El Génesis del caos
Elodie:
Había pasado una gran noche en compañía de mi dama y amante de la cual fue más buena que la nochebuena pero aún continuaba.
Luego de recién a ver terminado de hacerme ver la luna y la estrellas a través del techo color beige, con solo su pecamisosa y experta boca, se incorporó acostándose a mi lado para darnos el último profundo beso de cierre.
Pode sentí rastros de mi sabor en su boca pero luego del beso solo se limitó a limpiarse las comisuras mientras me miraba con ternura.
-¿Qué?- solté nerviosa ante su cariñosa mirada mientras jugaba con uno de mis cabellos.
- Eres hermosa-
- Al igual que tú-
Comencé a acariciarle el brazo lentamente y luego de mirarnos por unos instantes ella corto el contacto visual respirando pesadamente.
- Bueno es hora de ir a trabajar- afirmó dirigiéndose hacia la ducha.
Yo bufé dejando caer mi cabeza en la suave almohada.
- ¿Que no te puedes reportar enferma o algo?- propuse quería tener un día entero para ambas- No creo que a Alma le importe si te tomas el día.
- Se que a ella no me importaría- hablo desde la ducha- Pero no creo que los Valkov vayan a pensar lo mismo así que debo estar preparada para el siguiente golpe.
Me levanté de la cama y con pesadumbre me dirigí a la ducha donde pude contemplar a través del cristal su hermoso y atractiva piel morena mientras el agua la cubría.
Y sentí esa punzadita en el vientre, así que sin más entre en la ducha mojando mi cabello rubio al instante mientras la besaba despreocupadamente.
- Yo seré la primera que de él siguiente golpe- afirme tomando sus senos en mis manos y rozandolos contra los míos.
Haciendo que ambas soltaramos un gemido ante el roce de nuestros pezones duros.
Baje una de mis manos hasta sus pliegues y comencé a acariciarlos con rapidez haciendo que comenzará a gemir pronto porque pude sentir que estaba muy mojada.
Comenzamos a complacernos mutuamente con el agua de la ducha cayendo sobre nosotras y luego de una interactiva ducha ambas salimos envueltas en toallas, cuando tocaron a la puerta.
- Diga- soltó ella recobrando su tosco tono de hablar.
- Señorita Smeraldo su Excelencia la espera en el Centro de Operaciones-
- Está bien ya voy - soltó ella cortante.
Desde que Luigi se había autonombrado su "Excelencia" no había hecho más que hecharle carbón al fuego de la repugnancia que Dania y yo le teníamos a ese ser despreciable.
Ojalá beatifiquen a Alma por tener un marido tan monstruoso.
Ahora entiendo porque el día de su boda casi deja sus entrañas por el excusado, justa razón tenía.
Cuando deje de compadecerse por Alma mire como la pelinegra en la habitación ya estaba vestida en un entallado y formal vestido azul oscuro mientras yo miraba a la nada con una simple toalla.
- Bueno debo...- comenzó a decir pero yo la detuve levantando mi dedo índice en señal de espera.
- Aguarda en 3 minutos estoy lista y te acompaño-
- Bionda (rubia)- protesto en manera de impaciencia diciendo su mote cariñoso hacia mi- Ya sabes cómo es el tipo y no quiero que se ponga espeso para aumentar las ganas que tengo de propinarle un tiro entre las cejas.
- Ambos lo disfrutariamos pero de todas maneras quiero ir contigo- solté mientras me ponía mi ropa interior a toda velocidad.
Apesar de que Smeraldo tuviera su propia casa decente a unas cuadras de aquí por recibir un dineral por ser la Caporegimen a cargo de liderar las estrategias de seguridad y ataques de los lobos.
Desde el ataque de los Valkov habíamos acordado quedarnos en la mansión por alguna emergencia.
- Termine- solté cuando subí el cierre de mi vestido.
- Maldita sea me haces querer arrancarte ese vestido y volver a la cama, Bionda - me miró coqueta y sonreí divertida.
- Yo te lo dije pero ahora tenemos otros asuntos que atender- levanté las manos en señal de inocencia y mire como su rostro se elevó en una gran sonrisa que se esfumó en cuanto abrí la puerta para salir.
Fuera de esa habitación era una mujer fuerte, respetable y despiadada y como muestra de eso siempre portaba un gesto serio y hasta casi inaccesible a comparación de cuando estábamos solas.
La seguí hasta el dicho Centro de Operaciones donde todos se pusieron firmes en cuando su jefa había hecho acto de presencia.
Además de contar a los escoltas que estaban en todos lado Luigi estaba sentado en una de las sillas ejecutivas volteandose en cuanto la castaña llamo su atención.
- Hasta que al fin llegas - recriminó con su tono petulante de siempre.
- ¿Que se le ofrece?- soltó lo más amablemente posible que pudo aunque sabia muy bien que estaba contando hasta 1 millón para no acrubillarlo a balazos.
- Su excelencia- la corrigió y ambas apretamos los dientes ante su presencia desagradable.
- Su excelente- repitió con un discreto desdén.
- Excelente- se levantó de la silla abotonado su costoso saco estampado-¿Saben dónde se encuentra mi esposa?
- De nuevo con esa pregunta, si fueras un buen marido no tendrías porque estar preguntando por su paradero.
- Lo sé pero al parecer nuestra comunicación a decaído así que si me disculpas le preguntaba a la rubia- soltó con desaire- Bien donde está.
- No lo sé, no la veo desde ayer-
Lo cual era cierto luego de su llegada del aeropuerto solo pude hablar un corto lapso con ella porque una de mis chicas había sido agredida, por lo que no pude quedarme tanto tiempo.
- Bien- aplaudió sonriendo ampliamente- Esto va a ser más fácil de lo que pensé Smeraldo quedas revocada de tu cargo como Caporegimen- soltó secamente.
Y su declaración nos dejó a ambas de piedra.
- No bromeo es enserio así que dame tu distintivo y formarás parte de la armada de lobos solo porque te tengo aprecio- soltó mirando su busto descaradamente- Sin nada de alborotos- advirtió- extendiendo su mano para que le diera la medalla que la distinguía como Caporegimen.
- Y que dirá la jefa de todo esto - soltó al Smeraldo mientras yo la miraba preocupada por ser destituida tan abruptamente de su cargo.
- Pues no estuvo presente cuando pudo hacer algo, así que ya la acción fue tomada-
- Eres un jodido cobarte- le recriminó Smeraldo apretando los dientes.
- Y tu una simple perra que no sabe seguir instrucciones, así que ahí tienes las consecuencias-
Smeraldo le propinó un sonoro puñetazo que hizo que el rostro de Luigi se volteara a un lado y este solo después de hacer una mueca de dolor estirando su mandíbula sonrió anchamente.
Como despreciaba a este tipo.
- Controla a tu noviecilla si no quieres seguir visitándola en el calabozo- me advirtió Luigi divertido de la situación.
Y tome a Smeraldo del brazo con cautela al ver que iba a lanzarse de nuevo contra Luigi.
- Y quién va a ser inepto que va a ocupar mi lugar- resopló Smeraldo hecha una furia.
Luigi se aclaró la garganta despreocupado acomandose la corbata, solo para hacernos cabrear más a ambas.
- Maurizio Ferrone- anunció y en ese momento se abrieron las puertas del lugar dando paso a un hombre de fornido y alto de barba tupida vestido de negro y chaleco antibalas.
La mención de ese nombre pareció afectar más el estado de irritabilidad de la castaña que tenía al lado, pero no entendía el porqué.
Bueno además de la rabia natural de siempre ser las mujeres remplazadas por los hombres, pero sentía que algo de trasfondo hacia que su furia avanzará.
- Ese maldito idiota - se quejó abiertamente.
- Tan bien me da gusto verte, guapa- la ojeo lujuriosamenre el tipo de áspera voz- No has cambiado en nada, fuera de preferir lamer coños antes que a mi-
- Así que tu ego sigue herido- soltó Dania con sarcasmo- Nos sabía que fueras tan poco hombre para denigrante de esta manera- bufo acidamente- Al parecer el Diablo los crea y ustedes se lian.
Bufó jalando me del brazo a la salida enojada.
No sin antes pude escuchar como ese par de imbéciles se reían de nuestra retirada.
- Todo tuyo mio amico- soltó Luigi dándole unas palmadas en la espalda mientras me miraba divertido.
-Alma talvez pueda hacer algo ella no va a permitir que te rebajen así- anime a la mujer con paso furioso que cruzaba los pasillos como una bala.
- Dudo que pueda hacerlo y no es que no confíe en sus métodos pero el imbécil ya está decidido a no dejarla hacer nada- replicó ella desenfundando su arma.
Entramos al campo de tiro en uno de los jardines de la mansión disfrazado de invernadero y luego de tomar unos auriculares comenzó a descargar su furia mientras vaciaba sus cartuchos.
Nunca la había visto así de enfadada y eso que llevábamos bastante tiempo juntas pero al parecer la jugarreta de Luigi si la había afectado negativamente, claro.
- ¿Quién era él?- pregunté en un momento de silencio mientras recargaba su arma.
- Mi exnovio o pareja o yo que sé - explico asqueada- Él fue...- su voz se quebró un segundo.
Y entendí quién era ese maldito, llenándome ese instante de enojo puro queriendo devolverme a dejarlo como un colador.
Él era el imbécil que había provocado que todo su pelotón la violara una noche con tal de conseguir algo de dinero mientras 5 de sus hombres hicieron con ella lo que quisieron porque la habían drogado y metido a unos dormitorios del ejército.
Por esa fue la razón principal por la que había dejado el ejército y se había unido a nosotros.
Un par de lágrimas corrieron por mi rostro y ella se dio cuenta de mi estado al escucharme sorber la nariz.
Vi como sus ojos estaban hinchados reteniendo las lágrimas.
- No, no llores por mí, descuida- me tranquilizó acariciando mi mejilla mientras una lágrima resbaló por la suya.- Estaré bien y podré sobrellevarlo-
- Yo te ayudaré a hacerlo- asegure dándole un corto beso en los labios- Para eso estamos-
- Lo haremos solo que ahora debo pensar en otra cosa porque tengo mucha rabia- explico bajando su mirada a un lado.
- Descárgala en mi- propuse y me miró confundida- Follame y descárgate -
Apenas exclamé esas palabras me besó con fiereza mientras me apoyaba en la mesa que contenía las armas para tirar.
Comenzó a alzar la falda de mi vestido y a jugar con mis pliegues duramente haciendo a un lado mis bragas, mientras yo hacía lo mismo con el suyo pero más suave.
Cuando ambas estuvimos empapadas ella me abrió de piernas y comenzó a frotarse contra mi, nuestros pliegues se rozaban provocando una sensación gloriosa mientras descargabamos todo lo negativo a nuestro alrededor.
Porque bien sabía que con estos nuevos cambios iba era solo era.
El génesis del caos.
Así que solo esperaba que pudiéramos sobrevivir a ello.
Esperando que Alma fuera lo suficientemente fuerte que sabía que era para enfrentar lo que presentía que venía.
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Nota de autora:
Buenas buenas, pues este capítulo fue algo inesperado a decir verdad y un tanto subido de nivel pero espero que les haya gustado y que comiencen a hacer teorías de lo que se a vecina.
Sin más preámbulos bye!
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