Efecto infraganti
Narra Donnovan:
Días después de que se diera razón del paradero del armamento perdido y Alma hubiera matado a uno de los Rocelli, la atmósfera en el negocio se había vuelto algo pesada, al saber que el armamento estaba en poder de los federales, había provocado que la producción y los movimientos disminuyeran el ritmo para dejar de llamar atención como una manera preventiva para que los federales no vinieran a por ellos.
O eso creían las ital'yanskiye tarakany "cucharas italianas", como solía llamar mi familia y todos los pertenecientes a la nuestro bando a nuestros contrincantes.
Que aunque su territorio no fuera tan amplio como el nuestro, eran algo ágiles y escurridizos como las cucarachas, las cuales por naturaleza debían ser exterminadas y de eso me estaba ocupando a su tiempo.
Ya había informado a mi padre del hecho y ya había puesto manos en el asunto para encontrarlas antes de que los D'Angelo las encontrarán y esfumaran cualquier registro de que aquel cargamento hubiera existido, para no ser atrapados.
Ya que con solo ese cargamento daría inicio a una producción para surtir a todos nuestros hombres con tales armas para devolverle con lo mismo que ellos planeaban exterminarlos en cuanto nosotros hiciéramos nuestra reaparición.
Aunque la única que parecía creer en ello, era Alma, que al parecer era la única diferente a su estúpida familia obsesionada con el poder, su instinto era el más refinado de todos.
Sin embargo con fallas, de las cuales yo me beneficiaba tales como la inocencia y la ceguera del deseo le producían, de la cuales yo tomaba ventaja y controlaba las informaciones que llegaban a ella cuando se despistaba.
Estaba mirando la ciudadela desde lo alto del edificio en el que me encontraba la suite del hotel en el Centro de Sicilia, mientras fingía estar vigilando el perímetro, cuando en realidad estaba escuchando por mi audífono la conversación que Alma estaba teniendo con el subjefe de la policía italiana.
El cual no era de esperarse que fuera corrupto, John Torelli, con altas expectativas de codicia y riqueza, las cuales no podía sustentar solo en el cargo de servir cumpliendo su deber al país, por ende, trabajar para la mafia le proporcionaba un flujo de efectivo que podía financiar sus lujos sin sentido.
Llevaban más de media hora hablando, Alma lo convencía de sabotear la misión de los federales en cuanto se la externaran a ellos, para poder quitar el rastro que el cargamento conectaba con los D'Angelo, haciéndolos culpables.
Aunque era mejor decir que los estaba chatageando a su manera, claramente sin llegar a los tiros, aún; utilizanba sus debilidades a su favor, advirtiéndole que en caso que no lo hiciera no solo perdería la remuneración de parte de ellos sino segurandole que si ellos caían, él lo haría con ellos.
Lo que pareció hacer pensar al tipo reconsiderar la idea, dando afirmativa su respuesta, lo que pareció agradar a Alma, que estoy seguro que estaba apunto de propinarle un tiro debido a su carencia de paciencia.
Mire de reojo cuando cerraron el asunto dándose la mano, despidiéndose con el clásico intercambio de besos, que no era más, que un inecesario intercambio de saliva en la cara del otro o eso pensaba yo al ver el tipo gustoso de poder estar tan cerca de ella, pero estaba satisfecho de tener la ventaja de que solo yo tenía el privilegio de tocarla tan íntimamente.
Lo que me hizo embozar una sonrisa torcida por recordar esa hazaña,al saber que solo yo podía dominarla a mi antojo sin que ella misma se diera cuenta de lo vunerable que estaba ante mi, podía tocar cada centímetro de su cuerpo y ella no podía renegar de ello.
Vi como el tipo salió de la habitación sin evitar darle una última ojeada al escote pronunciado que la jefa de la mafia vestía y por una extraña razón sentía que debía darle un tiro tan solo por esa acción, pero lo pasé por bajo.
Centrándome en la mirada de necesidad creciente que note en cuando Alma volteo a verme, por lo que decidí abandonar el balcón y a paso lento entrar al interior de la lujosa habitación.
Con la clara convicción de no ceder tan fácil esta vez a lo que ya sabía que iba a suceder, necesitaba que aflojara sus defensas hacia alguna sospecha hacia mi de manera contundente y las desechará por completo ya que no podía hacer bien mi misión si ella era precavida con lo que salía a relucir frente a mi.
Con una simple mirada indico que me esperaba en la alcoba y la seguí tras mientras veía como su apretado trasero se movía sobre la suave y ligera tela del vestido gris que hoy lucía, el resto de los escoltas estaban a las fueras del hotel por lo que sabía que no había peligro de completa tener privacidad.
En cuanto pise la alfombra de la recamara se lanzó a mis brazos en un efusivo y ardiente beso, dándome solo una probada de lo ansiosa que estaba porque el ambiente se calentara de lujuria.
Le correspondí el beso volviéndolo salvaje y accediendo a poder explorar su boca con facilidad, pero concentrado en mi propósito fingi indignación y me separé bruscamente de ella, ganandome una mirada de incomprensión de su parte.
Ahora era momento de hacer un papel que no me agradaba del todo la víctima o mejor dicho el rogado.
- que sucede?- dijo molesta de buenas a primeras.
Esperando impaciente una respuesta de la causa por la que había roto el beso.
- debemos aclarar algo - exclamé firme moviendo mi mano y ella me miraba confundída- nunca acordamos que yo debía hacerte caso a todas las órdenes que me dieras cuando cogemos-
Al parecer la justificación de la causa de la interrupción la había tomado desprevenida porque la vi abrir la boca para refutar de inmediato pero la cerró para pensarlo mejor.
- nunca te quejaste por ello - respondió en tono hostil
- pues ahora lo hago, no se supone que esto es algo mutuo donde no puedes poner freno a las intensiones del otro cuando se te antoje a menos que no te sientas segura- aclare, ganandome otra mirada reprobatoria de su parte
- pues en ese momento interfería con mi deber y esa pauta si la hablamos - replicó.
Podía ver la necesidad arder en sus ojos por lo que sabía que no daría muchas vueltas al asunto antes de acceder a lo que fuera.
Estaba seguro que podía pedir que acabara ella misma con su familia con tal de que me la follara antes, porque sus ojos lo expresaban con afán.
- pero ya que insistes - dijo con un suspiro - en cuanto estemos en cualquier de las cuatro paredes donde lo hagamos, no habrá ningún tipo de distinción de cargos, solo seremos dos personas con deseos de follarse a no dar más, yo podré mandar al igual que tú podrás ordenarme pero siempre de la misma medida, pero si la situación lo amerita debemos detenernos si surge algo urgente que deba atender.
- no se supone que tú eres quien manda el negocio- objete y una mirada de desagrado se formó en ese par de ojos verdes
- lo soy pero debo encargarme de las cosas si quiero que me tomen enserio-
- y si que lo hacen - confesé
- pero tú no te metas en lo que no te importa en cómo debo de atender lo que surja esto no tiene nada de que ver con ello - respondió de mala gana
- lo siento me pase - acepte con las manos en forma de rendición- pero debo estar seguro que no ve vas a usar a tu antojo como si fuera un juguete sexual para ti- congete y ella me miró expentante.
- joder! Y que es un amante sin no es eso - replicó enarqueando una ceja - nuestra relación no se basa en las bases legales de cualquier amorío - aclaro.
- lo sé no estoy pidiendo que nos conozcamos profundamente, bueno de forma sentimental, porque físicamente creo que esta más que conocido- replique con picardía viendo cómo me miraba con esos ojos con un brillo de perversión - ya que nuestro lenguaje es follarnos mutuamente hasta llevar el otro al límite y solo ese existe, porque solo es para satisfacer nuestros deseo carnales, pero no me des órdenes de un momento a otro - dictamine y me miró unos segundos hasta que asintio.
Se mordía sus carnosos labios dudando si debía decir algo que la estaba torturando por dentro por lo que quería saberlo.
- Dejalo salir si me quieres adentro - ordene
Me miró con asombro al escucharme y comprender lo que había dicho, haciendo que su rostro se sonrojara.
- puedes ser mi verdugo al que implore por piedad mientras me torturas haciéndome tuya - dijo seductoramente con su rostro completamente inocente lo que me puso a toda potencia de un momento a otro tomándola por el cuello y juntando nuestras bocas besándola salvajemente.
Ella cayó recostada en la cama mientras yo comenzaba a subirme a la cama con ella debajo de mi, ambos estábamos sin ninguna prenda y nuestros cuerpos emanaban calor.
Comencé a dejar besos por su cuello y una que otra lamida que parecía dominar la constancia de su respiración que dejaba salir un suspiro de vez en cuando, la mire por un segundo y me miró extrañada.
Narra Alma:
Dios estaba tan necesitada de tenerlo, por lo que no dude 2 veces antes de aceptar a cualquier cosa que dijera, por lo menos no había dicho que me tirara de un puente o algo por el estilo, porque lo habría hecho si con eso me cogía, él era mi escape fuera de toda esta mierda de vida que me tocaba lidiar, era lo único que me hacía sentir humana y no un simple robot que cumple las acciones que debe hacer.
A la vez que sembraba en mi la idea, de que esto me podía hacer caer, al no poder aún someter los impulsos que tenia cada vez que lo tenía cerca.
Pero todo eso no me importaba ahora ya que sus caricias y sus besos me hacían dejar la realidad y hundirme en el deseo.
Seguía besando mi cuello cuando se detuvo a mirarme por un segundo por lo que fruncí el entrecejo.
-Que su...cede?- dije entrecortadamente al ver que no podía controlar mi respiración.
- nada - dijo volviendo a besar apretando mis senos de una manera deliciosa, pero aunque me gustaban todas esas caricias, ya estaba lo suficientemente preparada para tenerlo en mi interior, con solo haber declarado que podía hacerme suya-
- te necesito ahora, por favor- pedí y aunque lo necesitaba solté - para que después no te creas mi juguete sexual por ordenarte - solté con sorna y me miró con sus mirada oscurecida.
- apesar de eso seria tu juguete sexual favorito - apunto él.
Sentía como se introducía en mi y ahoge un suspiro, era la primera vez que hablamos en el sexo anteriormente solo lo hacíamos como animales sin intercambiar palabras.
Comenzó a embestirme de una manera salvaje por lo que enrolle mis piernas a su espalda para que fuera más profundo aún, lo que pareció gustarle ya que comenzó a gruñir y besar mi cuello.
No dejaba de salir gemidos por mi boca y comencé a rasguñar su espalda al no poder controlar las sensaciones que me provocaba.
Estaba apunto de llegar cuando escuche una voz a lo lejos y detuve a Donnovan que seguía con sus estocadas, mientras recordaba que había puesto el rótulo de no molestar en la puerta por lo que no podía ser la servidumbre, talvez era que ya escuchaba voces en mi cabeza
Pero lo peor fue cuando no era la situación.
- maldita sea Alma donde carajo estás no coges mi llamadas ...- identifique la voz de Elodie al instante y escuche como el sonido de sus tacones sonaban contra la madera.
Abrí los ojos como platos al recordar la situación en la que me encontraba y la escena que Elodie encontraría si abría esa puerta yo enredada en el cuerpo de Donnovan mientras él tenía clavada su polla en mi interior no era algo condecorozo de ver.
Por lo que opte por separar a Donnovan que no había movido ni un músculo como si por el hecho de no moverse desapareciera de la vista de cualquier mortal.
Sintiendo una desolada ausencia al sentir como salía de mi, pero recuperándome rápido al saber que si me descubría estaba frita, así que le lancé las ropa tirada en el suelo a Donnovan y le apunte que se metiera en el armario de la habitación.
Hizo un mueca de protesta pero lo mire mal y acepto de mala gana.
De camino le eche una ojeada a su buen trasero desnudo, mientras trataba de que todo se viera como si estuviera tomando una siesta y escuchaba como el sonido de las pisadas se acercaba a mi habitación por lo que me arroje a la cama y me cubría con las sábanas fingiendo estar dormida.
Que madura Alma.
Escuche la puerta abrirse por lo que fingi despertar y estar extrañada al mirar a Elodie entrar por la puerta.
- Dios! Que haces aquí?- dije frotándose los ojos con los puños estirandome en la cama.
- porque estás desnuda ?- pregunto mirándome cubierta por las sábanas.
- quería dormir cómoda y hacía calor así que me quite la ropa - me excuse alzandome de hombros.
Elodie pareció dudar un poco y deshizo el cruce de brazos que tenía mientras me miraba al pie de la cama con una sonrisa pervertida que no anunciaba nada bueno.
- claro, así que no estabas siguiendo el otro paso después de ver la porno del otro día - dijo ella sin pudor.
Causándome confusión y vergüenza ante la mención de la porno sabiendo que Donnovan pudo haber escuchado por lo que me sonrojé.
- pillada de nuevo - me acuso divertida
- no no es cierto porque no sé ni a qué te refieres- lo cual era verdad Elodie entrecerró sus ojos mirándome.
- claro ahora no sabes que es masturbarse- dijo en tono obvio y sentí como el alma se me caía al inframundo.
Quería coserle la boca a Elodie en este instante para que dejara de decir sandeces y dejará de delatarme como culpable de algo que no había hecho, para evitar dejar en evidencia lo que en realidad estaba haciendo.
- talvez ahora dejaste de ver porno para "investigar" - hizo comillas con sus dedos - para investigar cómo tocarte-
Deseaba tirarle algo para que se callara o qué Donnovan fuera sordo o estuviera tan nervioso que no prestará atención a lo que decía pero todas eran imposibles en especial de que Donnovan estuviera nervioso, la sola idea de imaginarmelo me producía risa, pesé a la situación actual.
- que quieres ?porque me buscabas tan desesperadamente que interrumpiste mi sueño - dije amargada.
La única salida que me quedaba era el cabreo lo cual siempre era efectivo.
- tu querido maridito mato a los oficiales que llevaban el caso - dijo y el cabreo ficticio se volvió realidad- ya volvió por lo que..- no termino ya que sabía dio por hecho que ya sabía lo que pasó.
Joder ya ni siquiera se puede coger tranquilo en estos tiempos, sin que una catástrofe suceda!
- maldito sea - dije levantándome envuelta en las sábanas.
Al parecer todo había empeorado más de lo que parecía posible ahora matar a los policías era el punto que faltaba para ponernos verdaderamente en el mapa.
Que ese imbécil no puede dejar de hacer mierda todo lo que hace.
- deja que me vista te veo abajo - dije de mala gana frente al armario mientras miraba a Elodie.
- bien, te dejare que te desmasturbes- dijo ella volviéndome a provocar otro sonrojo de vergüenza, pero se marchó antes que lo viera.
O eso pensé ya que asomó la cabeza en el umbral.
- donde está tu escolta personal?- pregunto extrañada provocándome un escalofrío.
Dentro del armario escondiéndose de que nos descubran cogiendo talvez?!.
- le pedí que hiciera algo, ahora lo llamo para que nos lleve - dije mientras actuaba normal.
- ok- dijo ella y espere que sus tacones dejarán de sonar y hasta que escuche el sonido de la puerta cerrarse abrí el armario topandome con un Donnovan ya vestido.
- como...es...que...estás?- dije estupefacta al ver que no había emitido algún ruido para vestirse.
- bien y tú ?- dijo agarrándome de coña y lo mire de manera de advertencia.- soy más silencioso de lo que piensas- dijo él y rodee los ojos
- bueno Sr. Silencioso ahora se escurridizo y sal de aquí para que no vean que estabas aquí - dije mientras señalaba la salida.
- pero esto no a terminando - advirtió acariciando mi barbilla de una manera calurosa que me hizo arder de nuevo.
- lo sé pero ya no hay tiempo ni para coger - exclamé yo.
Luego que salió de la habitación me sentí aliviada al ver que a lo mejor no había escuchado la conversación de Elodie porque no vi indicios de que lo hubiera hecho o talvez era muy bueno ocultándolo.
Sacudi levemente la cabeza luego de vestirme, para ver si el movimiento podía acomodar mi cabeza ahora hecha un caos, por polvos inconclusos, federales, policías muertos y el maldito de Luigi al cual le esperaba una gran bronca por haber empeorando el asunto que yo estaba tratando de arreglar.
Continuará
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