Descubrimientos fatales
Dominick:
Había pasado gran territorio de la mansión ileso por así decirlo matando a cuánto italiano se cruzará en mi camino.
Obvia ironía marcada en el rostro de las víctimas en cuanto disparaba vistiendo de su mismo "equipo".
Pero al parecer no había servido haber recorrido todo el terreno ileso porque aún no daba con el paradero de Alma, lo cual me indicaba lo peor.
Pero al no ver indicios ni de Luigi ni de la pedante familia o lo que quedaba de ella si salieron con vida del tiroteo.
La ausencia de Alma no inspiraba un buen augurio y no ver ninguna sus aliadas tampoco, no había rastro de Smeraldo, la francesa odiosa o Khalid.
Y ya me había encargado de peinar cada una de las habitaciones echas en su mayoría trizas por los rusos.
Esperen un momento.
Khalid.
Sería un milagro que no se diera cuenta de mi verdadera identidad, pero podía ser una opción viable ya que el apenas sabe dónde está parado, además es tan incredulo que no creería hasta que le enseñarán mi acta de nacimiento.
Así que talvez había algo a mi favor, suponía.
Entre en a una de las habitaciones con su respectiva puerta casi intacta de no ser por unos impactos de bala y la cerré ligeramente.
Por lo menos algo de privacidad entre tanto tiroteo y destrucción.
Evan me había dado en último minuto un comunicador satelital para ver la posición de los helicópteros que nos iban a sacar de aquí, pero a lo mejor podían servir para mí beneficio.
Luego de un momento descarte la idea porque no sabía si él aún respiraba y si intervenía en la frecuencia algún intruso podría responder en su lugar, así que comencé a urgar en la habitación y encontré un milagroso teléfono.
Maldije por mi adentros tratando de recordar su número de teléfono, aunque por obvias razones era menos probable que lo escuchará y atendiera en medio tiroteó.
Pero había que hacer notar que el tipo era fuera de serie, por iluminación divina recordé el número marcabdo rápidamente y mientras esperaba que contestará si es que ya no estaba tieso, comencé a caminar por la habitación mientras se escuchaban unos ahogados tiros a lo lejos.
Maldita sea Alma ¿dónde te habrás metido?
- ¿Diga?- sonó una voz al otro lado de la línea y reconocí inmediatamente su voz.
- Khalid- solté con cautela.
- Benditos sean los dioses ¿dónde estás? -Soltó un tanto aliviado y me sorprendió que atendiera al teléfono cuando se escuchaba un fuego cruzado en el fondo- Pensé que eras alguna chica por el número no registrado.
Este hombre, nunca se rinde ante el sexo opuesto¿No?
- ¿Donde estas?-
- Estamos en la plantaba baja tratando de salir pero nos tienen bloqueados por todos lados- explico Khalid- ¿Y tu?
-¡¿à qui diable parlez-vous?!(¿Con quién carajos hablas?)- soltó una voz femenina en manera de reproche en un francés fluido.
Lo que me dio una buena espina.
Se escucharon un par de disparos cerca y me puse en guardia.
- En la segunda planta en la zona de dormitorios- explique recargando el arma.
- ¿Que carajos te habías hecho?¿Te tomaste una siesta por mientras?- reprochó él algo efusivo.
¿Así que talvez aún no lo sabía? De ser lo contrario ya me habría cortado al saber quién era.
O talvez sea una trampa.
Pero por ella debía arriesgarme.
Se escuchó otro murmullo femenino en el fondo como de manera de regalo y escuche estratos de una discusión en francés.
- ¿Con quién estás?- pregunté algo desconfiado.
- ¿Con Elodie por..?-
Ahí estaba mi lotería ella definitivamente debía saber qué había sido de ella y esperaba que no fueran malas noticias.
- ¿Donde estas exactamente?- pregunté mientras salía cautelosamente con el arma dispuesta a disparar en cuanto algo se moviera.
- En la plata baja detrás de una de las columnas del vestíbulo- exclamó rápidamente Khalid
- No creo que sea buen momento para atender llamadas¿A quién carajos le estás dando nuestra ubicación?- preguntó la molesta francesa que ahora era mi única pista para saber el paradero de Alma.
- Voy para allá- anuncie antes de colgar y caminar lo más pronto al lugar antes de que escaparan por saber mi verdadera identidad.
Porque de seguro en cuanto Khalid le dijera quién era ella le confesaría la verdad, porque era más obvio que ya todos lo supieran con sospechosa excepción de Khalid.
Dispare a un par de tipos en las escaleras mientras me dirigía a la dirección dada por el francés cuando divisé un movimiento de una mujer vestida de rojo intenso corriendo despavorida luego de que dispararon a sus escoltas, y la reconocí de inmediato.
La madre de Alma.
Esa maldita señora que no se.habia tomado ninguna molestia en defender a su hija en sus peores momentos y que hasta puedo asegurar que fue la promotora de su sentencia de muerte.
Debía acabar con ese mal desde la raíz, no iba a dejar que siguiera haciendo más daño a Alma.
Así que si más apunte mi rifle en su dirección y en un certero disparo le atravesé el cráneo con una de mis balas, haciendo que se desplomase de inmediato.
Todos los lobos con su artillería de punta comenzaron a disparar en mi dirección y tuve que bajar las escaleras esquivando balas por do quier, un par me rozo el brazo derecho, pero no tenía tiempo para determea compadecerme.
Luego vería los daños, pero ahora solo me preocupaba hallarla.
Llegue a la planta baja que era donde se llevaba el mayor encuentro de fuego cruzado de ambos bandos.
Trate de localizar a Khalid, pero si se suponía que se estaban protegiendo no estaría a simple vista en la columna, así que comencé a revisar todas las columnas hasta dar con ellos.
Ambos protegidos por una estructura de mármol mientras disparaban y recargaba casi en una perfecta sincronía respaldados por una fuerte pared de piedra donde se ocultaban.
- ¡Pero tú qué carajos haces aqui!- exclamó la francesa abriendo los ojos al verme estar frente a ellos mientras me apuntaba con su arma- ¡Tu eres uno de esos malditos!
Sin más preámbulo disparo a una de mis piernas, hice una mueca de dolor pero aún así me acerque a ellos.
Todo este tiempo ileso, para que está venga a disparame en pleno, genial.
Estábamos lejos de cualquier oído curioso, por si hubiera alguno en medio de un tiroteo.
En un rápido movimiento desarme a la rubia y la empuje contra la pared más cercana apretando el cañón del arma en su tórax.
- ¿Donde esta?- pregunté seriamente.
- Ni creas que te lo diré, maldito- refutó llena de rabia.
- ¿Pero qué carajos, lupo?- se quejó Khalid desconcertado sin saber con certeza si apuntarme o no.
- Él es un maldito Valkov dispárale- grito la francesa.
- ¿Eso es cierto?- soltó Khalid algo dolido y la francesa lo miro algo indignada.
- No comiences con sentimentalismos es tu deber- ordenó.
- Solo necesito saber dónde está ella- solté mirando a la rubia que no hizo más que escupirme en el rostro.
- Jamás te lo diré maldito farsante-
Me limpie el rostro con mi mano libre y luego puse la mano en su cuello apretando su garganta con firmeza, como un impulso instantáneo.
- ¡Solo quiero saber dónde maldita sea esta!- insistía apretando su cuello mientras ella puso las manos a sus manos tratando de soltar mi agarre.
- Y tu solo quieres acabar con ella no es tu misión- soltó la francesa hecha una furia.
- Puedo matarte justo aqui- amenacé.
- De todas maneras nunca la encontraras- soltó satisfecha.
- ¿Quién?- pregunto algo desorientado Khalid a mis espaldas.
Ambos volteamos a verlo fulminandolo con la mirada por la pregunta fuera del caso.
- Mi tía Pachita- soltó agobiada la francesa pese a mi agarre en la garganta.
Khalid rodó los ojos y bajo su arma pareciendo entrar en razón.
- Espera un segundo- a ver si entiendo, libere un poco el agarre de la garganta de la rubia sin dejar que está pudiera hacer una maniobra para acabar conmigo- Tu eres el tipo con el que Alma D'Angelo le puso los cuernos al Luigi- bufo indignado- ¡Tu sabías lo que yo sentía por ella y igual lo hiciste¡- reprochó dolido.
-¿Enserio me vas a reclamar ahora?-
- Se lo dices al tipo que contesta llamadas en medio de un tiroteo- ironizó la rubia arqueando una ceja.
Porque este par era tan ajeno al entorno explosivo que los rodeaba.
¿Dios enserio este es mi único chance para dar con ella?
- Te soltaré pero solo escuchame- pedí
La rubia de me miró irritada dándome cuenta que ella daría la vida por su mejor amiga así que no había caso que la estrangulada aparte de que no era de ese tipo de hombres pero estaba desesperado por hallarla, aparte que el disparo en la pierna ardía con el diablo.
- Tienes dos minutos antes- soltó algo desconfiada.
- Solo quiero saber qué donde está para saber si está bien-
- ¿Tuviste una relación con ella y no te dignaste a contarme?- siguió Khalid en su delirio de ofendido.
Me tape la cara con la mano agobiado.
- Es charla de adultos Khalid solo callate- pidio la rubia y el nos miró mal a ambos.
- Bien cuidare si viene alguien- dijo dando la espalda para vigilar el tiroteo a unos cuantos metros de nosotros.
Abrí la boca para sincerarme con ella porque era la única forma de que me diera la información de Alma pero en eso volvió a hablar Khalid.
- ¿Pero entonces quién era la chica rubia rusa de la otra vez?-
La francesa volteó a verme hecha una furia y yo alce las manos en señal de inocencia.
- No es lo que crees- solté y mire severamente a Khalid- Era ella disfrazada, se suponía que teníamos una relación clandestina.
- ¿Donde solo la utilizabas para sacar información de ella?- acuso la rubia enojada.
- En un principio sí..- comencé me relami los labios- Pero ahora solo quiero saber qué está segura- concreté.
- Y claro que lo está, lejos de ti está más que segura y no voy a dejar que le causes más problemas de los que ya la hundiste y que la pongas en peligro a ella y su bebé-
Mi boca se secó por completo al escuchar las palabras, sintiendo un inmenso vacío en mi interior.
Su bebé
- ¿Ella está embarazada?- solté titubeante y desconcertado mirando atentamente a la rubia que parecía darse cuenta de haberla cagado.
-No, adoptó a un crío de camino a su refugio- soltó con pesimismo.
Debía mirarla mal pero en ese momento era de piedra hasta dude que estuviera respirando.
- Malédiction- maldijo en francés cerrando los ojos y contrayendo su rostro- ¿No lo sabías?-
- Yo......- no podía articular una maldita oración todo había dado un giro drástico de último minuto.
Alma.
Un bebé.
Nuestro bebé.
Si había una remota posibilidad que no la encontrara, se había esfumado en cuanto escuche esas palabras.
No iba a dejar que luchará está su sentencia que le había provocado sola.
De ninguna manera.
- Dime ¿Donde está por favor?Prometo sacarla de esto- prometí y la rubia pareció dudar.
- Claro, sacarla de todo esto matandola-
- ¡No!- grite irritado- La protegeré con mi vida, solo dime dónde esta-
- En un lugar seguro y protegido, ella no te necesita solo le has traído desgracia desde que te conoció-
Ella no me conocía cuando se casó con el mismo Satán.
- Se que no me necesita, pero yo quiero protegerla es mi trabajo-
- No, tu verdadera misión es acabar con ella- recriminó y bufé.
- Eso fue en el pasado pero todo a cambiado.
- ¿Solo porque la embarazaste?-
- Maldita sea no usaste protección- acuso Khalid desconcertado.
- ¿Tu qué crees maldito zopenco?- rodó los ojos la rubia delante de mí.
- No solo porque la embarace sino porque quiero que esté a salvo y aquí no lo va estar-
- Todo gracias a ti maldito idiota- maldijo dándome un puñetazo en el brazo herido.
- Lo sé pero trato de corregirlo, prometo que estará segura- prometí de nuevo.
- Ella puede valerse por sí sola muy bien-
- Eso lo se, pero necesito saber Cómo está, si está segura y protegida.
- Yo me encargue de eso así que ve y largate con los tuyos- ordenó la rubia - antes de que este mate-
- No lo hare-
- Ah no - soltó retadoramente.
- No me iré de aquí sin ella- sentencie- No puedo saber que ella puede morir por mi culpa en cualquier momento-
La francesa guardo silencio miró analíticamente mis ojos por unos segundos dudo un poco y asintió.
- Jurame que la cuidaras sino me encargaré de que sufras de la peor manera - amenazó y asentí- Bien-
Luego de darme las coordenadas me tendió la llaves de uno de los autos y me indico donde estaba, estaba más seguro de lo que debía hacer pero estaba ya faltó de municiones y la entrada era aún un tiroteo a fuego vivo y solo tenía una pistola con unas cuantas balas.
- Yo te cubriré- aseguró Khalid dándome una palmada en la espalda que me hizo gruñir.
Comenzamos a correr a la salida que estaba más de lejos de lo que pensaba pero Khalid disparaba a mis espaldas descargando todos los cartuchos hasta que pudimos llegar al umbral de la puerta.
El sonido de una lluvia de proyectiles hacia la entrada comenzó a resonar producto de una metralleta, logré correr un poco más y lanzarme a una de las paredes exteriores de la mansión para cubrirmey voltee a ver rápidamente a Khalid quien no tuvo la misma suerte y mire en cámara lenta como fue acribillado por la espalda con un par de disparos haciendo que convulsionara su cuerpo y mirándome fijamente
- Ve por ella lupo solitario- fueron sus últimas palabras antes de caer al suelo con su típica sonrisa está vez manchada por la sangre.
Me quedé sin aliento, muchas cosas habían pasado en los últimos segundos y había provocado que una persona muriera por mi causa siendo yo el enemigo.
Pero prometía guardarlo en mi memoria por el resto de mi vida, pero no era el momento para hacerle una ceremonia en su memoria, ahora solo me interesaba llegar donde Alma y al bebé de su vientre para protegerlos antes de que el infierno explotara.
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