas, venganza, sangre, negocios y no sabría cómo vivir sin eso.
Salí rápidamente de esos pensamientos al sentir que mi espacio personal volvía a ensancharse por la separación de los escoltas de mi y ya podía respirar con más tranquilidad al llegar a la zona VIP, donde se encontraban la mayoría del concejo entre una nube de humo, drogas, alcohol y putas.
- señores D'Angelo- asintieron con la cabeza de manera de saludo por lo que yo hice los mismo a excepción de saludar con una ligera sonrisa al consejero de los D'Angelo el mejor amigo de mi padre en su tiempo Alfonso Florentino, mientras me sentaba en uno de los asientos de cuero bajo las luces led doradas y Luigi se sentó a una distancia razonable lo que me hizo dudar la razón de ello y como si leyera mi cabeza me dio la respuesta al instante.
- los he llamado aquí porque quería darles una noticia de un nuevo nombramiento - espeto con tono engreído causando un desastre en mi cabeza dirigido por la rabia al mentirme respecto a la razón de esta reunión cuando el mismo la había preparado.
Las miradas de todos se quedaron espectantes mientras el encendía un puro para hacer el papel de interesante, interpretación meramente barata a mi parecer.
- he decido nombrar a un nuevo consejero - anuncio causándome un estado de shock al instante - como muchos conocerán Alfonzo a servido a nuestra familia desde el régimen del señor Franchesco D'Angelo -
Ante la mención de mi padre señaló al susodicho amigo del difundo, quien me miró con una mirada de confusión al ver que no había sido notificado de esa decisión cuando yo ni siquiera sabía que se había tomado sin mi parecer.
- por lo que decidí nombrar a mi tío Alejandro Rousseau en su lugar tomando en cuenta la cantidad de años que tiene y su servicio deberíamos dejaro descansar - exclamó y entró el nombrado en la habitación captando las miradas de todos era un hombre alto con ojos azules y nariz aguileña y desde lejos se apreciaba su carácter despreciable aunque con solo tener ese apellido ya estaba maldito.
- podemos salir un momento- espete inconforme dirigiéndome a Luigi quién se volteó haciéndose el que no comprendía pero de todas maneras asintió
- si nos disculpan - dijo en tono arrogante y salimos al balcón mientras él seguía fumando el puro apoye las manos en la baranda del balcón, para contenerme de propinarle una paliza pero me volteé a él con aspecto desafiante.
- qué diablos tienes en la cabeza por no tomarme en cuenta en este tipo de situaciones o mejor aún ni siquiera notificarme, soy parte fundamental del negocio- exclamé conteniendo la rabia aunque por su desviación de mirada indiferente sabía que tenía cara de matarlo en este instante
- no te diste cuenta del asunto porque el día de la fiesta estabas demasiado borracha para prestar atención y prefereriste largate a casa- espeto él culpandome a mí por no saber
- y donde está el papel de esa decisión porque toda decisión tomada por la familia debe estar en escrito y ser enviada a todos los miembros del consejo - replique fríamente - y por la cara de Alfonso y los demás presentes no creo que haya ocurrido eso -
- porque fue un acuerdo verbal, los tiempos pasan junto con las costumbres estamos en el siglo XXII, los documentos por escrito pasaron de moda - dijo y me quedé boquiabierta por las sandeces sin sentido que salían de su boca.
- no se trata de modas es tradición y requisito- le espete mientras no pude contenerme y le propine una sonora cachetada dejando su mejilla roja y su mejor cara de idiota decoro su horrible cara- pero tú qué sabrás de eso - recalqué antes de dirigirme al salón dejándolo solo.
Cuando volví de nuevo a la habitación todos los presentes voltearon a verme y yo asentí apunto de aclararles la situación pero Luigi volvió a entrar en el recinto con su mejor cara de superioridad.
Pensé que el mismo se iba a humillar retractandose y poniendo en evidencia de su error. Pero error fue el mío al pensar que tenía un gramo de remordimientos en su interior y dándole paso a que él hablara.
- como les decía aqui tiene a su nuevo consejero un aplauso por favor - dijo dándole palmadas en la espalda a su tío
Quién me miraba como su fuera una escoria pero su mirada se volvió coqueta al llegar a la zona del escote por lo que quite la mirada y bebí el primer trago de la noche, el resto de los presentes aplaudieron mientras Alfonso me dedicaba una mirada de desaprobación antes de perderse en los senos de la rubia que tenía en el regazo y aparte la mirada sintiéndome un idiota total.
- y ahora sí me lo permiten iré a traer unos tragos - se excuso Luigi saliendo de la habitación dejándome sola sin más que la compañía de líneas de drogas en la mesa de al frente y un par de botellas repletas.
Aunque debía ser obvia que prefería mil veces esas cosas que estar cerca de su asquerosa presencia pero la ira me consumía lentamente y aguanté más de media hora hasta que explote y a pisotones salí de la habitación en busca de ese maldito al que quería despedazar, sentía la presencia de los escoltas tratando de seguirme el paso cargado de rabia y odio que tenía, buscando con la mirada entre la multitud, la figura del asqueroso ser al que quería hacer de frente y dejar en claro mi autoridad en todos los asuntos que me concernian.
Hasta que mi vista se centró cuando ya estaba en la planta baja reconociendo su vestimenta de espaldas metiendo su lengua en la garganta de una chica a la que tenía acorralada a la pared apunto de follarsela en ese instante, cambiaron de lugar porque la puta lo acorraló ahora a él en la pared y un impulso casi magnético hizo que sacara mi arma y disparará en su dirección encestandole un tiro perfecto en la nuca de la chica llenando la cara de mi esposo de los sesos de ella, estupefacto ante el suceso mientras toda la gente corría asustada a mi alrededor por el sonido del disparo como una estampida de bestias.
- pero qué carajos has hecho- maldijo mirándose la ropa llena de sangre mientras se sostenía la cabeza
- puedes cogerte a media Italia si quieres pero ni se te ocurra que voy a dejar que te burles de mi dignidad y mi autoridad como jefa de la mafia en mis narices - sentencie luego de dar otro disparo hacia el techo para causar más euforia y terror en el público presente, sabía que esto me meteria en problemas pero estaba harta de que me hicieran a un lado desde que me casé y era un forma de protesta para que me tomaran enserio guarde mi arma en su lugar y señale a Donnovan
- tu sácame de aquí- le ordené mientras caminaba dignamente apesar del caos de mi alrededor y viendo como el escolta en frente de mi se esforzaba por quitar cualquier obstáculo de mi camino, saliendo del club me debía sentirme liberada emporedada o algo pero en mi interior solo sentí la necesidad de algo más que no me dejaba disfrutar de la adrenalina que debía sentir, por lo que subí inmediatamente al auto cuando Donnovan abrió la puerta y cuando él estuvo en el volante exclamé
- conduce a las afueras de la del centro de la ciudad- demandé y el asintió sin emitir palabra, luego de que salió de la ciudad le di las coordenadas de la vieja cabaña que mi hermano poseía para traer a sus conquistas antes de conocer a Elodie, yo era la única que sabía de la existencia de ese lugar privado.
Aún estaba en buen estado ya que había pedido expresamente que le siguieran dando mantenimiento luego de que mi hermano dejo de usarla y me la dejo a mi tras su muerte.
Baje del auto sin dejar que Donnovan pudiera abrir la puerta y abrí el capó del auto y arranque el localizador que todos los autos de los escoltas tenían apague mi celular y lo deje en el auto mientras le indicaba a Donnovan que me acompañará dentro de la casa la cual estaba iluminada por la luz de la lunas y las lámparas exteriores era moderna pero a la vez pequeña con colores blanco y café como dominante elegante como el gusto de mi hermano, luego de hallar la llave debajo del tapete entre sin problema.
- señorita se encuentra bien? - exclamó Donnovan cerrando la puerta tras de mí.
Mientras yo estaba dudosa de mis próximas acciones pero el fuego que sentía debía ser liberado.
Por lo que no conteste a su pregunta y seguí caminando hasta el salón principal donde se encontraba una piscina con agua cristalina y iluminada con luces, con la intención de que la presa me siguiera hasta el punto que yo quería.
En cuanto entro en la habitación mirándome me lancé para besarlo pero él se apartó mecánicamente por instinto de sorpresa espero, por lo que volví a intentarlo pero me tomo por los brazos cuando dispuse envolver su cuello con ellos distanciando nuestra cercanía.
- signora no creo que no esto sea adecuado y correcto - exclamó manteniendo su agarre en mis brazos para mantener la distancia
- y quien dice que matar a una persona lo es - replique irónica y desesperada estaba fuera de mis cabales y lo único que ansiaba en este momento era cumplir la única fantasía carnal que había tenido que me hacía parecer humana- tú me deseas lo veo cada vez que me miras desde el día de la piscina y yo también te deseo a ti - lo último que dije me sorprendió pero ya no podía culpar al licor por mi sinceridad porque solo había tomado un trago en todo el día.
- no creo que debamos hacerlo signorina - repitió por lo que me solté de su agarre y saque mi arma de nuevo apuntándole en la cara
- bueno si no quieres - dije quitando lentamente el seguro del arma - en estas condiciones solo tienes 2 opciones- dije sonriendo sinicamente y me aclare la garganta
- o me follas o te mueres tu decides - sentencie- no me importaría matar a otra persona está noche - exclamé sincera reforzando el apoyo en el mango del arma dispuesta a disparar en cualquier momento.
Pero llamaba ni atención que aunque tuviera un arma cargada frente a sus ojos apuntándole no se veía que su semblante titubeara o se inmutara por un segundo su mirada era fija, penetrante eh indiferente hasta con una pizca de soberbia en su mirada a la vez que se veía que estaba razonando la propuesta pero mi paciencia se acababa.
- bien que decides no tengo la puta noche para esperar a matarte - proteste de mala gana y en cuestión de un segundo vi como su mirada se tornó completamente oscura y....
Continuará
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro